The Windmill Massacre
Sinopsis de la película
Jennifer ha viajado de Australia a Ámsterdam huyendo de su pasado. La fuga la lleva a un autobús de turistas que pretenden visitar unos famosos molinos de viento. Cuando el vehículo se estropee, el grupo no tendrá más remedio que refugiarse en un destartalado molino que esconde una oscura leyenda, sobre un devoto del diablo que recolectaba huesos humanos en vez de cereales.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Windmill Massacre
- Año: 2016
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
4.2
65 valoraciones en total
Un bus turístico con diferente amalgama de personajes se quedará atrapado en plenos Países Bajos, cayendo en reclusión en un viejo molino de viento con antigua leyenda negra detrás. De Holanda procede este slasher con toques sobrenaturales, en el que se aferra un argumento que pretende abordar, de una tacada, el asesino serial contra un grupo de personas con temática de trasfondo que aborda las puertas del inferno , con el surrealista precepto de situar esto en una zona por debajo del nivel del mar. El director Nick Jongeirus adopta las fórmulas clásicas del slasher en su época dorada, bajo la pretensión de añadir una abstracción narrativa plagada de oníricos y climáticos flashbacks, lo que unido a una decente factura técnica y la impresión dentro de su subgénero del elemento etéreo (recordando a algún que otro viejo clásico) compondrá el único interés de la cinta.
Lamentablemente, Jongerius se ve incapaz de manejar la iconografía que pretende concebir, formando un caos narrativo abocado a unas artificiosas y torpes escenas de impacto, restando muchísimos valores a una película en la que se germina una admirable pretensión de renovar un subgénero ya demasiado desgastado. Su ambientación, una Holanda rural auspiciada por la siempre fascinante presencia de los molinos de viento, se ve débilmente aprovechada, así como un villano cuyas dispersas apariciones suponen un agradecido apunte para evitar caer en los ramalazos más cutres del slasher, que inevitablemente rozará en la intención de dar una profundidad a sus personajes que se antojará como un añadido totalmente insustancial.
http://reverendowilson.com/
The Windmill Massacre es un slasher holandés que bebe directamente de los esquemas clásicos del slasher ochentero. La película no es muy original ni renueva el género mencionado, pero si utiliza todos sus elementos a la perfección para mantenernos enganchados a la pantalla durante casi hora y media (que no es poco viendo los productos que suelen realizarse).
En The Windmill Massacre un grupo heterogéneo de extranjeros que se encuentran en Ámsterdam, y que comparten sin saber todos ellos un pasado turbulento, recorren la campiña holandesa en un autobús turístico. Cuando el vehículo se para en mitad de la nada, los integrantes del viaje serán perseguidos por un molinero cuya leyenda dice que es el encargado de portar a los pecadores hasta el mismo averno para que expíen por sus vilezas.
Tras una rápida presentación de los personajes y contextualización de la historia, presenciamos un asedio letal por parte del molinero infernal hacia nuestros protagonistas con las dosis adecuadas de sangre y mala leche (aunque a un servidor le habría gustado algo más de visceralidad) que no cesará hasta el término de la cinta.
La película de Nick Jongerius, que hace las funciones de guionista, director y productor, y que es responsable de un buen puñado de films y cortos de terror en Holanda (entre las que se encuentra la interesante Frankenstein’s Army) tiene una buena factura técnica, un ritmo endiablado gracias a un montaje muy acertado y unas actuaciones correctas para este tipo de producto, que consiguen que la película no decaiga en ningún instante pese a que sigue las claves (que todos nos sabemos de memoria) del slasher a pies juntillas.
The Windmill Massacre presenta una influencia bestial (y no lo oculta) tanto en el aspecto argumental como en algunas soluciones visuales del fantástico clásico del maestro Wes Craven: A Nightmare on Elm Street, pero pese a ello es un entretenido y vistoso slasher con un personaje central, el molinero, que si la cosa funciona veremos muy probablemente en sucesivas entregas. Tal vez estemos presenciando la primera de las crónicas del Freddy Krueger holandés.
Reconozco que a mí esta película no me pareció mala, las actuaciones, la historia, lo que va pasando, a mí me parece correcto lo que pasa es que hay personajes que es que ya te ríes de lo absurdo. El japonés, que uno le dice chino, haciendo un ritual, en fin, que me gusta la cultura en general de otros países pero me pareció ridículo la verdad.
