Señora Beba
Sinopsis de la película
Beba supo ser una dama de clase acomodada. Fue dueña de su propia casa de cosméticos, pero hoy se ve forzada a trabajar como vendedora puerta a puerta de productos de belleza. Sus gruesos pendientes de oro y su criada, Dora, son los últimos bastiones de un estatus que no se resigna a perder. Dora llegó a los 17 años desde la provincia del Chaco para trabajar `cama adentro` en la casa de la señora Beba. Desde entonces, con el dinero de su sueldo ha ido construyendo una casita en la periferia de Buenos Aires. Sin embargo, Dora no puede terminar su casa porque Beba le adeuda seis meses de sueldo. Cansada de escuchar las falsas promesas de pago de su patrona y dispuesta a enfrentar el desafío de vivir su propia vida, Dora decide irse…
Detalles de la película
- Titulo Original: Cama adentro (Señora Beba)
- Año: 2004
- Duración: 87
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Opinión de la crítica
6.8
84 valoraciones en total
Película humana, intimista y que se hace muy agradable gracias a los papeles de las dos actrices protagonistas. Norma Aleandro está estupenda, como siempre, pero Norma Argentina no se le queda atrás. Alejado de los circuitos comerciales, Jorge Gaggero nos intenta mostrar la decadencia de la clase media Argetina, que pierde poder económico poco a poco. Hasta el punto que Beba se ve obligada a vender la mayor parte de sus bienes para poder seguir fingiendo delante de sus amistades, cuando lo único que consigue es sobrevivir y gracias. Casi toda la acción pasa en el piso de Beba, como santuario de la clase alta, y en las ruidosas calles de Buenos Aires, donde acaba mezclándose con todo tipo de gente. Aunque no le guste, tendrá que asumirlo.
Me gustó la historia. Me gustaron mucho los personajes. Me gustó como lo va contando todo Gaggero. Me gustó la fotografía. Me gustaron los toques de humor. Me gustó la mirada crítica, limpia, humana del director. Me gustaron mucho las dos Normas, la que ya lo ha demostrado casi todo y la que debutaba ante las cámaras.
Señora Beba (cama adentro) no va a ser el peliculón del año… pero me gustó.
En ocasión de la proyección en TV2 de la fenomenal Historia oficial, el prestigioso crítico de cine Juan Miguel Lamet no dudó en señalar a Norma Aleandro como la mejor actriz en activo de habla hispana y probablemente una de las tres o cuatro mejores del mundo.
Señora Beba quizá no sea su mejor película, pero vuelve a poner de manifiesto que los elogiosos comentarios de Lamet, no eran ninguna broma. Aquí la actriz de El hijo de la novia vuelve a dar un auténtico recital llevando con maestría la evolución de su personaje.
Lo curioso de este filme de dos protagonistas principales (un gran hallazgo de su director) es que el contrapunto a la Aleandro no está en manos de otro monstruo de la escena argentina, como podían ser Alterio en la Historia oficial o Luppi en Sol de otoño, sino en las de una actriz no profesional: Norma Argentina. Una decisión que hace absolutamente creíble desde el primer momento a este personaje.
Las dos mujeres viven a lo largo de la cinta una deliciosa historia, siempre polarizada, que pendula entre el amor y el odio, magníficamente ilustrada especialmente en el único tramo de la película que transcurre en pantalla dividida.
Jorge Gaggero rueda en un estilo muy personal e incisivo, y retrata estupendamente a sus personajes con luces y sombras.
Para quienes estén más familiarizados con el cine argentino, podría decirse que su cine no es tan popular como lo último de Campanella (Luna de Avellaneda) ni tan discursivo como el de Sasturain (Martín Hache), ni tan independiente como los Lucrecia Martel, Pablo Trapero o Adrián Caetano. Tal vez lo suyo esté más cerca de la línea de Carlos Sorín (Historias mínimas, Bombón, el perro), esa manera de jugar con los silencios esa cercanía/lejanía con la que la cámara explora a sus criaturas..
