Otesánek (El pequeño Otik)
Sinopsis de la película
Cuando un matrimonio se entera de que no puede tener hijos, se sienten muy frustrados. Para paliar el dolor de su esposa, el marido recorta una raíz del jardín, dándole forma de niño. La mujer, en su desesperación, acepta la la raíz como si fuera realmente un bebé. Y, de repente, la raíz cobra vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Otesánek (Little Otik)
- Año: 2000
- Duración: 132
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Opinión de la crítica
Película
7.3
35 valoraciones en total
Una vez más no me deja de sorprender este director que descubrí con su película Los conspiradores del placer, especialmente conocido por sus cortos lleva a la gran pantalla ese surrealismo que caracteriza su cine.
Director que sabe mezclar con especial magia ese realismo y surrealismo de los personajes como si eso fuese normal en la vida de ellos, nada extraña a los personajes ver la venta de bebes como si fuesen peces o una niña encargada de dar de comer a un trozo de árbol.
A pesar de durar dos horas no se sienten ya que su cine esta lleno de magia que es solo característico de este director checo y sobre todo llevado con un ritmo muy fluido.
Algo que me encanta de su cine es ese manejo de la cámara, esos ángulos, o ese ambiente en donde se mueven sus personajes.
Basada en un cuento tradicional, lleva esa historia surrealista a un espacio real donde los personajes son mas reales que nunca, mostrando esa realidad de la sociedad checa del periodo comunista, sus viviendas, sus comidas y su vida diaria con sus tradiciones y a partir de todo esto te lo mezcla con un cuento tradicional, totalmente irreal donde esta genialmente enlazado a la vida diaria de los personajes.
Genial muestra del cine, característico de este director, donde una vez mas me ha hecho disfrutar con esos personajes, con su entorno y esa ficción a veces tan paranoica.
Conocía Fausto de Jan Svankmajer. He visto algunos de sus cortos stop motion surrealistas. Pero cuando vi la imagen de la mujer rubia con el trozo de tronco en sus brazos envuelto con ternura, decidí en ese mismo momento que tenía que ver la película. Afortunadamente, era fácil de encontrar. Las dos horas se me esfumaron tan rápidamente, como con los libros de historias que leía cuando era niña, me enganchó y me daba pena al acercarme al final.
Pero yo de normal no busco buenas historias que me atrapen, cuando leo libros. En películas, quizá, es otra cosa. Sé que en Fausto lo que encontraba era más un conjunto de sensaciones, reconocimiento ante determinadas imágenes, y hasta vértigo en algunas escenas (las cabezas rodando por la ladera, las cabezas sobredimensionadas de los títeres, se me atragantaban en el movimiento). O el pavor y las gallinas. En Otesanek lo que hay es una historia mucho más normal, de personas normales, como los vecinos dicen al salir del cine que lo que quieren es ver películas de personas normales como ellos .
Lo siento, pero voy a discrepar con casi todo el mundo y voy a decir que esta película para mi no es fantasía, o no radica en esta fantasía. Ahh pero no hablo de lo formal, el surrealismo es evidente en determinadas escenas y hace una aparición preciosa, que yo no voy a destacar. Yo voy a hablar de la carga real, interna, viva y latente de esta película.
Primero, que siento muy cercano el dilema de la esperanza y esta historia representa esa búsqueda. Pero no una búsqueda que se conforma con cualquier cosa, no, sino una búsqueda de unos personajes que crean e intentan vencer obstáculos para aferrarse a la ilusión. La ilusión es un trozo de tronco que tiene hambre.
La ilusión a veces es tan necesaria para no volverse loco y matar gente. O para vivir uno mismo sin molestar a nadie. Llenar un vacío con esa ilusión puede ser de vida o muerte.
Somos muchos los que abrazamos troncos con fervor. A veces no sabemos qué es lo que pasará cuando se despierten… pero tampoco nos importa. Es nuestro hijo y es el único que tenemos… cuando sabemos que no podremos tener nada más.
Creo que una mujer yerma (una Yerma lorquiana del siglo XXI) podría entender un tipo de ilusión así. Una mujer, un hombre, cualquiera que tenga una privación grave.
Antes de despedirme de este post, también quiero mencionar a la niña inteligente de la peli. Creo que es la primera vez que una niñita sabelotodo me cae bien en una película. Odio a la empollona de La elegancia del erizo y a la agridulce disforzada de Pequeña miss sunshine . Siempre me han parecido super repelentes ese tipo de niñitas en las películas. Pero ésta es diferente. Una niña que lee de todo, con contestaciones ingeniosas y un carácter fuerte. Primera vez que encuentro un papel de niño no remilgado y divertido, con ocurrencias interesantes. Lo siento por los amantes del cine indie de colores muy fuertes y brillantes en el que prevalece el rojo ameliesco-darjeelingniesco, lo siento, pero ese gusto no es el mío.
La película más sencilla y clara de Svankmajer es la que se lleva el título más rebuscado como concesión a toda una vida. Porque tras esta antigua leyenda que va cogiendo forma como una realidad tenebrosa, se encuentran todos los elementos conocidos de este director.
