Sonido del cielo (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2010). 12 episodios. La historia se sitúa en el futuro, donde la Tierra ha pasado por varias guerras, aunque en apariencia hay un poco de tranquilidad. Kanata Kumika es una chica de 15 años cumplirá su sueño y se enlista en el ejército, en donde su misión será proteger una fortaleza al lado de otras cinco chicas. Ahí, el único medio de distracción es el interpretar música en un mundo sin vida aparente… (FILMAFFINITTY)
Detalles de la película
- Titulo Original: So-Ra-No-Wo-To (Sound from the Sky) (TV Series)aka
- Año: 2010
- Duración: 24
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Opinión de la crítica
Película
6.5
87 valoraciones en total
Interesante anime que trata sobre una división militar destinada en un pueblo militar que se compone de 5 chicas con su propia historia, ambientado en un futuro no muy lejano donde casi toda la humanidad ha sido destruida por culpa de los avances tecnológicos y personas desalmadas, en medio de este panorama vemos el día a día de este curioso grupo y sus aventuras diarias…
El anime no está mal, pero es demasiado pausado, la ambientación española es un detalle que los otakus españoles agradecemos de corazón, si esperas un anime con emocionantes luchas bélicas entonces este no es tu anime.
Os voy a dar una crítica directa desde una ciudadana de Cuenca y el veredicto es… ¡Que es fantástica!
Los paisajes son idénticos las casas colgadas, los puentes las calles el estilo el ambiente y todos y cada uno de los pequeños detalles de la ciudad.
Aun estando ambientada en un futuro apocalíptico no deja de perder la gran esencia de mi ciudad, además a la maravillosa animación le acompaña una buena historia muy entretenida aunque un poco corta donde los personajes están muy bien caracterizados y les coges cariño nada más empezar, por no hablar de una genial banda sonora y unos muy buenos solos de trompeta.
Otra de las cosas que ha aportado esta serie ha sido turismo a nuestra ciudad, una gran cantidad de japoneses han venido a Cuenca cautivados por la imagen que tenían de Seize.
La recomiendo totalmente, seas o no de Cuenca, disfrutarás esta serie igualmente.
Sora no Woto es probablemente una de las series de anime más injustamente tratadas, en parte por decisiones propias, pero en cierto modo también por prejuicios y expectativas. Surgida del fallido proyecto Anime no Chikara para promover la creación de anime basado en historias originales, nació ya con una traba importante a nivel estético, al abandonar los bellísimos diseños del concept art de Mel Kishida para terminar con un diseño de personajes muy parecido al de una de las series de moda en aquel momento, K-On! . Estigmatizada desde entonces como una suerte de K-On! en el ejército , a pesar de que conceptualmente ambas tienen bien poco que ver, pasó sin pena ni gloria y se le negó una cierta consideración que a todas luces merecía, infravalorando la lucidez de una de las historias que mejor y con más eficacia han tratado el horror de la incertidumbre en un escenario de guerra, la sensación de fragilidad que lo inunda todo y la búsqueda de la paz y la inocencia como una forma de alejar los fantasmas del pasado.
Ambientada en una base militar situada en Seize, una hermosa ciudad calcada a Cuenca a un nivel de detalle casi fotográfico, la serie nos introduce en un mundo futurista, producto de una mezcla heterogénea de referencias culturales principalmente francesas, japonesas y españolas, creando toda una mitología única en sólo 12 episodios. El mundo de Sora no Woto está azotado por una guerra terrible que dura ya años, sin embargo, Seize es un remanso de paz, tal vez el único que permanece mientras el resto se consume.
La historia se inicia con la llegada de la ingenua Kanata, una chica de campo que nunca se ha visto afectada directamente por la guerra, al ejército con el simple objetivo de aprender a tocar la trompeta. Recae en Seize, donde se une a un pelotón formado por otras cuatro chicas más curtidas en la vida militar: las también adolescentes Kureha y Noëlle, y Filicia y Rio como los miembros adultos de la división. Con el transcurso de la serie, la inocencia de Kanata -quien, conviene destacar, es tan ingenua como perspicaz y empática con el sufrimiento de los que le rodean- quedará marcada por la visión más sombría de la realidad que tienen sus compañeras, y en una especie de extraña simbiosis, éstas a su vez acabarán contagiadas del entusiasmo y la ingenuidad de la nueva recluta, viendo representadas en ella sus propias necesidades emocionales. Lo más destacable de la serie sin duda es la relación que se desarrolla entre ella y Rio en su rol de instructora, que tiene su punto álgido en la larga conversación que ambas mantienen durante el magnífico episodio 10.
Llama la atención en una serie como ésta, un slice-of-life ambientada en la rutina militar, que no se demuestre en ningún momento exaltación patriótica por parte de los personajes, aún más, el descontento con los altos mandos militares es más que patente dentro del pelotón, que se siente señalado y menospreciado constantemente -los suministros llegan a cuentagotas- por el resto del ejército. Da la impresión de que ninguna de ellas pretende tomar partido en la guerra, y de que desde hace un tiempo se estableció en ellas una desconexión emocional esencial con el conflicto, observándolo más como víctimas que como actrices del mismo.
