Los pingüinos de Madagascar
Sinopsis de la película
Spin-off de Madagascar protagonizado por los pingüinos de la isla. Las más divertidas aves encubiertas del mundo del espionaje: Capitán, Kowalski, Rico y Soldado. Son la élite de la élite y juntos unen sus fuerzas a una elegante organización encubierta llamada Viento Norte, liderada por el apuesto y musculoso Agente Clasificado. Entre todos deben evitar que el villano Dr. Octavio Salitre destruya el mundo tal y como lo conocemos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Penguins of Madagascar
- Año: 2014
- Duración: 92
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Opinión de la crítica
Película
5.4
72 valoraciones en total
Discrepo con alguna crítica vertida por aquí. Desde la segunda película de Madagascar por lo menos, si no desde la primera, llevo considerando a los pingüinos como los personajes más divertidos de la franquicia por encima de los lémures o los cuatro protagonistas . Es cierto que parte de la razón por la que nos gustan es que sean secundarios y estamos esperando sus aportaciones dentro de una trama con otros personajes…pero también creo que es mucho mejor que los protagonistas sean carismáticos a tener un filme con cuatro principales supeditados a las celebrities que les dan voz y sin ninguna otra gracia especial y dejar a los mejores personajes para un papel mínimo.
Es por eso que la serie de tv de Los pingüinos de Madagascar, sin parecerme una virguería, en general me hace reír más que la mayoría del metraje de los filmes de la franquicia pensados para la pantalla grande y que su película también es mi preferida de la saga hasta la fecha, aunque con reparos. El comienzo del filme es excelente , tanto la parte en la que se muestra a los protagonistas de pequeños (no sé si es cosa del doblaje pero considero un acierto que sus voces sean prácticamente iguales a las que tienen de mayores porque acentúa el efecto cómico) como la primera parte de la aventura, en la que se incorporan secundarios que, si bien no tienen una grandísima personalidad, resultan divertidos tanto en su carácter como en su animación, en especial el villano, el pulpo Dave, con unos movimientos muy cartoon que remiten a los dibujos de la Warner.
Y es que la película recuerda más que nunca a los Looney Tunes de Bugs Bunny y compañía, algo que ya intentaban parcialmente los otros filmes de Madagascar, pero aquí resulta mucho más acentuado. En ese sentido la trama es una locura -controlada durante la primera mitad del metraje- que se basa principalmente en los gags que, si bien no son muy memorables, sí que cumplen su función de hacer reír y están protagonizados por personajes de enorme carisma, en especial Capitán y Soldado.
La recta final del filme me provoca sensaciones encontradas. Por un lado,tal y como harían los Looney Tunes, no tiene miedo de rozar el ridículo llevando las cosas a un terreno completamente surrealista, alocado y absurdo. Por otro semejante grado de locura choca ligeramente con el realismo del resto de la película y la franquicia, en la que sí, hay animales agentes secretos y que hacen cosas completamente increíbles, pero dentro de un contexto que parece más o menos real de cara a los personajes humanos y sin llevar el asunto a la fantasía más desbocada. Este más difícil todavía , aparte de saturar un poco, hace difícil que puedan llegar todavía más lejos en caso de que haya secuelas de este spin-off . En este sentido el final del filme sí que provoca cierta saturación que puede desgastar a los personajes. Así que en esta parte sí coincido ligeramente con las críticas a la sobre-explotación de los personajes, que podía haberse evitado con un final un poco más relajado.
Por otro lado la película no deja poso y no apetece verla otra vez, cosa que quizá podría haberse conseguido con un par de ajustes en el guión. Con todo es totalmente disfrutable en un primer visionado.
Demostración viva de que DreamWorks últimamente está perdiendo el rumbo con según que cintas animadas (habiendo, eso si, honorables excepciones como la saga de Como entrenar a tu dragón), y sobreproduciendo en exceso que les ha llevado incluso a cerrar una de sus filiales animadas por culpa de tanto fracaso en taquilla para la empresa. La saga de Madagascar no es que me haya entusiasmado precisamente, pero por lo menos eran entretenidas y te echabas algunas risas, especialmente en lo relacionado con los pingüinos que ahora protagonizan su propia película, y que venia de un material tan poco atractivo como lo era su sobrevalorada serie de televisión. Eso si, una virtud hay que reconocerle a esta cinta: el no ser peor que la serie en la que está basada u otras cintas animadas protagonizadas por pingüinos como Happy Feet o Hubi, el pingüino, aunque todo eso tampoco es decir mucho. Pese a que la animación de esta cinta es de alto nivel y tiene algunos momentos humorísticos puntuales bastante divertidos (solo de vez en cuando), el film adolece de una desidia alarmante de inventiva, donde el protagonismo a este cuarteto de simpáticas aves les viene DEMASIADO grande (otra vez), con algunas nuevas incorporaciones al reparto un tanto cargantes, y con gags que, en su mayoría, son bastante facilones y predecibles. Tampoco pido una grandisima historia a este tipo de cintas familiares, pero por lo menos algo más de imaginación, chistes más divertidos, y alguna aspiración más allá de solo vender peluches. Lo dicho, cucos y coquetos por fuera…
PD: Y ahora está por venir también el spin-off de Los Minions. Que dios nos pille confesados…
Es la eterna maldición, cuando el chiste asoma en un personaje puntual, sin lugar a dudas hace mucha más gracia que al ponerlo de protagonista. Es la escasez, el anhelo de verlo otra vez, la puntualidad británica con la frase perfecta para luego salir de plano y quedarse intacto como ese nombre que nos ha hecho reír tanto. No da tiempo a que se desgaste.
