Toradora! (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2008-2011). 26 episodios. Takasu Ryuuji comienza su segundo año de instituto con mucho ánimo. Sin embargo, hay una cosa que el odia, y es su mirada, heredada de su padre (un gangster), con lo cual posee una habilidad innata para intimidar a los demás, provocándole esto muchos malentendidos con sus compañeros. No obstante, todo esto va cambiar el primer día de clases, cuando Ryuuji tiene un encontronazo con Aisaka Taiga, la persona mas peligrosa del centro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Toradora! (Tiger x Dragon) (TV Series)
- Año: 2008
- Duración: 25
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Opinión de la crítica
Película
7.3
20 valoraciones en total
Antes que nada debes saber lo que vas a ver, y lo que te vas a encontrar en esta ocasión no es ni mas ni menos que una comedia romántico, eso dalo por hecho.
Pero pocas veces una serie de este tipo me había cautivado tanto, aunque comienza con el típico chico conoce a chica y a cada uno de ellos les gusta el amigo del otro las relaciones entre ambos protagonistas se van acercando cada vez más y más así que deseas tanto que los dos protagonistas acaben juntos que la serie te engancha hasta tal punto que no eres capaz de dejar de ver un capítulo tras otro.
La protagonista empieza siendo una borde pero luego ves su lado gracioso, su lado amable y su soledad y ves como encaja a la perfección con Ryuuji.
Los momentos de humor son muy divertidos en los que eres incapaz de evitar la gran carcajada y hacia el final de la serie se va volviendo más dramática con maravillosos momentos como el festival cultural, la fiesta de navidad o la excursión a esquiar (mi momento preferido).
«Toradora!» es una decepción completa y absoluta. De hecho empieza mal y va a peor, así que lo único que puedo decir es que si no te está gustando el principio es que ya no te queda ninguna esperanza.
Primero que nada, la animación deja bastante que desear. Creo que se busca expresamente que los rostros, los cuerpos y las expresiones queden deformados de un modo tan histriónico cuando se trata de expresar emociones intensas, pero a mí me parece horrible, además de esos cuerpos que se llevan ahora de cabezas enormes y hombros estrechísimos, de verdad que no entiendo este estilo. Luego encontramos una historia de vida de instituto con romance, drama y algo de humor, pero eso no es lo que de verdad te llama la atención, sino los problemas psicológicos graves que tienen estos chavales de dieciséis años. ¿Son así los adolescentes japoneses? ¿Tienen estos traumas, neuras y psicosis? Me fijaba viendo «Toradora!» en la poca alegría de vivir que transmite esta historia, en su total carencia de espíritu juvenil, ni siquiera hay alegría en el amor, ni aun cuando te corresponden. Es más, ya ni eso, sino qué menos que un mínimo de normalidad, de comportamientos cotidianos, si tú quieres simples, lo que vendría a ser lo propio para chicos de quince años que van al instituto y no de treintañeros quemados. ¿Esto es realista? ¿Refleja la sociedad japonesa? Me inquieta mucho.
En realidad creo, aunque ya empiezo a dudar de todo, que simplemente la autora sigue la idea del cuanto más temas serios, personales y sociales, más profundo todo y más realista. Esto es mentira y de hecho genera lo que me parece una anormalidad. Por eso «Toradora!» no te las crees nunca. No te crees estos personajes, no te crees el romance, que por cierto es un lamentable harem soterrado, ni te crees las relaciones ni los conflictos grandilocuentes y pésimamente desarrollados.
Según tal y como yo lo veo, el protagonista es un chico que mantiene una relación malsana con su madre (y eso que me encanta Yasuko) en la que ha invertido los roles de madre-hijo y en la que él actúa como el padre de su propia madre, a la que llama por su nombre y no mamá. Bien, esta misma relación es la que repite y establece con Taiga, una adolescente prácticamente abandonada por sus padres con cuerpo de niña loli y actitudes de hija malcriada y caprichosa que lo maltrata. A partir de aquí, todo lo que ocurra será obligatoriamente enfermizo, a no ser que lo que pasara fuese que Ryuuji mandara a paseo a la insoportable Taiga, que como te podrás imaginar no ocurre.
