Monstruos en la noche

Un comentario en «Monstruos en la noche»

1. Sueños siniestros, entes diabólicos, sádicos psicópatas, asquerosos alienígenas, muertos que vuelven a la vida, criaturas la mar de extrañas…
   
   Abrochaos los cinturones, aguantad la respiración y pensad en cosas bonitas porque menudo viaje nos espera junto a los protagonistas de este despropósito.
   
   La década de los 80 fue sin duda el mayor caldo de cultivo de películas de terror de bajo presupuesto (ni los 50 ni los 70, que no os engañen). Algunas poseían grandes virtudes como para ser consideradas obras emblemáticas del género, otras tantas, sin llegar a esa categoría, contaban con cierto encanto y a día de hoy resultan incluso entrañables…pero hay una inmensa mayoría que únicamente se limitaba a repetir lo ya visto careciendo de las cualidades de aquellos títulos a los que imitaba, esto es: imaginación, carácter, presupuesto y, por encima de todo, gracia.
   
   Efectivamente de dichos aspectos adolece Monstruos en la Noche (de mejor título original Nightwish ), y sin ninguno de ellos ya se puede uno figurar la clase de producto a la que se enfrenta. Era el año 1.988 y las historias de fenómenos paranormales, seres demoníacos u otros fantasmagóricos misterios seguían ocupando un lugar privilegiado en las estanterías de los videoclubs, pero para la gente ya estaban empezando a perder interés, poco importó esto a un tal Bruce R. Cook (guionista y editor que sólo cuenta con dos films en su labor como cineasta), quien se dispuso a aportar su granito de arena, por ínfimo que fuera, a este tipo de cine tan gastado.
   
   Al igual que aquellos grupos de heavy metal de segunda (o cuarta) categoría que como churros surgían desde mediados de los 80 intentando emular a los grandes, Nightwish es claramente un producto de su época. Tras un prólogo que nos recordará inevitablemente a alguna película de zombies itialiana de la década, Cook descubre muy pronto la trampa del argumento llevándonos al laboratorio de una universidad donde unos jóvenes parapsicólogos realizan extraños estudios sobre el sueño, las fobias y el miedo a la muerte, emparentándose directamente con Pesadilla en Elm Street (en concreto la tercera).
   
   Poco más de ocho minutos algo interesantes cuyo guión decide tomar unos equivocados derroteros, los estudiantes, que más que científicos parecen la panda guay de alguna serie de televisión a lo Sensación de Vivir (siendo Dean el ejemplo perfecto, personaje estereotipado y desagradable donde los haya), se dirigirán a una casa en mitad de la nada para embarcarse, junto a su siniestro profesor, en otro experimento aún más peligroso: contactar con un ente que se oculta en las profundidades del lugar. El director se sirve así de uno de los más usados recursos del cine de terror, la casa encantada, poniéndonos sobre aviso de lo que va a suceder sin tapujos ( la casa está endemoniada, hay algo detrás de cada pasillo ).
   
   Claras referencias a Poltergeist cuando entre en escena ese extraño espíritu verde, y esa será la tónica de ahí en adelante hasta que Cook le da por hacer aún más interesante la historia permitiéndose el lujo de mezclar el horror de corte fantasmal con un psychothriller propio de La Matanza de Texas al tiempo que recurre a otro personaje característico del género, el mad doctor , esto lleva una significativa conclusión: el profesor y su grotesco ayudante (salido de una trampilla en el sótano, ojo al dato) serán más peligrosos que los supuestos demonios que pululan por la casa.
   
   El director tiene todos los ingredientes para cocinar un buen producto, pero una de dos: o los utensilios no son los adecuados…o no tiene ni puta idea de cocinar (o a lo mejor son las dos cosas), el caso es que la trama derivará en un cúmulo de sinsentidos por el desequilibrio que plantea la fusión de elementos (espíritus, psicópatas, alienígenas, zombies …), los mediocres diálogos y las vergonzosas actuaciones. Si algo nos deja claro el bueno de Cook es su enorme afición al cine de terror y fantasía, con directas alusiones a Tenebre o La Invasión de los Ultracuerpos , aparte de a las ya nombradas.
   
   Pero si eso no os parece suficiente también hallamos influencias de Al Final de la Escalera , Posesión Infernal o El Príncipe de las Tinieblas , todo engarzado en un surrealista universo de pura fantasmagoría ochentera repleta de gore , luces y primitivos (pero llamativos) efectos especiales con un punto de body horror a lo Cronenberg y una estética propia de Bava y Fulci. Para rematar, un elenco ridículo lidiado por las atractivas Elizabeth Kaitan (la Robin de la 7.ª entrega de Viernes 13 ), Alisha Das y un desquiciante Brian Thompson que no deja de soltar perlas por su boca ( la carretera es mía , eso no se me olvidará nunca…), seguidos del correcto Jack Starrett (que muchos recordarán por su papel en Acorralado ) y los freaks Tom Dugan y Bob Tessier.
   
   Baratos discursos sobre ciencia y parapsicología y una (algo) inesperada vuelta de tuerca con la intención de dar un toque inteligente al film, debo de reconocer que todo lo anterior no está a la altura del buen final, una de las pocas cosas que se salvan de esta bizarra, confusa y descarada producción junto con los efectos especiales (en los que participa el genial Greg Nicotero), la pegadiza y rockera canción del final y la secuencia de la alucinación erótica de Kim.