Patos salvajes
Sinopsis de la película
Película de acción con un argumento muy similar al de Los profesionales , pero ambientada en África. Granger es un hombre de negocios británico que contrata a Burton y sus mercenarios (Moore, Harris) para realizar una peligrosa misión en Rhodesia: liberar a un líder del movimiento liberal negro liberal que está en poder de un dictador.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Wild Geese
- Año: 1978
- Duración: 134
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Opinión de la crítica
Película
5.9
88 valoraciones en total
La historia versa sobre un grupo de mercenarios contratados para liberar a un líder africano prisionero en un país imaginario centroafricano (que podía ser cualquiera). A partir de ahí todo es acción porque sí. La violencia de McLaglen en todo su esplendor, un reparto de los que gustan y una historia muy reciente para la época en que se filmó (en pleno periodo postcolonial) hacen de Patos salvajes una de las mejores películas de acción nunca hechas. Puede que la realización deje algo que desear, pero el desarrollo no deja tiempo para el respiro.
Bebiendo de la novela Los Perros de la Guerra , Patos Salvajes es un aceptable filme bélico ambientado en la Arica Negra de las guerras tras la descolonización, con la irrupción de soldados de fortuna provenientes de los distintos conflictos bélicos anteriores. Aunque a sueldo, el filme nos muestra el honor y el compromiso que existe entre los mercenarios y el deber hacia el que les contrata. Muy japonés. Otra cosa es que el contratante sea un ser inmoral y sin decencia (hablamos de un banquero especulador).
La película tiene dos partes diferenciadas, los prolegómenos de la operación, con la contratación de los miembros de la misión, la planificación y el entrenamiento y una segunda parte estrictamente bélica. Esta segunda parte, con las escenas de combate es la más vibrante, donde van cayendo personajes que han sido presentados previamente. Rodar escenas de acción en monte bajo o en sabana resulta complejo, por cuanto no hay muchos lugares para parapetarte. En ello McLaglen hace muestra de su saber hacer y lo resuelve con solvencia, pero no con brillantez. Donde sí resulta emocionante es en la resolución final, con la carrera de los soldados supervivientes, que bebe directamente del filme Comando en el mar de China .
El guión, muy emparentado con la novela de Forsyth, muestra la evidente relación entre los empresarios sin escrúpulos y los gobiernos para provocar golpes de estado y guerras civiles en África, generalmente por recursos naturales y mineros, algo que pudo acaecer en el Congo, con el asesinato de Lumumba y la guerra de Katanga. Añaden también algo de mensaje político para darles un tonillo de decencia a los soldados, unos cuantos cubanos para darnos a entender que los malos también son del bloque soviético, y mucho salvajismo con machetes por parte de los simba (los soldados negros del dictador) para disipar cualquier duda del espectador de quién es el bueno.
El trabajo interpretativo es notable, no todos los filmes disponen en su reparto de actores tan carismáticos como Burton y Harris, y hasta Moore parece acercarse a la luz interpretativa que desprenden ambos actores. El reparto de secundarios, con un eficiente Kruger, les va a la zaga, con sus breves instantes de protagonismo, lo que dota a la película de una profundidad en todos los personajes que no suelen tener los filmes bélicos en la actualidad.
Buen filme, aunque muy setentero.
Película con uno de esos repartos irrepetibles, ya no hay actores con tanta presencia: Richard Burton, Richard Harris, Roger Moore, etc. Siempre me recordó a los perros de la guerra . Aunque prefiero la de John Irvin, es mucho mejor película.
Pero en patos salvajes encontramos humor,acción, escena duras (la de la pista de
aterrizaje). Como todo el cine de Andrew V. McLaglen es entretenida (un poco superior a la media), pero tampoco tiene mucha sustancia.
Película de Andrew McLaglen de los McLaglen de toda la vida, sobrino del famoso Víctor y esmerado alumno de John Ford.
Clásica de mercenarios reclutados a toda prisa por Stewart Granger que quiere que rescaten a un líder negro de donde está encerrado. Pero no por humanidad, no… Es porque sus minas de cobre están en peligro y puede perder mucho dinero, con el dirigente libre sus negocios en África seguirán funcionando como la seda.
Eso son razones, lo demás es sentimentalismo.
Película de hombres nostálgicos del Ejército. Los diálogos dotan a los personajes de una personalidad muy completa, con su moral y sus escrúpulos, como dice Roger Moore: Unos mercenarios con moral, tiene gracia . Los hace convincentes, algo que hoy día en las películas de acción no se tiene tanto en cuenta. Prácticamente ausencia total de participación femenina y repertorio de actores ingleses muy conocidos.
Mercenarios, eso hombres sin honor y sin patria que se venden al mejor postor a cambio de unos altos honorarios. Hombres y también mujeres que fueron preparados militarmente por sus países y luego dejados de lado, cuando lo único que saben es matar y cumplir órdenes, y en unos pocos casos darlas.
Película bélica dirigida por Andrew V McLaglen siguiendo los cánones de este tipo de producciones, la elección de un grupo de mercenarios, su preparación anterior a la misión, y la ejecución de la misma, aunque ésta se distingue de otras en su trasfondo realista si del continente africano hablamos, donde las grandes corporaciones mundiales y unas pocas empresas dirigen la política de los países, sean democráticos o dictatoriales, para salvaguardar sus intereses, y cuando éstos se ven en peligro actúan.
McLaglen resalta en esta producción la moral de los mercenarios, que más allá de su soldada, y conociendo lo que está bien y lo que está mal, deciden tirar por el camino correcto dada la situación en la que se encuentran.
Conocidos actores británicos, con Stewart Granger a la cabeza, y como protagonistas Richard Burton, Richard Harris y Roger Moore, viejas glorias quizás demasiado avejentadas para los papeles que representan, bien rodeados de una pléyade de secundarios que todos conocemos de diversas producciones.
A los enamorados del cine bélico de ficción, les gustará y a pesar de su producción en 1978 podría reproducirse actualmente en cualquier país africano, eso sí, con el armamento de la época.
Notable, 7.