Pactar con el diablo
Sinopsis de la película
Kevin Lomax (Keanu Reeves) es un joven y brillante abogado que nunca ha perdido un caso. Vive en Florida y es feliz junto a su esposa Mary Ann (Charlize Theron). Un día, recibe la visita de un abogado de Nueva York que representa a un poderoso bufete que tiene la intención de contratarlo. Al frente de la prestigiosa empresa se encuentra John Milton (Al Pacino), un hombre mundano, brillante y carismático, que alberga planes muy oscuros con respecto a Lomax.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Devils Advocate
- Año: 1997
- Duración: 144
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Opinión de la crítica
Película
6.7
33 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Al Pacino
- Alan Grubman
- Alan Manson
- Benny Nieves
- Bill Boggs
- Bill Moor
- Bo Rucker
- Caprice Benedetti
- Charlize Theron
- Chris Bauer
- Connie Nielsen
- Craig T. Nelson
- Daniel Oreskes
- Debra Monk
- Delroy Lindo
- Don King
- E. Katherine Kerr
- Edward Seamon
- George Gore II
- George Sperdakos
- George Wyner
- Gino Lucci
- Gloria Lynne Henry
- Hampton Clanton
- Harold Surratt
- Harsh Nayyar
- Heather Matarazzo
- James Saito
- Jeffrey Jones
- John Rothman
- Juan Carlos Hernández
- Judith Ivey
- Keanu Reeves
- Kim Chan
- Laura Harrington
- Leo Burmester
- Linda Atkinson
- Liza Harris
- Marcia DeBonis
- Mark Deakins
- Michael Lombard
- Mohammed Ghaffari
- Monica Keena
- Murphy Guyer
- Neal Jones
- Novella Nelson
- Pamela Gray
- Patrick Joseph Byrnes
- Ray Garvey
- Ruben Santiago-Hudson
- Socorro Santiago
- Susan Kellermann
- Tamara Tunie
- Tom Riis Farrell
- Tomatito
- Vincent Laresca
- Vyto Ruginis
- William Hill
Al Pacino seduce con su discurso, aquí en este filme. Al Pacino es Lucifer… soberbia, blasfemia contra dios. Cree tener más autoridad que dios. Apetito desordenado de la excelencia.
Existencia e instalarse a sí mismo como verdad suprema e infalible y como fundamento de la acción humana. De la misma manera, y guardando las distancias, se aplica al respeto y a la consideración que los subordinados le deben a las autoridades legítimamente constituidas. La vanagloria: es Al pacino.
La Jactancia: Al Pacino.El Fausto: Al Pacino…La altanería: Al Pacino.
La ambición: Deseo desordenado de elevarse en honores y dignidades como cargos o título, sólo considerando los beneficios que les son anexos, como la fama y el reconocimiento… todo esto es… una SOBERBIA actuación de Al Pacino. La hipocresía.
La desobediencia: es la infracción del precepto del superior.
El remedio radical contra la soberbia es la humildad. No lo olvides… Kevin Lomax.
Tratar los valores más oscuros y perversos de los seres humanos, entendibles incluso en una sociedad especialmente oscura y perversa como lo es ésta, quizá sea bastante complicado, y una solución fácil es utilizar toques fantásticos o simbólicos que en nuestra cultura sean entendidos sin problemas por la mayoría. Lástima que para tirar por lo fantástico y por el simbolismo se opte la inmensa mayoría de ocasiones por tirar de demonios y demás concepciones religiosas, si bien es cierto que es fácilmente identificable lo que se nos muestra con esto, muchas veces sólo piensas que la sombra de la iglesia es alargada, muy alargada.
El poder, la vanidad, la tentación, el éxito personal (unas veces por méritos propios, otras por trepismo , siempre por la competitividad extrema)… todas esas cuestiones que rápidamente acusamos y rechazamos, aunque sea más por envidia que por análisis de lo que son cada cosa o lo que significan. La crítica está hecha, es fácilmente entendible, y poco más. La historia será entretenida, pero siempre fundamentalmente por los misterioso del personaje de Al Pacino, que será el que te enganche en todo momento.
Y llega ese final, con ese momento Pacino , con un diálogo realmente bueno, que justificará lo visto, intentará alejarse de la sombra de la iglesia y los valores católicos y escudriñará esos valores antes comentados de una manera más objetiva, más social y más política. Entiendo que esto es más mérito del guión (que gana enormemente al final por lo que he ido diciendo) que del que se lo aprende, ahora bien, la garra, la fuerza, la convicción… la interpretación, en sí, es digna de todo un maestro. El final salvó la película y casi justificó los medios.