A todo esto se añade lo que parece una inversión de roles masculinos y femeninos horripilante con la que se demuestra que no se tiene ni idea de en qué consiste lo masculino y lo femenino. Que ellas se peleen como verdaderas pandilleras, como lo más chungo que puede existir en un instituto, y que encima lo hagan por ellos, por amor, es de lo más humillante y monstruoso que he visto en mucho tiempo. Quisiera saber cuándo los chicos anime han hecho algo así: yo diría que nunca. Porque un comportamiento tan loco, agresivo y arrastrado no cabe en la cabeza, eso no es de hombres, no es de héroes, no es de personas con dignidad, es como mucho de gente chunga, simplemente, o de histéricos, que no sé qué es peor.
En fin, si es que no hay por dónde cogerla. Lo siento.
Después de que mi novia me recomendara Toradora!, empecé a ver el anime sin mucho interés y al principio, la juzgué de ser una comedia romántica y juvenil muy explotada. Algo parecido me pasó en su momento con Madoka Magica: un cliché que nos es presentado a modo de introducción… y conforme avanzas, te das cuenta de que no tiene absolutamente nada que ver con lo que pensabas al empezar.
Si hay algo que Toradora! hace extremadamente bien, es el acercamiento y el trato tan elegante y a la vez duro que tiene con sus personajes. Es posible que por la exageración satírica de ésta serie, a algunos les cueste empatizar del todo con ellos… pero dejad que os diga algo: éstos momentos exagerados e increíbles se vuelven precisamente creíbles cuando se ponen serios y charlan, cuando exponen sus dudas, cuando nos recuerdan que más allá del humor japonés al que tan acostumbrado estamos, nos están hablando de muchas más cosas.
¿De qué cosas, os preguntaréis? De la familia, de la importancia que puede tener en las personas (estemos o no de acuerdo), de la amistad y del amor, desde luego (como toda buena historia, bajo mi punto de vista), y más allá, del futuro, de los sueños que tenemos y de la felicidad que nosotros mismos podemos construirnos. Toradora! nos habla de conocerse a sí mismo, de ver más allá de lo que conocemos y de explorar nuevos horizontes conociendo personas y afrontando problemas del día a día: un amor en el colegio, la falta de un padre en nuestras vidas, cómo llevar nuestro futuro estudiantil o laboral, …
Dejad que os diga algo: hace mucho tiempo que no me enamoro tanto de un personaje femenino en obra escrita alguna (porque sí, el cine también es escribir) como me he enamorado de Taiga. Si me paro a pensar en Sakurasou No Pet Na Kanojo (mi anime preferido a nivel enteramente emocional), el primer recuerdo que me viene es pensar en el desarrollo de Nanami (es sólo un apunte y no quiero ahondar en él, lo haré en una futura review, seguramente), aquí, me sucede exactamente lo mismo con Aisaka. A lo largo de veinticinco episodios con muy poco relleno (de hecho, me parece poco para algún que otro fallo que os comentaré adelante) del anime, Taiga nos muestra una faceta muy clara que no parece estar dispuesta a cambiar… y poco a poco, te das cuenta de que como los demás, está aprendiendo y está cambiando su perspectiva, y es mucho más fácil encajar con ella cuando nos presenta sus dudas, cuando parece flaquear y se quiere venir abajo.
Un sentimiento que me parece muy bien representado también es el de la furia: en las escenas de acción o de pelea (que no os spoilearé), el dibujo parece cambiar radicalmente y muestra a los personajes hechos polvos. Valga la redundancia: un recordatorio de que la estética kawaii que estamos presenciando es mera fachada cuando hay temas mucho más importantes detrás. El uso de colores, de la música (que a pesar de no destacar por su nivel complejo, sí que lo hace por lo bien integrada que está en la obra) y, por supuesto, el maravilloso ritmo que mantiene el anime en todo momento – o en casi todo momento.
Esto me permite encadenar directamente con lo malo que le veo. Os diré otra cosa: a mí me han enseñado a redactar una opinión o una afirmación empezando siempre por lo menos importante para mi argumentación, es decir, en éste caso, tendría que haberlo hecho con lo negativo, que es bajo mi punto de vista escaso y que no… destiñe el tono de ésta maravillosa obra. Y es que Toradora! tienda a olvidar algunos temas que podría haber exprimido mucho más, como el tema del padre de Taiga que, a pesar de quedar bien zanjado en la fiesta escolar, no lo está del todo en un nivel mucho más general.
