Sherlock Holmes: Juego de Sombras (Sherlock Holmes 2)
Sinopsis de la película
En todo el mundo se están produciendo llamativas noticias: un escándalo acaba con un potentado del algodón de la India, un comerciante de opio chino fallece de una aparente sobredosis, estallan bombas en Estrasburgo y Viena, fallece un magnate del acero estadounidense… Nadie ve ninguna conexión entre estos acontecimientos aparentemente aleatorios, excepto el famoso detective Sherlock Holmes (Robert Downey Jr.), que ha adivinado una red deliberada de muerte y destrucción. Y en su centro, como una araña especialmente siniestra, está el profesor James Moriarty (Jared Harris), una mente maestra del crimen que auna su capacidad para el mal con una total falta de conciencia. La investigación por parte de Holmes del plan de Moriarty se torna más peligrosa cuando le hace abandonar Londres, junto a Watson, para dirigirse a Francia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sherlock Holmes: A Game of Shadows (Sherlock Holmes 2) aka
- Año: 2011
- Duración: 129
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Opinión de la crítica
6.4
88 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Affif Ben Badra
- Alexander Devrient
- Alexandre Carril
- Carsten Hayes
- Clive Russell
- Daniel Naprous
- Eddie Marsan
- Fatima Adoum
- Fredrick Ruth
- George Taylor
- Geraldine James
- Iain Mitchell
- Jack Laskey
- James McNeill
- Jared Harris
- Joe Egan
- Jonathan Christie
- Jude Law
- Karima McAdams
- Kelly Reilly
- Laurence Possa
- Maitland Chandler
- Marcus Shakesheff
- Mark Sheals
- Michael Webber
- Mike Grady
- Noomi Rapace
- Paul Anderson
- Peter Stark
- Rachel McAdams
- Richard Cunningham
- Robert Downey Jr.
- Roman Jankovic
- Stephen Fry
- Thierry Neuvic
- Victor Carril
- Vladimir Furdo Furdik
- William Houston
- Wolf Kahler
Para ser honestos, poco queda ya de ese que nos deleitó hace años con su peculiar visión del hampa londinense. Poco por no decir nada, porque la dirección de este producto es absolutamente convencional y, en mi opinión, está herida de muerte por una serie de filigranas visuales más proximas al ridículo que a la innovación. Se me escapa porqué Ritchie opina que el meter 20 minutos de percutores accionandose y proyectiles destrozando objetos en bullet-time aportan algo a una historia de Sherlock Holmes, an algunos momentos no sabemos si estamos viendo un documental del National Geographic sobre el mundo invisible de la tecnología armamentística o una película. Otro problema es que entre estos planos (carísimos, me imagino), intercala escenas de acción confusamente rodada que acaba irritando más que otra cosa. ¿Y que pasa con Holmes?. Pues que su lavado de cara básicamente ha consistido en convertirlo en un Idiot savant capaz de contar los palillos del palillero más rápido que nadie y de apalear malechores de forma anticipatoria, pero se le ha despojado de toda profundidad o interés salvo sus insinuaciones sarasonas a un Watson muchísimo más logrado. En definitiva, majadería que no llega a aburrir pero que demuestra claramente que ciertos recursos narrativos debieron acabarse con Matrix. Por cierto, Moriarty está elegante pero da poco miedo.
La primera Sherlock Holmes era un exceso divertido, irreverente, un soplo de aire fresco, cogiendo algún elemento del personaje de Conan Doyle (sólo lo esencial) y actualizándolo al cine de ritmo y acción que impera en nuestros días. En este sentido, Guy Ritchie dió en el blanco y la película recaudó 360 millones de € en todo el mundo. Así pues, la secuela estaba servida en bandeja.
Con esta premisa comercial, repetir la misma fórmula con algún aliño nuevo era lo fácil,y por otro lado, esperable. Lo malo es que ese punch de frescura e irreverencia que capitaneaban el factor sorpresa queda ya, en consecuencia, desarticulado.
