The Forest of Love
Sinopsis de la película
Jo Murata es un hombre despiadado que usa su carisma para manipular a la gente. Cuando Murata conoce a Shin, este decide que Murata y su turbulenta relación con Mitsuko serían el tema perfecto para su película. A medida que avanza el rodaje, las mentiras comienzan a no distinguirse de la verdad y los límites de la humanidad se ponen a prueba, dando como resultado actos tan estremecedores como repugnantes.
Detalles de la película
- Titulo Original: Ai-naki Mori de Sakebe
- Año: 2019
- Duración: 151
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Opinión de la crítica
Película
5.8
84 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Chiho Fujii
- Cyborg Kaori
- Dai Hasegawa
- Denden
- Eri Kamataki
- Fûsaku Tani
- Gaku Sano
- Hajime Tsukumo
- Hideyuki Kobashi
- Kippei Shiina
- Kyoko Hinami
- Manaka Kinoshita
- Miyu Kinoshita
- Nami Uehara
- Nana Mizoguchi
- Natsuki Kawamura
- Sei Matobu
- Shin Shimizu
- Shinnosuke Mitsushima
- Sho Yakumaru
- Takato Yonemoto
- Tsukino Yamamoto
- Young Dais
- Yuki Ashida
- Yuki Nagashima
- Yuzuka Nakaya
*Un universo fetichista y bizarro
The Forest of Love sigue a un grupo de chavales aspirantes a cineastas que decide centrar su primera obra en la figura de un carismático y manipulador estafador llamado Joe Murata. Pronto la ficción que crearán será indistinguible de la realidad que les rodea, lo que les llevará a una espiral de violencia que pondrá a prueba la capacidad de supervivencia de su propia humanidad. Todas las relaciones planteadas serán un reflejo de la toxicidad del amor.
Como acostumbra a hacer Sion Sono, los primeros 20 minutos del film son absolutamente caóticos, con un montaje abrupto que sin continuidad temporal mezcla ideas y temas. El espectador se siente sacudido y perdido, sin saber muy bien hacia donde te dirige la trama. Entre ese barullo delirante y kitsch, hay algo fascinante que surge de su radicalidad e independencia creativa.
A partir de ahí, The Forest of Love es capaz de desplegar todo el universo fetichista y bizarro de Sion Sono. Tan enfermizo como subyugante, no te soltará en los 151 minutos de duración de la película y que, a su vez, es un compendio de los elementos y obsesiones que integran todo su cine anterior. Si eres seguidor del trabajo del director, vas a disfrutarla mucho. Si te acercas al film sin saber donde te metes, puedes salir escaldado y un poco traumatizado, pero merece la pena el intento.
*El efecto de vampirización del cine
Entre todas sus posibles lecturas, The Forest of Love acaba siendo otro homenaje al cine. En ese sentido, podría catalogarse como el reverso oscuro de One cut of the Dead (Shin’ichirô Ueda, 2017), aquel film japonés de zombies que arrasó en medio mundo festivalero. Pero más allá de la pasión que destilan por el cine y su lugar de origen, poco más tienen en común. No es la primera vez que Sion Sono utiliza el cine dentro del cine como metáfora de su propia vida. Ya lo hizo en una de sus mejores obras, Why don’t you play in hell? (2013), donde un grupo de cineastas rodaba una película de guerrilla sobre la Yakuza, dejándose literalmente la piel para conseguir las mejores imágenes. Ya lo decía Manuela Velasco en [REC]: «Pablo grábalo todo…¡Por tu puta madre!».
En esta ocasión, el inefable grupo de cineastas frikis seguirá la figura de un mentiroso compulsivo. Un cantante y playboy llamado Joe Murata que tiene la capacidad de hechizar y manipular a todas personas de su entorno para conseguir someterlas y hacer lo que quiere con ellas en una relación de sumisión sadomasoquista. Sion Sono hará lo mismo con nosotros. Salvando las distancias, el personaje de Murata podría definirse como su alter ego. Eso hará caer a los chicos en una espiral de salvajismo casi primitivo donde la prioridad será continuar haciendo la película, aunque pierdan todo rastro de humanidad por el camino. El cine como vampirismo emocional al que no se puede renunciar, muchos se identificarán con eso.
A medida que The Forest of Love avanza se vuelve más bestial y gore, sin renunciar nunca al humor negro, contiene secuencias que removerán las tripas a más de uno. Si los primeros 20 minutos decíamos que son caóticos, el resto es un WTF constante que llena la pantalla de absoluta locura e imágenes apabullantes. Te puede gustar más o menos la propuesta, pero es innegable que Sion Sono es un cineasta con grandes ideas visuales que deja en pañales a muchos otros.
*La hipérbole narrativa como modus operandi
The Forest of Love posee una belleza perturbadora y un sadismo casi insoportable, pero como sucede con el carismático Joe Murata, interpretado por Kippei Shiina de forma genial, la película ejerce un poder de seducción en nosotros que hace que no podamos dejar de mirar la pantalla. Para mi gusto, la película en su constante escalada hacia el Deus ex machina solo pierde el rumbo en un epílogo que alarga la trama de forma innecesaria con algunos giros dramáticos imposibles. Además de Shiina, el resto del reparto también está fantástico.
