Racing Extinction
Sinopsis de la película
Un equipo de artistas y activistas se reúnen en una nueva operación secreta que tiene como objetivo enseñar al mundo el tráfico de especies protegidas y la lucha para prevenir las extinciones masivas. Recorriendo el planeta para infiltrarse en los mercados negros más peligrosos y recurriendo a las nuevas tecnologías para documentar y obtener pruebas de la relación directa entre las emisiones de CO2 y las extinciones, el documental muestra impresionantes imágenes inéditas que cambiarán nuestra manera de ver el mundo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Racing Extinction
- Año: 2015
- Duración: 90
Opciones de descarga disponibles
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Opinión de la crítica
Película
7.4
42 valoraciones en total
Conocido mundialmente por su documental The Cove y un Premio de la Academia bajo su brazo, el docuthriller adrenalínico mantiene su atmósfera detectivesca que guarda parecido a su ópera prima. En este se sumerge en los mercados negros de las especies en peligro de extinción, con momentos intensos. El documental que parece estar divido en dos partes, habla de las misiones secretas por descubrir ese mercado mundial de especies en su primera parte, donde se comparte con los investigadores la intranquilidad de sus misiones, una apasionante búsqueda, es en su segunda donde parece perder intensidad y le apuesta a mostrar las campañas y las acciones actuales por concienciar a un mundo que parece no entender que vive una extinción.
No me suelen seducir en exceso los documentales sobre naturaleza, pero tras tropezarme con éste (algún alma bondadosa lo subió a youtube subtitulado), no puedo dejar de recomendarlo a todas horas.
La cámara sigue a unos activistas en su lucha por salvar a animales en vías de extinción, nos enseña mercados ilegales, la venta de productos prohibidos, la pesca de peces cuya cantidad disminuye año a año. Hay imágenes de singular belleza en las que observamos a monstruos marinos desplazarse por el océano, pájaros cuyo canto ya no se volverá a escuchar, escenas que reflejan la riqueza de la vida en la Tierra. La naturaleza posee un valor muy superior a cualquier invento del hombre, si no logramos preservarla nos veremos en serios aprietos.
El documental cumple una función divulgativa evidente, nos informa de la situación desesperada en que se hallan muchas especies, aporta datos para que comprendamos mejor el estado en el que se encuentra el planeta (estamos en la sexta extinción), alerta de los inminentes peligros a los que nos enfrentamos -relacionados con la alta emisión de gases contaminantes y con el cambio que están experimentado los océanos-, e incluye también alguna noticia para la esperanza. Además de lo dicho, tiene éxito a la hora de concienciarnos de que vivimos en una época trascendental, donde sólo mediante la solidaridad se podrá poner freno al panorama desolador que se intuye para el futuro.
Estamos acostumbrados a ver documentales sobre animales, plantas y naturaleza en general. Desde hace décadas, este tipo de montajes han plagado la televisión con sus bellas imágenes y sus interesantes datos, acercando el mundo salvaje que es nuestro planeta a todo tipo de público. Esta necesidad de mostrar a las personas cuán especial es la vida en todas sus formas, radica en la propia curiosidad del ser humano, siempre ávido de conocimiento, sobre todo de aquellas personas metropolitanas a las que la naturaleza les puede parecer algo muy lejano.
Pero ahora, que sabemos mucho más sobre la biodiversidad que hace años (y aunque aún queda muchísimo por descubrir y conocer), surge una nueva necesidad. La necesidad de preservar de una manera sostenible esa gran variedad de organismos que pueblan nuestro planeta, y a los que estamos diezmando inexorablemente segundo tras segundo con nuestras acciones. Tal y como se explica en el presente documental, la vida en la Tierra no es estática ni inmutable, sino que cambia con el paso del tiempo. Así, a lo largo de la historia geológica del planeta, han acontecido cinco extinciones masivas. Estas son llamadas así por la brutal desaparición de la mayor parte de la vida existente en un momento dado, debido a circunstancias muy diversas (en ocasiones aún desconocidas) pero siempre de origen natural, como pueden ser meteoritos, cambios climáticos debidos al movimiento de los continentes, fluctuaciones en los niveles de gases atmosféricos, episodios intensos de vulcanismo, etcétera. Quizás, la más conocida de estas extinciones masivas sea aquella que acabó con los dinosaurios (y muchos otros organismos) entre el Cretácico y el comienzo de la Era Terciaria, hace aproximadamente 65 millones de años.
