Libre te quiero
Sinopsis de la película
La película arranca con la confluencia de los manifestantes del 15M en la Puerta del Sol, sigue la construcción de la Acampada Sol, una especie de ciudad paralela asamblearia, cuya estructura se extiende a los barrios y ciudades próximas y a todos los rincones de España. Después de dar fe de lo ocurrido, sin mediación o intención, el film deja que las imágenes hablen y describe el final de la experiencia.
Detalles de la película
- Titulo Original: Libre te quiero
- Año: 2012
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
6.5
49 valoraciones en total
Un documental donde el director, Basilio Martin Patino, se sitúa como testigo de lo que fue el 15 de mayo día tras día en la Puerta del Sol. Se acerca a las demandas pero sobre todo a su ambiente.
Nos hace reflexionar sobre cómo se unieron en un mismo movimientos aquellos alternativos procedentes de la estela anarquista con gran cantidad de personas que vieron con simpatía las propuestas y participaron en ellas de forma activa. Cómo bajo un estado de ánimo, la indignación, se arremolina tanta gente. No es un movimiento al uso, con propuestas, estrategias, liderazgos, métodos que tienen las iniciativas políticas. Se trató de una queja, un lamento, proclamar un estado de ánimo pero sin hoja de ruta.
Nos preguntamos también si está presente y si tiene alguna alternativa en la actualidad. De hecho, tras el 15M venció la derecha por mayoría absoluta y el retroceso social ha sido evidente. ¿Dónde quedan las demandas?, ¿qué camino hay que seguir para colmarlas? Quién o quiénes se encargan de enarbolar el testigo?
Si el excelente documental La plaza realizado por Lainformacion.com nos ofrece una visión intelectualizada, analítica, política, e incluso crítica en su último montaje, de lo que fue la Acampada Sol de Madrid -más que el conjunto del 15M-, lo que podemos ver en Libre te quiero es, ante todo, una reivindicación, mucho más emotiva que política, del derecho de la gente a expresarse como le dé la gana, una celebración del momento en el que aquello ocurrió de verdad y una muestra harto inquietante de cómo reaccionó ante aquello el Estado a través de la policía. Porque, en la película de Martín Patino, no veremos a la policía enfrentarse a una muchedumbre políticamente activa y despierta, sino a músicos, bailarines, payasos, y muchos, muchos punkis.
¿Es esto una crítica? ¿Estoy diciendo que esto esté mal? Realmente, no. Si bien mi visión fue, en aquel momento, mucho más cercana a la reflejada en La plaza -más política, más intelectualizada-, Libre te quiero resalta un elemento, el de la absoluta felicidad que experimentaron quienes vivieron las acampadas de aquella manera, que quizás haya tenido mucha más importancia en el devenir histórico de esta España post-15M en la que vivimos desde entonces de la que, quizás, habría podido tener, tal y como propugnábamos muchos, el surgimiento inmediato de algún tipo de Podemos o similar capaz de ganar unas elecciones, meterse hasta las cocinas del Congreso y el Senado, y ponerse manos a la obra en la tarea de re-legislar.
El caso es que yo, que viví aquello desde muy dentro, quería hacer la revolución en el Congreso,. Sin embargo la gente prefirió hacerla en la calle y en las conciencias, y desde allí la revolución pasó al propio aire, de allí a los medios, y a día de hoy ya ha tomado, piano piano, las encuestas de intención de voto para las próximas elecciones de 2015.
A mí me sigue gustando más La plaza que Libre te quiero , es verdad, pero… ¿quién soy yo para decir que Martín Patino se equivoca? ¿Quién soy yo para contradecir a la historia, y a todos aquellos punkis, payasos y perroflautas que lograron cambiar no ya las leyes o el Sistema -que aquello no lo lograron-, sino a cada una de las 47 millones de personas que viven en este país? ¿Quién soy yo, en definitiva, para decir que la política institucional y las leyes son más importantes para un país que el que tantos de sus ciudadanos y ciudadanas hayan podido vivir un par de meses o tres de absoluta y pacífica libertad?
Igual tenían razón, los anarkas y los perroflautas, con lo de vamos despacio porque vamos lejos …