Se excede Ritchie en el metraje y en su sello de identidad, los momentos fraccionados (por ejemplo, la cámara superlenta de las balas en el bosque, aunque espectacular, resulta abusivo). Por excesivo, roza lo cansino. La trama no tiene nada de especial, auqnue se ha sabido llenar muy bien el contexto de la época con ese interesantísimo clima pre-bélico y los viajes por media Europa. A ello contribuye enormemente el diseño de producción, unánimemente alabado. En fin, todo está encaminado al duelo Holmes-Moriarty, que, esto sí, tiene un desenlace brillante.
Respecto a las incorporaciones, una de cal y otra de arena: acierto total con Jared Harris, un Moriarty a la altura de lo esperado, en cambio decepción total al infame papel reservado a la fantástica Noomi Rapace (I am a Noomi fan), absolutamente desaprovechada y desdibujada.
En definitiva, no busquen demasiada lógica, cálculo y deducción sino mucha acción y espectacularidad elevada al cuadrado, salpicada de altibajos, en un Holmes más negro y ácido (Robert Downey Jr. se desmadra nuevamente), concebido ya en una franquicia comercial.
Llegado el caso de justificar una nota excelente a este Juego de sombras, podría decirse que sería una nota justa aunque la mayoría estuviera por otra labor. Personalmente siempre estaré con la discrepancia, con los James Moriarty que hacen que el mundo se mueva.
Por suerte no hay que justificar nada porque también hay que apoyar a aquella gente que diga que el Juego de sombras hace que no deslumbre nada, como también hay que apoyar a quien luche contra el crimen por simple afición, pues estarán en su derecho de hacerlo y si lo hacen bien, ahí estaremos.
A Guy Ritchie, dicho honradamente, ante estos trabajos hay que reconocerle su labor porque ha tenido el detalle de no aburrirnos con un personaje que dio todo de sí, incluso que resucitó ante la demanda. Hubiera sido nefasto, por ejemplo, que la famosa pareja cayera en la caricaturización o que Sherlock Holmes se pasara ya con sus golpes o… que se disfrazara de mujer, algo imperdonable… Sin duda. Y el hecho es que ha sucedido. ¿Cómo entonces exponer la película a los más altos elogios? Porque, como diría sir Arthur Conan Doyle tantas veces…
-Los extraordinarios hechos acaecidos… durante aquel año en el panorama internacional… Obligaron a ello…
El señor Ritchie ha sabido ajustar escenas y música para llevarnos por la Europa, siempre atractiva, de los tiempos de asesinatos de archiduques, atentados y ametralladoras barriendo terreno sin mostrarnos nada sorprendente o fuera de serie (alguna excepción hay, como cuando salen todos del comedor del restaurante a toque de la personificación del mal, o la excepcional puntería del coronel Sebastian Moran). El mal sí tiene la obligación de sorprender. Ha sabido presentar la relación del detective con Watson, clave de los relatos, con espléndidos diálogos, una pizca de humor y una acción llamativa en su punto medio. Y ha sabido sacar partido al señor Moriarty sin deslumbrar, con credibilidad. Ha jugado su baza como los mismos personajes, con inteligencia, sin plantearse superar la primera película del 2009 a toda costa.
La literatura tiene su parcela y el cine la suya. Sherlock Holmes no necesita presentación. Sigue estudiando las hebras de tabaco, eso es lo importante. Si por el contrario, lo demás resulta excesivo o fuera de contexto, si la acción es sinónimo de falta de calidad, entonces, mi querido Mycroft, lo mejor es que no estés en pelotas en presencia de una dama y que se recurra a la serie detectivesca del Padre Brown, por ejemplo.
Sherlock Holmes 2 no ha sido recibida exactamente con los brazos abiertos aquí en América. Algo comprensible, si tratamos de comparar el film de Ritchie con películas, digamos, trascendentes. Juego de sombras es, sin embargo, una película eficaz y entretenida que cumple con su objetivo de pasatiempo navideño.