Suficiente suspenso bien narrado con un argumento sólido que nos mantendrá atados a esta excelente película sobre el diablo, la moral, los prejuicios y la misteriosa ascendente carrera de Keanu Reeves.
Un maestro es Al Pacino que hace una actuación de aquellas. El dialogo final que da sobre el fin del mundo, el bien, el mal, dios y todos los temas filosóficos religiosos, es NOTABLE de pies a cabeza. Recomendada.
Sin duda nos encontramos ante la que posiblemente sea una de las mejores interpretaciones de Keanu Reeves, que se ha hecho tremendamente popular con la excelente Matrix pero que hace unos años ya apuntaba maneras. Sorprendentemente está casi al nivel de la otra estrella del filme, diría que la estrella principal, Al Pacino, que interpreta a un personaje como si fuese él mismo. Es impresionante como da vida al personaje y cómo llega a creérselo. Sorprendente especialmente el discurso final.
La historia es buena, empieza como una película cualquiera y poco a poco se van introduciendo elementos fantásticos -escasos, tampoco se necesitan más- para ir entrando en el juego final, que ya roza la fantasía total. La música es buena y la fotografía aceptable. Lo mejor sin duda es la progresión de Reeves como abogado y cómo descubre la razón de su éxito. Al Pacino, impagable, el resto, casi a su nivel. No es ninguna joya, pero es más que digna y el final sorprende un poco.
En este filme de fines de Siglo XX hace una vez más su aparición el Diablo, quién tomará prestado el cuerpo de Al Pacino para adentrarse en el mundo de los mortales. Aquí el Diablo busca a su hijo, pero no solo para convertirlo en el Anticristo sino para mostrarle entero el mundo que nos toca.
El Derecho es el nuevo sacerdocio , por eso la historia tiene todo un trasfondo basado en el Derecho. Desnudando por completo el sistema lúdico de las leyes, donde el dinero y el poder son el único dios. El filme nos hace frente desde el discurso, donde el reino material reina sobre el afectivo, donde el libre albedrío es el nacimiento de cada acción. El pecado debe ser pagado, pero nos muestra que el poder hace que paguen los que estén parados más bajo en el escalafón.
El mundo es un caos, un cambalache de morales, ideas y sentimientos. ¿Alguien puede dudar que el Siglo XX fue enteramente mío? pregunta el Diablo y yo de ninguna forma puedo afirmar lo contrario. El filme muestra que todo el mal que pesa sobre nosotros es culpa del diablo pero intenta hacernos ver que el diablo es una fuerza humana que nace dentro de cada individuo y Kevin Lomax (un cumplidor Keanu Reeves) lo lleva a flor de piel.
Lomax vendería su alma por la gloria y en cierta forma John Milton es quién le da esa oportunidad. Milton (Pacino le da vida al Diablo más creíble e increíble) dueño de la más importante firma de abogados contrata a Kevin Lomax para desempeñar el papel de Abogado del Diablo ofreciéndole el mundo en sus manos.
La culpa es un costal de ladrillos, solo tienes que soltarlo y es Keanu Reeves quién carga con dicho costal. Se nos muestra mentiras de la religión y es en los últimos 30 minutos donde se desnuda la verdad. Al Pacino muestra que tan Diablo puede ser, haciéndonos sudar con un largo monólogo y haciéndonos reflexionar sobre lo que vemos y lo que damos por sentado. Si mezcláramos las palabras de un Shakespeare del siglo XX con el flujo ideológico de Fausto surgiría una obra muy similar a ésta.
La religión coloca las reglas en oposición: mira pero no toques, toca pero no pruebes, prueba pero no tragues . Los pecados capitales son desnudados como los vicios más comunes en nuestro tiempo, siendo harto conocida la frase final pronunciada por Pacino: Vanidad, definitivamente mi pecado favorito
Taylor Hackford sorprende con esta impecable realización, con una excelente sucesión de imágenes y una buena fotografía, sabe usar muy bien los efectos especiales, pero más importante dónde usarlos. Detrás tiene un sólido guión aunque con altibajos (pero todo es para mantener el suspenso ante la genial eyaculación). Hackford tiene una carta ganadora: la figura de Al Pacino, donde cuarto filme es mérito suyo.
Hackford pertenece a la generación de directores que saben manejar las técnicas del cine comercial (acción, efectos especiales) con historias inteligentes e intrincadas, teniendo como as en la manga el obligar al espectador a volver a verla.