Los cuatro pinguinos de las saga Madagascar eran perfectos en sus papeles: esporádicos, chispeantes, siempre a punto para el último gag cuando el resto fallaba. La gracia de conocerse todos sus ticks hacía que la sonrisa comenzara nada más entraran en plano, sabiendo que no durarían más en pantalla.
Sin embargo el exceso es la madre de Hollywood. No sólo les dotaron de una serie de televisión (que no entraré a valorar), sino que ahora coronan a los tan famosos pinguinos con su propia película. Y el exceso, tan habitual en Dreamworks, termina por envenenar un chiste de hora y media. Ya no hay donde refugiarse para echar de menos a los cómicos, todo lo acaparan y lo inflan hasta reventar y se quedarse en los huesos.
Es difícil frenar la codicia de rescatar a personajes tan queridos para que bailen hasta caer exhaustos. Sinceramente, estos simpáticos personajes se merecían algo más elaborado, pero la prudencia nunca ha sido el fuerte de Dreamworks, empresa más bien dada a explotar hasta la extenuación todo lo que toca: secuela tras secuela, series de televisión, cortometrajes, todos contando lo mismo una y otra vez.
A los pinguinos de Madagascar les falta gracia y les sobra tiempo. Es un producto perezoso desde el principio, desde su mera concepción, y termina como un capítulo de televisión, en su acepción más dominguera. Una lástima, de verdad.
La primera película de Madagascar pudo gustar más o menos, pero todos estuvimos de acuerdo en que el mayor volumen de carisma y comicidad provenía de la cuadrilla de los pingüinos y los lemures, de ahí que unos y otros fueran escogidos para gozar de su propia serie de televisión. La falta de chispa de los protagonistas de la franquicia se solventó bastante con una tercera parte muy alocada y trepidante, pero Dreamworks, a quien la jugada del spin-off ya le funcionó muy bien con El gato con botas de Shrek, no ha querido pasar la oportunidad de sacar una película protagonizada única y exclusivamente por los pingüinos de Madagascar.
Tras un estupendo prólogo que nos descubre el origen del cuarteto y que enlaza con Happy Feet y Locos por el surf, anteriores y estupendas incursiones animadas a la sociedad pingüina, la película arranca con Capitán y sus colegas pirándose del circo para infiltrarse en un complejo de alta seguridad. Podría parecer que buena parte de las bromas estarán enfocadas a parodiar el género de agentes secretos, pero desafortunadamente, pronto quedan reducidas a las intervenciones de Viento Fuerte, la organización de animales espías que lidera un perro con la voz de Benedict Cumberbatch (en su versión original), y sus numerosos gadgets. Al menos, estos personajes que ocupan el hueco secundario dejado por los pingüinos no desentonan y tienen su gracia.
Este spin-off sigue la fórmula de Madagascar 3: De marcha por Europa de no ofrecer descanso al espectador a través de una historia contada a ritmo vertiginoso, con una alocada secuencia de persecución en los canales de Venecia, algunos chistes que son un guiño para los adultos, otros demasiado infantiles, mucho juego de palabras, mucho humor absurdo y una moraleja para toda la familia, sobre la importancia de la familia (sin necesidad de lazos de sangre), de la amistad y de confiar en la capacidad y autosuficiencia de las personas infravaloradas y sobreprotegidas.
El show arranca mucho mejor de como termina, sobre todo porque el enfrentamiento final con el villano se alarga demasiado y satura un poco. Con los spin-off siempre se corre el peligro de que lo que funciona en pequeñas dosis pierda toda su gracia cuando pasa a primer plano. Afortunadamente, esto no pasa con los pingüinos de Madagascar, pero la escasa ambición de la película, que no va más allá de ofrecer un rato de risas para todos los públicos, impide que estos carismáticos pingüinos se luzcan como deberían. Ni imprescindible ni innecesaria, pero eso sí, entrañable y simpática un rato largo.
Cosas que pasan en el mundo del cine.
De una saga tan pobre artísticamente y tan anodina como Madagascar han salido unos personajes verdaderamente inolvidables y carismáticos: Skipper, Kowalski, Soldado y Rico, los pingüinos. Ellos fueron siempre las estrellas de la saga y era solo cuestión de tiempo que tuvieran sus propias historias, primero en formato de serie de TV y ahora en su primer largo. Visto el resultado, parece claro que esta no será la última aventura fílmica del grupo.
Los pingüinos de Madagascar es una película verdaderamente encantadora, llena de humor y protagonizada de principio a fin por la inagotable capacidad de los personajes principales para la broma y la simpatía. Aquí además se ven acompañados por otros personajes igualmente carismáticos y encantadores, los miembros del grupo especial Viento Norte , con quienes componen un divertido y entretenido homenaje a las películas de espías digno de elogio. Con todo y con eso, la historia da demasiadas vueltas para lo simple que es y en ciertos momentos da la sensación de que, a pesar de los 80 minutos escasos que dura la película sin contar los créditos finales, no hubiese sido mala idea reducir las idas y venidas de los pingüinos por el mundo y las muchas veces que son capturados y escapan para ir más al grano. Y como suele ser habitual en las películas de animación, todo está bañado de buenas intenciones, amor y cariño entre los personajes (lo principal de la trama es el descubrimiento de la valía de Soldado, al que nunca nadie hace demasiado caso por ser el más joven e inexperto).
En definitiva, una buena película de aventuras, muy superior a su saga madre aunque a años luz de los magistrales resultados de los mejores trabajos de Pixar y Disney.
Lo mejor: La enorme simpatía y sentido del humor de los pingüinos y los componentes de Viento Norte .
Lo peor: A pesar de lo reducido de su metraje podría haber durado menos y la historia hubiera ganado en agilidad.