Las playas de Agnès
Sinopsis de la película
Documental autobiográfico de la directora Agnes Várda. La realizadora francesa explora sus memorias, de forma cronológica, a través de fotografías, videos, entrevistas, representaciones y narraciones de su vida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les Plages dAgnès
- Año: 2008
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
7.4
20 valoraciones en total
Algo que me molesta, y que por suerte estas nuevas generaciones logran superar, es cómo grandes mujeres con grandes aportes, no son recordadas por sus méritos sino por ser esposas de alguien. Cuando en la escuela de cine me hablaron de la Nouvelle Vague se han nombrado a todos los directores hombres habidos y por haber, y jamás se dijo que entre los pioneros había una mujer: Agnés Varda.
Claro, también se habló mucho de su marido Jacques Demy, pero nunca se la nombró a ella, entonces cuando vi esta película, con un sentimiento de horrible ignorancia por nunca haber oído de esta mujer tan maravillosa, no me quedó otra que callarme y enterarme.
La película es un documental dirigido por ella, protagonizada por ella, y que habla de ella.
Reconstruye desde su infancia hasta su presenta, pasando por anécdotas cotidianas, familiares y laborales, haciendo uso de un despliegue de surrealismo e instalaciones que reviven los recuerdos.
Absolutamente entretenida e interesante, ya no va a ser para mí la esposa de Jacques Demy, sino que es Agnés Varda. Al fin, mucho gusto! Se las presento.
Escribir una autobiografía está bien (Huston y Chaplin lo bordaron) pero rodar un documental sobre tu vida y recuerdos es mejor, sobre todo si eres director de cine. Así lo hizo Agnés Varda y solo por las secuencias de Jim Morrison ¡en París, donde murió unas semanas después!) y Harrison Ford merece la pena este documento, pero hay más, mucho más. También sobra algo de ego y presunción en la encantadora directora pero, teniendo en cuenta que era la única mujer entre decenas de hombres vanidosos, quizá fue eso lo que la salvó. Viva Agnès.
La veterana directora comenzó su carrera a la par que otros directores de la Nouvelle-Vague, aunque más cercana a la sección Rive-Gauche (Alain Resnais, Jacques Demy, Chris Marker…) que a los que venían de la revista Cahiers du Cinema. Y esta señora, octogenaria, que ha vivido tanto, que ha rodado tanto y que ha participado tanto de la vida cultural y artística de los últimos lustros, en vez de escribir sus memorias, las filma. No hace un biopic sobre ella misma, ni mucho menos, sino que rueda un documental sobre su vida, lo cual convierte a esta autobiografía en algo que transmite veracidad y honestidad, lo hace con sencillez, con sentido del humor, con cercanía, en primera persona. Viaja a los lugares importantes de su vida, casi siempre playas, y con sinceridad y confianza va abriendo sus recuerdos. No es nostálgica, es una mujer fuerte. Sensible, por supuesto, pero no sentimental. Todo lo tiñe con su humor y su simpatía, con su originalidad, pero no se oculta tras máscaras de distancia, si no que se abre y desnuda ante su público. Pero ay, el que es nostálgico es el espectador, y revive la vida de Varda como si la hubiese vivido él mismo, tal es la veracidad que transmite esta entrañable mujer de vida apasionante. Desde experiencias terribles en la Segunda Guerra Mundial hasta la muerte del amor de su vida, el director Jacques Demy, de sus primeras fotos a sus últimas instalaciones en museos, desde sus amigos a sus nietos, desde sus casas a sus mascotas, todo nos lo muestra con su carismática simpatía.
Como cinéfilo he de destacar varios momentos: el recuerdo de sus películas, desde luego, Clèo de 5 a 7, esa magnífica película que tan bien sabe meter en celuloide el espíritu de su tiempo, de ese París de los años 60 por el que paseaba la protagonista durante las dos horas del título. Y muchas otras que aún no vi. Y las de su marido (guardaban sus premios juntos). Hasta llegar a sus últimos y exitosos documentales, como Los Espigadores y la Espigadora. Pasando por sus películas menos afortunadas. Y ¿qué hacer con las bobinas de una peli mala? Varda hace una casita con ellas, y a través de sus paredes positivadas, a través del rostro de Catherine Deneuve, entra el sol. Miles de ocurrencias de este tipo ha tenido esta original dama durante su apasionante vida, y por la película van pasando sus cómplices, gente tan importante como Godard, Resnais, Chris Marker (en la forma de un gato preguntón), Jane Birkin, Delphine Seyrig, Serge Gainsbourg, Jim Morrison, Bill Viola, Sandrine Bonnaire, Gerard Philippe, Fidel Castro, los Panteras Negras o Harrison Ford, pues pasó gran parte de su carrera en California, pero también sus hijos y nietos, sus padres y compañeros de infancia, y también sus amigos, sus vecinos, sus ayudantes, los marineros de sus playas, todos tratados con el mismo respeto y cariño. Emociona todo el metraje, pero en especial los momentos dedicados a su marido Jacques Demy, cuyo recuerdo aún preside la vida de esta anciana enamorada.
Varda nos enseña que el cine es vida, que el documental es cine, y que hacer cine documentado en primera persona es hacer de una vida arte.
Película autobiográfica y de juegos visuales de Agnès Varda a sus 80 años de edad, que con simpatía y sencillez nos fascina con el relato de una vida llena de descubrimientos, de ocupaciones en el arte (fotografía, artes, cinematografía) y llena la pantalla con juegos de espejos en la playa que tanto amó, como un retrato de la extensión de su mundo de imágenes, siendo una de las iniciadoras de la nouvelle vague ( nueva ola francesa) y habiendo descubierto ingente cantidad de estrellas del cine en innumerables películas. El filme fascina no sólo por el relato de esta encantadora mujer sino también por la fiesta de la imagen cinematográfica, el color y el sentido de cada escena ilustrada por su propio relato. Para ver, pasar un momento muy agradable, sorprendente y cordial, que dejará un recuerdo imborrable.
Hasta para hacer una película en la que mirar hacia atrás, Varda tenía que hacerlo a su manera. Ocurriría más tarde con la última película que nos dejó, la también estupenda Varda por Agnés (2019). Pero, quizá porque esta fue la primera, creo que es la que tiene más valor para los que no la hayáis visto. En Las playas de Agnès, Varda nos lleva en un recorrido por las playas de su vida y, de paso, por su vida. Una vida que ha sido cine, cine y más cine, pero también personas que la han acompañado y millones de recuerdos. En este documento, que es una delicia de principio a fin, quizá los momentos en que es imposible no emocionarse son esos que dedica a su fallecido marido Jacques Demy. Varda nos ha jodido a todos un poco cualquier posibilidad de amor romántico para siempre porque, si alguien no nos va a querer como ella le quiso a él, qué más da.
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