Piel de asno
Sinopsis de la película
En su lecho de muerte, la Reina hace prometer al Rey que no volverá a casarse hasta que no encuentre a una mujer que la supere en bondad y belleza. Años después, el Rey se da cuenta de que la sustituta perfecta de su esposa es su propia hija. El Hada de las Lilas, la madrina de la joven princesa, le aconseja que pida a su padre, como regalo, unos vestidos maravillosos, aparentemente imposibles de confeccionar. Pero como el Rey consigue los vestidos, la princesa le pide que le regale una capa hecha con la piel del asno banquero, principal fuente de riqueza del Reino.
Detalles de la película
- Titulo Original: Peau dâne
- Año: 1970
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
6.5
85 valoraciones en total
Después de ver una película como ésta no se sabe qué admirar más, si la manera en que Demy entiende un cuento de Perrault, si el modo en que se trata el tema del incesto, si el uso del color -hay personajes con la piel azul, como los pitufos, y también vemos caballos de color rojo-, si la manera de unir la atmósfera onírica y mágica de un cuento de hadas con el cine musical, si los hallazgos de la escenografía y el vestuario (las botas plateadas de Jean Marais, o el vestido de color del tiempo de Catherine Deneuve, por ejemplo…). Piel de asno no llega a la altura de los musicales de los años 60 de Demy, pero es una película muy curiosa, que se toma el cuento de hadas en serio, y no se avergüenza de ello en ningún momento. Y sin hacer el ridículo, por cierto.
La peli está bien, pero no llega al nivel de los anteriores musicales de Demy ( Las señoritas de Rochefort y Los paraguas de Cherburgo ).
Es curioso: al tratarse de un cuento, el estilo festivo-colorido-pasteloso de Demy es el adecuado, y sin embargo prefiero ese estilo aplicado a sus otras historias, que no son cuentos y por tanto no pedirían en principio ese estilo.
Naturalmente, Catherine Deneuve está ideal como la princesa más bella de todos los reinos. Tan hermosa que incluso incita a su padre al incesto (bastante inaudito este oscuro elemento, y bastante bien eludido en el guión).
En cambio, Jacques Perrin da risa como príncipe azul (¡igualito a Fernando Tejero! con eso lo digo todo).
He leído que Demy quería a Anthony Perkins para el papel, y la verdad es que me habría gustado ver a Norman Bates como dulce príncipe que canta al amor más puro e inocente…
Los decorados y el vestuario son, nunca mejor dicho, de fábula. Una preciosidad para la vista incluso hoy, tan acostumbrados como estamos al más suntuoso todavía.
Vista más de 40 años después de su estreno mundial, esta personal adaptación del inmortal cuento de Perrault, todavía constituye una agradable sorpresa por sus hallazgos visuales, su fino humor y su imaginación desbordante.
Su estética, con numerosos elementos kitchs de la época, como la cambiante y rica fotografías, los suntuosos vestuarios y la elegante peluquería.
Como en las películas de Demy hay canciones intercaladas en la trama, pero, felizmente, al menos para mí, hay pocas y algunas muy bonitas, como la cantada por la hada.
El ritmo es el adecuado, y entretiene e interesa en todo momento.
Lo cierto es que no ha perdido encanto, siendo tierna e ingenua, sobre todo en lo referente a la historia de amor entre los dos protagonistas.
Película bonita, muy agradable y cálida.
Otro hermoso film de Jacques Demy. Aquí hay de todo: homenajes a Perrault y al viejo Cocteau, graciosos personajes surrealistas, una banda de sonido encomiable (un mezcla muy sixtie de pop y barroco resuelta por M. Legrand) y las inolvidables actuaciones de la hermosísima Deneuve en sus años de oro y el imponente Jean Marais diciéndole adiós a las cámaras. Jacques Perin, al igual que el resto del elenco, cumplen con los clásicos roles de cuento. Una película encantadora y plena de nostalgia, para no perdérsela.
Película escrita y dirigda por Jacques Demy ( Las señoritas de Rochefort , 1967), es su tercer musical. Se basa en un cuento inmemorial, que recoge, dulcifica y publica Charles Perrault (1628-1703), junto a otros como La cenicienta , El gato con botas , Caperucita roja , La bella durmiente , etc. Se rueda en el Castillo de Chambord y en el de Plessis-Bourré, en las localidades de Gambais, Manche y Senlis (Francia) y en estudio. Producido por Mag Bodard ( Los paraguas de Cherburgo , 1964), se estrena el 20-XII-1970 (Francia).
La acción tiene lugar en un tiempo remoto y en un país imaginario, sede de toda felicidad, ya que cuenta con unos reyes bondadosos, justos y enamorados, una princesa encantadora y un asno que transforma la paja que come en oro y joyas. La inesperada muerte de la reina (Catherine Deneuve) lleva la tristeza al corazón del rey, el Rey Azul (Jean Marais), que rechaza a su hija, la Princesa Azul (Catherine Deneuve), porque le recuerda demasiado a su esposa. A partir del cuento infantil, Demy crea un relato visualmente vibrante y colorista, de colores saturados y en ocasiones imposibles (color del tiempo, color de luna). Con acierto y habilidad singular recrea la atmósfera propia de un cuento de hadas. Homenajea a su maestro Jean Cocteau y al aire fantástico de su obra, creando un mundo mágico y espléndido, en el que los personajes, los vestidos, los escenarios, parecen extraídos de una película de animación. Las referencias realistas se complementan con elementos surrealistas, imaginativos y sorprendentes (guardianes vestidos de rojo que tienen el cuerpo del mismo color). La cinta está llena de humor blanco, humor negro y humor basado en anacronismos (helicóptero, pilas), que en rigor no son tales en un mundo mágico. Los médicos que atienden al príncipe (Jacques Perrin) van vestidos a la manera de los médicos del cuadro Lección de anatomía (1632), de Rembrandt, al que Demy rinde homenaje de simpatía y admiración. Cita versos de Jean Cocteau y de Guillaume Apollinaire, que refuerzan la poética de la obra.
La música, de Michel Legrand, colaborador habitual de Demy, eleva el tono lírico del relato, que deviene un musical a la manera de Los paraguas de Cherburgo , entretenido y seductor. Consta de 19 cortes de una música que se caracteriza por su carácter barroco, festivo e intensamente romántico. Destacan las canciones Amour, amour , Los insultos (colectiva) y Receta para un pastel de amor . La fotografía, de Ghislain Cloquet ( El fuego fatuo , 1963), muestra y da vida a un mundo encantado e irrreal, visualmente atractivo, magnífico y cautivador.
Es la última película en la que interviene Jean Marais. Film grato de ver y oir, toca con esmerada delicadeza el tema del incesto, reforzando la dulcificación que impuso al cuento inmemorial la redacción de Perrault.