Tiger King (Miniserie de TV)
Sinopsis de la película
Miniserie de TV (2020). 8 episodios. En el mundo de los propietarios de grandes felinos, la realidad supera con creces a la ficción. Entre los excéntricos y gurús que lo habitan, pocos destacan tanto como Joe Exotic, un cantante de country polígamo y amante de las armas que dirige un zoológico de carretera en Oklahoma. Joe, un tipo carismático pero descarriado, y unos personajes increíbles -entre los que se cuentan capos de la droga, estafadores y líderes de sectas- tienen algo en común: su pasión por los grandes felinos y por el estatus y la atención que suscitan sus colecciones de animales. Pero la situación se vuelve peligrosa cuando Carole Baskin, una activista por los derechos de los animales y propietaria de un refugio de grandes felinos, amenaza con arruinarles el negocio, avivando una rivalidad que acaba con el arresto de Joe, acusado de contratar a un asesino a sueldo. La investigación revela una historia retorcida y rocambolesca que deja bien clara una cosa: lo único más peligroso que un gran felino es su dueño.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tiger King
- Año: 2020
- Duración: 43
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Opinión de la crítica
6.7
88 valoraciones en total
Que los criadores y exhibidores de grandes felinos, los tengan, no por su supuesto amor a los animales sino más bien para hacer negocio con los mismos no es algo nuevo, tiene muchos años. Lo que muestra el documental es que muchos de estos criadores son unos tarados, parecen recién salidos de un manicomio y que además se aprovechan de lo/as amantes de los animales e incluso de inadapatados y ex convictos para mantener sus zoos, a los animales e incluso para formar un harén personal propio.
El negocio no esta tanto en la exhibición de los animales, sino en los cachorros de los grandes felinos, ya que todo el mundo quiere hacerse una foto con el lindo gatito, lo malo es que crecen, llegan a pesar 200 kilos y tienen la mala costumbre de ser salvajes por lo que algún mordisco o zarpazo siempre cae y algún brazo o pierna se pierde en el camino.
La fauna de los criadores es cuando menos peculiar, hay desde un cantante gay de country (Joe Exotic) que está casado con dos de sus empleados que suelen ser marginados y/o ex convictos a los que paga una miseria, un narcotraficante, estafadores, un líder de una secta que se considera un elegido de Dios, casado con al menos cuatro de las cuidadoras de sus gatitos a las que paga una miseria pero a las que también propone implantes mamarios gratis. Y luego esta Carole Baskin la defensora de los felinos y enemiga de los criadores, en especial de Joe Exotic.
Dedican todo un capitulo a explicar el matrimonio de Carole Baskin y la desaparición de Don Lewis (su segundo marido) que tenía los mismos años de diferencia con ella que millones de dólares (unos 20) y que al final quería divorciarse de Carole Baskin para lo que incluso redacto y firmo una orden de alejamiento. Lo increíble de esta historia es que un millonario desaparece y finalmente es declarado muerto, mientras la policía no tiene ninguna pista, contandonos datos como que su furgoneta aparece vacía en el parking de un aeropuerto de avionetas que para llegar a Costa Rica necesitan repostar cuatro veces, él que siempre iba a ese pais en aviones de línea comercial.
Mucha gente que ha visto el documental llega a odiar a Carole Baskin, porque al principio la hacen parecer como una gran defensora de los animales que lucha contra el maltrato animal, para poco a poco hacernos ver que es una oportunista que se aprovecha de los animales tanto o más que el resto de tarados, con el agravante de la desaparición de su segundo y millonario marido.
Lo increíble no es Carole Baskin o el resto de la fauna de criadores, lo increíble es que en USA hay más tigres en cautividad que tigres viviendo en libertad en todo el mundo. La mayoría de ellos en manos de unos tarados, armados hasta los dientes que parecen salidos de un manicomio, algunos con cientos de amantes/seguidores que pueden acabar trabajando para mantener a los felinos o para satisfacer sexualmente a sus propietarios. Los felinos no cuentan salvo para conseguir mas dinero, seguidores y/o amantes. Es USA en estado puro.
Mucho se está hablando del último documental de Netflix, Tiger King. Recibido con entusiasmo por la crítica especializada (94% en Rotten Tomatoes), está siendo un rotundo éxito, ofreciendo al espectador una historia real de esas que tienes que ver para creer. Y es que a veces, la realidad supera a la ficción.
El documental nos cuenta la la vida de Joe Exotic, extraño sujeto amante de los tigres y propietario de un zoo (por llamarlo de alguna forma), que está encantado de haberse conocido, tiene dos maridos y muchos enemigos. Y claro, llega un momento donde todo explota, en una imposible trama de traiciones y enredos que haría las delicias de los hermano Coen (o los hermanos Farrelly). De hecho no me extrañaría que alguien adquiriese en breve los derechos para hacer la película. Michael Keaton (o en su defecto, David Spade) para el papel principal, por favor…
La adictiva miniserie/documental consta de siete episodios, de poco más de cuarenta minutos cada uno, y la verdad es que se pasan volando y lo que se nos cuenta es tan interesante y difícil de creer, que se visualiza uno detrás de otro sin problemas (yo he tardado dos días en acabar los siete). Sí, realmente estamos ante una telenovela con un guion tan imposible que parece escrito por un chimpancé, pero lo que aquí destaca es que todo es verdad.
