Orejas largas
Sinopsis de la película
En los pacificos prados de Inglaterra vive una comunidad de conejos. Cuando su madriguera se ve amenazada, un pequeño grupo de valientes conejos escapa de la madriguera en busca de un nuevo hogar. Conducidos por Fiver el visionario, Bigwig el valeroso, y el honorable Hazel hacen frente a multitud de desafios y peligros que superan gracias a su fuerza y astucia para sobrevivir, mientras persiguen su sueño.
Detalles de la película
- Titulo Original: Watership Down aka
- Año: 1978
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.9
21 valoraciones en total
A comienzos del siglo XXI, la animación occidental se ha transformado en una experiencia cíclica, donde uno no puede hacer otra cosa más que resignarse cuando decide ver una película del estilo. Todas versan sobre la amistad, el amor o la felicidad. Sólo varían los personajes y el contexto, y como mucho, puedes observar una evolución técnica en el 3D. Siempre con ese mensaje moralista tan estadounidense, siempre explotando el maniqueísmo para que nadie se pare a pensar. A esto debemos añadirle una gran gesticulación a los personajes (sobreactuación) para que los niños se entretenga y unos cuantos dobles sentidos en los diálogos para que los padres no se aburran. Además, si se les añaden homenajes a clásicos del cine, conseguiremos taquillazos seguros y una buena crítica en los medios especializados.
Mi desánimo es más que obvio. Por esta razón, me propuse dar un paseo por el pasado de la animación, alejándome del anime japonés y de las producciones estadounidenses. Me encontré con cosas curiosas, como Kiriku y la bruja o Heavy Metal pero no acaban de encantarme. Luego, a través de un colega descubrí a Martin Rosen, famoso por la brutalidad de sus películas, aunque sean pocas, y la gran sensibilidad que demuestran tanto con el mundo animal como con la naturaleza humana. Porque más que animales, estamos ante pequeñas porciones de nosotros mismos.
Frases lapidarias surgen de Orejas Largas , adelantándose a toda la problemática medioambiental que nos invade en estas últimas décadas. Con momentos de un suspense terrible, no hay tiempo para estupideces ni historias de amor. Se necesitan hembras, pero para procrear, que son conejos y no Don Juanes con cuatro patas. Si alguien resulta herido sangra, y si debe morir, muere.
Es dura, es terrible, es buenísima. Y por favor, póngansela a sus hijos. Un poco de sangre no los va a matar y así dejarán de crecer con el cerebro ablandado por tanta estupidez.
Basada en una novela de culto, la película (de 1978) comienza explicando cómo es el origen de todo desde el punto de vista mitológico que tienen los conejos de la película: el Gran Frith, un ser creador de todo, del cielo y de la tierra, de las plantas y los animales, decide un día castigar al príncipe de los conejos por su arrogancia concediéndole al resto de animales, que hasta ahora habían vivido todos en armonía, el ansia depredadora que acaba con todos los conejos y gracias a la cual se explica que hoy sean tan ágiles y veloces y se escondan bajo tierra.
Tras este prólogo, que tiene un estilo de dibujo distinto al del resto de la película, viene la película en sí.
Una película de dibujos animados (animación tradicional de la buena, de la que ya no recordamos porque ya no se hace) que no cae en el infantilismo en ningún momento y que no escatima en cierto gore.
Debido a la historia en sí misma, a la actitud de los protagonistas que siempre están en constante tensión porque no les termina de ocurrir algo malo cuando ya les ocurre algo peor, y a algunas escenitas de una crueldad asombrosa, uno se pasa toda la película con una sensación de pesadumbre bastante incómoda.
Subyace también un mensaje ecológico que no se usa de forma gratuita para inculcar una conciencia de respeto por la naturaleza como podría pasar con otras películas. Está presente, si no eres demasiado lelo lo coges, pero no se hace hincapié ni te dan la tabarra con ese rollo tan de Greenpeace de otras películas infantiles pero claro, es que ésta no lo es.
Otro canto a la Naturaleza, esta vez por parte de unos simpáticos conejitos humanizados que enseguida hacen sentirnos identificados con sus actitudes y valores: dignidad, nobleza, amistad, honradez. Es una bonita parábola para los más pequeños, aunque, para mi gusto, hay escenas que la hacen más apta para adultos, a pesar de su tono humilde e infantil.
