Mad Warrior

Un comentario en «Mad Warrior»

1. Bueno, bueno, si pensaban que ya lo habían visto todo en cuestión de cutrez post-apocalíptica es que aún no han caído en Mad Warrior , una de las mejores comedias involuntarias de todos los tiempos.
   
   Tenemos de todo, ¡como en botica, oiga!: guerreros gladiadores, chavalas de muy buen ver, persecuciones a caballo, tiros y explosiones en descampados del extrarradio…¡y hasta un duelo de sables de luz! Qué coño, ¡vivan los 80!
   
   Y los que sean aficionados a este tipo de cine sabrán que en aquella década, a raíz de que la secuela del Mad Max de George Miller se convirtiera en uno de los hitos del género de acción y ciencia-ficción por antonomasia, cientos, ¿qué digo cientos?, ¡miles de películas del mismo estilo empezaron a salir como churros!…pegabas una patada y te salían un montón (y en todas partes, ¿eh?). Durante los 80, la ficción post-apocalíptica inundaba las estanterías de los videoclubs y los cine de barrio, y los chavales, atraídos por aquellas carátulas tan chulas (mi padre fue uno de esos ingenuos…), pues se dejaban llevar.
   
   …Y descubrían que el contenido del film no se correspondía demasiado con la espectacularidad que la portada les intentaba vender. Este me parece un buen momento para señalar que si habían aventuras futuristas que me gustaran de verdad esas eran, sin duda, las realizadas por los italianos, tan tontas, disparatadas y paródicas que era imposible no pasárselo bien con ellas (cómo me carcajeaba con despropósitos de la talla de El Exterminador de la Carretera , Bronx: Lucha Final , 2.019: Tras la Caída de New York o mi favorita del rebaño, Los Nuevos Bárbaros ).
   
   Te dabas cuenta al ver esas películas que sólo mezclaban cosas que ya habían aparecido previamente en otras del momento (generalmente Mad Max II y 1.997: Rescate en New York ) de la manera más esperpéntica, y que, por supuesto, se quedaban a años luz de las que habían intentado copiar o parodiar, pero no sólo los italianos sacaron partido a este género que a tantos seguidores preadolescentes embaucó sin compasión, en EE.UU. o Nueva Zelanda tuvieron sus aventuras en un futuro post-nuclear donde la gente se mataba o por la gasolina o por el agua…o porque sí, mire usted.
   
   Y al igual que éstos también se apuntaron al tema los filipinos. Si hubo algún cineasta en Filipinas que cultivara la ciencia-ficción post-apocalíptica ese fue Cirio H. Santiago, que empezó con Stryker en 1.983 y ya no hubo quien lo parara, sacando una copia tras otra y sólo salvándose de la quema (muy por los pelos) la de Ruedas de Fuego . Pues un tal Wilfredo de la Cruz, más conocido como Willie Milan, también se puso a sacar cintas de acción de serie Z que fusilaban sin miramiento las de Stallone y Schwarzenegger, y entremedio alguna que otra historia de estilo futurista.
   
   Mad Warrior , haciendo alarde de un argumento muy original, nos cuenta cómo el pobre Rex ha de combatir a muerte y por la fuerza contra otros para contentar a Malzon (o Malzaan, o yo que sé), una especie de señor de la guerra con media cara quemada, la cual cubre con una máscara plateada de pinchos, que sólo piensa en apoderarse del territorio y al que, ¡ojo al dato!, le entra una terrible sed de sangre cuando hay luna llena (¡¿!?). El caso es que Rex, con ayuda de una tía que está más buena que el pan, escapa del campamento del malvado Malzon…pero volverá para cumplir su venganza contra él, ya que su hijo pequeño ha sido asesinado durante la evasión. Y ya está dicho todo.
   
   Un revoltijo más visto que el tebeo de títulos como Mad Max III , 2.020: Los Rangers de Texas , Conan, el Bárbaro y Star Wars que, aun estando dotado de unas escenas de acción bastante decentes, con explosiones, tiros y dobles pegando cabriolas por doquier, se queda en nada. Los protagonistas están estereotipados hasta el tedio, la edición es pésima (atentos a esos cortes de música y secuencias repentinos), la banda sonora chapucera, los diálogos trillados y nada significativos, incluso parece que los personajes están de coña cuando se ponen a hablar en plan profundo…¡y para qué mencionar los efectos especiales!
   
   Haciendo de primo hermano de Conan y Max tenemos a Anthony Alonzo, que en su interpretación como el héroe deja muchísimo que desear, como las del resto del plantel, sobre todo la de ese patético villano que se cree el Humungus o la de las féminas, que, aparte de lucir cuerpo, no hacen mucho más.
   
   Buf, es un desafío llegar sin sufrir una catatonia hasta el final de la hora y cuarto, sólo digo que Los Nuevos Bárbaros es una joya al lado de Mad Warrior . Para la historia queda ese cutre combate final con espadas láser entre Rex y Malzon.