Luego, en la guagua —autobús—, si ella sabe lo que sabe, por qué no se calla por si acaso. Ya verán a lo que me refiero. No puedo decir mucho más de la película sino que es simplemente para pasar el rato e ir calentando motores para Halloween. Mejor empezar por las menos buenas y en la recta final ver las mejores.
Si tuviera que comparar esta película con la música lo haría con el álbum de Tori Amos «Night of Hunters», un disco bastante pasable. Si quieres saber qué tema escogí ve a mi canal de YouTube, busca esta crítica y podrás oírlo. Encontrarás mi canal en mi perfil de FilmAffinity.
Una película de retribución y pecados, con sus defectos, tiene la ventaja de que no engaña a nadie, desde el principio (o casi) ves las cosas claras, ves que todos los excursionistas tienen sus cosas que esconder y lo interesante es, llegando al final de la peli, ver quién se salva (si se salva alguien) y por qué.
Tiene un buen ritmo, una buena recreación del molino, la fotografía no está mal (ves bien lo que está pasando, que no es poco) y las acruaciones son, al menos, pasables.
Bastante gore, lo que dejará calmados con su dosis de hemoglobina a los que confunden el cine de terror con el asco (ya saben, esos que dicen no tiene buenas muertes ) pero se deja ver por aquellos a quienes no nos gusta las vísceras porque en nuestra familia el canibalismo se extinquió hace 35000 años.
Los actores… de todo hay. La protagonista, el crío y el japonés, un poco grimosos.
Y no entiendo por qué se quejan del final (spoiler)
Como apasionado del terror y amante de los slasher ochenteros que se presente una película de estas características y además proveniente de Holanda, un país que en estos últimos años ha sacado títulos realmente interesantes a priori todo pintaba fenomenal. Pero a pesar de tenerlo todo a su favor finalmente el producto se queda como algo anecdótico, con alguna que otra muerte destacable, pero con un malo con 0 carisma, una historia más bien floja y un final bastante olvidable.
Jennifer una joven que recién llegada a Holanda, huyendo de su antigua vida entra en un autobús que la llevará a un recorrido por los famosos molinos de viento que pueblan los alrededores de Ámsterdam. A mitad de recorrido el autobús sufre un accidente y se estropea, en medio de la nada el grupo decide resguardarse del tiempo y pasar la noche en un viejo molino abandonado. Lo que no esperaban es que allí les recibiera un ser de otro mundo, dispuesto a sesgar sus vidas una a una.
Su director, Nick Jongerius nos presenta The Windmill Massacre como su primer largometraje, pero viene con cierto pedigrí ya que había trabajado como productor en la curiosa y también holandesa Frankensteins Army, otra gamberrada con mucho regusto a los 80. Personalmente creo que la labor en dirección de Jongerius no está nada mal, sabe imprimir ritmo a la cinta y juega bien con los elementos típicos de este tipo de producciones, pero el problema viene en su guión, escrito por Chris W. Mitchell y Suzy Quid, basándose en la propia historia del director. Es aquí donde peca de contar una historia insulsa, se nos presentan personajes vacíos, ninguno de los protagonistas tiene una pizca de carisma y lo peor de todo es que el asesino tampoco la tiene. A esto sumamos un final bastante chapucero y se queda en una cinta que podría haber supuesto junto con películas como Cub o la saga Cold Prey, el golpe en la mesa del cine europeo respecto a los slasher que tan mala racha están pasando en la actualidad.
Uno de los apartados más destacables de esta cinta de terror holandesa, es sin duda alguna su apartado técnico, tanto en FX como maquillaje brillan bastante, destacando nombres como Rick Wiessenhaan (Dog Soldiers, La sombra del vampiro) en los efectos especiales y Rob Hillenbrink junto a su hijo Erik (The Human Centipede, New Kids Nitro) en el apartado de maquillaje. Todo un seguro de vida el contar con gente con tanta experiencia como ellos.
The Windmill Massacre, es un slasher curioso, que puede ser entretenida si te gusta este subgénero del terror, pero por desgracia, no pasa más allá de podría haber sido . No pasará a la historia del cine de terror pero puede ser una opción para desconectar de todo y ver cómo descuartizan gente debajo de un molino de viento. De no gustarte en especial este tipo de cintas te recomiendo que huyas de ella o empieces por las grandes del género como Viernes 13 o Halloween.
http://www.terrorweekend.com/2016/10/the-windmill-massacre-review.html