Esto, que nos puede parecer muy lejano y ajeno a nosotros, es la nueva realidad de nuestro planeta. Actualmente, la Tierra está sufriendo una sexta extinción masiva, pero con una fuerte diferencia con respecto a las anteriores: ahora, la causa de la misma es una especie propia de este planeta. Sí, nosotros somos los culpables de la sexta extinción. El cambio global (en el que queda incluido el famoso cambio climático del que todo el mundo habla, pero que no es más que uno de sus ejes), la fragmentación y destrucción de los hábitats naturales, el tráfico y la introducción de especies exóticas invasoras así como la sobreexplotación de especies de interés comercial (fundamentalmente a través de la caza y, sobre todo, la pesca) están llevando al límite a muchos organismos, que han visto terriblemente disminuidas sus poblaciones actuales, encontrándose a un solo paso de su extinción definitiva en la naturaleza.
Aunque no sea único en su especie (valga el juego de palabras), el presente documental acerca al público profano en la materia a esta realidad que estamos sufriendo actualmente y de la que nadie parece (o quiere) darse cuenta. Y esto es lo esencial del mismo: abrir una puerta para que todo el mundo sea consciente de lo que está pasando, y remover, al menos en un bajo porcentaje de la población que lo visione, algo que les invite a intentar cambiar esta triste realidad. Yo, como biólogo, y como cualquier otro científico afín a esta materia, sé sobradamente todo lo referente a este tema. Pero de nada sirve que los científicos sepamos lo que está pasando si la población, en general, no es consciente. Porque encontrar la solución a tan enorme problema debe ser una suma de las acciones de todos. Por ello, la importancia de trabajos como este documental es tan grande, porque permiten la difusión de este tipo de conocimientos adaptados a un público en general.
Poco más queda por decir. Espero que su visionado les haga mínimamente conscientes de lo que está ocurriendo actualmente en nuestro planeta, y que no existe una sola causa que lo esté provocando. No es solo el cambio climático. Es un conjunto de acciones de origen humano que trabajan de forma sinérgica provocando la extinción de las especies, como otrora hicieran los meteoritos, el vulcanismo, las fluctuaciones en el nivel de los océanos o los movimientos derivados de la tectónica de placas. Ya hemos sufrido la extinción, en tiempos muy recientes, de muchas especies como pueden ser las moas, los dodos o las vacas marinas de Steller (por poner simplemente tres ejemplos muy conocidos). En nuestras manos está que la lista de especies extintas no siga engrosándose a nuestra costa. ¿Formarás parte del cambio?
Psihoyos deslumbró al mundo en el 2009 con su documental The Cove, un relato que buscaba informar sobre la matanza de delfines en un lugar en Japón. Este 2015 retorna a las andadas con un alegato que llama la atención sobre cómo la humanidad está llevando al límite a la naturaleza, una carrera contrarreloj para evitar una enorme extinción que se prevé se avecina, por lo cual presenta esta obra con el fin de hacer algo al respecto.
Como hiciera en su trabajo previo, Psihoyos recurre nuevamente a las cámaras ocultas para mostrar las ventas ilegales de comida, o bien, mercados clandestinos donde se consiguen alimentos de animales marinos que están en peligro de extinción. En repetidas ocasiones a lo largo del metraje se habla sobre el poder que tiene la imagen, aquí dichas imágenes, aunque chocantes logran sacar a la luz estos problemas.
A pesar de que la película se centra un tanto en animales marinos, quizá porque no son tan visibles en su estado natural, es importante destacar que se aborda un sinnúmero de especies, desde las más grandes hasta los más pequeños, lo que realmente llama la atención porque es algo que no siempre se hace. Mostrando la gran labor de organizaciones como Photo Ark, a los que sin duda hay que seguirle la pista.
Cinematográficamente el film se encuentra muy bien realizado, se presentan constantes y hermosas imágenes del mundo marino, hay un esmerado trabajo investigativo y la música de J. Ralph está espectacular. Todo para crear 90 minutos deslumbrantes, la construcción del argumento sigue una línea típica, pero se logra un resultado monumental, sumamente emocional.
Con el avanzar del metraje el corazón se va haciendo un puño, la sala se va sintiendo cada vez más tensa, entre respiro y respiro los sollozos comienzan a aparecer, ya más adelante la acción de jalar la secreción de la nariz a raíz del llanto es constante, y sobre el último tramo, todo se desborda, los créditos finales aparecen y la gente aplaude al unísono, los asistentes se mantienen hasta el final de los mismos, afuera se ve más gente llorando, uno se abrazan, todos desilusionados de la humanidad.
Racing Extinction es sin duda toda una experiencia, al salir de la sala no queda otra que pensar que estos activistas y documentalistas son realmente unos héroes, porque visibilizan estos problemas de una forma que llegue a las masas, no se quedan en decirlo, lo hacen. Son héroes ellos y son héroes todos aquellos que arriesgan sus vidas (literalmente) por salvar la de la naturaleza de forma anónima, el mismo Psihoyos se encarga de mencionarlo, para tampoco cometer el error de olvidarlos, aunque finalmente no les interesa el reconocimiento, les interesa trabajar en lo que creen.