Amigos, sintámonos de vez en cuando niños y veamos esta película con esos ojos, desnudos, desprovistos de cualquier visión adulterada de la realidad. Quizá esa sea la intención de el director Martin Rosen: conseguir sentarnos en el sillón y abstraernos al universo ingenuo de los niños, para poder escuchar el grito desgarrado de una Naturaleza cada vez más aniquilada.
Espero comentarios vuestros.
Un saludo.
Portentosa animación para esta pequeña fábula animada que parece salirse de la pantalla en cada encuadre, y es que más allá de la curiosa historia o moraleja que esconde Watership down , se halla el verdadero talento de un tipo que sabe como crear imágenes perfectas en contraposición con una banda sonora que le viene como anillo al dedo y brillantes ramalazos animados.
El relato, que se inicia con una sencillez aplastante, dejando como motor de la historia a Hazel y Fiver, dos conejos que conviven en una madriguera hasta que un día se ven obligados a huir, suelta en su camino un mensaje ecológico que, si bien no cobra mucha importancia ni resulta excesivamente moralista, no optándose por ningún tipo de argumento barato, da rienda suelta al particular viaje que iniciarán ambos conejos, desembocando éste en momentos curiosísimos, sumamente divertidos (los introducidos por Kehaar, típico dicharachero y despistado personaje) y otros de aire más contenido y serio.
Teniendo instantes para todo, sin embargo, se agradece el hecho de no practicar ningún tipo de infantilización excesiva que hubiese contribuido a desviar un poco los ejes de la propuesta, que en casi ningún momento pierde su rumbo fijo y que, pese a desembocar en un final ligeramente excesivo y no apto para muy menores, hace de Watership down una película de animación que ningún aficionado al género debiera perderse, ya sea por su constante habilidad de rearmar la trama sin necesidad de caer en el aburrimiento o en temas anodinos, por una genial animación que dejaría perplejo a cualquiera y, en especial, por la seguridad y el enorme talento con que Martin Rosen lleva cada minuto a la pantalla, dejando momentos tan excepcionales y tan bien construidos que huyen de convencionalismos y hacen de esta una obra cautivadora, sublime y enormemente sobria a la que ni una conclusión meramente chocante resta enteros.
La colina de Watership
Para mí, uno de los mejores libros de aventuras que jamás haya leído.
Puede que las comparaciones susciten la baja nota.
Injusto… es cierto.
Pero juro haber intentado ser objetivo y valorar como película a Orejas largas , y resulta que no es gran cosa.
No es un relato para niños, a no ser que sean muy pequeños y no entiendan ni papa. La gente ve conejos y grita niños . Como si algunos animales tuvieran la etiqueta de clasificación por edades en el lomo.
Si en la portada saliera un tejón destripando a Avellano seguro que nadie diría que es para niños… y es que realmente no lo es.
En cuanto a los adultos tenemos opciones mejores, de la época y ya no digamos actuales. Pero sí que es cierto que por aquel momento la animación estaba muy enfocada a un público infantil, siendo este relato de la Colina un brote de aire fresco para el público sénior.
La animación es buena, pero la banda sonora, el tratamiento de los personajes, el casting de actores… en mi opinión hace gala de un nivel bastante bajo.
Puede que John Hurt de la talla, pero nada más…
Por último, creo que la trama en general está muy acelerada como para disfrutar realmente de una historia que merecería ser mucho más profunda. Cierto que el guion tiene ritmo, pero al mismo tiempo se sacrifica a sí mismo y termina siendo bastante superficial.
Yo la recomiendo a todos lo que hayan leído las aventuras de Pelucón, Avellano, Zarzamora, Quinto o Vulneraria, porque en el fondo es una curiosidad ver su adaptación al cine, y para nada Watership Down es una mala película.
Pero en mi opinión los que esperen una obra maestra se sentirán un poco decepcionados.
A los que tengan con ella su primer contacto con el imaginario de Richard Adams, decirles que a pesar de que como cualquier película de animación de esa época ya está un poco desfasada, le den una oportunidad. Si no se tienen grandes expectativas, este peculiar grupo de conejos puede llegar a sorprender gratamente.