Olivia
Sinopsis de la película
Inglaterra, año 1805. Phoebe Throssel, que vive con a su hermana Susan en Quality Street, ha conocido al apuesto doctor Valentine Brown y espera su visita en casa, creyendo que le propondrá matrimonio. Sin embargo, Brown sólo quiere decirle que se ha alistado en el ejército y tiene que partir hacia el frente. Diez años más tarde, convertido en capitán, regresa inesperadamente y encuentra a Phoebe muy cambiada: con el propósito de rejuvenecer, se hace pasar por un personaje inexistente: Olivia, su propia sobrina. Brown cae rendido ante los encantos de la juvenil Olivia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Quality Street (Olivia)
- Año: 1937
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
6.4
33 valoraciones en total
Deliciosa comedia romántica de 1937 dirigida por el magnífico George Stevens. Está basada en la obra teatral de J.M. Barrie (escrita antes de Peter Pan) que tuvo un gran éxito y ya contó 10 años antes con una versión muda. La historia se enmarca en la época de las guerras napoleónicas, teniendo que partir muchos hombres desde Inglaterra hacia el frente en el continente europeo. Se trata de una comedia de enredo que critica las situaciones dramáticas que sufrían muchas mujeres por el encorsetamiento de la sociedad que rápidamente etiquetaba a las jóvenes como solteronas y éstas debían comportarse como damas de avanzada edad. La protagonista sufre al inicio un revés por una confusión amorosa y luego se rebela a sufrir su papel de paciente, sosegada y comedida solterona. Por ello nos recuerda en algunos momentos a las protagonistas de las novelas de Jane Austen, coincidiendo incluso en la misma época.
Está protagonizada por una excelente Katherine Hepburn (aunque fue uno de sus sonoros fracasos de taquilla), por un poco conocido Franchot Tone encarnando al protagonista masculino, y por la efectiva secundaria Fay Bainter. Un detalle curioso es que podemos ver a una jovencísima Joan Fontaine en su tercera aparición en la pantalla, pero ni siquiera aparece en los créditos. Junto al reparto, lo mejor es el guión que desarrolla la trama con numerosas situaciones cómicas sin caer en los absurdos excesivos típicos de una screwball comedy. Retrata con humor a las clásicas vecinas cotillas y otros clichés de esta sociedad.
En la Quality Street de 1805, en Inglaterra, no abundan los hombres, pero en cambio, abundan las mujeres… y casi todas están ya pasaditas de edad, sin haber podido realizar su sueño de tener a un hombre que las ame. Entonces, se reúnen entre ellas, se cuentan sus cuitas y algunas siguen esperando con el más pleno estoicismo, que por su puerta ingrese el hombre al que le darán su amor.
Phoebe Throssel es una adorable joven que espera, junto a su hermana Susan, a que por la puerta de su casa entre el Dr. Valentine Brown con quien mantiene la esperanza de que le declare su amor y, efectivamente, él aparece… pero no le declara su amor sino que se despide porque se ha enlistado en el ejército para animar a otros cinco remisos a que hicieran lo mismo.
Así comienza una historia que incluye un regreso casi tardío, una sutil y dulce venganza que hará surgir a un fantasioso y provocador personaje llamado Livvy (Olivia para España), y pondrá en acción a tres intrigadas, curiosas y casi temibles féminas (las hermanas Willoughby), dispuestas a aclarar sus dudas a como dé lugar.
Basada en la obra del recordado novelista y dramaturgo escocés, J.M. Barrie (James Mathew Barrie 1860-1937), el también autor del inolvidable Peter Pan, ésta me resulta una de las más encantadoras, románticas y divertidas películas que hayan podido hacerse en los años 30 del siglo XX. El director George Stevens -quien ya había dirigido a Katharine Hepburn en Sueños de juventud-, demostró que su habilidad narrativa iba en ascenso, y se fajó una comedia de enredos y de época que no da descanso en lo que a emociones y entretenimiento se refiere.
Quedan magníficamente recreados los tópicos rutinarios de aquellos años, la moral que pugna por romper con el conservadurismo social, la posibilidad de volver a sentirse joven con una pizca de esmero… y la ternura que emanaba de las mejores mujeres que siempre han dignificado su sexo.
Un impecable vestuario de época, la ambientación de aquella calle de abolengo, iluminada eficazmente y emanando nostalgia y pícaros recuerdos, y unas actuaciones maravillosas del reparto en pleno, con especial excelencia de Katharine Hepburn, quien luce aquí con todo su ángel, Eric Blore, el sargento que nunca consigue tener claro lo que ocurre, y Estelle Winwood, como Mary Willoughby, la vecina con aires de juez implacable, que produce un frío tal con su sola presencia, que hace que se active la creatividad más increíble para lograr evadirla.
Sé que lo pasarán de lo lindo. Este es arte muy grato para aquellos que gustan del Cine de Época.
Título para Latinoamérica: CALLE DE ABOLENGO
Se trata de una película muy correcta y con sus buenas interpretaciones. Nos cuenta a modo de comedia el drama de las solteronas del siglo XIX que nada tiene que ver con las satisfechas solteras del siglo XXI. Sin embargo la protagonista (una inconformista y luchadora Katharine Hepburn) busca la manera de revelarse y mostrar su disconformidad ante la situación que le toca vivir. Sin duda quien sepa disfrutar del cine clásico pasará un buen rato con esta historia que nos deja un buen sabor de boca.
Destaco como título de mi crítica la traducción literal del acertadísimo título original de la película, toda una declaración de intenciones que llevada a la comedia, nos sitúa en un contexto de solteronas cotillas a través de las cuales se desarrolla una historia de anhelos y malentendidos.
Se que con esto voy a cometer pecado mortal, pero quizás no sea Kathrine Hepburn la actriz más apropiada para este papel, y el (flojo) equívoco en el que se enreda la trama, y en la que ella se desdobla, tampoco la favorecen en exceso desde el punto de vista interpretativo.
No obstante, la peli se deja ver, eres consciente de lo que va a pasar en cada momento, pero no por ello su desarrollo deja de ser solvente y ameno.
Una obra menor dentro de una época dorada, que a pesar de de todo resulta agradable y entretenida
No esperen una gran obra de amor, ni tampoco un guión demasiado elaborado. Simplemente es una película entretenida para amantes del cine clásico. Katharine Hepburn y Fay Bainter desempeñan un buen trabajo teatral. Apabulla ver como en el siglo XIX el cotilleo incesable, era una vía de escape para mujeres solteras insatisfechas.