Al igual que ocurre con el grueso de la producción argentina de estos últimos años, la película dosifica con gran acierto elementos dramáticos con pinceladas de humor.
A destacar la buena fotografía de Javier Julia.
Probablemente no sea el mejor título de la cartelera actual, pero este Premio Especial del Jurado de Sundance 2005, no debería pasar desapercibido. Es un filme muy recomendable. Yo le pondría un 7,5.
El joven director Jorge Gaggero elige una óptica diferente a la convencional dialéctica ideológica del amo y el esclavo, para observar las relaciones de clase en medio del desplazamiento social de un país, que a fines de 2001 entró en un caos económico y político sin precedentes. En el marco de ese conflictivo momento, enfoca una relación socialmente despareja: la que existe entre la señora Beba (Norma Aleandro) y su empleada doméstica.
La patrona está divorciada y con una hija radicada fuera del país. Su única compañía actual es la de su fiel empleada, Dora (Norma Argentina), quien luego de décadas de convivencia parece haberse convertido en parte de su vida. El conflicto entre ellas surge de la imposibilidad, por parte de la señora, de seguir pagándole el sueldo. Cansada de promesas incumplidas, Dora renuncia, decidida a enfrentar el desafío de vivir su propia vida tiempo completo. Sin embargo la unión no se rompe, porque hay entre ellas un vínculo humano más fuerte que el de la mera relación económica.
Así, los códigos de clase y poder se van desdibujando hasta dar prioridad al reconocimiento tácito de un mutuo afecto, que parte de la crítica ha calificado como cándido humanismo , al exponer conflictos suavizados sin cuestionarlos. En su diáfana linealidad, la película proyecta una optimista relación inter-clases, a no ser por esa crisis externa que señala una realidad hostil para ambas protagonistas: la historia transcurre a fines de 2001, período en que la Argentina sufrió una crisis política y económica sin precedentes.
Gaggero apela a cierto minimalismo en una afán microscópico de registro, para que las pequeñas sutilezas de la relación de estas dos mujeres no quede afuera.
Técnicamente irreprochable, el ritmo se logra sobre la base de un montaje solvente y el uso frecuente de cámara en mano. Con pocos diálogos y silencios naturalmente significativos, el filme prioriza el sonido ambiente, salvo que (como en la escena del baile popular) la música se justifique plenamente.
Párrafo aparte para las buenas actuaciones de las dos Normas. Aleandro, como la sesentona dama de clase acomodada, inicialmente aferrada a los últimos símbolos de un estatus que no se resigna a perder: sus gruesos aros de oro, el amplio y bien ubicado piso del que ya no puede pagar las costosas expensas ni -mucho menos- mantener a su mucama. Pero progresivamente su personaje se irá modificando y abandonando los bastiones donde se había atrincherado. (Las conclusiones están en el spoiler)
Entretenidísimo cara a cara entre dos mujeres que tras vivir casi treinta años bajo un mismo techo (una, la señora de la casa, la otra, su empleada) se ven enfrentadas por la crisis económica que sacudió recientemente a la Argentina.
¿Que sucederá cuando esos roles y status que mantuvieron durante tanto tiempo resulten dinamitados?
¿Qué mujer aparecerá tras la orgullosa burguesa venida a menos y cuál tras la empleada que no aguantaba ya más a su jefa?
¿Qué queda cuando nada de eso queda? ¿Servirá de algo todo lo que han comparetido juntas aunque de manera tan diferente?
Interesante historia, interesante película. Alejado tanto del clasicismo académico como de las piruetas innecesarias de la mal entendida modernez, Gaggero compone un relato lleno de ingredientes en los que no faltan el humor, la crítica al entorno de sus protagonistas (¡cómo son las amigas de Beba!), la reflexión, las miradas expresivas, la ironía, la sobriedad y, como ya se ha dicho, el trabajo de dos actrices estupendas.
Recomendable.