Para mí, que venía del tráfago familiar, de bolsas de regalos y miradas de soslayo a la cuenta bancaria, fue un verdadero entretenimiento. Sherlock Holmes 2 ofrece exactamente lo que muchas veces el espectador necesita: cero dramas, acción vibrante, giros de guión y actores entonados. Desde estas premisas el film funciona magníficamente. Hay esas anticipaciones que hacen grande al Sherlock del cómic, peleas, bombas, diálogos cómplices entre el Watson de Jude Law y el Sherlock maníaco de Downey. Y en esencia, aunque hablamos de un calco de las estrategias de la primera parte, estas funcionan. En mi opinión, la clave que permitió mantener la atención en esta segunda parte es la calidad del antagonista, un Moriarty brillantemente interpretado por Jared Harris.
Ahora bien, del lado de crítica más exigente podemos poner varios peros. El primero viene impuesto por el ritmo que Ritchie quiere darle al film. El director no quiere remansos o los planea mal haciendo que la película se hunda en algunos momentos y, lo que es más grave, ni el humor ni el drama lleguen a calar, más que superficialmente. He aquí posiblemente su mayor defecto: una superficialidad que nos impide ver más allá de actores y efectos.
Este defecto conecta con el segundo: el film es astuto, pero no inteligente. Es decir, hay muchos trucos, guiños, giros, pero no sutil inteligencia. El Sherlock de Ritchie es un boxeador con enorme retentiva visual, poderes de anticipación, pero no un detective especialmente brillante. Tampoco Moriarty parece mucho más que un académico narcisistas y chalado.
Yo añadiría de mi cosecha un tercer defecto: el retrato de los caracteres femeninos. Ni el exotismo de la chica medio-gitana, ni la efímera aparición de McAdams, ni el rol de la mujer de Watson, tienen consistencia. Esto hace que el juego de romances que se plantea en la mitad del film sea teatral y falso.
Sin embargo, como decía anteriormente, es en la conjunción Downey Jr-Jude Law donde hemos de poner las miras. El humor no funciona tan bien como en la primera parte. Y aún, la química funciona. Solo por su poder actoral, la magnífica presencia visual del film y sus efectos, podemos decir que Sherlock Holmes 2 es la película navideña que muchos de nosotros necesitamos.
Disfruté con Wanted, por lo que aquí nadie podrá echarme en cara que aborrezco las películas de acción videoclipera, los excesos a los que nos ha abocado la tecnología digital en manos de directores epilépticos o las películas de argumento absurdo que solo sirve como pretexto para la pirotecnia visual. No, este tipo de cine no es mi favorito, pero soy capaz de disfrutarlo siempre y cuando no rompa una simple premisa: resulte entretenido… y, señoras y señores, este Sherlock Holmes es un película capaz de producir mayor sopor que toda la filmografía de Tarkovsky junta, resultando además, molestamente estúpida.
Una película de detectives sin intriga, una trama que avanza a bandazos, personajes que aparecen para no volver, ocupando metraje de manera insulsa, efectos especiales por doquier que sólo consiguen marear, un detective que todo su ingenio lo dedica a predecir secuencias karatekas cual videojuego de rol por turnos, hecho que la primera vez que lo ves resulta simpático, pero llega un momento que produce vergüenza ajena. Un villano estúpido, con un gran plan para dominar el mundo, pero que no atina a dar con un comportamiento medio racional en toda la película y una trama que encadena secuencias de acciones inconexas, ilógicas, ligadas por un hilo tan endeble que no da pie a creerte en ningún momento que todo ello responde a una sucesión natural de hechos, sino, más bien, como si de un episodio del detective Conan se tratase, en una historia en que primero se escribió el final y luego se hizo encajar a la fuerza, como si un niño de 15 meses años tratase de meter la estrellita de plástico por el agujero de la circunferencia a martillazos.
Una película torpe, sin gracia, que no despierta ningún interés y mortalmente aburrida. Incurre en el pecado mortal que ningún blockbuster puede permitirse, por lo que solo puedo emitir un veredicto: bazofia pura y dura.