The Target (El objetivo)
Sinopsis de la película
Yeo-hoon, un mercenario de élite retirado, lleva una vida completamente normal. Un día, tras ver un hombre asesinado, unos criminales lo atacan, lo dejan malherido y es trasladado al hospital. Se convierte entonces en el principal sospechoso del asesinato. En el hospital, durante el turno de noche, consigue salvarse de nuevo de los asesinos. Al día siguiente, un médico recibe un aviso: han secuestrado a su esposa embarazada y sólo la liberarán si él se va con ellos. El doctor entonces ayuda a Yeo-hoon a escapar para poder rescatar a su esposa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Pyojeok (The Target) aka
- Año: 2014
- Duración: 98
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Opinión de la crítica
5.3
89 valoraciones en total
The Target es una película coreana que nos propone el típico thriller de persona perseguida, persona que no tenía nada que ver y malo malísimo. Es algo que el cine americano de los ochenta y los noventa se hartó de enseñarnos, y hoy os traigo la versión asiática de ese tipo de películas.
Todo empieza cuando entra un hombre herido de bala en el hospital, allí le atiende un médico cuya mujer enseguida secuestran para que lleve al herido donde el secuestrador le está diciendo. La cosa se lía, aparece la policía, los malos, aliados… pero todo sin tener claro el hilo conductor, como si el motivo de que todo esté sucediendo fuera secundario y lo importante fuera lo que sucede.
Es un argumento tan simple como que apenas hay hasta que al final de explican el mc guffin. Y sinceramente, esperaba que al menos hubiera algo de chicha y no me encontrara ante una película en la que las cosas suceden porque sí.
Por suerte el aspecto formal de la película está muy bien. No es una gran producción, pero se nota que está mejor hecha que los telefilms, con una post producción bastante maja. Lástima de nuevo, porque las escenas de acción no son todo lo espectaculares que uno esperaría de un film asiático, ni artes marciales, ni tiroteos espectaculares… acción ochentera normalita.
Los actores están correctos, sin alardes, así que tampoco me quejaré por éste lado.
Cogiendo todos sus elementos y juntándolos te queda una película a la que, puliendo el argumento (o dándole uno) y haciendo mejores escenas de acción podría haber estado hasta bien. Con el producto final tal y como ha quedado, no es una película mala, pero tampoco destaca absolutamente por nada, así que estoy convencido que saldrá de mi memoria cuando pasen un par de semanas.
O eso es lo que dice la RAE de esta película:
Efectismo: Efecto causado por un procedimiento o recurso empleado para impresionar fuertemente el ánimo.
Efectista: Que busca ante todo producir fuerte efecto o impresión en el ánimo.
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Una de las grandes cualidades de la nueva ola de cine coreano aparecido a finales de los 90 y que reventó definitivamente a principios de siglo era su talento para diferenciarse del cine norteamericano, siendo aparentemente similar a la hora de abordar el cine de acción y el thriller —también la comedia romántica—. Dejaba de lado (o perfeccionaba) la aparatosidad, las trampas de guión, buscaba nuevas formas de mostrar la violencia y de rodar escenas y un nuevo lenguaje que permitieran la renovación y nuevo auge del héroe de acción. En suma, nueva intriga, tensión e imprevisibilidad. Poco a poco han ido apareciendo nuevos cineastas con la intención de explotar el camino internacional que abrieron directores como Park Chan-wook, Bong Joon-ho, Kim Jee-woon o Na Hong-jin, con desiguales resultados, aunque siempre competentes.
Demasiadas veces, para referirse al cine de acción, se usan términos como efectista o efectismo de forma negativa —y no tiene porqué serlo— y llega un momento en que pierden su significado, es por ello que de vez en cuando no viene mal realizar un recordatorio de lo que quieren decir. Mientras recordaba esta película, pensé en comenzar esta opinión con la palabra sexo en mayúsculas y con tamaño de fuente 72, para explicitar claramente a qué me refiero. No es que The Target (El objetivo) tenga nada que ver con el erotismo o la sexualidad, al contrario, es que lo negativo de su efectismo es que no acaba de dar lo que promete. Por ejemplo, la trepidante primera escena, acción pura, aunque algo espídica para mi gusto, para minutos después dar paso a un drama con cierta querencia lacrimógena, con relaciones que no transmiten lo que pretenden y que evitan la participación emocional del espectador en el asunto principal por la propia simplicidad de las interacciones entre los protagonistas, en muchos de los casos resueltas torpemente. Además, no por poner una cámara en el espejo retrovisor de un coche para rodar un alunizaje estás haciendo una gran escena de acción, sobre todo si no me entero de quién recibe y quién da, ante el exceso de movimiento o de diferentes tomas (muy cortas) en una escena de lucha cuerpo a cuerpo.
Por otra parte, puestos a coger tópicos del cine, mejor que no sean ni estadounidenses ni franceses —The Target (El objetivo) es el remake de Cuenta atrás (2010)—, sino autóctonos. ¿Dónde está el correspondiente hacha del cine coreano? Es verdad que tenemos a un protagonista que cada vez sangra por más orificios, pero coge prestados demasiados clichés del cine comercial americano, sin con ello negársele el buen hacer y la capacidad para mantener el interés durante la mayor parte del metraje. A pesar de lo cual, le pesa el exceso de argumentos, que más que generar sorpresa e intriga, dan lugar a cierta impaciencia por ver cómo se resuelve todo. No me creo en ningún momento a la mujer del protagonista —y no tiene nada que ver con su idiosincrasia—, y me molestó que alargaran ciertas escenas para crear tensión, pues no lo consiguen.