La verdad es sigo preguntándome como han conseguido tanto material sobre su enigmático protagonista y todos los implicados, inconscientes de que se iba a tejer una bizarra trama de tigres, dinero y traiciones, digna de una película de serie B donde no hay buenos, sino más bien individuos sin escrúpulos, ya que todos los personajes que se nos presentan son de dudosa moral (y sacados de un circo de payasos).
Aunque es cierto que la figura de Exotic resulta extrañamente hipnotizante y los variopintos personajes de su alrededor no se quedan atrás, se echa en falta una denuncia más abierta y tajante ante el comercio y maltrato animal, ya que es cierto que se nos presentan un par de reflexiones, pero todo ello parece eclipsado por las raras personalidades de los protagonistas de esta historia. Creo que era una oportunidad de oro para profundizar en ese asunto, ya que es muy desagradable lo que se cuenta en la miniserie, y más si eres amante de lo animales.
Tampoco se puede obviar que no todas las tramas cumplen y que hay pasajes que se podrían haber obviado (y no me refiero al pasado de Baskin, que conste en acta), pudiendo dejar el documental en cinco episodios, ya que siete quizás sea algo exagerado (curiosamente, es algo que creo que le sucede a la mayoría de series documental). Quizás otro punto negativo es el baile de años, ya que pasan de un momento a otro sin previo aviso (sobre todo en sus últimos episodios), siendo todo un tanto caótico, por lo que conviene no estar despistados ante los imposibles giros (que no son pocos) de los acontecimientos.
Y no podemos olvidar esa exposición de la América profunda, con sus derechos a las armas, su ego desorbitado o sus canciones country (atención a los videoclips de Exotic). Una delicia que pone de relieve la América de Trump.
Respecto a la calidad técnica del documental, no puedo decir mucho al respecto, más que nada porque el mismo se compone de fragmentos del programa de Joe Exotic para Internet o de entrevistas varias, así como imágenes de archivo. Creo que sus responsables estuvieron en el momento justo ante una impagable historia que les dio de repente en las narices. Nadie lo vio venir y aquí está el resultado.
La verdad es que el documental deja con ganas de más, al dejar muchos agujeros e incógnitas sin resolver, pero algo he leído de que se está revisando de nuevo el caso… Al final no queda otra que disfrutar de su rocambolesca y extravagente historia, con un sujeto tan repugnante (por el tema animal) como fascinante, unos individuos de dudosa moral (y me refiero a todos y cada uno de ellos, incluida la señora Baskin, irritante como ella sola) y una serie de sucesos dignos de una comedia de humor negro y grueso, de esas que ves en el cine con palomitas, tan inverosímiles que es imposible entrar en la historia. Pues bien, esto ha pasado, y parece que la cosa no tiene un desenlace, de momento.
En conclusión, un bizarro documental, recomendable si quieres pasar un rato entretenido y diferente, y que, sin ser ninguna maravilla (debido a los puntos negativos comentados) supone un acierto de la plataforma, al ofrecer una historia diferente y original que no dejará indiferente a nadie. Seguramente sepamos más cosas del caso en breves, y quizás Netflix se anime con otra nueva tanda de episodios si es que la cosa sigue adelante. No me importaría, porque lo que es seguro es que el documental te deja con ganas de más. Y eso no lo consigue cualquiera.
Más críticas: ocioworld.net
Para empezar a entender de qué va Tiger King vale este dato como muestra. Los personajes más cuerdos son: una chica que era cuidadora de un zoo y que perdió un brazo a manos de un tigre. Otro cuidador del mismo zoo al que le faltan las dos piernas y usa unas bonitas prótesis con dibujos de personajes de cómics.
Esta es la vara donde se mide Tiger King: lo normal es raro. La anormal supera lo bizarro.
Los siete capítulos nos llevan a conocer qué hay detrás de los zoos y parques que tienen a criaturas salvajes en exhibición. Lo que sería un argumento de NatGeo se transforma en una mezcla que combina exquisitos toques de la nación Red Neck USA, drogas, homosexualidad, armas, sonrisas desdentadas, clips de música country, poligamia, asesinatos, tigres viajando en maletas Louis Vuitton, candidaturas a presidente de USA y gobernador de Oklahoma, y una serie de aristas que sería largo de describir y difícil de entender.
Un rompecabezas que es una fascinante mirada a los Estados Unidos. Un país que se cree el rey de la jungla y que, cuanto más se muestra, más se conocen sus debilidades.
Menudos personajes. Gente que piensas que solo existía en los capítulos de El coche fantástico. Mientras asistes atónito, desde la perspectiva mediterránea, de tanto esperpento, te preguntas cómo puede ser que pertenezcas a la misma especie que todos ellos. Lo más razonable de todo, la mirada de los animales. La serie es un desfile bizarro de personas profundamente dañadas que tienen por dios el dinero y la fama. Cuando estás aún flipando, aparece otro más malo, más raro, más avaricioso.
Una de las cosas más llamativas es la asepsia descriptiva de tanto circo. Ignoro si porque la extravagancia no es tal desde el punto de vista de los creadores de la serie, o porque es su intención dejar a la voluntad del espectador toda mueca de sorpresa.
La verdad es que se les va cogiendo cariños a todos. A todos, menos a la parejita hetero.
Cada capítulo es interesante y hace más grande el panorama que tienes para juzgar a la gente involucrada en este universo de historias. Además todos en la pantalla parecen sacados de la película más inverosímil de Holywood… pero no: Es la vida real. No me parece que estas personas vivan en el mismo mundo que yo.
Ah, y vas a aprender a no confiar en nadie.