Los niños del mar
Sinopsis de la película
Ruka es una joven adolescente cuyos padres se han separado. Su padre trabaja en el acuario local, por lo que pasa mucho tiempo allí, fascinada con la enorme cantidad de especies marinas que allí se dan cita. Un día, dos chicos llamados Umi y Sora son trasladados al acuario por problemas familiares. Tras entrar en contacto con ellos, Ruka se da cuenta de que ambos tienen una conexión especial con el océano, al igual que ella. Sin embargo, el poder de sus dos nuevos amigos parece interponerse con los intereses del acuario y de la población en la que todos residen.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kaijû no kodomo aka
- Año: 2019
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
5.8
85 valoraciones en total
Con la excepción de las comedias y del cine de género, pocos cines tienen peor encaje en las galas de premios que el cine de documental y en el que nos vamos a centrar hoy, el cine de animación. Al verse reducidos tan sólo a su categoría propia con un reducido número de nominados, muchas grandes propuestas circulan por esta carrera de fondo siendo plenamente ignoradas. Especialmente, de la vasta cosecha de anime japonés. Un panorama técnicamente deslumbrante y narrativamente creativo pero poco variado, ofreciendo mayormente o entregas de franquicias o melodramas de angustia adolescente. Por ello mismo, el último proyecto de Studio 4º C captó inmediatamente nuestra atención. Una película inesperada que no venía acompañado de nombres de prestigio, pero sí de cierto apoyo crítico y apreciación hacia sus virtudes visuales. Es Los niños del mar, película dirigida por Ayumu Watanabe. Un filme que nos llega de puntillas en un enero apretado, y que sigue probando el gran momento de forma de la distribuidora SelectaVisión. Ya no tenemos el placer de seguir disfrutando de nuevas obras de Studio Ghibli, pero hay tantos potenciales sucesores postulándose que nos hallamos en un gran momento para ser seguidor de la animación. Y aún con sus claros problemas, recomiendo sin fisuras esta muy lograda y sugerente película. Un viaje onírico que desconcierta con el cripticismo de su trama, pero seduce con el poderío sensorial de su apuesta. Sin duda alguna, una de las tres mejores películas de anime japonés del último año y medio. Una imprescindible para adeptos.
Yendo por delante, Los Niños del Mar destaca y mucho en su apartado visual. La animación es sencilamente espectacular y original, y tiene algunas escenas en las que se nota que hay mucho trabajo detrás. Y qué decir de la fantástica partitura del maestro Joe Hishaisi.
Pero a pesar de sus virtudes, Los Niños del Mar no es una película que deje muchísimo poso, y que deja mucho que desear en el apartado narrativo, llegando a alcanzar unos niveles de LSD increíbles que te sacan mucho de la película. Cuesta mucho conectar con la historia de Ruka, Umi y Sora, de cómo estos dos últimos vienen del mar y se hacen amigos de Ruka. No hay un especial desarrollo de los personajes, no conectas con ellos, sin que llegue a emocionar o interesar lo que pasa en pantalla, y muchos diálogos que pretender ser muy filosóficos y/o existencialistas son vacíos y pobres.
Se agradece que una película quiera alejarse de la comercialidad y de lo típico, pero no cuando el argumento no acompaña bien a la película y se transforma en un fallido intento de oda existencialista y filosófica muy barata al final. Y es que nos quedamos con cara de no saber qué es lo que la película quiere contar, y por mucha animación cojonuda, la historia no está a la altura, pareciendo que esos mensajes sobre la vida parecen sacados de un libro de Paulo Coelho. Le falta corazón a la película, y hay algún momento en el que llega a aburrir y cansar.
Los Niños del Mar es un fallido experimento, con un envoltorio genial, pero con un contenido muy mejorable.
*La poesía del mar y la distancia familiar
Los Niños del Mar, además de retratar el proceso de madurez en la adolescencia, entrelazan los misterios representados por el mar y la distancia familiar.
La realidad cruza con la fantasía en el guion de Hanasaki Kino. Ruka atraviesa por la separación de sus padres y el ostracismo en vacaciones de verano. A su vez, no logra encajar con sus compañeras de escuela. El rechazo a su madre la lleva a pasar su tiempo en el acuario donde labora su padre. Ahí conoce a Umi y Sora. Ambos jóvenes, criados por dugongos, simbolizan el citado Mar y Cielo en el significado de sus nombres.
Los Niños del Mar pasa de la amistad hacia puntos de misterio con respecto a la conexión de los jóvenes con una misteriosa canción. Así, lleva hacia una reflexión con respecto al origen del universo y las estrellas.
