Miss Americana
Sinopsis de la película
Taylor Swift es un icono global que ha copado repetidas veces las listas de éxitos y que ha llenado incontables estadios con aficionados acérrimos a su música. En constante búsqueda de nuevos retos tanto a nivel profesional como personal, pocas artistas han logrado tanto como ella a tan corta edad, o han visto cómo su vida era pasto de la prensa y del público en general. En este documental, Taylor Swift se encuentra en un punto de inflexión en su carrera, empleando su plataforma no sólo como cantante y compositora, sino también como una mujer que explora sin miedo el auténtico potencial de su voz.
Detalles de la película
- Titulo Original: Taylor Swift: Miss Americana
- Año: 2020
- Duración: 86
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Opinión de la crítica
6.2
43 valoraciones en total
Taylor es el claro ejemplo una persona que lucha y antepone sus sueños por encima de todo. Ni siquiera la bomba tecnológica y el streaming le han impedido vender millones de discos por todo el mundo, por no hablar de las giras tan millonarias que ha hecho.
Lleva componiendo canciones desde los trece años… cuando dar un concierto en una sala de diez personas es lo que más feliz le hacía, la vida se lo compensó con conciertos en los que caben ochenta mil, pero todo eso también trae sus consecuencias y no es fácil superar los obstáculos de un mundo tan cruel cuando eres una mujer joven.
Fui la primera mujer en ganar dos veces el grammy a álbum del año,
Dios, tenía exactamente todo lo que quería
¿No debería de tener a alguien a quien llamar esta noche?
Durante el documental se recopilan muchas de las veces que Swift ha sido atacada por la prensa sin ninguna piedad, y entonces yo me pregunto, ¿por qué? ¿por qué una reportera le pregunta a una cantante con cuantos hombres se acostará esa noche?, ¿por qué una periodista le recrimina a Swift que está demasiado delgada y que es demasiado buena?, ¿por qué un reportero le pregunta si se folló a no sé quién?
Miss Americana desvela a la Taylor más íntima y vulnerable, a un ser humano que está pagando el precio de querer estar en la cima y de ser respetado por una industria corrupta por la sociedad machista y homófoba.
El proceso de una Taylor que lo tenía todo para ser feliz a una Taylor que no puede callarse su opinión política es fascinante, sobretodo hoy en día donde abundan con demasiado apoyo los partidos que están en contra de darle todos los derechos a los homosexuales o en contra de que se reconozca la violencia de género.
No puedo dejar que la gente piense que apoyo a una mujer que esta en contra de las leyes contra la violencia sobre la mujer, o contra los homosexuales, o contra el acoso. Papa, EL ACOSO
En resumen, una hora y media llena de detalles tan bonitos y reflexiones personales de Taylor que te hacen pensar sobre el rumbo que estamos llevando en nuestras vidas o sobre las cosas que realmente importan y las que no. Las críticas, los traumas, la familia, el cáncer, nuestros sueños, la vulnerabilidad del ser humano, la soledad…
Gracias Taylor por ser tan diferente como igual a todos, te voy a admirar por el resto de mi vida por representar a esa gente que lucha cada día por ser libre y vivir de lo que aman.
Los momentos que más me han marcado los dejo en spoiler.
PD: Me muero por ver el próximo documental, quizás sus derechos como artista y la tumba de Big Machine Records son los protagonistas.
Lana Wilson escarba dentro de la vida de una artista tan icónica como lo es Taylor Swift. Te guste o no te guste, la chica lleva desde 2006 acaparando cámaras, premios y prestigio.
Verla romper esa imagen de típica americana es desgarrador, y la desconstrucción de sus propios ideales sin duda te hace reflexionar sobre ello.
Hace unos días se estrenó en Netflix Miss Americana , un documental de poco más de una hora que narra la vida de la cantante estadounidense Taylor Swift desde sus primeros pasos en la industria musical cuando aún era una niña de instituto, hasta la mujer de 30 años internacionalmente conocida y que se ha convertido en una de las grandes cantantes del siglo XXI.
Un documental de este calibre se encuentra con muchos retos, como el que supone condensar tantos años de carrera y de vida en tan poco tiempo. También la gran variedad de enfoques y perspectivas desde las que se podría haber abordado esta tarea. Y en este sentido el trabajo de la directora, Lana Wilson, es más que notable y demuestra su gran experiencia como directora de documentales.
En cuanto a la narración, el relato gira en torno a la idea de que ella está donde está única y exclusivamente que por sus propios méritos. El documental se apoya en trozos de actuaciones, entrevistas, discursos de la cantante y declaraciones que ha hecho en prensa, que, sin duda, aportan agilidad e interés al documental. Esta gran tarea de recopilación de material se utiliza también para respaldar sus pensamientos, ideas y momentos de su vida, para que la gente vea su vida con sus propios ojos.
Por lo general, el documental es el resultado de un gran trabajo que toca prácticamente todos los puntos neurálgicos de su vida (los buenos y los malos). Swift lucha por mostrar su lado más humano y sincero y consigue que el público empatice con los momentos más complicados de su vida, como el hundimiento de su reputación mediática a raíz del embrollo con Kanye West y Kim Kardashian, el caso de abuso sexual que sufrió en 2014, o su implicación en la política.
También toca momentos muy íntimos y familiares, como el cáncer que padece desde hace años su madre, o cuando su asesora le comunica que no ha sido nominada en los GRAMMYs. Es ahí, en esos momentos tan privados y personales en los que el director y la cantante aprovechan la emoción y el sentimentalismo de la situación y en los que gana el documental y lo hace interesante.
