Los visitantes
Sinopsis de la película
Bill Schmidt (James Woods) y Martha Wayne (Patricia Joyce) son una joven pareja que pretende independizarse económicamente del padre de ella (Patrick McVey), un conocido novelista de westerns, que no oculta su clara animadversión hacia Bill. Un día la pareja recibe una inquietante visita: Tony Rodríguez (Chico Martínez) y Mike Nickerson (Steve Railsback), sargento de Bill en Vietnam, acaban de salir de la cárcel, tras cumplir una condena debido a una denuncia que Bill presentó contra ellos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Visitors
- Año: 1972
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
6.3
81 valoraciones en total
La película se estrena en España en pleno florecimiento de los cine clubes y las salas de arte y ensayo en los que se teorizaba mucho sobre el cine y ayudaban a entender films como El empleo de Ermanno Olmi (paradigma de las películas de cine-club) lógicamente con gente joven, pues sus madres y tías, preferían reírse con las de Cantinflas y Louis de Funes, o las de Grace Kelly, con casas elegantes, jardines cuidados y gente bien vestida. Dicho esto sin ninguna burla.
La guerra de Vietnam sigue en curso, lleva varios años y está costando entre otras desgracias muchas vidas, pero también genera mucha oposición, tanto en los EEUU como en otros países, porque es una guerra imperialista sin excusas ni disimulo.
En las críticas de los periódicos y revistas de la época, ya se explica que la obra trata sobre las consecuencias de dicho conflicto bélico, en suelo norteamericano. Tambien se hacía referencia a los actores protagonistas, nada de astros de Hollywood. En concreto, uno ni siquiera actor aficionado, sino un taxista portorriqueño de Nueva York. Evidente que este dato reflejaba que las pretensiones eran distintas a la moda general de la industria del cine.
Con esta premisa, los espectadores podían entender la película, que por otra parte era muy distinta a las de entretenimiento. Y quien pensaba que se trataba de una de aventuras, salia decepcionado cuando menos.
Se desarrolla en un ambiente cerrado (una casa en la zona rural de EEUU, en invierno, con frio y nieve) Es el encuentro entre la familia que vive allí con dos soldados que acaban de salir de la cárcel por un crimen cometido en VietNam.
En buena parte se presenta como el encontronazo entre varios tipos de vida o manera de entender el mundo. Y como no puede ser de otra manera, la violencia de la guerra lejana, no empieza y termina en Vietnam y sus combatientes, sino que se traslada al centro geográfico de EEUU, aparentemente aislado de las batallas.
No, aunque por este cartel parece que la peli va de marcianos, no es así. Nada de marcianos ni de extraterrestres visitándonos de otro planeta, aunque sí hay visita en esta película, la de dos ex compañeros del Vietnam del protagonista que ahora vive una vida tranquila con su esposa, su hijo y su suegro (un escritor que no esconde su rechazo a su yerno por ser éste bastante anti belicista y alejarse de los métodos violentos de los que su suegro es bastante partidario).
La vida tranquila de Bill se ve alterada cuando estos dos ex compañeros aparecen de repente en su casa con intenciones nada claras y que van acrecentando la tensión a medida que avanza el la película.
Elia Kazan se sirve de las buenas migas que los dos visitantes hacen con el suegro de Bill, un estupendo Patrick McVey, para hacer una denuncia a la guerra de Vietnam, mostrándonos cómo estos dos individuos que acaban de cumplir condena por violación y asesinato de una joven vietnamita a causa de la declaración que Bill hizo contra ellos durante el juicio, minimizan los hechos y justifican su actuación porque en la guerra todo es distinto …Por otra parte el suegro de Bill simpatiza desde el primer momento con ellos, lo que hace que la visita se vuelva tensa y desagradable en muchos momentos.
Los visitantes es la penúltima película de Elia Kazan, el cual utilizó una estética propia de las producciones independientes de la época (se puede observar una fotografía con mucho grano, por ejemplo) para denunciar la guerra de Vietnam, sus crímenes y sus secuelas.
Al ver la película he tenido la sensación de ver una mezcla entre Funny Games de Haneke (aunque los visitantes se hizo ya 25 años antes) por los dos visitantes aparentemente tranquilos pero que convierten en una pesadilla su visita, y Perros de paja de Peckinpah (más de la primera que de la segunda), por la personalidad de Bill parecida a la de Dustin Hoffman en aquella película, donde lo tranquilo es sólo una débil cortina que a penas tapa la violencia contenida.
Elia Kazan optó por utilizar actores casi debutantes como Steve Railsback, Patricia Joyce o un James Woods que participaba sólo en su segundo trabajo en el cine.
Aunque creo que hay un pequeño tramo de película en la que el director se pierde un poco y no me quedó muy claro que es lo que pretendía exactamente, creo que en conjunto es una película interesante por dos motivos: uno, por la reflexión a la que invita sobre la guerra en general y la violencia del día a día en particular (las escenas del perro, dejan bastante clara esta postura).
Y dos, ver cómo se puede hacer una película violenta sin a penas mostrarla. Ver cómo a veces la violencia contenida crea más tensión, o al menos se puede alargar más, que la claramente expresada.
Interesate.
http://www.peliculasdesordenadas.blogspot.com
De bajísimo presupuesto, Los visitantes supone otro ejemplo del gusto de Kazan por la temática social. En este caso, ese interés toma cuerpo a través de un guión de su propio hijo que el realizador aceptó como única vía para que el proyecto viera la luz.
