The Following (Serie de TV)

5 comentarios en «The Following (Serie de TV)»

1. Es más complicado valorar una serie que una película, pero hay casos como esta serie americana que basta con 7 capítulos para poder emitir una crítica.
   
   El argumento es adictivo y estoy seguro que estará teniendo mucha audiencia, pero el guión es bastante deficiente y está encaminado a enganchar a le gente que solo quiere entretenerse sin tener que pensar en nada. Me recuerda en muchos momentos a lo peor de Dexter o Perdidos, con situaciones absurdas, mal estructuradas y situaciones que pasan porque sí.
   
   Tanto James Purefoy como Kevin Bacon lo bordan y es de lo poco que hace que la serie merezca la pena. En los dos primeros capítulos hay varios momentos de terror, que a mí me llagaron a asustar.
   
   Después de siete capítulos abandono el barco y me centro en otras series cuya fidelidad argumental sea más interesante.

2. La serie no es una maravilla, eso está claro. Los personajes son planos, al cuarto capítulo se olvidaron de Edgar Allan Poe, hay violencia gratuita y sustos de manual, no innova. Pero engancha cosa mala, y eso tiene mérito. No es profunda pero se ve a gusto, y los dos protagonistas son actores que me encantan.
   
   Mi recomendación es que si se quiere pasar 40 minutos entretenidos, es una buena opción. Si se quiere algo profundo y de calidad, actualmente hay otras series mejores.

3. Es una serie muy muy tramposa.
   
   La estoy viendo pensando (iluso de mí) que el siguiente capítulo me hará olvidar la última trola que nos quisieron colar en el capítulo anterior.
   
   Me da rabia que los guinistas nos quieran tomar el pelo así, por que el capítulo piloto prometía y esperaba algo más, pero es que en cada capítulo meten una cagada.
   
   Se ve que soy un poco masoca, porque veré el final de la temporada y espero (iluso de mí) que el último capítulo alivie toda esa impotencia que te queda cuando ves que los malos se escapan de todos sitios aunque estén rodeados por los cuatro costados.
   
   Luego están los buenos del FBI, que cuando sabes que uno es malo, que le das el alto y no se para, que ese mismo te ha intentado matar anteriormente…. Yo pienso, mejor le disparas en una pierna o en el brazo y luego das las explicaciones que tengas que dar, pues nada, al final termina escapando…. qué iluso soy.

4. Con más agujeros que un colador en su endeble guión, The following , a pesar de que en su episodio piloto prometía mucho más suspense y acción se va desinflando a medida que los guionistas no saben qué hacer con su historia. Y a Kevin Bacon, el pobre, se le ve perdidísimo. No se puede estirar una historia hasta hacerla inverosímil, es lo que pasa cuando se intenta hacer el no va más y te sale un churro. Se trata de un cúmulo de situaciones casi inverosímiles que terminan, más que entreteniendo, aburriendo. Una serie que mezcla El silencio de los corderos con Seven y el resultado va poco más allá del caos. Con algo mucho más sencillo se hubiesen logrado mejores resultados.

5. Esperaba The following con mucho interés, ya que su argumento, a priori, prometía bastante. Tras tragarme el décimo capítulo me ha dado por pensar que los guionistas intentaron, en su día, entrar en las filas del FBI y los rechazaron. El rencor les ha llevado a escribir un guión en el que los agentes del FBI son una pandilla de chapuceros que no saben ni dónde se tienen en pie.
   
   Kevin Bacon, con cara de haberse fumado algo ilegal antes de entrar al rodaje, se luce en cada capítulo metiendo cada vez más la pata y, como bien dice el malo en este décimo capítulo, sigue sin enterarse de nada . He de reconocer que si yo fuera amigo de Ryan Hardy no me llegaría la camisa al cuerpo, ya que tendría todas las papeletas para que me dañaran de algún modo el estómago, que es lo que parece ocurrirle a sus pocos allegados.
   
   James Purefoy, el inolvidable Marco Antonio de Roma es tan sabihondo y tan repelente en su carisma que termina por ser empalagoso (tendré que volver a ver Roma para no terminar detestándolo). Que un asesino en serie desde la cárcel haya conseguido montar una secta a nivel nacional (de momento) sólo con su sonrisa de niño bueno no hay quien se lo trague. Su poderío para lograr que todo el mundo alrededor de Hardy sea de su secta hace que la serie parezca más el retrato de un caso de esquizofrenia con delirios persecutorios del ex-agente que el desarrollo lógico de un thriller.
   
   En fin, como dice otra de las críticas de por aquí, la única manera de seguir viendo esto es tomándoselo con humor, como si fuera una comedia homenaje a Buster Keaton o Harold Lloyd, en la que sólo nos queda esperar a ver cómo se riza el rizo de los despropósitos.