Que el documental sea bueno, elaborado e interesante no quita que deba verse la otra cara de la moneda. Es obvio que la naturalidad que se pretende en este tipo de documentales es más bien utópica, puesto que suelen ser una construcción artificial que legitima al artista de turno. Resulta difícil, por tanto, empatizar con alguien cuando se tienen en cuenta este tipo de aspectos que, todo sea dicho, la directora y la cantante camuflan inteligentemente.
En definitiva, Miss Americana supone un gran trabajo periodístico y audiovisual que ayuda a comprender mejor los problemas y dilemas a los que se enfrentan todos los grandes artistas de la música, lo enrevesada y calculada que resulta la industria cultural, musical y mediática, y lo difícil que es ser alguien de la talla de Taylor Swift.
Valoro el esfuerzo de querer ser parte de un movimiento social. Valoro el esfuerzo de querer ser sincera. Pero a pesar de que querer es poder, querer, no es ser.
Lo que veo, es un intento sincero de ser, de nuevo, alguien diferente. Siento un esfuerzo genuino en Taylow Swift por creerse la imagen que ha construido. Y el documental, está cimentado en el intento.
Si creo que algo molesta y sobra en el arte, es la pretensión. Enemiga del trabajo, amparada por la palabra talento. Construye figuras que con alta autoestima se conciben merecedoras de la atención que ganan, con productos que en su simple simpleza todos pueden consumir. No me creo a la Taylor Swift en un discurso pro LGTBIQ+ donde el apoyo verdadero va más allá que estereotipar el movimiento, así como tampoco me creo a la Taylor Swift comiendo burritos.
Todo está impregnado de ese olor a figura Pop de plástico, un producto coleccionable que solo tiene de real el nombre. Y me da pena, pena porque veo una intención genuina, debajo de tantas máscaras que la persona se ha fundido la actriz.
No me ha parecido un mal documental. Pero cada palabra dirigida en esta crítica hacia la protagonista, es extrapolable a todo el proyecto, realizado por y para ella. Un producto sin matices, de capas planas. Un traje brillante de espejos, pero que no sirve ni para levantar los brazos.
Lo dejo claro desde un principio: No soy fan de la cantante. Quizás me hagan gracia un par de canciones suyas, pero poco más. No obstante, he sentido la necesidad de ver el nuevo documental de Netflix sobre su vida, y la verdad es que me he llevado una grata sorpresa.
Siendo sincero, el título del documental ya me echaba un poco para atrás, ya que es algo pretencioso, pero desde el principio sabes que se ha realizado un acercamiento a la cantante bastante humilde y cercano, abordando sin tapujos los problemas que conllevan la fama.
Es muy valiente que no lo pinten todo de color de rosa y te muestren a la popular estrella como un ser humano, que siente y padece y que no es ningún robot fabricado para amasar millones y contentar a las masas. Es obvio que en los tiempos en que vivimos las redes sociales son muy peligrosas, y más para una persona famosa que es objeto de todas las miradas. El documental toca el tema sin tapujos, dejando claro que las críticas no hacen ningún bien a según que famosos y concretamente a Swift, como el episodio de la mala alimentación y la extrema delgadez.
También me fascina que se haya tocado el tema de Kanye West. Hay que tener mucho valor para tratar este polémico asunto, ya que a ese individuo le basta bien poco para iniciar un conflicto. El documental nos explica la trifulca entre el rapero y Swift, con el momento del robo de micro o la posterior (y terrible) canción por parte de West.
No hay que tener un máster en ingeniería cuántica para saber que West es uno de los mayores gilipollas del planeta (con permiso de su amigo Trump), pero no está de más que el documental nos lo recuerde, porque es bastante asquerosa y denunciable la actuación de este personaje hacia al cantante, pero claro, como es millonario y famoso nadie mueve un dedo. Tampoco ayudaron los repugnantes programas de salseo que hay en Estados Unidos (que, por cierto, no tienen nada que envidiar a los que tenemos en España…menuda plaga), que cuestionaron públicamente a la artista, hundiéndola en la miseria.
Por otro lado, se abordan otros temas totalmente necesarios y a la orden del día como el feminismo, la política (fascismo, más bien), la homofobia o los abusos sexuales, haciendo que el documental sea perfectos para concienciar (que no manipular) a las personas que decidan visionarlo. Debo confesar que nunca me ha parecido bien que un famoso use su fama para condicionar los votos o dar constantes mensajes políticos, pero en esta ocasión se entiende y se aplaude, porque hay cosas que no se pueden permitir. Bravo por Taylor.
Y ojo, no digo que el documental sea una maravilla, ya que hay momentos innecesarios y prescindibles (la cena con la amiga), aunque se compensan con lo expuesto anteriormente junto a los momentos de composición de canciones y la preparación de eventos, ya que resulta interesante ver que hay detrás de bambalinas en ese complejo mundo.
En conclusión, estamos ante un correcto documental, bastante satisfactorio y mejor de lo esperado, acercándonos la figura de la cantante de forma bastante humilde, cuando podrían haber caído en algo pretencioso y superficial. Si eres fan de la artista vas a amar el documental, y si no es el caso (como un servidor) no está de más ver la complicada vida del artista (y con todos los temas que se tocan), ya que no todo es fama y dinero, y a veces el dulce camino del éxito no merece tanto la pena. Espero que las cosas le vayan mejor a la cantante. Se lo merece.
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