La curiosa mentalidad de una niña nos acerca a una pareja estéril, con un deseo, tener un hijo al que amar. El deseo se convierte en una raíz con formas de infante que el hombre decide barnizar. La raíz se transforma en deseo y el deseo en realidad, así, se da paso a la vida. Un objeto con vida. El curioso razonamiento de la niña descubre al Otesánek, la raíz barnizada que sólo tiene un deseo, comer. El ciclo de la vida siempre continúa.
Por una parte tenemos los objetos que van cobrando vida para despertar el interés de todo aquel que se mueva a su alrededor. La materia razona y toma el control. Mientras esto ocurre nos presentan a los humanos, que fortalecidos por una vida creada de un modo natural siempre actúan por instinto, por deseo, sin un verdadero control. Cuando los objetos y los hombres se alían, reaparece la duda: ¿quién domina a quién? Hay un anciano cuyas gafas activan la vida propia que tienen sus pantalones ante una jovencita que desea tocar. Hay un hombre que mira absorto una televisión en la que la publicidad se convierte en objetos que se mueven sólo para que su deseo por obtenerlos aumente y quede hipnotizado. El crecimiento de una coles, o una madre que acepta cualquier incidente con tal de tener un hijo.
Todos juntos dan vida de nuevo a algo básico para Svankmajer, el cuento, esa interpretación propia y personal de una historia popular, que junto a los objetos humanizados y los hombres instintivos siempre transforman al mundo en algo extraño y a la vez divertido que intriga a nuestros instintos y que demuestra que cualquier elemento inanimado puede ser el centro de atención y expresarse sin necesidad de utilizar una sola palabra. Qué mejor modo de indagar en nuestra imaginación y en la ajena y aprovechar esas pequeñas cosas que forman parte de la vida sin inmutarse nunca.
Aún así, eché de menos a las gallinas alrededor del pequeño Otik.
Otesanek, cuento popular de la Europa del Este (Pequeño Otik), es llevado al cine por el sugerente director checo Jan Svankmajer quien muestra un talento similar al de David Lynch (hay mucho en esta obra que me recordó a Cabeza Borradora) o al disuelto tandem Caro-Jeunet como constructor de imágenes y escenas barrocas. En este sentido, los fotogramas que constituyen Otesanek se encuentran preñados de morbo e inquietud configurando una obra que no dejará a nadie indiferente. Quizá la odies o quizá la ames, pero desde luego no se puede negar la fuerza cautivadora de esta película. Gore, stop-motion y bizarría se conjugan en una extraña combinación visual de la que depende en gran medida el resultado final, resultado desde luego marcado por la extrañeza de lo narrado, con esa estética barroca y surrealista que acrecenta el desasosiego y la fascinación que la pantalla, llena de esta película, desprende. Los ángulos, los objetivos, los planos y las tomas son manejados con deliverada exactitud desde posiciones escéntricas para crear una distorsión visual acorde a la que sufre la realidad en las películas de Svankmajer. Se podría afirmar que toda la obra de este checo es un espejo a través del que pasar al otro lado de la realidad, a una mágica dimensión que no deja de resultar, por momentos, aterradora.
Difícil de encontrar, si cae en tus manos no dudes en visionarla para comprender las nuevas dimensiones a las que un cuento puede llegar en las manos adecuadas.
Recomendable.
* En mi opinión es una de las más grandes joyas del fantástico de los últimos años. Pero no solo cosechó entusiastas elogios de los aficionados al género, sino que fue elegida en su país como película del año, recibiendo en el 2001 el León Checo de la Academia de Cine y Televisión: mérito tremendo, porque aunque este director sea uno de los puntales del cine checo, su obra, y como no, Otesanek, está cargada de escatología, humor negro, simbolismo, fetichismo, gore, atrevimiento, tirantez,…
* Da una visión moderna, personal, violentísima, surrealista y cómica de un cuento popular eslavo que también tiene su protagonismo en la historia.
* Sin tener un gran poderío visual, cada secuencia está cargada de simbolismo y lecturas de fondo, y es muy dinámica narrativamente hablando.
Se suceden una tras otra un sinfín de situaciones tensas, desternillantes, incómodas, violentas, dramáticas, con arrebatos surrealistas muy propios del director, unas animaciones en stop-motion también marca de la casa, y con unos actores que dan una vidilla tremenda al asunto.
* Otesanek es una frikada, pero también una obra redonda, un film total que no descuida aspecto alguno. Sus personajes están desarrollados de forma magnífica, y dentro de lo altamente bizarro de la propuesta se abordan algunos planteamientos psicosociales, más o menos desarrollados, pero que ahí quedan: la paternidad y sus responsabilidades, la autoestima y la infertilidad: el conflicto que genera, el significado y las consecuencias de tener hijos, como manejar los problemas emocionales, el trato a la infancia, su papel social, la percepción de padres y adultos, etc.
* Otesanek, sin oropel ni grandilocuencia, deslumbra de lo brillante que es, y bajo su relato detallista y de enérgico trote profundiza intelectualmente y en la caracterización de sus personajes.
* Un cuento cruel de moraleja a la carta. Nocivamente jovial. Despiadadamente original. Brillantísima.