Philip K. Dicks Electric Dreams (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2017-2018). 10 episodios. Basada en los relatos de uno de los escritores de ciencia ficción más prolíficos, esta serie analiza la humanidad en 10 episodios independientes (al estilo Black Mirror o Masters of Horror). De 5 a 5000 años en el futuro, cada historia de esta antología cuestionará qué significa ser humano en mundos excepcionalmente ambiciosos, terrestres y aun así fantásticos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Philip K. Dicks Electric Dreams (TV Series)
- Año: 2017
- Duración: 50
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Opinión de la crítica
Película
6.3
43 valoraciones en total
Esta serie la vi en mi plataforma VOD de Amazon Prime, con el reclamo de ser ciencia ficción no me lo pensé dos veces para atragantarme viéndola entera en 3 sesiones, con ayuda de mi pareja.
Mi chica no es tan aficionada a la ciencia ficción y le gustó más que a mí. Y es que el guión no está mal, cada capítulo está bien desarrollado, quizás algo pausadamente, y las historias suelen ser interesantes, no tiene tanta importancia la acción como los diálogos con asuntos trascendentales a cuento de alguna excusa de los avances de la ciencia o de fenómenos paranormales. El problema en prácticamente todos los capítulos es el final, el desenlace o remate de la historia o la moralina parecen siempre simples o precipitados o muy burdos. Si se pudieran borrar los 5 últimos minutos de cada capítulo ganaría mucho la serie. Otro detalle de la mayoría de los capítulos es que incluyen historias de amor con algunas que otras escenas de gran carga erótica, incluyendo lesbianas en el primero, que me pareció el mejor de todos. Son 10 capítulos que no tiene nada que ver entre sí, se pueden ver sueltos como si fuese una película corta. Los efectos especiales no son malos del todo, y los actores hacen un buen trabajo, con alguna que otra cara conocida.
En definitiva, una serie de ciencia ficción que se deja ver, igual interese más a los que gusten de diálogos con algo de profundidad.
Philip Kindred Dick nos dejó pronto, el 2 de Marzo de 1952 a los 53 años. Nacido en Chicago su alucinada mente nos llegó 44 novelas y 121 cuentos que han sido granero habitual de adaptaciones al cine y la televisión en el género de la ciencia ficción. Entre ellas: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) más conocida en la gran pantalla como el clásico Blade Runner (Ridley Scott / 1982). La visiones y nunca mejor dicho de K. Dick dada su biografía, sobre futuros distópicos donde las reflexiones filosóficas y sociales corren paralelas a los avances tecnológicos, siguen hoy más presentes que nunca casi siete décadas después. Los relatos que aquí se adaptan fueron escritos entre el 52 y el 54 del siglo pasado.
La serie surge a rebufo del éxito de Black Mirror estrenada en 2011 con la que comparte la mayoría de sus presupuestos ante los peligros que conlleva un futuro que ya es presente y cuyos retos ante los riesgos éticos y morales ya nos están afectando. El resultado, con un buen diseño de producción y un elenco actoral de primera línea es irregular, aunque siempre interesante y se nota el peso de las siete décadas desde su concepción a la hora de ponerlos al día por cada uno de los directores de cada capítulo, En ese sentido Black Mirror está menos encorsetada. En cualquier caso el porvenir que barrunta K. Dick no es nada halagüeño, lleno de autoritarismo y desigualdades sociales muy marcadas y en nada se parece a las utopías que narraban los dibujos animados de Los Supersónicos de Hanna y Barbera para el año 2062. Me temo que K. Dick no andaba muy desencaminado.
cineziete.wordpress.com
Me temo que la mejor manera de describir Electric Dreams es recurriendo al manido, pero bastante ilustrativo en este caso, quiero y no puedo. Porque el referente de Black Mirror (ídem, 2011-Actualidad) se antoja tan obvio que incluso sonroja señalarlo, si bien en ningún momento logra emular la capacidad para generar inquietud de sus primeras entregas ni la brillantez formal que han conservado las últimas, y ello pese a la incontestable merma de calidad que le acarreó la compra de los derechos por parte de Netflix.