No es el único punto en el guión que no está bien explicado, pero no voy a dar mayores detalles por una razón muy particular. ¿Queréis saberla? Bien: soy una persona difícil de hacer llorar, y creedme de corazón que estoy intentando ser lo más objetivo posible, pero creo que me estoy dejando llevar demasiado por lo que siento hacia Toradora!, y no me arrepiento ni un solo ápice de ésto. Al menos, bajo mi percepción a lo largo de estos veinticinco episodios de puro gozo, éstos problemas mínimos no han desentonado para nada los temas sutiles (y no ambiguos) que el anime trata: están ahí, sí, y tal vez hacen que la obra sea perfecta… pero a la hora de la verdad, al tener que pensar en todo lo que me han contado y transmitido, he roto a llorar y en lo último en lo que puedo pensar es en éstos pequeños tropiezos.
Tengo que decir que a pesar de que amo la animación (japonesa), no soy una persona extremadamente pegada a las series, siempre prefiero un buen film como Perfect Blue o cualquier obra de Studio Ghibli. No obstante, Toradora! pasa al tercer puesto de mis series de anime preferidas (a nivel puramente emocional), por encima de Lain, por encima de Madoka Magica o de Paranoia Agent, por encima de un sinfín de animes que han pertenecido a mi infancia y que amo con locura… y es que, ahora mismo, en éste momento de mi vida, Toradora! me ha hecho un bien que no soy capaz de describiros. Me ha hecho pensar en muchas cosas y emocionarme como un crío. Gracias, Kyuuji, y gracias, Taiga, por hacerme pasar dos de los mejores días de toda mi vida frente a una pantalla… y es duro decir adiós después de haber empatizado tanto, pero una buena historia debe tener un buen final. ¡Y creedme, Toradora! lo tiene!
No sé si será una norma general, pero creo que prácticamente todos los que vemos anime asiduamente somos personas románticas. Tantas historias, tantos personajes… Ahora he llegado a Toradora, y a pesar de sus numerosas virtudes he de confesar que no ha conseguido significar para mi lo que otros animes, de hecho llevo años fiel a una lista mental de los mejores animes que he visto, y ahora que he finalizado Toradorapuedo decir con certeza que éste anime no entrará en ella. En parte me entristece, ya que de haber descubierto Toradora unos años atrás seguramente me hubiera resultado más significativa de lo que me ha resultado en la época actual.
Hubo un momento, entre el penúltimo y el último capítulo, en el que creí que superaría mis barreras y trascendería a un nivel superior pero tras un giro final en los acontecimientos (que por supuesto no desvelaré) esas expectativas se apagaron como la luz en el cielo después del atardecer. Lentamente, dejando un recuerdo bonito y muy agradable, pero sin llegar a alcanzar esa fibra suave en mi interior. En ese momento concreto del anime, durante la segunda mitad del capítulo 24 y la primera mitad del 25, Toradora me evocó una de las películas más dulces, tiernas y menos conocidas de Ghibli: Susurros del corazón. Una historia preciosista que muestra cómo el amor no pertenece solo a adultos maduros y responsables, sino que puede florecer, fuerte y lleno de vida, entre dos almas muy jóvenes e imperfectas. Cuánto más especial será ese amor cuando esas almas sean tan distintas que choquen entre sí una y otra vez, como piedras que se pulen la una a la otra hasta que ya no quedan aristas, ni nada que les impida estar juntas.Susurros del corazón me hizo darme cuenta de que en el fondo soy una persona sensible y romántica, yToradora casi consigue recordarmelo. Por eso me resultó una lástima que en su último capítulo todo cambiara de nuevo alterando una historia tan bonita que parecía movida a alcanzar la sensibilidad que siempre construye Ghibli. Aún así en general Toradoraes un anime con una calidad por encima de la media.
Todo comienza con Takasu Ryuji, un joven atento y responsable que inicia su segundo año de preparatoria con las inseguridades propias de su edad, y además con el problema añadido de que ha heredado la mirada fría y desafiante de su padre, lo que provoca que todos aquellos que no le conozcan se sientan amenazados por su simple presencia. Por suerte Ryuji cuenta con la amistad sincera y eterna de Kitamura, y también con Minori, la extrovertida y alegre compañera de clase de la que Ryuji lleva tiempo enamorado. Hasta ese primer día de preparatoria todo en su vida era estable, agradable pero sin demasiadas emociones. Una vida normal y corriente. Pero entonces Ryuji se choca inesperadamente con la que será la horma de su zapato y la persona que aportará el toque picante a su vida normal y corriente: Aisaka Taiga.
