OSS 117: El Cairo, nido de espías

5 comentarios en «OSS 117: El Cairo, nido de espías»

1. ¡Toda una agradable sorpresa esta película sobre las hazañas del agente 117! Como parodia retro es genial. Si alguien la viera sin saber que es una parodia retro estoy seguro de que pensaría que en verdad es una peli de los 50. Con agentes secretos, espías, chicas bond , contraseñas, etc. Vi el trailer en la red, y quedé prendado. Los títulos de crédito y toda la ambientación son geniales. Muy entretenida, como película seria no aburriría pero es que como comedia es deliciosa.
   
   El agente 117 es enviado a El Cairo, con una identidad falsa de ¡criador de pollos! Atención cuando enciende y apaga la luz. Geniales las mata-hari con las que se encuentra. Como genial es su contacto que no recordaba bien la contraseña.
   
   El protagonista genial, con su creación de espía machista, engreido y homófobo. Lo peor, es que la nula publicidad de esta película hace que en nuestro pais haya pasado desapercibida, cuando es de las mejores comedias del año. Sería imposible hacer una parodia americana tan inteligente.
   
   ¡Ha nacido una estrella! ¡Es la frikada del año!

2. Entretenidilla comedia de acción, a cargo de un viejo conocido de mis años de niñez, el agente francés OSS 117.
   
   En aquellos ya lejanos tiempos en el que ir al cine era todo un acontecimiento socio.cultural, el héroe era encarnado por el estoico actor Frederick Stadford, mediocre intérprete que no obstante tuvo su momento de gloria al protagonizar Topaz .
   
   Ahora está encarnado por otro actor, Jean Dujardin, bastante estimable, y el espíritu del film es completamente distinto. En esta ocasión es una mera comedia de acción, donde el humor (ante todo) y la aventura y acción, se mezclan hasta completar una peli, a mi modo de ver, algo escasa en el plano cinematográfico, si dejamos aparte el excelente acabado técnico. No en vano aspectos como fotografía, banda sonora, vestuario y dirección artística, consiguen que la ambientación (estamos en el año 1955), sea perfecta y creíble.
   
   Lo que ocurre es que la historia, el argumento, no es muy allá, conformándose el texto con conseguir que el espectador, más bien poco exigente, se lo pase más o menos bien. Bueno, tengo que reconocer que en Francia parece tuvo éxito, pero en España más bien escaso, sin duda porque su humor es muy ingenuo y no resulta demasiado imaginativa.
   
   También es verdad que resulta simpática en líneas generales, de visión fácil incluso, pero, si quitamos dos o a lo sumo tres momentos (el perdón del protagonista al encargado del criadero de pollo, cuando este duda si OS117 es tonto del culo o muy inteligente y a renglón seguido comprueba él y todos los espectadores la verdad, o cuando se hace pasar por músico en un pub y se gusta a sí mismo.
   
   Pero el resto no tiene nada especial y se acaba diluyendo en su inanidad hasta no dejar ninguna huella.
   
   No sé si habrá segunda parte, o tercera…pero un servilleta pasará de ella.
   
   ¡Ah! Se me ha olvidado decir que las chicas que salen en la peli son guapísimas y de muy buen ver.

3. Si quieres pasar un rato divertido adelante, pero no es tan sencillo. Primero hay que entender muchos de sus chistes entre históricos y colonialistas y no estoy seguro de que todos estemos listos para seguir la historia reciente de Francia. En ese sentido resulta un tanto chovinista y de difícil seguimiento.
   
   Los chistes demasiadas veces son un reclamo fácil y lleno de tópicos y a veces empiezan a resultar cansinos por repetitivos.
   
   Los actores lo hacen bien y los guiños a James Bond son indudables y no demasiado malos, incluido el parecido del protagonista con Sean Connery.
   
   Si quería parecerse a Austin Power no lo logra ni de lejos. Ni por el reflejo de la época ni por las bromas sobre la sexualidad del protagonista que son chuscas.
   
   Como decía, sirve para pasar una tarde fría pegado al sofá…y si me apuras quizá para echarse la siesta.

4. Vaya por delante que esta película está realizada en el país galo y que puede que su humor, al principio, cueste de comprender. Pero aclarados estos detalles, empezaremos con la crítica.
   
   El planteamiento de la película es claro: un agente secreto en El Cairo, ciudad en la que vivirá todo tipo de situaciones, y en la que no pueden faltar las chicas Oss, siempre involucradas en sus aventuras. Pero lo mejor de este film es que no tiene miedo a que la comparen con otras películas de tipo parodia, que por desgracia abundan en el mundo del celuloide. Ésta, en cambio, juega con estructuras clásicas, con una presentación, desarrollo y desenlace totalmente predecible, pero que en ningún caso defraudarán a todas aquellas personas que se quieran entretener con esta película que, a fin de cuentas, entretiene y casi no logra aburrir, y es que esto en el cine actual, ya es mucho.

5. Confieso que el gran exito de The artist (una peli muda y en blanco y negro) despertó mi curiosidad por ver qué otras cosas había dirigido Hazanavicius (vaya nombrecito). Pues bien, resulta que este émulo francófono de James Bond que aparece en OSS 117: El Cairo, nido de espías (tampoco intenten memorizar este título porque es imposible) incluso se parece a Sean Connery y el logrado look visual (incluyendo el brillo de los focos en la frente de los actores y primitivas transparencias de los fondos cuando van en coche) podría ser el de una típica peli de los años sesenta. Aunque la acción transcurre en los años cincuenta, en una epoca poscolonial, pre pop y pre gadgets tecnológicos. Así que que nadie espere grutas futuristas diseñadas por Ken Adam o coches equipados con ametralladoras debajo el parachoques. Lo que sí aparece en cambio son unas tías muy guapas que en nada desmerecen a las que aparecen en la saga Bond. Y si a eso le sumamos un toque paródico a lo Austin Powers, aunque más fino y disimulado (lo que vendría a ser un enfoque cinéfilo y lleno de ironía posmoderna), ya tenemos el producto definido. Lástima, sin embargo, que el resultado de esta a ratos desconcertante revisitación del cine de agentes secretos haya sido tan poco apasionante. Debo decir que a ratos incluso me he aburrido.