Rubber
Sinopsis de la película
Cuando Robert, un neumático inanimado, descubre sus destructivos poderes telepáticos, pronto pone su punto de mira en una ciudad, y, en particular, en una misteriosa mujer que se convierte en su obsesión.
Detalles de la película
- Titulo Original: Rubber
- Año: 2010
- Duración: 78
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Opinión de la crítica
Película
5.9
64 valoraciones en total
–Sabes, estoy escribiendo el guión para mi primera película
–¿Ah sí? ¿Y de qué va?
–De un neumático asesino.
–Propropro
–Calamar. Globo volando en círculos. Corre, corre, que no puedes escapar.
Inverosímil, sin sentido, y sin embargo excelente película, tan irreal como este diálogo, que va, simplemente, de un neumático y sus andanzas por una desértica zona de los Estados Unidos donde sólo hay cuervos, moteles y una larga, larga carretera.
Escéptico, quien se disponga a verla, pensará que un tema así podría dar para un buen cortometraje, o un interesante mediometraje, pero nunca para noventa minutos de aventuras. Y es que se trata de un ejercicio, de un experimento harto difícil pero lleno de posibilidades y comodines.
Aprovechando que se basa en el ‘sinsentido’, se abren para el film las inmensas puertas del todo vale –si se hace bien– y Quentin Dupieux no desperdicia la oportunidad de pasar sin dudar por éstas, que le habilitan para jugar con el espectador a un tuya mía, y para facilitar a su neumático carta blanca para pasearse a su aire por el metraje. Así pues, se trata de una historia sin demasiados pies y menos cabezas que explota lo inverosímil como ninguna y arranca de él un humor peculiar pero simple que provocará, casi seguro y como mínimo, media docena de carcajadas.
Aún así, no sólo la historia es buena. Tanto las actuaciones, en especial del Sheriff, como la banda sonora, así como también una cuidada fotografía hacen que la película sea, casi, tan redonda como su protagonista.
Despúes de haberme interesado por ella hace ya un tiempo, ayer por fín pude echarle un vistazo a Rubber, esta disparatada película sobre un neumático que cobra vida.
Desde luego, no se puede negar la falta de valor por parte de su director ya que crear un film a partir de contar las peripecias digamos, de una rueda asesina no es tarea fácil.
¿Es Rubber un bodrio de película ? Para nada. De hecho la película empieza perfectamente con un prólogo en el que queda perfectamente explicado a raíz del cual parte el planteamiento de la película. Tal vez por eso me queda pena ver que al pasar la más que aceptable media hora empieza a decaer con unos actos que rozan un poco lo absurdo , si es que todavía era posible, y que en mi opinión hacen que decaiga el interes en esta (¿de verdad hacía falta hacer todo eso ?. Si,hablo del pavo y demás. )
Por último destacar la fotográfia, y los planos de cámaras que están bien cuidados, de los actores no se puede resaltar gran cosa, eso sí, impecable la actuación del neumático ( no es bromaa ) y del final añadir que salva el declive que anida a mitad del film.
En resúmen una película aceptable, sus escasos 80 min ayudan a no aburrir, y recomendable para aquellos amantes del género que quieran ver una propuesta arriesgada a la par que original.
Lo mejor: La primera media hora y EL NEUMÁTICO.
Lo peor: Que intenten rellenar metraje con estupideces que solo hace estropear una película que podría haber estado mejor.
Una carretera llena de sillas, un coche que las golpea, un policía que sale del maletero del citado vehículo. Y mira ¿a cámara? y nos explica, en apenas tres minutos, cómo las grandes obras de la historia del cine están llenas de no fucking reason (vamos, sin sentidos). Luego lo adapta a la vida real, ¿por qué no vemos el aire que nos rodea?, explica. Y tras su (hilarante) monólogo nos explica que lo que vamos a ver es un homenaje a esos sin sentidos. La cámara se gira y vemos a un grupo de personas (el público) en un descampado. Se les provee de unos prismáticos y se les hace mirar al horizonte. Van a ver una película en tiempo real. Y así, con la cámara deslizándose entre paisajes desérticos, es como empieza Rubber, una de las producciones de terror más personales del pasado 2010.
