The Invocation of Enver Simaku
Sinopsis de la película
18 años después, Julien vuelve a Albania con el objetivo de entender la muerte de su esposa Ángela. Con la ayuda de sus antiguos colegas, se adentrará en un mar de grabaciones, informes policiales y visiones del Más Allá.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Invocation of Enver Simaku
- Año: 2018
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
4.6
40 valoraciones en total
Ópera prima del director español ambientada en Albania y protagonizada por Julien Blaschke, Antonio de la Cruz (Dont Speak, 2014), y Ferran Gadea (La Alquería Blanca, 2007) entre otros.
18 años después, Julien vuelve a Albania con el objetivo de entender la muerte de su esposa Ángela. Con la ayuda de sus antiguos colegas, se adentrará en un mar de grabaciones, informes policiales y visiones del Más Allá.
Esta ópera prima mezcla diferentes recursos narrativos como algunos audios que consiguen perturbar al espectador, falso documental y dramatizaciones. Siendo este último su punto más flojo con unas actuaciones que no me llegan a convencer aunque en ciertos momentos nos regalen momentos suficientemente tensos. The Invocation of Enver Simaku se centra más en la investigación de nuestro protagonista que en provocar terror de forma directa, aunque dicha investigación va oscureciéndose a medida que el film avanza. Además, por el camino la película nos aporta ciertos datos históricos y políticos sobre el territorio donde se sitúa que resultan cuanto menos curiosos, ya que Albania es un país desconocido para la mayoría del público.
En definitiva, The Invocation of Enver Simaku es una curiosa mezcla de recursos narrativos donde funcionan unos mejor que otros, y con un ritmo algo pausado, no es para todos los gustos aunque no por ello deje de ser una propuesta digna y diferente.
Nota personal 5/10
La opera prima del cineasta alicantino Marco Lledó Escartín tiene la virtud de no parecerse a nada que hayas visto antes. Aunque uno pueda pensar que está a punto de tragarse una versión balcánica de The Black Door o El Proyecto de la Bruja de Blair, The Invocation of Enver Simaku es otra cosa. Una imersión en las simas de la obsesión y del trauma.
Julien, el escéptico protagonista, intenta superar el suyo intentando averiguar la verdad tras la extraña muerte de su esposa, pero a lo largo del viaje descubre una presencia que le acompaña y se va apoderando de él como antes lo ha hecho de otros. ¿La extraña criatura a la que algunos acusan de una serie de desgracias acontencidas en varias ciudades albanesas? ¿El devorador de almas? ¿Llevamos todos a la criatura en nuestro interior?
Con una fotografía preciosista de María Santolaria, (que refuerza la sensación de estar ante un interesante experimento de terror atmosférico) la película coquetea de forma lograda con el cine de metraje recuperado. Sobria, contenida, llena de metáforas y planos hipnotizantes, alguna de sus escenas te perseguirá días después de su visionado, y te hará hacerte preguntas. ¿Controlarás tu curiosidad o dejarás que te devore?
The Invocation of Enver Simaku es la ópera prima del director Marco Lledó Escartín. Un proyecto personal en el que se mezcla la investigación de un asesinato sucedido en el pasado con hechos históricos reales y las fábulas y leyendas existentes en Albania. En un tono extraño mezcla de película de terror y documental histórico, la obra es un sin fin de entrevistas a testigos relacionados con el brutal suceso que aconteció en el pasado. La matanza de Puerto Hurraco trasladada a la realidad de una Albania que en esos años pasaba por grandes cambios políticos y sociales que convirtieron esa época en una de las más caóticas y trágicas de su historia. Una propuesta inicialmente interesante que abruma por la cantidad de información ofrecida en voz en off y en la que no acaba de encajar su mezcla de géneros.
Más críticas de cine y series (y algún que otro monigote): https://unhombresinpiedad.com
Tras reponernos del susto inicial de volver a visionar otra cinta found footage, nos acercamos con curiosidad a un producto que mezcla esto último, por suerte en pequeñas dosis, con un documental dramatizado. El cambio no nos ha acabado de convencer ya que no profundiza excesivamente en un género, el documentary, que ha dado grandes títulos y en el cual han participado grandes cineastas como por ejemplo Martin Scorsese con obras del calibre de My Voyage to Italy (1999) y No Direction Home (2005), y Jonathan Demme en sus ya celebres films acerca de un genio como Neil Young.
Suponemos que Marco Lledó Escartín no pretendía tanto ya que se queda a medio camino entre lo comentado anteriormente y una burda dramatización que tiene como telón de fondo posesiones satánicas provenientes de la siempre electrizante Albania.
Julien regresa a Albania con la determinación de esclarecer la razón por la que murió su esposa Ángela. Para ello cuenta con la colaboración de todo tipo de personajes de la población albanesa de la actualidad que a través de oscuros registros audiovisuales, archivos policiales y visiones del más allá intentan ayudar a su comprensión, hasta que el miedo libere el terror nuevamente.