Precisamente ahí radica, a mi juicio, el gran problema de la serie, en que para recrear el universo de Philip K. Dick sus responsables no hayan acudido a la decadente y siempre socorrida atmósfera cyberpunk de Blade Runner (ídem, 1982), o incluso al lujoso aggiornamento que proponía Blade Runner 2049 (ídem, 2017). Se han dejado llevar, en cambio, por los cantos de sirena de una serie que —efímera como (casi) todo lo millennial— difícilmente recordará nadie dentro de cuatro décadas, al contrario de lo que sucede —insisto— con la antedicha Blade Runner, modelo para cualquier adaptación medianamente competente de la obra de Philip K. Dick.
Otro escollo difícil de salvar para Electric Dreams es el presupuestario. Una dotación moderada, pero tampoco fastuosa, parece haberse dedicado en su mayor parte a satisfacer los honorarios de un reparto, si no de campanillas, sí plagado de rostros muy conocidos —cierto que bastantes de ellos han vivido tiempos mejores—. Así, lo que ha quedado no da para el diseño de producción que requería el original literario, con un resultado que oscila entre un irritante infantilismo y la cutrez más desalentadora.
En el plano argumental las historias tampoco acaban nunca de arrancar. Literalmente, además, porque contando la mayoría con puntos de partida indudablemente sugestivos, sus desarrollos y, sobre todo, desenlaces dejan muchísimo que desear, agravando el sentimiento de decepción que desde su primer episodio viene provocando la serie.
Sólo el penúltimo capítulo, The Commuter, que protagoniza un insólito y superlativo —como siempre, vaya— Timothy Spall, se salva de la quema. Esta delicia kafkiana se erige en una especie de oasis en medio de un desierto de inanidad. Curiosamente, se trata del único pasaje ambientado en nuestros días. En él, los torpes delirios distópico-futuristas dejan paso a una turbadora amalgama de realismo social a lo Stephen Frears y cualquiera de aquellas entregas primeras de Black Mirror.
A priori, Electric Dreams tiene mucho que ver con Black Mirror. Si Black Mirror es de Netflix ahora, Electric Dreams es la respuesta de Amazon a un modelo similar: una serie de ciencia ficción, de capítulos independientes entre si. Y en la superficie en efecto hay muchos paralelismos. Pero el hecho de que sean adaptaciones de relatos de Philip K. Dick (uno de los mayores genios de la ciencia-ficción clásica) hace que tengan un matiz importante y en general jueguen con conceptos claves para K. Dick. Y que vayan desde el ambiente más ciberpunk, a relatos en presentes alternativos o space opera distante en el tiempo no cambia el hecho de que su discurso central es muy potente y cohesionado.
Así que, en resumen, aunque como serie tiene capítulos mejores y capítulos peores (lo cual es inevitable, al ser una serie de episodios independientes), el resultado es que vale la pena. Con sus mejores y peores momentos, Electric Dreams nos sigue poniendo frente a cuestiones que hay que resolver en el presente, y lo hace siguiendo las intuiciones extrañas y a veces perturbadoras de K. Dick.
Para el análisis del contenido más social que podéis encontrar en la serie: http://tribulaciones.es/critica-de-serie-electric-dreams/
Sumario
Notable serie antológica, una colección de diez capítulos independientes basados en cuentos de ciencia ficción y fantásticos de Philip K. Dick, con una producción deslumbrante y el atracctivo de un numeroso elenco de primer nivel en papeles y escenarios atípicos que incluye a Brian Cranston, Geraldine Chaplin, Steve Buscemi, Anna Paquin, Sidse Babett Knudsen (la protagonista de Borgen) y Vera Farmiga entre muchos otros.
En medio de una oferta con tantas series que en general desarrollan (y muchas veces estiran) una historia y los mismos personajes a lo largo de varios capítulos (y temporadas), se agradece la generosidad de una que despliega semejante variedad y la concisión con que lo hace.
Reseña
Philip Dick’s Electric Dreams es una serie antológica formada por diez capítulos independientes basados en cuentos de Philip Dick.