Sora no Woto no es una historia de guerra al uso. En ella apenas vemos enfrentamientos y muerte, no hay enfoque ni interés en explicar las motivaciones de los distintos bandos, y Seize permanece como un lugar tranquilo y alejado de todo conflicto y choque ideológico. Pero sin embargo la guerra es parte integral de la historia, de una forma general, como una amenaza recurrente que lo inunda todo y está presente en el día a día de los personajes.
La forma de narrar de esta serie es probablemente lo que más dificultades genera, algo que no comparto, desde luego, pero que me parece comprensible. Esto se debe a que Sora no Woto es una historia con un enfoque claramente episódico, en la que cada episodio parece centrado en captar un estado emocional concreto. Así, tenemos episodios ligeros, de puro humor situacional, unidos a otros de vena más reflexiva o dramática, o historias lineales mezcladas con verdaderos ejercicios de estilo narrativo. Todo ello sin una transición clara. La serie mantiene por tanto un tono errático, en mi opinión totalmente buscado y además coherente con su perspectiva de slice-of-life, y creo que tiene una capacidad muy encomiable para sacar el máximo partido a cada uno de estos escenarios. Pero en cualquier caso esto parece suponer una traba importante en el sentido de que obliga al espectador a cambiar su estado de ánimo de formas muy abruptas, lo cual puede traducirse en una menor conexión emocional con lo que se narra.
Lo que no ofrece ningún resquicio para la duda en esta serie es su énfasis estético. Superado el escepticismo preliminar con los diseños de personajes, es difícil no caer rendido ante uno de los animes que más y mejor han aprovechado la creación de escenarios y el acompañamiento musical para evocar emociones, toda una lección de cómo transmitir a través del dibujo y la música. El nivel de detalle puesto en cada uno de los elementos de Seize, el fascinante uso de los colores y la variedad tonal para representar estados de ánimo, y la excelente integración de unos personajes de diseños más bien esquemáticos en sus fondos preciosistas (algo muy difícil de conseguir) se unen a una de las mejores bandas sonoras que he escuchado en un anime, con gran variedad de melodías de entre las que destaca Amazing Grace, la canción que inspira a Kanata a aprender música y que es evocada de manera recurrente en la serie convirtiéndose prácticamente en su himno no oficial. De hecho podría decirse que en Sora no Woto la música deja de ser un mero acompañamiento para adquirir un rol argumental crucial, como inductora de las motivaciones de la protagonista y estando muy presente en los personajes y en el desarrollo de la trama.
Entretenido anime de temática retrofuturista con un evidente mensaje antibelicista y aún ecologista, que sigue durante un año la vida de una chica en una compañía militar asentada en un paraje rural que a los conquenses resultará sorprendentemente familiar.
Mucha gente critica el excesivo parecido del diseño de los personajes con los de K-On! (los diseños originales de Mel Kishida eran diferentes aunque ya mostraban una estética moe), lo que en su día jugó muy en su contra. El estilo moe propició comentarios que la tachaban de otro estúpido harem sin argumento provenientes de personas que no se habían dignado a ver siquiera el primer episodio, y, claro está, las críticas negativas (casi siempre superficiales e infundadas) que se propagaron por Internet impidieron que alcanzara cierta notoriedad.
Evidentemente, So Ra No Wo To (o Sora no Woto, literalmente Sonido del Cielo ) no pertenece al género harem ( harén , género en el que aparece un grupo de chicas jóvenes que conviven y se sienten atraídas por un mismo chico, siendo Love Hina uno de los ejemplos más representativos y reconocibles) ni, afortunadamente, se le acerca. Por el contrario, esta serie se centra en la convivencia de un grupo de chicas que entablan unos fuertes lazos de amistad y compañerismo (entre ellas y con otros habitantes de Seize), y en la música y en la guerra, y en la música en tiempos de guerra y su posible efecto pacificador (la música entendida como un lenguaje común a todos los pueblos). Sin embargo, el conflicto bélico es sólo el telón de fondo en el que se desarrolla la historia y no cobra importancia hasta los dos últimos episodios (el mejor arco argumental de toda la serie). Durante los otros diez episodios (y los dos OVAs) vemos el día a día del pelotón 1121 a través de pequeñas historias. Hay capítulos oscuros y dramáticos (a veces por medio de flashbacks) y otros más frívolos.