Los actores carecían de experiencia, aunque luego harían carrera, especialmente James Woods, pero en sus espaldas descansa una puesta en escena que tiene en las interpretaciones su recurso elemental. En este sentido, se nota la mano de un Kazan encantado, supongo, con la posibilidad de moldear libremente las personalidades que estos jóvenes debían proyectar. Es por tanto una realización de configuración y planteamientos modestos, con una despistada composición de encuadres y un sencillo montaje de primeros planos y rápidas transiciones.
Tiene una introducción y desarrollo de pretensiones distantes y pausadas, que abundan en un elemento latente de agresividad gradual, en la opresión del espacio cerrado, y en el aislamiento de los planos generales con una fotografía de mucho grano y menor distancia focal que el objetivo normal. Todo esto quizás sea su aporte fundamental, el clima, diremos, de cinta independiente plenamente consciente de serlo. Por ahí también es interesante resaltar la tendencia a una cierta contradicción por parte de Kazan para con su propio estilo, centrándose en una realización modesta y directa, casi inexistente y pretendidamente poco enfática. Pese a que el énfasis termina por hacer acto de presencia igualmente, esta vez a modo de cargante conclusión.
Y es que el guión se esfuerza en aparentar cierta fisonomía de indagación objetiva pero acaba siendo casi lo contrario. Sus intenciones de análisis y disección imponen diálogos de siembras y cosechas constantes, dobles sentidos y reflejos que avanzan las consecuencias que se van a producir, o aluden al mensaje de Kazan -padre e hijo en este caso- sobre los efectos de la guerra.
A esto hay que añadir la obsesión del director por un efecto elusivo en el metraje, eliminando supuestos maniqueísmos y escaqueándonos motivaciones psicológicas en las reacciones de los protagonistas, que en mi opinión adultera la propuesta al no dejar respirar a los personajes más allá de su condición de herramienta de la visión u opinión del autor. Es decir, justo lo contrario de la naturalidad pretendida.
Todo ello, al final, provoca que nos llegue no una reflexión espontánea sobre unos personajes, cuestión que se diluye en el efecto recado, sino un producto deslavazado, enredado en artificiosas intenciones de arte y ensayo que intenta, alejado de un simple y deseable hic et nunc, ir más allá de su condición de simple trama mediante mensajes y reconvenciones dirigidas a conciencias varias.
…
En una casa campestre viven Bill Schmidt (el debutante James Woods), su compañera Martha Wayne (Patricia Joyce) y su pequeño hijo Harry. En una casa contigua vive el suegro de Bill, un ex-militar que estuvo en Guadalcanal durante la Segunda Guerra Mundial y del que, entre otras cosas, iremos sabiendo que tiene en muy baja estima al compañero de su hija. Bill y Martha parecen llevarse bien y dan la impresión de vivir un tiempo de calma… hasta que un día aparecen por casa dos ex-combatientes que estuvieron con Bill en la Guerra de Vietnam: Su sargento Mike Nickerson y el soldado portorriqueño Tony Rodríguez. Ambos estuvieron en prisión durante dos años, y acabando de salir de aquel encierro han decidido visitar a Bill… el compañero que les denunció.
Con todas las características del cine independiente (underground): estrecho presupuesto, un solo set, pocos personajes, intérpretes de bajo perfil, austeridad técnica… Elia Kazan hace con LOS VISITANTES , su segundo intento de escapar de Hollywood, y es un guión escrito por su propio hijo Chris, el que lo anima a hacer una película que al final nos deja con la boca abierta, frunciendo las cejas y con una sensación de ¡¿Qué carajos quiso decir con este barullo nuestro apreciado director?!
Surge una primera pregunta: ¿Quiso referirse a los traumas de la guerra? Pues deja el tema bastante limpio, porque ni sargento ni soldado demuestran el menor remordimiento por lo hecho en el Vietcong, y no obstante la tensión que emana de ciertos momentos, tampoco dan la menor prueba de querer cobrarse las cosas del pasado y más parecen buscando un poco de cariño. De no haber sido porque alguien calienta la hoguera en el último minuto, todo hubiera quedado como bien lo dijo el sosegado Tony: Ya lo pasado, pasado.
Me vienen luego dos preguntas: ¿Pretendían los Kazan recrear la implacable ley del ojo por ojo diente por diente? ¿Le estaban dando la razón a Harry padre, de que los dos ex-militares merecían darle a Bill una reprimenda por lo que hizo? Esto resulta contradictorio, porque ya sabemos que Kazan no estaba en contra de la delación, y además, el denunciarlos fue justo por la crueldad y la infamia que acometieron.
Y otra pregunta más que me dejó en completa desazón: ¿Por qué alientan en el personaje de Martha a una mujer equilibrada, con sensata intención de deshacerse de los tipos y hasta bien hablada (Lo que daña a los demás es inmoral. Esa es la regla a seguir, dirá en su mejor momento) y de súbito, sabiendo lo que llega a saber, la transforman… como la transforman?
Aunque fue anterior, LOS VISITANTES logra una cierta conexión con Corazones de hierro de Brian de Palma como factible continuación de esta historia. Pero no puedo recomendar el filme de Kazan, porque no tiene ni un solo personaje con el que puedas encariñarte y solo deja sentado que vivimos en un mierdero. Y así no debe ser.