Quentin Dupieux dirige y escribe el guión de esta historia que sigue la travesía de un neumático, Robert, a lo largo de un desierto. Dicho así suena a coñazo supremo pero la gracia la pone lo que éste puede hacer, nada menos que explosionar las cabezas de quien le venga en gana (conejos, cuervos, humanos) usando sus poderes telepáticos y haciendo un homenaje nada disimulado a la famosa escena de Scanners de David Cronenberg. No es el único punto en común que ofrece esta obra con la del realizador de Videodrome, ni tampoco es éste la única influencia de Dupieux (que pasa de las monster movies al Duel de Spielberg), lo que encontramos aquí es un cóctel perfecto entre terror y comedia negra, añadiendo pinceladas surrealistas y un sentido de la autocrítica que rara, rarísima vez se ha visto en pantalla.
Rubber se atreve además a ir más lejos que sus propias referencias y, de forma honesta (porque no hay ni un solo momento en el que se intuya que Dupieux se cree por encima de su público) reflexiona sobre la realidad y la ficción con ciertos momentos de cine dentro de cine que terminan por redondear la propuesta. Marciana y única, Rubber es todo aquello que siempre quisiste ver en pantalla y nunca te atreviste a pedir. Una locura que podría haber salido mal (como en el caso de Los tomates asesinos) pero que afortunadamente, aquí, funciona perfectamente. Divertida e ingeniosa, vale su peso en oro a pesar de que no reinventa (ni siquiera lo intenta) el género.
Robert es un neumático que, aparentemente, parece ser casi como cualquier otro neumático vulgar y corriente: redondo, negro y de goma. Pero a diferencia del resto de los neumáticos de este mundo tiene lo que se dice muy mala leche y, lo que es peor, un instinto asesino difícil de saciar. Por si fuera poco además tiene poderes psíquicos, algo que le permite practicar a la menor ocasión su hobby favorito, el cual no es otro que reventar las cabezas de cualquier ser vivo que se le ponga por delante, ya sea este un conejo, un pájaro o una persona, tanto monta que monta tanto. Tan sólo ver la tele, un bañito en la piscina o una atractiva joven que responde al nombre de Roxane Mesquina parecen entretenerle lo justo como para que se olvide de sus ansias por la sangre aunque sólo sea por unos pocos minutos.
Se hace evidente que Rubber es un relato atípico, no sólo porque su protagonista sea un neumático, algo que por supuesto ayuda y mucho, sino porque todo su planteamiento y desarrollo se fundamenta en una sola cuestión: la suspensión de toda razón. Hay cosas en esta vida que simplemente son, viene a contarnos la película, que no tienen un por qué con el que podamos catalogarlo o etiquetarlo, o por lo menos este fundamento no necesariamente tiene que estar regulado por una lógica que nuestro intelecto sea capaz de comprender. Rubber es un film inclasificable, tanto que hasta en un principio podríamos decir sin miedo a equivocarnos que es hasta estúpido, al menos tanto como uno se siente cuando intenta explicarle a otro lo que acaba de ver. Extrañamente, la estupidez es una primera impresión cuyo recuerdo reposado de su visionado elimina de la ecuación. No es que sea un film inteligente, o puede que tal vez sí, pero cuanto menos es un film diferente, muy diferente, y lo es hasta un punto que lo hacen a su vez una producción sumamente irresistible para audiencias abiertas de mente.
¿Por qué ET es marrón? ¿Por qué los personajes de La matanza de Texas no van al baño? ¿Por qué los protagonistas de Love Story se enamoran? ¿Por qué el personaje de Adrian Brody en El Pianista debía esconderse y era pobre… si tocaba muy bien el piano? Ya lo advierte en su prólogo el personaje de un policía, quién acaba de salir con un vaso de agua en la mano del maletero de un coche que previamente ha derribado una serie de sillas esparcidas sin orden ni concierto por en medio del desierto mientras se acercaba a la posición de un hombre que sujeta unos cuantos prismáticos, los cuales repartirá posteriormente entre un grupo variopinto de personas que harán las veces de un público que seguirá, más o menos atento, el devenir del relato desde lo alto de una colina. ¿Por qué en Rubber un neumático cobra vida? ¿Y a quién le importa?
Después de ver wrong en Sitges y llevarme una grata sorpresa, recupere Rubber la anterior película de Quentin Dupieux. El protagonista principal es un neumático asesino, que va matando a la gente al estilo de Scanners de Cronenberg.
Con su particular sentido del humor y un planteamiento brillante, que inicia con el publico que va a ver lo que ocurre y con un discurso sobre porque hay ciertas cosas que consentimos que no tengan explicación en algunas películas pero que otras parecen que nos cuesta mas tolerarlas. Tras este gran introducción vemos el despertar y los primeros pasos del neumático…
Después de ver las dos películas, creo que Quentin Dupieux es un director muy peculiar, en el mejor sentido de la palabra, me ha dejado con ganas de ver mas cosas suyas.