Por otro lado, Sion Sono utiliza repetidamente dos temas de música clásica que acaban por hipnotizarnos. Son el Canon de Pachelbel y el Adagietto de la Sinfonía no. 5 de Gustav Mahler, ambos ya utilizados en Antiporno y Guilty of Romance, respectivamente. Se ensamblan a las imágenes con inusitada coherencia, dotándolas de una mayor fuerza expresiva y de una poesía casi embriagadora.
The Forest of Love juega con el exceso hasta el final. Sus constantes hipérboles narrativas nos llevan hasta unos créditos donde se nos asegura que la película está basada en hechos reales. Otra broma siniestra del director.
*Conclusión
The Forest of Love es una película inclasificable, suicida, bizarra, excesiva y salvaje. Es una experiencia sensorial que seducirá a los iniciados en el cine de Sion Sono y, también, a los espectadores que busquen un cine radical que no eluda la controversia. El público restante puede sufrir un colapso traumatizante.
La película tiene de todo. Una estructura caótica, humor negro y sangriento, violencia y disfrute por el gore. The Forest of Love es una historia fetichista sobre el cine y sobre el poder de seducción de las imágenes, especialmente cuando se transforman en nuestro subconsciente a través del filtro de la memoria. Una historia moderna de vampiros donde no salen vampiros.
Escrito por Daniel Farriol
Cuando se pone un director del sol naciente a querer ser rarito, intenso, sangriento o perverso,se le da bien pero la cuestión es darle un poco de sentido a todo. Algo que de lo que carece esta película que se te presenta con un inspirada en hechos reales los cuales cuestiono mucho y la inspiración debió de ser grande porque de la misa me creo un 10% o menos.
Es difícil pillarle el punto a la película ya que te da varios volantazos de guión recurriendo a escenas trágico-cómicas de las que cuesta tomarse en serio hasta que pasa el tiempo suficiente para darte cuenta de que lo que te cuentan no era una broma.
En lo visual bien,los actores no lo hacen del todo mal aunque la atmósfera es de sobreactuación. Lo que falla es un guión que a medida que va transcurriendo se va retorciendo más en su propia locura hasta llegar a pedir la hora para que se acabe la agonía y te deje algún poso sobre el que sacar algún tipo de conclusión final.
No llega a ser una buena película, aunque volará cerca en algunos momentos.
Cine japonés extraño, más de lo que normalmente ya nos parece a los occidentales. Actores subidos de tono, lo típico por esos lares, historias interesantes pero con giros difíciles de entender.
Esta película juega con la perversión, la dominación, el gore incluso, con escenas impactantes, un guión errático pero que resulta atractivo, personajes que van dando bandazos y no se explican bien a sí mismos. Y capta la atención del espectador, invade un poco esa parte voyeur que todos tenemos, la coloniza y nos deja atados a la butaca, al sofá en este caso.
Visualmente es muy potente, con partes que parecen sacadas de una ópera bufa y otras, en cambio, parecen planos de Fellini. Una amalgama difícil de conseguir, difícil de visualizar, pero que funciona en algún momento, lo que da cierto fuste a la película que, aún con estos brochazos estéticos notables,. acaba haciéndose algo larga.
Y que sepan que tiene una especie de continuación, por lo que he podido ver.
Interesante, en este caso la calificación y el adjetivo se hacen ambos justicia para hablar de esta extraña cinta nipona.
Esta película NO es para todos los públicos, me sorprende que venga auspiciada por Netflix pero bienvenida sea en cualquier caso.
Debido al caos, la brutalidad y la forma de abordar las peculiaridades culturales japonesas, casi desde el principio me vienen a la cabeza Visitor Q o Ichi the killer de Takashi Miike. Sin embargo TFOL no es una emulación, esta llena de detalles que la hacen muy personal y original, empezando por su estética cinematográfica que me parece muy acertada, si no fuese por esa forma tan experimental de rodar podría haber sido algo infumable.
Argumento:
Joe Murata es un estafador desalmado, que derrocha carisma y explota en su beneficio a la gente que le rodea. Mientras acecha a una de sus víctimas se cruza en su camino un equipo de rodaje amateur y a partir de entonces la historia se convierte en una en espiral muy loca de gore, violencia y fetichismo mientras se mezclan la realidad y la ficción.
Conclusión:
Me atrevo a decir que para el gran público esta película resultara difícil de digerir. Para mi ha sido una delicia, un festival excesivo y dionisiaco pero con una gran sensibilidad cinematográfica.
Inclasificable. Una película terrible. Un viaje atroz. Sion Sono rediseña una nueva versión apoyándose en los sucesos reales que le inspiraron a crear Cold Fish (no es un remake) conservando mucha relación entre ambos títulos. No es una película fácil de ver… Y mucho menos de digerir… Creo que producir esta sensación al espectador es algo habitual en su Cine, Sono no es un director común. Una vez más se vuelven a mezclar belleza y ferocidad, violencia y sexualidad, humor negro y rechazo… No apta para todos los públicos.
Actuaciones sólidas. Notable fotografía. Exquisito soundtrack. Las escenas de los flashbacks son impresionantes.
Me ha gustado mucho. Me ha impresionado.
Luz de luna en el bosque blanco, en todos los árboles, las cigarras salen de sus crisálidas. Y así, mientras me invaden pensamientos sobre ti en mi mente, mi cuerpo llega a su fase final de transformación. Luz de luna en el bosque helado, bebiendo savia, soy una mujer insecto.
Dato curioso: me sorprende mucho que Netflix (una plataforma tan comercial como lo es) haya arriesgado tanto produciendo este film de Sion Sono.