Es incomprensible que una película con tantas tramas que se mezclan, se separan y se vuelven a juntar, que además no llega a los 100 minutos de duración, como es El objetivo, provoque la sensación de que algunas secuencias estén demasiado estiradas y de exceso de grandilocuencia —aunque esto último personalmente no me moleste tanto—. El cine coreano ha demostrado de lo que es capaz y en este caso también da buena muestra de ello, pero también se ha descuidado el detalle de ser un remake y se ha ido directamente al recurso fácil, dando por hecho que como el original funcionó, apenas habría que intentar mejorarlo. Aquello que ya mucha gente criticó de El hombre sin pasado (2010), aquí se hace más presente. ¿Cine de hombretones valientes, fuertes y robustos para hacernos llorar? No veo por qué no, pero no tan simple.
En cuanto a lo positivo, además de alguna de las escenas de acción y algún interesante —aunque no demasiado inesperado— giro argumental, está el propio carácter del cine llegado de Corea del Sur, y es que tus actos tienen consecuencias, de algún modo. En este punto siguen separándose del cine de acción norteamericano, donde todos podemos imaginar al gran héroe de acción recuperándose de sus heridas en el hombro junto a los policías y enfermeros que le alaban por su fortaleza para resolver un caso a base de hostias y asesinatos —pero de los malos—. En cualquier caso, se aprecia el esfuerzo por avanzar en la leyenda de que este cine es de los mejores del panorama mundial, y que éste siga llegando a las salas de cine de nuestro país es una buena noticia.
De buenas intenciones no se vive, sólo de ganas no se llega a meta y la buena voluntad ni alimenta ni quita el hambre, dispuesto todo para comer, buena mesa/mejores comensales no basta con entregar los platos sin más, con ofrecer acción de pasos consabidos, memoria de patrón que se repite constantemente en este tipo de relatos, se necesita carisma, pasión y apetencia por la locura ofrecida, injusticia a vengar, lealtad a demostrar, bravura a encontrar, valor a descubrir, delicia de captación en ese desfile suntuoso donde inocente acusado injustamente se rebela, saca toda su fuerza y energía y vence a toda la cúpula de un maligno caballo de Troya que esconde toda la basura y mediocridad que rodea a los héroes incansables y persistentes protagonistas de tan loable aventura, deseoso espectáculo atroz de muerte, venganza y justicia no ciega que debe seducir, encantar y abducir como el agua al sediento.
Médico inoportuno, que realiza concienzudamente su trabajo, se ve metido en carrera desesperada de contrarreloj, puesto en marcha, por salvar a su esposa embarazada a cambio de entregar a paciente sospechoso de asesinato, a partir de ahí, polis corruptos, polis nobles, polis despiadados y asesino que salva a su benefactor y salvador, sabes quién va a morir, sabes quién va a vivir, sabes quién perderá, sabes quién vencerá, cada época con sus grandes ilustres para tan jugoso papel, desde Steven Seagal a Bruce Willis, a un más actual Liam Neeson o el siempre eterno y carismático, de cualquier estación si se pone a ello, Clint Eastwood.
Seamos sinceros, los que murieron iban a morir de todas formas y las emociones sólo duran un momento… , y justamente por ello, debes ofrecer impactante adrenalina, radiante resquemor, adorable persecución, brillante amargura y un fervor adictivo por seguir al nada-inmaculado Hércules de turno, sin trono ni corona, simpatizar con su propósito, respaldar su atropello y abuso y apoyar su guerra más tratándose de cine experto en violencia gratuita, brutalidad sin compasión y un desenfreno visual de imágenes duras y atónitas, excelente y exclusivo de su particular marca, en cambio, aquí sólo cabe preguntarse ¿qué te ha pasado que te has quedado famélico?, ¿qué hay de tu poder, maldad y vicio?, ¿dónde olvidaste tu carácter?, ¿qué hay de tu puño y brío?, ¿estás a dieta que nos dejas a dos velas?, porque acá se busca, destaca y aleccionar, por encima de todo, la firma y estilo coreano, en caso contrario, me voy a buscar a los susodichos de arriba y la americanada de turno porque, ser bueno en la gran pantalla es aburrido cuando se busca muerte, golpes, tiros y más muerte y, realizar un remake de Cuenta atrás de Fred Cavayé a un nivel tan leve de impacto y ausente de herida es faltarle el respeto o molestarse pana, que todavía es peor.
Potencia, impacto, asombro escénico de frenético ritmo y compás loco exhibido con bravura, subidón ascendente de caos que sábes dónde va y cómo terminará, por ello, puesto que se anticipa la lectura de su argumento, se espera que decore su recorrido con impresiones que fundan el hielo, nublen un día soleado y provoquen un huracán en un día de calma, aquí sólo encontrarás un poco de viento que da para despeinar el pelo y ¡poco más!
No deja huella profunda ni gran recuerdo la presente cacería humana, trabuco que apenas altera, incomoda, alienta o satisface su propósito, conexión débil que no sacia lo previsto ni cumple con su objetivo.
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