Menuda y adorable como parece, Taiga resulta ser una mala bestia, una niña sumamente susceptible y airada que enseguida la toma con el pacífico Ryuji haciendo que personajes como Asuka (Neon Genesis Evangelion) se nos antojen damas dulces y delicadas. Sin embargo Taiga guarda un secreto que es descubierto accidentalmente por el chico: está enamorada de Kitamura, el mejor amigo de Ryuji. Y qué casualidad que Minori sea a su vez la persona a la que Taiga se siente más unida. Puesto que ambos tienen intereses románticos secretos y éstos resultan ser la persona más cercana del otro, Ryuji y Taiga hacen un extraño pacto: cada uno de ellos ayudará al otro a conseguir al ser amado. Ryuji hará lo posible para que Taiga y Kitamura acaben juntos, y Taiga hará lo propio empujando a Minori a los brazos de Ryuji. A pesar de ser personas muy diferentes que chocan en sesión continúa, Ryuji y Taiga no tardan en desarrollar una estrecha confianza que se vuelve un arma de doble filo, ya que si bien su relación les permite pasar muchos y buenos momentos juntos mientras conspiran para enganchar a Kitamura y Minorin, esa misma camaradería les impide ver que la persona con quien realmente quieren estar la tienen delante de sus narices.
Naturalmente, los únicos que desconocen sus verdaderos sentimientos son Taiga y Ryuji, ya que si Toradora hubiera añadido capítulos centrados en los miembros de su círculo más cercano seguramente habríamos visto a Kitamura y Minorin reírse a gusto mientras asistían a los torpes intentos de la mini tigre y su secuaz por engañarlos. Al menos eran un número par en el grupo, hasta que aparece en sus vidas Kawashima Ami, una belleza de largas piernas que revoluciona toda la escuela. Aunque nos la presentan como una niñata vanidosa y superficial es posible que éste sea el personaje más interesante deToradora, esa clase de personaje figurante que está durante prácticamente toda la serie, y que sin alterar en absoluto la trama cada vez que abre la boca consigue sorprenderte para bien. Ami es una modelo famosa que con su fingido encanto se gana la admiración de chicos y chicas por igual, pero en el fondo se trata de una adolescente furiosa con su realidad que cree que nadie la ve ni la entiende de verdad, en fin, una actitud compartida por todos los adolescentes del mundo. Si hablamos de personajes con peso, considero a Kawashima Ami una figura completamente intrascendente en la historia que cuenta Toradora, ya que con ella o sin ella la trama apenas se habría alejado de sus cauce, pero sorprendetemente a mi me parece el personaje más atractivo y misterioso de todos. Resulta paradójico que a partir del momento en el que en teoría se ha integrado en la escuela es cuando más se la ve como un pez fuera del agua, es demasiado inteligente, demasiado madura y consciente de la realidad para el ambiente tan despreocupado en el que se mueve. Como una observadora que mira y comprende todo pero no puede interferir porque esa no es su historia, y ella lo sabe.
Toradora se presentaba como la típica comedia romántica, pero no, conforme fui avanzando en sus episodios me di cuenta de que se tocan muy diversos temas, como por ejemplo las máscaras que utilizamos en la sociedad para que no nos hagan daño. Aquí encontrareis mucho humor, romance, amistad y hasta algo de drama, poco, pero ahí está. Por tanto, te hará reir y otras veces, incluso, puede que se te escape alguna lagrimilla.
Lo cierto es que a medida que avanzaba la trama más me picaba en la serie (los últimos 5 episodios los vi seguidos) ya que tiene una chispa mágica que agrada sobremanera a los seguidores de este género. Y aviso, la serie engancha eh. En un principio el personaje de Taiga me estresaba un poco jeje pero a medida que avanzan los episodios vas descubriendo su carácter y su lado tierno y, bueno, te encariñas con el tigre compacto .
A todos los amantes del anime, o más concretamente del shojo, estoy segura de que les gustará. Como he dicho, pronto empiezas a encariñarte con los personajes y la verdad es que te da cierta pena cuando termina la serie… ¡una se queda con ganas de más! Por el final que tiene, perfectamente da pie para una segunda temporada, pero que yo sepa no hay ningún proyecto en marcha.
Que la disfruten!!!
Saludos!!