Ritmo loco
Sinopsis de la película
La estrella del ballet Pete Petrov Peters se las ha arreglado para cruzar el Atlántico a bordo del mismo barco en el que viaja la bailarina de la que se ha enamorado perdidamente, Linda Keene, aunque apenas la conoce. Pero, en el momento en que el trasatlántico llega a Nueva York, una pequeña mentira se propaga como un rumor: que las dos celebridades están casadas en secreto.
Detalles de la película
- Titulo Original: Shall We Dance?
- Año: 1937
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
Película
6.8
36 valoraciones en total
Comedia musical para lucir las habilidades de Astaire y Rogers. Pero en Ritmo loco no solo se lucen ellos dos sino que Sandrich plantea situaciones tremendamente cómicas de las que se aprovechan el siempre genial Edward Everett Horton y un brillantísimo Eric Blore.
La película cuenta la historia del bailarín de ballet ruso Petrov. En París conoce a Linda Keene y se enamora de ella. Ambos toman el mismo trasatlántico de lujo para regresar a EEUU y, por una confusión, empieza a circular la noticia de que se han casado. A partir de aquí se sucederán una serie de equívocos rocambolescos e hilarantes que involucrarán a cuantos les rodean.
Números musicales alegres, dinámicos, elegantes y, algunos de ellos, prodigiosos (Astaire balilando con las máquinas del barco o el de la pareja danzando sobre la pista de hielo). Sandrich nos ofrece un gran repertorio de bailes y canciones. Además, como ya mencioné antes, introduce situaciones de gran comicidad para explotar las cualidades de los magníficos secundarios robaescenas con los que cuenta. Horton y Blore se mueven a su antojo y forman una pareja tan digna de admirar casi como la de Astaire y Rogers.
Otra de las deliciosas películas que Astaire y Rogers protagonizaron juntos.
Lo cierto es que, al volver a rememorar estos films, me resulta increíble lo refrescantes y placenteras que siguen siendo. No encuentro que hayan envejecido ni un poquito.
Se supone que estas pelis tienen un esquema argumental simple y básico. Unas tramas ligeras, desenfadadas, fáciles de seguir y sin apenas conflictos.
Pero qué más da todo eso si disponen de los mejores bailes de la Historia, de canciones emblemáticas compuestas por los mejores músicos, cuyas letras incorporadas son pura poesía, enredos y romances divertidos, unos secundarios de primerísima categoría ( Edward Everett Horton y Eric Blore protagonizan unas escenas de aupa), decorados fantásticos e imposibles y unos números musicales de los de quitarte el sombrero. El conjunto es altamente placentero, relajante, burbujeante…Una pequeña dosis de inyección de felicidad.
De esta película si hablamos como comedia, es muy buena. Un malentendido hace correr el rumor de que dos estrellas de la música, un bailarín ruso y una bailarina de vodevil, están casados. Lo malo es que no pueden deshacer el malentendido así como así sin que sus carreras peligren. El enredo va como la seda, buenos diálogos, situaciones graciosas, suave romanticismo, buen ritmo…
Pero es que luego nos vamos ya a los números musicales y te cruje el corazón. Todos son extraordinarios ( en todas las películas), pero aquí yo destacaría dos. Uno es el que Astaire baila en solitario en la sala de máquinas del barco ( que está impoluto y cuyo suelo tiene un brillo extraordinario) y otro es el que la pareja baila en patines.
! Manda narices!.! Que se rodaban sin un sólo corte! ! Eso era ver bailar!.
También quiero destacar un par de canciones convertidas en clásicos y me callo ya porque empiezo a rememorar los números y me doy cuenta de que hago mal en destacar unos sobre otros…Todos son buenísimos.
! Qué grande fue Fred Astaire!. Te deja con la boca abierta. ! Qué grande fue Ginger Rogers!. Una actriz cojonuda además. ! Qué magia desprenden sus bailes!. ! Y qué bien sientan sus películas!
¿ Y Marc Sandrich?. Un director al que nadie hace caso. ! Pues fíjense qué serie de películas nos regaló!.
Como casi todas las películas de Fred y Ginger, hay una canción inolvidable ya sea de Cole Porter, Irving Berlin, Jerome Kern, o, como en este caso, de Geroge e Ira Gershwin. Así, The Continental (1era.ganadora del Oscar a mejor canción) en The Gay Divorcee , Cheek to Cheek (Nominada al Oscar) en Top Hat , Smoke Gets in Your Eyes y Lovely to Look At (Nominda al Oscar) en Roberta , Lets Face the Music and Dance en Follow the Fleet , The Way you Look Tonight (Oscar a la mejor canción) en Swing Time , y Change Partners and Dance With Me (Nominada al Oscar) en Carefree . En esta séptima película de las diez que hicieron juntos Astaire y Rogers, si bien fué un éxito, las ganancias que produjo fueron la mitad que la anterior. Las dos siguientes, Carefree and The Story of Vernon and Irene Castle darían pérdidas según los registros de la RKO y marcarían el final del ciclo. La película que nos ocupa repite la fórmula de los desencuentros entre los protagonistas con una participación más activa de ese muy buen secundario que fué Everett Horton y una aparición rutilante como ella misma de la bailarina clásica Harriet Hoctor al final. Los números musicales son muy buenos destacándose el baile con patines y la secuencia onírica en donde Fred canta la canción que da título a la crítica y que también fuera nominada al Oscar. La importancia de esta canción es que sería finalmente la única que repetirían alguna vez con la diferencia que aquÍ sólo es cantada por Fred y en cambio en The Barlkleys of Broadway la baila junto a Ginger quien sería la que habría sugerido su inclusión en esta la última película que hicieron juntos, ya para la Metro. En fin, un capítulo más para poder disfrutar de la mejor pareja de bailarines de la historia del CINE !!!
Efectivo, pero en absoluto memorable musical de la pareja Astaire/Rogers, aquí interpretando a una pareja de bailarines (él ruso, ella americana: ¿un guiño a las dos superpotencias y su posible alianza?. No lo creo) que por una serie de equívocos se les creerá como matrimonio.
No hay muchos números musicales ni demasiadas canciones, aunque las que hay son buenas y de George Gershwin. Lo que sí hay, como en todas estas películas, es una trama de enredo y vodevilesca, llena de lujo y sofisticación, y dónde la aportación de los secundarios es lo más llamativo y rescatable.
En el año 1937 las relaciones entre Fred Astaire y Ginger Rogers ya no eran como antes, ella tenía celos profesionales de él, al leer una y otra vez que era mucho mejor bailarín que ella. Además su anterior película Sigamos la flota había resultado un cierto fracaso sin alcanzar las cuotas de popularidad de años anteriores.
Ritmo loco supuso la última buena película de esta receta de comedia musical con Mark Sandrich de director, que es para este género como John Ford para el western.
Los números son excelentes y Ginger Rogers sale más guapa que nunca, inspirando su fisonomía posteriormente a Rita Hayworth en la magistral Gilda . De Fred Astaire no hay nada más que añadir, fue el mejor y es totalmente irrepetible.
Hay que señalar que todo este tipo de cine, aunque maravilloso tiene su lado oscuro, es un tanto xenófobo, racista y clasista, italianos que se presentan como estúpidos y bufonescos, negros que solamente aparecen para limpiar las máquinas y bodegas de los transatlánticos, y gente muy rica en donde el lujo se persigue cuanto más mejor.
De todas formas todo este tipo de películas se agradecen ver de cuando en cuando ya que el cine musical o no existe o está interpretado por impostores del género ( Chicago ).