Sherlock: El banquero ciego (TV)
Sinopsis de la película
Sherlock es contratado por un viejo amigo para investigar un misterioso robo en un banco en la ciudad. Él descubre que los símbolos pintados con spray en una pared de la oficina es un mensaje cifrado destinado a un empleado del banco, que aparece muerto en su apartamento. Segundo episodio de la primera temporada de la miniserie Sherlock .
Detalles de la película
- Titulo Original: Sherlock: The Blind Banker (TV)
- Año: 2010
- Duración: 89
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Opinión de la crítica
Película
7.1
54 valoraciones en total
Sherlock (Benedict Cumberbatch) es contactado por un banquero debido a un extraño robo en un banco, lo más extraño de todo fue unos símbolos que encuentra pintados en la pared con spray de color amarillo.
Pronto debido a las diversas indagaciones que va realizando con la compañía de Watson (Martin Freeman) se dará cuenta que hay algo más entorno a estos símbolos, algo mucho más profundo y peligroso con un grupo criminal chino.
Este segundo episodio de temporada, baja un poco de nivel respecto al capítulo inicial de esta serie, quizá se enreda de más en su desarrollo y ciertamente, no termina de convencer en lo que propone, un guión no tan sólido sin duda alguna.
Continúa siendo acertada en aspectos como las actuaciones y en su forma, pero queda debiendo sin duda alguna, a esperar ver el cierre de temporada con el último capítulo.
Este guion tiene de todo, es graciosísimo. Aviso de que a partir de aquí todo es SPOILER.
1. No tiene ninguna importancia en relación con la trama pero esa pelea del principio que mantiene Sherlock con un tipo con ropas sacadas de «La momia», ¿a qué viene? ¿Así es como rechaza los encargos? Muy raro.
2. Soy un contrabandista inglés que trabaja para una mafia asiática… y ya que estoy aquí en China voy a robarles de paso una horquilla de jade que seguro, seguro no vale nada, porque si los mafiosos la tienen junto a otras tantas obras de arte con las que trafican lo más normal es que no les importe en absoluto…
3. Aunque, claro, ¿cómo una persona puede robarles delante de las narices una joya como esa a una mafia como esta? ¿No lo registran? ¿No lo vigilan? ¿Las obras de arte están expuestas ahí como en una tienda…? Es más: ¿cómo saben quiénes son los sospechosos? ¿Solo tienen dos contrabandistas trabajando para ellos? ¿Hacen cálculos temporales? ¿Matan a todos, por si acaso…?
4. Somos los malos y nos han robado una horquilla de jade valorado en nueve millones de libras… así que vamos a matar a los posibles ladrones para que no podamos enterarnos de quién ha sido y, sobre todo, dónde recuperarlo… Brillante.
5. A la vez, vamos a dibujar unos grafitis por las calles para que nuestros aliado se enteren de que, efectivamente, nos han robado nueve millones de libras y no tenemos ni puñetera idea de cómo recuperarlos.
6. A la chica, Lin Yao, ¿para qué le piden ayuda los mafiosos…?
7. Somos mafiosos y tenemos que matar a los traidores. Vale. Enviemos a uno de nuestros esbirros, que es asesino-acróbata-grafitero, para que, primero, avise a las víctimas de que van a morir. Como somos mafiosos y chinos además, tenemos que hacerlo con glamur, así que… dejemos un grafiti con un código milenario donde previamente hemos calculado (¿!) que las víctimas van a leerlo. De esta manera se asustarán y estarán sobre aviso, pero no pasa nada, ninguna de ellas va a huir y, de hecho, se quedarán en sus casas…
8. Para pintar esos grafitis, el asesino-acróbata-grafitero ha tenido que:
-Escalar un banco de no sé cuántas plantas de la City de Londres con gente trabajando dentro, entre ellas la víctima, que estaba en su despacho. Pero ¿quién se va a dar cuenta de que un chino está escalando un edificio?
-Colarse en el Museo Británico (¿!), elegir una estatua mona donde pintar, taparla con una sábana y huir. Porque es evidente que la víctima iba a quedarse sola de noche, una corriente de aire iba a mover la sábana y la muchacha asustada iba a sentir el impulso irrefrenable de destaparla y así encontrar el mensaje… Podría haberla matado en ese momento, por ejemplo, pero no…, no pongamos las cosas tan fáciles…
-Averiguar que el periodista va asiduamente a una biblioteca, entrar en ella con su bote de pintura, adivinar el libro que sacará, ir al pasillo donde está la obra y quitar unos libros de la estantería para pintar en el fondo el mensaje sabiendo, por supuesto, que la víctima iba a pasar por allí y a fijarse (¿!) en que hay algo pintado detrás de los libros que va dirigido a él…
Este segundo episodio, a pesar de que sigue manteniendo varias de las virtudes del primero en lo que hace referencia a los personajes y la cuidada fotografía y bso, tiene una trama que se vuelve algo enrevesada y un tanto inverosímil. No obstante, se disfruta bastante hasta que llega a un final chapucero. Especialmente por dos cuestiones:
El primer capítulo tiene su gracia, pero éste es lamentable desde todo punto de vista. La cantidad de inconsistencias y de situaciones inverosímiles que tiene el guion es tan grande, que incluso desconectándote el cerebro no te pasarán inadvertidas. No voy a enumerar la ristra de estupideces que puedes ver en este film, pero basta decir que poco más o menos se atribuyen al protagonista poderes que van desde Superman a Matrix.
Cuando se pretende rizar el rizo de lo espectacular o tensar en exceso el hilo de lo verosímil, la trama argumental de una película puede devenir forzada, inconsistente e incluso abstrusa.
Y aunque el largometraje mantenga un alto grado de emoción, una intensidad más que notable, una originalidad fuera de toda duda y una capacidad narrativa sobresaliente, su pecado original le condena a no levantar el vuelo hasta donde podría haberlo hecho sin la rémora de ese lastre.
El espectador encuentra en este episodio de aroma oriental un guión artificioso, afectado, ingenioso si se quiere, pero preso de su propia desmesura.