Mira quién habla ahora
Sinopsis de la película
Mickey y Julie ya son mayores, y ya hablan con sus propias voces. Sus padres, Mollie y James aún están juntos criando a sus hijos, Mollie se ha quedado sin trabajo y se pasa el día en casa, mientras que James trabaja como piloto privado para una atractiva ejecutiva, Samantha, quien le somete a un implacable acoso. Además han llegado dos nuevos miembros a la familia: Rocks, un perro callejero, y Daphne, una caniche consentida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Look Whos Talking Now
- Año: 1993
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
3.6
50 valoraciones en total
Después de la primera parte, después de su secuela y después de la serie de TV, supongo que la gente quería más, e hicieron esta tercera parte. Y con mis puntuaciones haré lo mismo, la primera le di un 3, la segunda un 2 y la tercera… adivinad!
No me atrae ya nada, ni gracia ni nada de nada. La vi por curiosidad, al incorporar a perros a ver como lo hacían. Pues…. fatal. Lo mejor de todo (por decir algo) es el doblaje de la perra: Verónica Forqué.
El resto, muy malo, no sé como Travolta se deja enredar, quizás no tenga nada mejor que hacer…
A mi esta tercera parte me encantó, me parecen demasiado adorables esos perritos y la historia es entretenida, mucho mejor que la anterior y aunque los mocosos ya no son tiernos ni tienen el carisma de antes, para eso están los perritos.
Aquí John Travolta y Kirstie Alley vuelven a demostrar que siguen teniendo muy buena química y la historia repito, me parece muy buena, tiene escenas graciosas, unas interesantes y en general todo me gustó.
Oliéndose que la cosa no iba a acabar demasiado bien, Amy Heckerling, la directora de las dos primeras de Mira quién habla , la de 1989 y 1990, se retira a labores de intendencia dejando paso a un desconocido Tom Ropelewski en la dirección. Aunque eso sí el único trabajo que tiene, además de la presente, es otra comedia familiar con Kirstie Alley, Qué suerte… llegaron los parientes (1990). Por fortuna, para esta película puede conservar a sus estrellas principales, la mencionada Kirstie Alley y John Travolta, que por supuesto bailará, además de varios secundarios. En cualquier caso si la original fue la cuarta película más taquillera en los Estados Unidos, el mismo puesto a nivel mundial, la secuela fue la 24 y la presente, que cierra definitivamente esta famosa trilogía, se perdió en el puesto 109.
Dicho lo cual, el fracaso comercial y las críticas que se llevó me parecen una exageración. Ciertamente, ante el agotamiento de la fórmula bebé parlanchín , se sacan de la manga unos perros, en plan Beethoven, uno más de la familia (1992), pero con la particularidad de que hablan. La película no es grandiosa, tampoco tiene una buena historia sino que simplemente se deja llevar por el carisma de los personajes, la gracia de los animales y alguna cosilla más, como puede ser la nena, Tabitah Lupien, que es un encanto. En realidad se trata de otro ejemplo de cine familiar bienintencionado, género desaparecido de nuestras pantallas pero aún pujante en la primera mitad de los 90. En definitiva se trata de una buena opción para ver con niños pequeños, una película sencilla, inocente, tierna y amable.
Sería un poco drástico catalogar de bodrio este film, porque tampoco es tan malo. Sin embargo, ¿hacía falta esto? ¿Hacía falta alargar esta historia tres películas reptiendo una y otra vez el mismo argumento?
La primera parte es interesante y llama la atención por su originalidad. Las sucesivas secuelas podrian habérselas ahorrado. Oir hablar a dos perros, uno con la voz del Sr. Alfredo Landa y otro con la voz de la simpar Verónica Forqué, pues como que queda de los más bizarro… La película aburre, es demasiado ñoña y es tan políticamente correcta que ni a la familia gusta tan acostumbarada a cierto humor irreverente. Por lo menos la mia. Estoy (Estamos) tan acostumbrado a series como los Simpson o Padre Made in USA que ver una historia como esta me parece para gente que le falta un herbor .
Los que ponen la voz en la versión original a los dichoso perros son Danny De Vito al perro vagabundo y Diane Keaton para la perrita de alta sociedad… Lo único destacable es sentir el magnetismo de Travolta (aunque sea un mal actor tiene algo que te atrae), y ver a la millonaria que quiere llevarse al bueno de John (Lysette Anthony), que tiene un aspecto realmente interesante.
La primera vez que ese bebé parlante apareció tras la gran pantalla, causó a practicamente todo el mundo una grata impresión. La película intuía lo que un recién nacido pensaba y lo iba plasmando mientras se desarrollaba una deliciosa comedia romántica de las de antes. Dado el tirón que tuvo ese largometraje, se procedió como mandan los cánones Hollywoodienses a realizar la acostumbrada secuela de menor calidad. Lo curioso del asunto, es que a pesar de que dicha secuela había perdido la acidez de la voz en off y a pesar de que había convertido su parte de comedia romántica en un episodio más de una serie familiar, algún avispado productor se le ocurrió tratar de seguir alargando algo que ya no daba más de si.
En esta ocasión, y dado que otro bebé parlante podría llegar a ser cargante, la sarcástica voz en off cobra vida en un par de perros de lo más peculiares recien adoptados por los padres de las criaturas. Los perros, los niños, los propios padres, y un malvada mujer que quiere adueñarse del corazón del padre, formarán una enredada ensalada digerible por toda la familia.
Como ya ocurriera con la segunda parte de la saga de los bebés y animalejos parlantes, la película conserva el espíritu de la primera pero sin ideas originales. Da igual que metan un nuevo bebé, un perro o un cocodrilo, que la frescura que tenía la primera se ha perdido por completo. Por el resto, alguna que otra situación divertida y poco más.
Sin embargo, hay que destacar tanto las actuaciones de unos grandes kirstie Alley y Jhon Travolta, como los encargados de poner las voces en off.