Extraño film con una difícil digestión. A eso no ayuda para nada un ritmo algo lento y unas escenas cargadas de nostalgia rural, por cierto muy bien conseguidas. Pero no solo de escenografía vive el cineasta. Eso, con ser muy importante, no tapa lo verdaderamente importante como puede ser una buena historia. Y aquí nos encontramos con algo que hemos visto infinidad de veces, aunque utilice otros nombres sacados de la iconografía local, que dicho sea de paso, tampoco difieren mucho de lo que estamos habituados a ver en este tipo de films.
Llama la atención la acertada mirada acerca de un país perfectamente desconocido hasta 1991, año de creación de la actual República de Albania. ¿Antes?, pues un oscuro periodo que parte en 1944 con la creación de una democracia popular socialista, bajo el liderazgo del dictador Enver Hoxha. No creo que sea del interés de todo el mundo, pero es de agradecer el empeño en mostrarnos un país que si os ponemos un mapa ciego no sabríais ni donde está.
En el apartado técnico nombrar la fotografía a cargo de María Santolaria. Tiene la suerte de rodar en exteriores casi vírgenes, de los cuales más de un especulador soñaría con hacer un resort.
En las interpretaciones personajes oscuros, pero con algún que otro bagaje detrás, como por ejemplo Antonio de la Cruz, sin ser el protagonista. Este papel recae en Julien Blaschke que también presta su voz en off en todo el metraje. Del resto destacar a Paula Baixauli y las veteranas Tinka Kurti y Margarita Xhepa.
Ideal para todo aquel que ame los films novedosos con un trasfondo histórico. Quedará encantado. El resto de los mortales puede que tengan miles de alternativas.
http://www.terrorweekend.com/2018/10/the-invocation-of-enver-simaku-review.html
Lo mejor: el enorme mérito del autor (aunque parezca incierto debuta detrás de las cámaras en el séptimo arte) a la hora de coger el testigo de un subgénero como el que ocupa (el de las posesiones e invocaciones), venido a menos con el paso de los años (no por la cantidad de producciones que lo aluden sino por la pésima calidad de las mismas), afrontando el reto con tanta firmeza como personalidad para, con registros tan exactos como la hora de inicio del pase de prensa celebrado en la imponente sala cuatro de los renovados Cinemes Verdi de la ciudad barcelonesa, firmar multitud de escenas verdaderamente estremecedoras a base de mucha sugestión y escasa explicitud, la malsana sensación que a uno le invade tras visionar la cinta (podría entenderse como un alegato negativo pero es precisamente lo que se busca), y es que la recreación de los acontecimientos es, a grandes rasgos, sensacional, transmitiendo el elenco las vivencias de sus personajes como propias hasta alcanzar cotas muy próximas a la realidad en la mayoría de compases, el telón de fondo de índole bélica que, partiendo de la clásica confrontación ideológica entre creyentes y escépticos con la consecuente dualidad entre cuerpo y almas, sirve para exponer una sufrida investigación de ciertos hechos acaecidos para dilucidar si deben atribuirse a los ejecutores carnales o a una criatura fantasmagórica proveniente de la mitología albana (responde al nombre de Kukuth), remontándose a un famoso conflicto mesopotámico para contextualizarla debidamente.
Lo peor: el devenir de la trama resulta poco sorprendente (valga mencionar como ejemplo la advertencia introductoria sobre el anonimato de los verdaderos protagonistas por expresa petición de los supervivientes, de lo cual se deduce que tendrán lugar varias muertes), y es que el cóctel de algunos elementos (en especial visiones e informes) no termina de cohesionar sólidamente como para trascender más allá del mero entretenimiento, lográndose generar suspense pero no terror, la demora en estrenar la película en salas comerciales (y decidir hacerlo de manera muy limitada) tras exhibirse en multitud de festivales (entre ellos el popular Sitges film festival en su edición de dos mil dieciocho), pudiendo este hecho impacientar hasta el errático punto de no conceder ahora una oportunidad a la propuesta como, de hecho, ha ocurrido con la citada proyección, pues la popular expresión éramos cuatro gatos se aplicó tal cual (exactamente esa cantidad corresponsales nos encontrábamos en la proyección), el relato está muy bien documentado aunque no tan gratamente ejecutado (la historia en sí atrae sin remedio pero se pierde el interés a menudo por la lentitud de la que se dota al ritmo narrativo), interviniendo en ello el ansia por presentar un producto multilingüe (a lo largo del metraje tienen se recurre a varios dialectos y ni siquiera el título está en el idioma patrio proviniendo del mismo), dando la impresión de querer desvincularse de los orígenes en aras de un mayor éxito internacional cuando, obviamente, una cosa no conlleva la otra.
Daniel Espinosa
http://www.cementeriodenoticias.es.tl