So Ra No Wo To se desarrolla en un hipotético futuro en el que la humanidad ha devastado gran parte del planeta. Las guerras, la contaminación y la sobreexplotación de los recursos naturales han dejado una vasta extensión de tierra (Nomansland) deshabitada, árida y estéril, que, como los desiertos reales, avanza año a año arrinconando a la humanidad. En una de las regiones todavía habitables, la trama sigue a Kanata quien, de niña y tras un primer encuentro con la guerra, quedó fuertemente impresionada por el sonido de una trompeta. Años después, Kanata decide ingresar en el ejército con el fin de aprender a tocar un instrumento y es enviada a la localidad de Seize para unirse al pelotón 1121, una pequeña compañía compuesta únicamente por mujeres jóvenes que vigilan ese remoto punto fronterizo mientras intentan reparar un antiguo tanque (el Takemikazuchi, una máquina bélica que, en lugar de las orugas de los tanques reales, se desplaza sobre seis patas articuladas y cuenta con un poderoso cañón).
El pelotón está liderado por la comandante Filicia, quien carga con una serie de traumas y miedos que oculta a sus subordinadas. Junto a ella están Rio, fuerte y modelo a seguir para las reclutas más jóvenes, Kureha, la más joven del grupo, y Noël, una genio que parece tener cierto gado de autismo de alto funcionamiento. Los personajes no parecen muy originales, de hecho es frecuente encontrar personajes similares (sobre todo en el caso de Kanata, típico personaje deredere) en el manganime, y es cierto que son unos personajes demasiado moekko para una obra con un trasfondo bélico, pero destacan las interacciones entre ellos: hay amistad, compañerismo y también cierta rivalidad y aún desconfianza, lo que crea situaciones que van desde la máxima relajación a las que sugieren una tensa calma.
Mención aparte merece el peculiar entorno en el que transcurre la historia y las gentes y culturas que por él desfilan. Lo primero que llamó la atención, en especial en España, fue su ambientación castellano-manchega. En realidad, So Ra No Wo To toma conceptos de muchos lugares y pueblos, principalmente europeos (España, Francia, Italia, Alemania, Suiza), pero también asiáticos (Japón, China, India). Así, tenemos una ciudad, Seize, idéntica al casco antiguo de Cuenca (no faltan las Casas Colgadas). También la Ciudad Encantada y la Torre del Campo de Alarcón aparecen durante la serie. Escuchamos idiomas como el Francés y el Alemán mezclados con costumbres japonesas. Podemos ver uniformes, armas y vehículos alemanes. Incluso la religión de Helvetia es una mezcla de cristianismo y sintoísmo.
Volviendo al tema de los parecidos de este anime con otras producciones de animación niponas, ya he manifestado lo mucho se destacó y criticó el parecido (muy superficial) de esta serie con K-On! (tampoco son las únicas slice of life con protagonistas femeninas, la música como eje y un diseño moe de los personajes, un buen ejemplo posterior a ambas es Hibike! Euphonium), pero en realidad So Ra No Wo To está mucho más próxima a Nausicaä del Valle del Viento (la genial película de Miyazaki que dio origen al Studio Ghibli). Las similitudes son evidentes: las protagonistas son chicas de una edad similar, ambos mundos muestran una Tierra contaminada y con grande áreas desiertas, con la población confinada en unos pequeños reinos en guerra, y en ambas historias se debe a una gran guerra en la que, además, se emplearon criaturas artificiales como armas (el Demonio/Ángel y los Dioses de la Guerra), y tras la cual se produjo un importante retroceso demográfico y tecnológico, e incluso parte de ambas historias siguen de una u otra forma alguna leyenda de sus respectivos mundos (las Doncellas de Fuego y la vieja leyenda del héroe engalanado con sus lujosas ropas azules ). Sin embargo ahí acaban las semejanzas. Tanto la historia como los personajes de So Ra No Wo To gozan de identidad propia y, pese a parecer en conjunto una serie alegre, deja una huella aún más pesimista.
(Continúa sin spoilers)
Anime futurista, de índole catastrofista, nos invita a través de la música a una sucesión de sensaciones sensoriales agradables, dejándonos con ganas de más.
Como curiosidad comentar que el pueblo donde se desarrolla la obra, está inspirado en la ciudad de Cuenca. Además no solo existe este anime, sino que han sacado el manga y un juego, para deleitarnos, pero no contento con eso, y después del éxito obtenido, hay previstas dos ovas para más adelante.
Trata sobe un futuro, donde la tierra por culpa de los avances tecnológicos y las guerras esta casi destruida, y para colmo, siguen sin aprender de sus errores y existen tensiones entre los países, pero en el centro de esa vorágine, nos encontramos con una fortaleza en una de las fronteras, una fortaleza en la que habitan 5 chicas, cada una con su pasado bien definido, cada una con un futuro, y todo para traernos 12 episodios cargados de sensaciones.
En la serie vemos un dibujo de calidad notable de principio a fin, unos personajes bien definidos (carácter, personalidad y emociones), una historia que engancha de principio a fin, y sobre todo la música, bien llevada y siempre atrayendo, sobre todo ese solo de trompeta.
Lo negativo es que sea tan corta.