Terroríficamente muertos
Sinopsis de la película
El bueno de Ash se dispone a pasar un fin de semana en el bosque con su novia. Pero todo se va al traste cuando reproducen una cinta en la que un profesor había grabado varios pasajes del Necronomicon, el Libro de los Muertos. El hechizo convoca a una fuerza demoniaca que convierte a la compañera de Ash en un monstruo ávido de carne. Sin saberlo, él y sus compañeros se disponen a pasar una noche en una cabaña en medio del bosque con un demonio en casa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Evil Dead II (Evil Dead 2: Dead by Dawn)
- Año: 1987
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.8
58 valoraciones en total
Posesión infernal no era perfecta, pero casi, le faltaba algo de chispa y un poquito mas de presupuesto. ¿Y qué hizo el bueno de San Raimi? Pues volver a hacer la misma película (el temido remake) perfeccionando todos los detalles, ahora si, con más presupuesto y con unos toques de humor sensacionales, se podría decir que se autoparodia.
Las tres de Evil Dead son una de las franquicias más divertidas del cine fantástico, el terror o la comedia y siempre es un buen momento para descubrirlas o volver a verlas. Obtendrás una buena dosis de entretenimiento, gore zafio y esperpénticos seres.
¿Como realizar una secuela sin que huela a refrito? ¿Como darle un nuevo aire ofreciendo al espectador algo parecido pero mejor y en mayores cantidades? ¿Como lograr que un sólo personaje llegue al nivel de mito indiscutible? ¿Como dar continuación a un film que se convirtió en un estandarte y cuyo final dejaba en entredicho que pudiese haber una continuación? ¿Como…?
Parece ser que actualmente pocos directores saben la respuesta a tantas preguntas, en cambio, ahí estuvo Raimi tras la fabulosa Evil dead para contestarlas todas, seguir alzando un mito en la penumbra de un caserón abandonado a la suerte de un bosque nada acogedor y dejar al espectador en vilo preguntándose hacía donde se dirigiría todo ese revuelo causado.
Dije que Raimi era un tipo inteligente, que sabía hacía donde dirigir su obra en cada instante, y aquí lo volvió a demostrar. Por saber reconducir una saga y elevarla un peldaño más todavía. ¿Y como? Pues recurriendo a la autoparodia: Momentos de lo más gamberros y divertidos, un Ash más desenfrenado, histriónico y brutalmente desvergonzado y un nuevo plantel de curiosos personajes a los que maltratar sin piedad.
Y para colmo, ese final. ¿Dije que Raimi era un genio? Pues si es necesario lo repito: Menudo genio.
Por si alguien pudiera poner todavía en duda que Posesión infernal estaba, en el fondo, más cerca de El jovencito Frankenstein que de La matanza de Texas, Sam Raimi decidió rodar, cinco años después, una cinta que era, a la vez, secuela y remake de su más que prometedor debut y en el cual, con algo más de presupuesto (que se invirtió, entre otras cosas, en ampliar la gama cromática de la sangre, antes blanca y aquí verde y de otros colores), chapoteó de nuevo a gusto en los tópicos del cine de terror con la única intención de divertir a un público cómplice al que sabía entregado de antemano a sus gamberradas.
Como buen gamberro, Raimi sabe muy bien que no hay nada que canse más a un público que ya conoce tus gansadas que perder el tiempo en detalles innecesarios, de modo que, tras unos cinco minutillos de rutinaria introducción, que resiguen a toda velocidad el argumento de Posesión infernal con el único cambio de que son dos tortolitos y no un grupo de amigos quienes son atacados por los espíritus malignos del bosque, la peli conecta con el final de la primera parte y nos arroja sin miramientos a una montaña rusa de posesiones, amputaciones, hachazos, disparos, descuartizamientos, danzas macabras, conjuros y quién sabe qué más cosas, servidas a un ritmo demencial, en el cual se acentúa el tono paródico (aquí ya autoparódico) de la primera peli de la saga, extremando el mismo procedimiento usado entonces: tensar al máximo algunas de las constantes del cine de terror hasta distorsionarlas y llevarlas al terreno de lo absurdo y lo cómico, con la inestimable colaboración de un Bruce Campbell definitivamente convertido en el Jim Carrey del gore.
Los medios económicos de que dispuso Raimi para hacer la continuación le permitieron afinar y perfeccionar los hallazgos visuales de su debut, como los enloquecidos travellings marca de la casa, logrando así un producto mucho mejor acabado formalmente, aun a costa, eso sí, de perder parte de la frescura primigenia y la desacomplejada espontaneidad de la cinta original. La peli contiene, en todo caso, momentos tan divertidos, imaginativos y sanamente desagradables como la delirante batalla de Ash contra su propia y traviesa mano, el vuelo del ojo juguetón hacia no diremos dónde o la desquiciantes burlas de que toda una habitación en pleno hace objeto al pobre Ash, y hace gala del mismo negrísimo y retorcido humor de su antecesora, de modo que su visión se convierte en una experiencia catárquica que tiene la virtud de liberar toda la energía negativa acumulada a lo largo del día… con la única condición de que no se la tome uno en serio, porque si lo que se busca son argumentos bien trabados, personajes profundos o diálogos chispeantes, lo más seguro es que esta peli ponga de los nervios al incauto de turno, que muy probablemente acabe redactando una crítica cagándose en los muertos de Raimi y la madre que lo parió. Lo cual hace a esta peli, a mi modo de ver, doblemente divertida.
Siempre me había considerado un cinéfilo pero nunca me había adentrado en el cine gore. La verdad que no se porque. Me puse a rebuscar por la red sitios que hablaran de este tipo de cine y la primera película que decidí ver fue esta.
Cual fue mi sorpresa ,(vuelvo a decir que no era ducho en el cine gore) que me encuentro con una película con un montaje cojonudo, lleno de ruidos, efectos especiales surrealistas, un monte infernal, y una noche de pesadilla que te atrapa. Con escenas terroficamente divertidas, y un Ash que se ve atrapado en la locura, (algo que me impresionó).
Luego vi la primera de la saga y también es otro peliculón, pero esta me parece un ejercicio cinematográfico por parte de Sam Raimi genial.
Lo dicho, no esperaba encontrarme con una obra maestra.
Espero no encontrarme con el Necronomicon.
Sin duda, Sam Raimi se consolidó como un genio del cine de entretenimiento con una segunda parte de Evil Dead, que incluso llegó a superar a la interesante primera entrega de la trilogía.
Con escenas que recuerdan a las mejores pelis de Tim Burton y una interpretación espectacular de Bruce Campbell (con lo difícil que es destacar interpretativamente en un film de este tipo, en el que lo más habitual son los gritos, sollozos y saltos), Evil Dead 2 (en español Terroríficamente Muertos es como lo han titulado) se trata de una muy buena película de terror con grandes dosis cómicas, y al que se le añade un original y sorprendente final, que no es otra cosa que la guinda de un pastel delicioso. Muy recomendable para quienes no sufran mucho con el gore.