Las historias incluyen varias constantes del célebre escritor de una ciencia ficción de proyecciones sociales y psicológicas y alguno que otro mensaje moralizante en mundos generalmente distópicos: la condición humana en contraposición a la de máquinas humanizadas, la soledad, las sociedades vigiladas, las realidades alternativas, las ucronías, las diferencias entre realidad y representación o fantasía, mundos distópicos, seres mutantes), repartidas, sin embargo, en un abanico variado de relatos que cruzan la ciencia ficción o el género fantástico con dramas familiares o de pareja, el noir, el policial o conflictos político-sociales y con protagonistas bastante solitarios enfrentados a una realidad adversa y que no comprenden del todo.
Esta serie de Channel Four despliega una producción deslumbrante que convierte a cada episodio en un mediometraje de nivel cinematográfico, maravillosamente fotografiados.
Por otro lado, Electric Dreams reúne un elenco de actores y actrices de primerísimo nivel en papeles y escenarios atípicos, muy alejados de aquéllos en los que los solemos ver. Así desfilan, por ejemplo, Bryan Cranston como un comandante espacial, Sidse Babett Knudsen (la protagonista de Borgen) como una inquietante y muy particular femme fatal, Steve Buscemi como un gris empleado de una empresa biotecnológica, Geraldine Chaplin como una anciana viajera espacial , Timmothy Spall como un atribulado guardia de un tren, una notable Essie Davis (alejadísima de su detective Miss Fisher o de la madre en la película de terror Babadook) componiendo a una mujer maltratada por su marido militar en una base espacial pero lejos de la resignación y Vera Farmiga como una temible líder de derecha.
En medio de una oferta con tantas series que en general desarrollan (y muchas veces estiran) una historia y los mismos personajes a lo largo de varios capítulos, se agradece la generosidad de una que despliega semejante variedad de historias, personajes y escenarios y la concisión con que lo hace.
A continuación, les dejo una breve reseña o los disparadores de cada capítulo.
1. Real Life (Vida real, basado en Pieza de colección)
Anna Paquin es una policía del futuro cuya mente oscila entre dos cuerpos y realidades alternativas.
2. Autofac (basado en Automatización)
En un futuro distópico, una fábrica sigue distribuyendo compulsivamente sus productos mientras ejerce una férrea vigilancia sobre los consumidores.
3. Human Is (Humano es, basado en el relato homónimo)
Bryan Cranston es un comandante militar de una nave espacial que realiza una incursión en otro planeta y está casado con Vera, una funcionaria interpretada por Essie Davis, con quien tiene desaveniencias conyugales y políticas.
4. Crazy Diamond (Diamante loco, basado en Campaña publicitaria)
Ed (Steve Buscemi) es un hombre casado que trabaja en una empresa de ingeniería genética en un particular mundo distópico, y traba relación con la perturbadora Jill (Sidse Babett Knudsen), una femme fatal muy particular.
5. The Hood Maker (El fabricante de capuchas, basado en el relato homónimo)
En el marco de un inminente enfrentamiento entre los Normales y los mutantes telepáticos, un policía Normal (Richard Madden) y una telépata trabajan en conjunto para investigarlo.
6. Safe and Sound (Sano y salvo basado en Foster, estás muerto)
Una adolescente se muda con su madre, una activista (Maura Tierney) contra la vigilancia, a una zona de EEUU con la seguridad privatizada para continuar con sus estudios en la escuela secundaria.
7. The Father Thing (El padre-cosa, basado en el relato homónimo)
Un niño (cuyo padre interpreta Greg Kinear) comienza a darse cuenta de que los humanos del suburbio donde vive están siendo reemplazados por extraterrestres.
8. Impossible Planet (El planeta imposible, basado en el relato homónimo)
Una anciana (Geraldine Chaplin) contrata un tour espacial para realizar una visita a la Tierra, en busca de un reencuentro con su pasado.
9. The Commuter (El viajero, basado en El abonado)
Ed (Timmothy Spall), un empleado en una estación de tren con una problemática situación familiar, comienza a inquietarse cuando una viajera repetidamente solicita pasajes para un pueblo que no figura en el recorrido.
10. Kill All Others (Mata a todos los demás, El ahorcado)
Un empleado de una fábrica casi totalmente automatizada comienza a percibir en soledad perturbadores signos de violencia social y mediática en una sociedad hipervigilada y autoritaria.