Sin frenos
Sinopsis de la película
En la ciudad de Manhattan, Wilee, un mensajero ciclista debe hacer una entrega urgente. Los problemas llegarán cuando un policía corrupto se interponga en su camino y lo lleve a romper los límites de velocidad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Premium Rush
- Año: 2012
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
Película
5.3
53 valoraciones en total
El Efecto Dominó, El Último Escalón, La Ventana Secreta y Me ha Caído el Muerto es la nada despreciable filmografía como director de David Koepp, más reconocido por su faceta de guionista, siendo habitual encontrarle en los créditos de películas de Steven Spielberg (Parque Jurásico, La Guerra de los Mundos) y Brian De Palma (Atrapado por su Pasado, Mission: Impossible). Sin Frenos es la película que le trae de vuelta a la actualidad en ambas facetas, un thriller de acción protagonizado por los de moda Joseph Gordon Levitt y Michael Shannon.
Wilee (Levitt) es un mensajero (en bici) al que le encomendan recoger un sobre en una universidad para dejarlo después en una floristería china. Un policía corrupto adicto al juego (Shannon) hará lo posible por quitarle la entrega por X motivos que tampoco voy a revelar, no quiero destripar la película pues no cuenta mucho más.
Gran guionista, sorprende la racanería de David Koepp en el libreto de Sin Frenos, una simple premisa estirada para ocupar los 90 minutos de metraje. Para nuestro disfrute, la desidia que ha tenido para escribirlo no se refleja en cómo lo ha plasmado en pantalla, siendo Sin Frenos una película de ritmo vertiginoso, con gran cantidad de artimañas visuales con las que maquillar la anémica trama. Cámara lenta, el efecto bullet-time (el que puso de moda Matrix), flashbacks, la historia desde diferentes puntos de vista -donde personajes se entrecruzan-, y por supuesto la habilidad de los extras y las cabriolas que hacen con las bicis, bien recogidas por una cámara que no para quieta.
Joseph Gordon-Levitt y por encima, Michael Shannon, disfrutan su papel en una película que tiene poca chicha pero cumple con creces ser un divertimento comercial y pasajero de verano. Lo mejor, algunos temas de la banda sonora: Baba ORiley de The Who, The Raconteurs, y el repetitivo y pegadizo tema compuesto por el productor David Sardy (Sin Tregua).
Han hecho falta dos tíos para escribir este argumento:
Michael Shannon, en su coche, persigue a un chico en bicicleta.
Luego un poli en bicicleta, completamente absurdo, el chaval, persigue al chico de la bicicleta.
Después la novia del chico en bicicleta, que también monta en bicicleta, se pone a perseguirle en su bicicleta.
Lo prometo, esto va así. Y no sólo eso, sino que, por si no fuese suficiente, nos lo cuentan dos veces. Primero una, y luego otra:
Un loco peligroso, un policía lerdo y una tía buena persiguen a un chico en bicicleta.
Lo de loco peligroso lo digo por Shannon. Si a alguien le apetece ver a este gigantón en una peli en la que no haga de sonao, que se espere a que la ruede.
Rodar, aquí todo rueda mucho. Demasiado. La peli es monótona, vaya que sí. Y asombrosa, por ende. Es una extraña mezcla entre La vuelta ciclista y Los teletubbies. Como si le echas chocolate al repollo… que ni te apetece probar eso. Pa qué. No tiene sentido.
Frenética, una película que va a piñón fijo y que no da respiro en su hora y media de duración. La propuesta cinematográfica de Koepp, lejos de ser buena, tiene un atractivo singular, nos da una primera media hora de adrenalina e intriga que poco a poco se va desinflando y hacen mella en el interés del espectador que por momentos se pierde a medida que descifra la trama. En cuanto a las actuaciones, positiva la de Joseph Gordon-Levitt que verdaderamente se mete en el papel de cada personaje que interpreta (y cada vez mejor), a pesar de que su personaje no requiere demasiado (más bien físico que interpretativo), y por otro lado nos encontramos con la de Michael Shannon (otro gran actor) pero muy lejos de convencer en un personaje que no le debería suponer mucha dificultad.
