The Divine Fury
Sinopsis de la película
Después de perder a su padre a una edad temprana en un terrible accidente, Yong-hu (Park) abandona su fe cristiana y solo cree en sí mismo. Ahora como adulto, Yong-hu es un luchador campeón y tiene todo lo que siempre ha deseado, es decir, hasta que aparecen misteriosas heridas en las palmas de sus manos. Solicita ayuda de un sacerdote local, el padre Ahn (Ahn), con la esperanza de que el sacerdote pueda ayudarlo a aliviar las dolorosas marcas y se encuentre en medio de una peligrosa lucha contra las fuerzas malignas de otros mundos que buscan causar estragos en el mundo humano.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Divine Fury
- Año: 2019
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
5.6
88 valoraciones en total
Desde hace unos años atrás las películas sobre exorcismos y poseídos han ido cogiendo fuerza, sobre todo Hollywood ha sido realmente prolifero con este tipo de producciones. Pero realmente la aportación a este género ha sido escasa, creo que en la mayor parte de estas producciones se han limitado a contar los mismos tópicos una y otra vez.
El pequeño Yong-ho debe sufrir la pérdida de su padre a muy temprana edad. A pesar de ser un ferviente creyente cristiano, después de perder a su padre, todo este amor da paso al odio. 20 años más tarde descubre que el mal se ha aprovechado de él, debido al odio que alberga su corazón. Todo ese odio lo usará en su favor al unirse a un sacerdote exorcista enviado por el Vaticano para buscar un Sacerdote Oscuro que se oculta en la ciudad.
Por suerte para nosotros, los espectadores, The Divine Fury, no se limita a copiar la fórmula de este subgénero del terror. Creo que es un acierto la mezcla de terror y la acción que nos propone el director Kim Joo-hwan. Ha encontrado la fórmula perfecta entre ambos géneros para que puedan convivir en una misma película sin que chirríe en ningún momento.
Lo bueno que no se limita a mostrar un poquito de terror y una pizca de acción. Cuando toca cada uno de los géneros se mete hasta el fondo con ello. Pues preparaos para vivir algunas de las mejores y más terroríficas escenas de exorcismos de los últimos años, y no solo eso, pues cuando el protagonista decide que las palabras no son suficientes para ciertos demonios, las coreografías de acción nada tienen que envidiar a grandes títulos de mamporros.
Es el tercer largometraje dirigido por Kim Joo-hwan, y el cambio sufrido es abismal, pues da el salto de dirigir comedias y dramas a una cinta cargada de terror y acción a partes iguales. A pesar de ser la primera vez que convive con estos géneros tan diferentes a los que estaba acostumbrado, sabe desenvolverse en ellos como pez en el agua.
Un guion interesante escrito por el mismo director, junto a unos efectos tanto prácticos como digitales de primer nivel y esto unido a un elenco estupendo, el cual cuenta con actores de la talla de Park Seo-joon o el veterano Ahn Sung-ki. Todo esto sumado da como resultado el nacimiento de una nueva saga sobre exorcistas que promete dar mucho que hablar. Por buscar parecidos, para los más amantes del comic esta cinta puede recordar al protagonista de DC Comics, Constantine, el cual hace ya unos cuantos años tuvo una adaptación a imagen real protagonizada por el gran Keanu Reeves
Sin duda alguna The Divine Fury tiene todos los ingredientes para reventar la taquilla en cines tanto nacional como internacional. Esperemos que en nuestro país tenga cabida pues sería una lástima que nos perdamos la oportunidad de ver esta terrorífica película en pantalla grande.
https://www.terrorweekend.com/2019/08/the-divine-fury-review.html
Cuando era niño, el padre de Yong Hoo murió en un accidente con un cariz un tanto extraño. Yong Hoo desde entonces ha desconfiado y perdido toda su fe. Ahora, Yong Hoo es campeón en artes marciales y los designios de la vida le hacen conocer al sacerdote Ahn, un exorcista mandado en misión a Seúl desde el Vaticano. Junto al sacerdote Ahn descubrirá una realidad que solo podrá creer con sus propios ojos.
Bizarro sea quizá la palabra que mejor resuma ‘The Divine Fury’. Si te gustan las cintas que mezclan géneros, conceptos y que presentan ideas un poco locas, has encontrado justo lo que querías ver. Si por el contrario eres algo más clásico en tus gustos o formas cinematográficas, probablemente más de una cosa de las que se presenta en esta película te chirríe, un poco bastante. Por desgracia ‘The Divine Fury’ queda en un «pudo haber sido» y no entrega al espectador una cinta coherente y con peso narrativo, aunque si ofrece una historia entretenida y un elenco atrayente como la que más.
