Sector 7
Sinopsis de la película
Ambientada en 1985. Sigue a un grupo de trabajadores de un petrolero que debe enfrentarse a una terrorífica criatura. Hae-jun comienza a trabajar en un barco de investigación petrolífera, como encargada del equipo de submarinismo. Su padre, que trabajó en ese mismo puesto, murió misteriosamente hace años, y ahora comienzan a repetirse las muertes, cuando sus compañeros comienzan a desaparecer uno tras otro. La culpa no es de ningún saboteador dentro del equipo, sino de una criatura marina que se infiltró en el barco, con lo que todos corren peligro.
Detalles de la película
- Titulo Original: Chilgwanggu (Sector 7)
- Año: 2011
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
4.2
55 valoraciones en total
Cinta de terror fuera de contexto con todos los tópicos del cine clase B yanki, pero elaborada en oriente.
Debo confesar que el trailer y el poster promoción son dos muy buenas cartas de presentación al menos para llegar a verla.
¿Qué sucede luego? Que Sector 7 no cumple con las promesas y queda en deuda respecto a las expectativas previas.
Se trata de la historia de un grupo de investigadores que en 1985 en plena base en medio del océano hace el descubrimiento de un producto tanto o más enriquecedor que el petróleo, pero nada sale a la luz. Casi 30 años después, unos jóvenes investigadores y trabajadores del petróleo descubren el hallazgo realizado años atrás. Claro, deberán hacerse cargo también de las costas que quedaron impagas.
Cine de monstruos, explosiones, y mucha acción, que sin embargo muestra un guión demasiado simplista y vacío. La primera parte es bastante lenta y sin demasiadas sorpresas.
Cuando entra en cámara el protagonista (bestial) la cosa toma color, al menos en cuanto a la acción.
En resumen una cinta que pudo ser bastante mejor, lejos de la grandiosa The Host, con muy buena campaña de promoción.
Sector 7 se creyó mejor de lo que era, y lo utilizó como gancho.
No es para tirar directo al tacho, pero tampoco merece ningún aplauso.
No es que la película sea mala, es que el género es malo. Bueno, eso es algo impreciso porque a mí me encanta, pero no hay que hacer un gran ejercicio de sinceridad que el género de monstruitos y bichos en general suele ser sinónimo de mala calidad. Muy divertida, claro, pero mala calidad.
Pero dentro de esta mala calidad, he visto demasiada basura como para que, cuando llegue una película como Sector 7, me guste. Tiene todos los elementos del cine ochentero de monstruos, es una especie de Leviatan asiático con protagonista femenina que va de dura (todas quieren ser Ripley, todas ellas quedan fatal en sus papeles) y criatura eterna que es imposible de aniquilar.
Los efectos son mejores de lo que esperaba, tanto leer insultos hacia la película y catalogarla casi como de serie Z esperaba los efectos especiales de Chillerama o algo así, pero no, la criatura al menos está bastante bien hecha para una película de este nivel. Eso sí, hay un serio problema con el fuego en general y con las escenas donde aparece nuestra querida (nótese la ironía) protagonista en su moto.
Ambiciosa por la parte que le toca y divertida para los amantes del género. Yo me divertí bastante viéndola y me ha quedado un muy buen sabor de boca. No se puede ser muy exigente con este tipo de películas, y la prefiero por encima de las miles de pasteladas profundas que pretenden ser algo.
Corea no deja de sorprender. Sector 7 es la confirmación de que gran parte de los realizadores del país siguen sin saber qué hacer: si ser originales o ir a piñón fijo. El problema de Kim Ji-hun ha sido copiar paso por paso el esquema de las películas de monstruos realizadas en occidente sin pararse a solucionar los problemas que éstas suelen tener. El calco es así modélico pero absurdo porque es, desde el principio, una empresa condenada al fracaso. La cosa tiene aún más (de)mérito cuando Bong Joon-ho dio una demostración de que la firma de un autor puede imprimirse incluso en los blockbusters con su fantástica The Host . Fue en 2006. Cinco años más tarde Sector 7 se olvida de todo, borrón y cuenta nueva. Resultado: bodrio tridimensional.