*La bella animación de Los Niños del Mar
Basado en el manga de Daisuke Igarashi, el relato sobresale en su aspecto visual. La animación en 2D, con tintes realistas, enfatiza en la serenidad del mar, en la vida que se desarrolla dentro del mismo y en el acuario. Todo ello reflejado en los detalles en los peces, las tortugas y ballenas.
A su vez, Los Niños del Mar también recurre a una versatilidad en su técnica, añadiendo una transición hacia la sencillez en trazos e iluminación, apoyada por el score de Joe Hisaishi.
Conforme avanza su trama, Ayumu Watanabe añade aspectos místicos sobre cantos de ballenas, tifones, estrellas en la noche, así como encuadres animados que difuminan gotas de lluvia con peces y diseños con toques minimalistas. Así, enfatizan en una reflexión sobre la codicia humana y otros aspectos que entrelazan una filosofía sobre el origen universal y meteoritos que amenazan con la estabilidad en el planeta.
*Los excesos filosóficos y místicos en Los Niños del Mar
Si bien el clímax en Los Niños del Mar resalta una animación extraordinaria, se ve ensombrecida por la complejidad de su premisa.
La propuesta, interesante en su aspecto visual, no es lo suficientemente sólida en su desarrollo. La profundidad de su trama se ve afectada por la reiteración narrativa. Su mensaje sobre la preservación ambiental y las semejanzas del mar con el universo exceden en sus toques filosóficos, de ambientalismo y rezaga por momentos a la trama de amistad y la familia por lo abarrotada que es la propuesta.
*Conclusión
Surreal e introspectiva, Los Niños del Mar, a pesar de contar con un sobresaliente aspecto artístico, no logra el alto nivel de la misma en su premisa.
Ambigua, con respecto a la reflexión sobre la humanidad y el universo.
Un coming of age que nada entre la fantasía, la naturaleza y la trascendencia.
Escrito por Mariana Fernández
Todas las críticas que leo de Kaijû no kodomo ensalzan la belleza de sus imágenes, para aclarar después que no han entendido nada pero que es muy poética. Toma ya.
Es una colección de superficialidades disfrazadas de mensaje profundo, pero resulta más epidérmica que una calcamonía. Empezamos con una niña proveniente de una familia desestructurada que tiene problemas de agresividad en el colegio, pero eso lo vamos a dejar de lado y no volver a hablar nunca más de ello. Bueno, quizás se arregle solo por arte de birlibirloque, pero no se sabe ni, aparentemente, importa.
Después, todo el mundo con cierto peso en el filme va a ser anoréxico y adicto a la cirugía estética, al margen de la edad que tengan. Rinoplastia, queiloplastia, blefaroplastia, liposucción… de todo. Y todos van a hablar con frases cortas sacadas de galletas de la suerte o de calendarios, pretendiendo ser profundísimos: el universo es como el mar , el bien y el mal son como el agua y el cielo , todo está contenido en la palma de tu mano , etc.
El tema de fondo es la panespermia, pero desde una perspectiva New Age pseudo-religiosa terriblemente vacía, como se constata cada vez que alguno de los personajes trata de explicar algo (lo que ocurre demasiado a menudo, si ya está claro, no lo repitáis: panespermia, ciclo sin fin, la canción del principio de The Lion King ).
Si te tomas un tripi después de leerte un Muy Interesante y de haber ido al acuario, muy probablemente te salgan esas imágenes tan hermosas de las que hablan las demás críticas. Ojo: hermosas las de fauna marina (preciosas, es cierto), porque las de humanos son horrorosas, todos tan operados y desnutridos (hay que ver despacio al niño rubito, a la madre alcohólica o a ese becario andrógino que no se debería quedar a solas con menores jamás y que tiene unas pestañas mutantes que ni Liz Taylor). Tratando de compensar hay una vieja dentona tanoréxica, pero no compensa nada.
Para colmo, la trama es de lo más inconexa y deslabazada, por lo que es fácil perder interés (además de que los protagonistas tienden a ser insoportables). Deseando hora y media que se acabara, cuando lo hace resulta que tras los créditos queda un epílogo que casi es mejor saltarse. En realidad, es mejor saltarse la película entera.
Visualmente es una joya con una banda sonora preciosa. Pero, respecto al argumento, es como ver un cuadro abstracto. Te vuelas la cabeza intentando encontrar la lógica o el hilo que une los pedazos de la historia. Por un lado, te quedas con el vacío de no saber el argumento o la idea original de donde surge esta aventura pero, por otro lado, a mí me gustan este tipo de películas que te invitan a interpretarla tú mismo y ver otras opiniones. No la repetiria pero tampoco me ha parecido una pérdida de tiempo ni un desperdicio.