La película cuenta la historia de Yong-hoo, Park Seo Joon, y con esto ya tenemos asegurado el éxito en taquilla. Si le añadimos que le damos un fondo como campeón de artes marciales que cuenta con un pasado trágico que le hace perder la poca fe que pudiera quedar en una persona a la que extrañas circunstancias le han arrebatados sus padres bien pequeño, pues tenemos un personaje protagonista con el que puedes crear cualquier trama y petarlo. Park Seo Joon, como ya nos tiene acostumbrados, realiza un trabajo excepcional, sólido, y borda un papel complejo, tanto a nivel físico como emocional.
Su personaje, Yong-hoo, repentinamente gana la habilidad de luchar contra fuerzas malignas, cuando aparece en la palma de su mano una herida que sospechosamente se asemeja a los estigmas que quedaron en el cuerpo de Cristo tras ser crucificado. Es en este momento en el que se introducen en la trama conceptos de una enorme complejidad espiritual y social. El escepticismo lo inunda por completo, siendo acompañado de un enorme dolor y lucha continua contra una fe perdida hace mucho tiempo.
Una de terror, más o menos
Buscando respuestas plausibles, y no tanto, a esa herida que aparece en la palma de su mano, Yong-hoo, conoce al padre Ahn, Ahn Sung-ki, un exorcista de El Vaticano, y esa lucha interna contra sus propios demonios toma una dimensionalidad mucho más real cuando se ve implicado en las tareas, poco ortodoxas del padre Ahn. El contraste entre bien y mal, luces y sombras se hace patente en el momento en que los dos personajes se reúnen. Hay una necesidad inapelable del protagonista de comprender lo incomprensible y esto genera situaciones cómicas que nos arrancan la sonrisa debido a la incredulidad que se pinta en el rostro de Yong-hoo.
Por otro lado Ji Shin, Woo Do Hwan, a quien hemos disfrutado en ‘Save Me‘, es un joven misterioso con la capacidad de ver las debilidades de los demás, usarlas y explotarlas para su beneficio y causar el mal, vamos lo que viene siendo un demonio sobre la faz de la tierra. Es a través de su figura que se canalizarán esos poderes extraterrenales que invadirán los cuerpos de personas que por el motivo que sea se encuentran en predisposición a ser tentados por el demonio.
Por supuesto, exorcismos, qué mejor base para una buena película, que se supone de terror, que una trama plagada de ellos y curas bien entrenados en el corazón del Vaticano para luchar contra los espíritus malvados que se alimentan de las almas de los mortales. Esta cinta, a pesar de ser muy pintoresca no es muy original en muchos apartados. No tenemos que irnos más lejos que del nombre del pub donde se esconde a plena vista nuestro querido villano para ver que la inspiración no corría a raudales en la sala de guionistas. ‘Babylon’ es el nombre que escogen. ¿Puede estar más trillado? Creo que en 1 de cada 4 pueblos de España hay un pub con ese nombre, aunque claro, quizá en Corea del Sur sea toda una primicia…
Sigamos poniendo ejemplos: Seres endemoniados que saltan de camas, que se cuelgan a cuatro ‘patas’ del techo y que vomitan cosas indescriptibles mientras dicen cosas en un tono de voz de todo menos humano. Todo ello aderezado con unos atuendos de capa negra brillante a lo secta de fraternidad Kappa en cualquier película americana que se precie que aquí nada tiene que enviarle.
Pues si, será un guion que te ves venir desde el principio, con un desenlace que no queda ni cerrado, ni abierto, ni a medio camino entre estas dos cosas, pero que realmente entrega dos horas increíbles de entretenimiento puro. ‘The Divine Fury’ es una de esas películas que volverías a ver porque tiene un poco de todo y no mucho que pensar. Hay profundidad en sus líneas y su historia, pero a la vez no se adentra en ellas tanto como para hacerla infinitamente dramática y densa emocionalmente. Cuenta, en cambio, con los puntos justos de comedia y con una acción creíble y justa en su medida, por lo qué seguro, si has llegado a ella y te has quedado a verla, la disfrutes y recuerdes, una vez pasen los días con más cariño del que quieras desvelar.
En definitiva, el bromance y la puesta en escena da para estar haciendo secuelas a lo ‘Bad Boys’ con esencia coreana. Es lo que tiene juntar a un sacerdote entrenado en El Vaticano y a un luchador de la MMA profesional, que a la hora de mandar al otro barrio a espíritus malvados viene muy a mano.
3 sobre 5
Crítica para http://www.magazinema.es
Si llegar a ser una gran obra, es muy entretenida pese a su duración, porque se toma su tiempo en construir personajes de manera correcta. Esto no necesariamente obra en su contra porque nos permite empatizar con ellos.
No estará a la altura de El exorcista o La Profecía pero el el director y escritor Kim Joo-hwan logran mantener el interés en la historia y tiene un climax de ataque.
No se trata sin embargo de un film con abundantes efectos especiales, cosa de agradecer en un tiempo de plagado de vfx , pero los que tiene están muy conseguidos. .