Teléfono
Sinopsis de la película
Con la colaboración de un agente de la CIA, un ex agente estalinista de la KGB intenta desprogramar a los americanos que han sido víctimas de un lavado de cerebro, pero los rusos tratarán de frustrar la operación.
Detalles de la película
- Titulo Original: Telefon
- Año: 1977
- Duración: 102
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Opinión de la crítica
Película
5.8
50 valoraciones en total
Sencilla pero intensa aventura de espías. Bronson es un agente de la KGB que le encargan una difícil misión. Le quieren vender una moto. Es un comandante que posee memoria fotográfica, por esa cualidad le mandan tras los pasos de un pirao stalinista, antiguo agente soviético, que la quiere organizar muy gorda en los EEUU de América. Para localizarlo tendrá que seguir la pista de cincuenta y tantos ciudadanos que actuarán como terroristas durmientes.
La película es muy entretenida, tiene muchas localizaciones y cambios de escena que la dan un particular encanto. Cuando el jefe de Bronson le dice que no se preocupe por las razones del agente rebelde para activar a los durmientes (un Donald Pleasence como siempre misterioso, que sólo verlo inquieta), que lo primero es lo primero: detener a esos involuntarios terroristas, en realidad, es una razón para el espectador, para que el ciudadano de a pie no entre en atar cabos.
Y es que no hay cabos que atar. Las cuestiones de difícil explicación existen para crear ese brillo indispensable que tienen que tener las actividades secretas. Que sean inexplicables, extrañas al menos, que lo son hasta para la mayoría de miembros de esas organizaciones, te mete de lleno en el ambiente, y aquí, ese ambiente se logra perfectamente tanto en la KGB como en la CIA, con personajes asequibles y de andar por casa, como la agente Peterman y su jefe. La lógica no debe de ser del todo clara, entre otras cosas porque los hechos van supeditados al pasado en el que ocurrieron y ya no vale volver sobre ellos.
Así, la acción se sigue con entretenimiento, está muy bien hilvanada y perfectamente resuelta.
Bronson, como siempre, da solidez y credibilidad a uno de sus clásicos personajes. Lee Remick es su contacto, una mujer muy dispuesta, aunque no parece que hagan contacto, pero todo se andará, por de pronto Bronson tiene una misión que cumplir, es un profesional y no le gusta distraerse.
Teléfono es una estupenda película de intriga, que juega con un brillante argumento lleno de posibilidades: años atrás, los soviéticos llenaron los Estados Unidos de agentes dormidos que un fanático (Donald Pleasence) va despertando mediante llamadas de teléfono, de manera que esos agentes dormidos se convierten en peligrosos saboteadores. No obstante, el personaje de Lee Remick tal vez no está muy bien definido: no es muy creíble que una mujer tan pizpireta sea una asesina y una agente doble. Tyne Daly, como analista de la CIA, hace un papel demasiado pequeño, para su valía como actriz, y Charles Bronson cumple con su personaje de sagaz militar soviético. Da que pensar que, para mantener la paz mundial y evitar una tercera guerra mundial, los protagonistas tengan que recurrir incluso al asesinato.
Estamos ante un claro ejemplo de cine de consumo de los 70, que para mi gusto es bastante mejor que el actual.
Siegel intenta imprimir algo de su gancho a una trama tópica, propia de la Guerra Fría tardía, en la que ya se constataba que el juego del contraespionaje iba a volver a todo el mundo paranoico.
La primera parte resulta más interesante y conforme avanza el film decae. La pareja Bronson-Remick desprende más química de la esperada y acaban por resultar simpáticos en un mundo tan áspero como el del espionaje.
Para pasar el rato sin demasiadas exigencias.
Charles Bronson encarna esta vez a un agente del KGB encargado de liquidar a unos espías soviéticos infiltrados en Estados Unidos, que están siendo utilizados por otro agente ruso para cometer atentados. Dichos espías llevan una vida normal pero han sido adiestrados mediante hipnósis y cuando reciben una llamada de teléfono y escuchan la contraseña secreta se reactivan y actúan como Kamikazes atentando contra un objetivo prefijado.
Estamos ante una interesante propuesta de acción y suspense dirigida con buen pulso por el gran Don Siegel, en la que sería una de sus últimas películas. El guión es obra de uno de los guionistas más activos de los setenta, Stirling Silliphant y del polifacético Peter Hyams, que por esas fechas decidió dar el salto a la dirección y también se encargó de la fotografía de sus propios filmes.
Buenas escenas de acción y suspense para una película entretenida a tener en cuenta.
Desde aquellos tiempos de la Guerra Fría siempre ha existido la leyenda urbana de que había seres humanos programados para matar con la simple lectura de un texto o con unas palabritas mágicas. De ahí viene gente como John Hinckley Jr, que intentó asesinar a Ronald Reagan o Mark David Chapman con John Lennon, en este caso portaban el libro El Guardián entre el Centeno, cosa que ha dado lugar a miles de teorías (en EEUU existe la creencia de que en las librerías hay una línea directa con el FBI que les avisa que alguien lo está comprando).
Con la premisa de la hipnosis con drogas, Don Siegel se adentra en el mundo del sabotaje, la traición y los espías. Charles Bronson, comandante del ejercito ruso es encargado de buscar agentes rusos en los Estados Unidos con la ayuda de una agente infiltrada ya que parece que están siendo activados por un traidor al Kremlin.
La película no es que haya envejecido muy bien pero tiene su punto para pasar un rato entretenido.