La cosa es que inicia bien , con una secuencia submarina que rápido termina y nos lleva al escenario en el que tendrá lugar toda la narración, una estación petrolífera situada en mitad del mar. Los trabajadores no encuentran crudo y casi van a abandonar su labor, pero algo sucede… Pocas veces en escasos minutos se han definido personajes más tópicos. Sólo faltaría una presentación a lo Guy Ritchie aclarándote los puntos fuertes y débiles de cada uno aunque te los sepas de memoria porque aquí hay clichés con patas: tía dura, su novio sometido, un doctor, personaje secundario con aspiraciones a cómico, etcétera. El monstruo tampoco es gran cosa y tarda casi una hora en salir, siendo todo lo anterior a esta aparición una tontería de dimensiones épicas sin capacidad para atrapar al espectador ni llevarle al otro lado de la pantalla. Ni siquiera el 3D hace que su historia parezca tridimensional y sus unicelulares personajes se quedan así con o sin gafas. Total, una parida de película cuyo único valor reside en que en su segunda mitad, de acción pura y dura, no aburre siempre y cuando seas tolerante con el desenfrenado carrusel de tonterías que pasan en cada minuto de metraje. Si no se tomase en serio a si misma aún tendría un pase… pero va de Alien (Ridley Scott, 1979) y lo único que consigue es que D-Wars (Shim Hyung-rae, 2007) parezca sólida.
Película asiática, surcoreana para ser más apropiados, encuadrada dentro del género fantástico, destinada al entretenimiento y hacernos pasar un rato turbador enfrente de la pantalla.
Hay que admitir que la película tiene sus desaciertos y en algunos aspectos está descuidada, pero también hay que añadir que atina en otros aspectos, que aunque no la convierten en el éxito del año, se disfruta.
Lo más destacable de todo, es el monstruo, ya que muchas películas, solo nos dejan intuir parte de los mismos o nos los esconden hasta el final, en cambio, en esta película, nos lo muestra desde la mitad en su plenitud, con todas sus consecuencias, defectos y virtudes, formando parte del reparto y no un simple atrezo de interés o de incógnita novelesca.
En cuanto a la historia, es sencillita, con un marco poco currado, como es una estación petrolera en medio del océano, el resto es fácil de adivinar o presuponer y más si está el tema monstruos predefinido. Pero aun dentro de esta sencillez, el juego del corre que te pillo se hace interesante y mantiene al espectador en su sitio.
En cuanto al reparto destaca una masculinizada Ha Ji Won, que lo intenta, pero se nota que el papel no se acuerda a su estilo, ya que actuaciones hasta ahora, han sido más melosas y atractivas, un reto, que aún así ha conseguido salir con nota aceptable. El resto de secundarios, elenco de lujo hay que añadir, se mantienen en su línea, cada uno con su personaje predefinido, el cobarde, el gracioso, el raro, etc..
Para mí gusto, un defecto, que no es un defecto, si no solamente algo que me ha decepcionado, es que la película se rige por los cánones Hollywood, esperaba que hubiera sido más Coreana, y es una pena, porque está perdida de identidad, le hace perder muchos puntos.
En resumen, una película asiática, con patrones americanos, encuadrada dentro de su género, para pasar un buen rato y donde el director no tiene miedo que su monstruo enseñe sus vergüenzas.
Un subgénero muy subgénero del terror es el de los monstruos que surgen de minas, cuevas y fondos abisales, tales como La cueva maldita o Profundidad seis y entre estos hay algunas ambientadas en plataformas petrolíferas, como The rig , la televisiva The intruder within y esta Sector 7 , entre otras.
Una plataforma petrolífera, y su perforación del fondo abisal es la excusa perfecta para abrir, de manera accidental, algún mundo subterráneo lleno de hostiles bestias. Asimismo, es el lugar perfecto, por su aislamiento, para desarrollar un filme de terror de monstruos, ya que no hay escape para los protagonistas.
Sector 7 cumple con su objetivo. Con unos trabajadores petroleros de fantasía, en una plataforma super-limpia, con muy poca plantilla, y unos comportamientos nada profesionales, la película coreana es un híbrido entre terror clásico y los filmes de la saga Alien , con una protagonista poderosa, a lo Ripley, un monstruo baboso que se escurre por todos los huecos y algunas coincidencias más, como la manera de combatirlo. Si bien los personajes son de encefalograma plano, en especial los secundarios masculinos, de lo más estúpidos y cobardes, que llevan escrito en la frente la palabra víctima , cuando la película entra en acción, resulta amena y divertida, si te gusta este género. Combates hiperbólicos, acrobacias más propias del Circo del Sol . En eso tiene su gracia. Pero no esperes mucho más.