No hay que exigir mucho a una película que cumple y entretiene, recomendable para amantes de la velocidad y el deporte.
Mucha gente a la hora de criticar una película de estas características tiende a reincidir mucho en el punto de que la trama es muy típica o tópica (que queda mejor), de desarrollo simple en el que se puede intuir fácilmente lo que va a pasar. Cierto es que no se puede obviar esto a la hora de hablar de una película, pero yo soy de los que me quedo siempre con el Cómo más que con el Qué , es decir, siempre intento disfrutar y pasar un buen rato con el cine atendiendo más a cómo esté hecha una nueva película, a si me entretiene, que a si es una historia mil veces vista de bueno gana a malo . Creo que somos muchos los que pensamos así, no me las quiero dar de elitista ni de descubridor de que los reyes son los padres, pero ya me veo venir las críticas de siempre de la gente… Pues bien, la película mola un huevo, así de claro.
Tenía muchas ganas de ver este thriller-bicicletero dada mi pasión por las bicis, y es aquí donde encontramos el punto fuerte de la película, el que más nos debe atraer a priori: LAS BICIS. Queremos, desde antes de ponernos a verla, ver espectaculares carreras y persecuciones a toda velocidad en bicicleta por medio de la gran ciudad de Nueva York donde el tráfico y la gente que hay son inmensos. Pues bien, no falla en absoluto (en este punto). Toda la parte de la película que incluye bicicletas (la gran mayoría en verdad), es espectacular y muy entretenida, magníficamente bien rodada y montada. Levitt está muy convincente como el mejor y más temerario mensajero ciclista de la ciudad, al que todos toman por loco por no llevar frenos en su bicicleta (lo que da lugar a uno de los detalles técnicos – por llamarlo de alguna manera – de la película que más me ha gustado, no lo revelo, ya lo veréis). El inmenso Michael Shannon vuelve a estar inmenso, menudo actorazo. El resto del reparto, en mi opinión, una enorme chusta.
Resumiendo, una película que no falla en lo que vende: BICICLETAS A TODO TRAPO, pero que sí, que falla un poco en lo tópico (o simple) de la trama. Empieza mejor que acaba, tiene tramos algo aburridos (en realidad, toda la segunda mitad y el final me han parecido menos entretenidos) pasada la primera mitad. Aún así nos encontramos con un muy decente thriller de acción, muy entretenido, con dos muy buenos intérpretes y visualmente muy buena, con algunos detalles técnicos destacables.
Koepp siempre ha sido un buen guionista que imprimía suspense e intriga a todos sus trabajos, pero como realizador es irregular. Desde la ya lejana La ventana secreta hasta esta Sin frenos , el director no consigue que el espectador se meta de lleno en la historia.
Quizás esto se deba en parte a que, aunque se trate de una historia típica de persecución entre héroe y villano, se centra esta vez en el mundo de la mensajería en bicicleta, tema al que estamos poco o nada acostumbrados. Koepp crea un producto para correr y y no mirar atrás, fórmula que en coches ( Fast & Furious ) tiene bastante éxito, pero que en este caso pincha en hueso. En ningún momento el espectador se identificará con los personajes porque la historia apenas los tiene en cuenta, lo único que vale es ir rápido, cuanto más mejor.
Con esta leve construcción de los personajes, son Gordon-Levitt y Shannon los encargados de dar credibilidad a sus roles con su actuación. Si el primero no tiene aquí más registros que planificar las rutas y huir del policía que le persigue, la totalidad de la responsabilidad cae sobre Shannon, actor que ya nos puso los pelos de punta con su interpretación en Take shelter . Su policía desesperado por conseguir su objetivo tiene algunos matices, aunque tampoco son necesarios para una película en la que los personajes son mero decorado.
Es sorprendente que productos de tan poca calidad lleguen fin de semana tras fin de semana a una cartelera como la nuestra, superpoblada de estrenos con más empaque, y no se destine este tipo de películas directamente al mercado de DVD, lugar al que queda abocada a las pocas semana de su estreno.