Las estaciones
Sinopsis de la película
Los directores, después de viajar por el mundo y filmarlo a vista de pájaro, como si fueran aves migratorias, y tras navegar por todos los océanos en compañía de ballenas y otras criaturas marinas, vuelven de nuevo a mostrar la naturaleza con este documental, pero en espacios más familiares. Nos invitan a un viaje maravilloso a través del tiempo, para redescubrir los territorios europeos. Es una epopeya que relata la larga y turbulenta historia común que une al hombre con los animales.
Detalles de la película
- Titulo Original: Les saisons
- Año: 2015
- Duración: 97
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. A continuación te mostramos un listado de fuentes de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
7
31 valoraciones en total
Una superproducción que no repara en gastos en busca de planos sorprendentes y tomas en movimiento primorosos, que relata la evolución de los bosques europeos a lo largo de 8000 años y de como el desarrollo de la sociedad humana ha modificado el ambiente de las múltiples especies animales que los pueblan.
Perrin y Cluzaud vuelven a emocionarme como ya hicieran hace unos cuantos años con «Nómadas del Viento». Un canto a la conservación de la naturaleza y un aviso a lo que estamos haciendo en contra de ella, y en contra de nosotros mismos. Las herramientas son perfectas, bellos paisajes combinamos con escenas increíbles de fauna en acción que emocionan.
La utilizació de animales troquelados o «amaestrados» (cómo si nó podrían conseguirse esas cacerías de lobos…) de una forma tan magistral aportan un valor añadido al documental desde mi punto de vista, aunque haya detractores de estas técnicas. No nos olvidemos lo que consiguió nuestro inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente con «sus» animales en favor de la conciencia ambiental de muchos españoles.
En definitiva, un documental de naturaleza de factura impecable que nos dejará huella. Un gozo para los sentidos.
Un 10 puede parecer muy exagerado para un simple documental de paisajes y animalitos de prácticamente nulo argumento y con apenas unas frases en la narración.
Pero ya sabemos cómo se las gastan estos franceses, que ya nos sorprendieron con Nómadas del viento y Microcosmos.
El mérito de estos documentalistas es doble en todos sus trabajos.
Por un lado, tenemos unas bellísimas imágenes que nos dejan alucinados. En Las estaciones no vemos ningún bicho poco conocido, ni ningún paisaje extraño. Solo muestra la vida cotidiana en el bosque, pero mostrando comportamientos de los animales que no creo yo que se puedan ver todos los días. Consiguen enseñarnos cosas poco habituales de animales que estamos hartos de ver en otros documentales.
En segundo lugar, y de ahí mi 10, está el mérito de su técnica y trabajo. He estado continuamente asombrándome y pensando ¿Pero cómo han conseguido poner una cámara ahí?, o ¿cómo demonios consiguen acercar tanto el plano sin que los animales reaccionen?.
Esta belleza poética que muestran en pantalla, se refuerza con el tremendo trabajo que han tenido que darse para lograr este resultado. ¿Cuánto tiempo habrán tardado?
Eso se nota en momentos como cuando vemos a un caracol al que le cae una gota de lluvia en un ojo. ¿Lo han logrado por casualidad o lo han hecho aposta? También hay tomas nocturnas en las que todo se ve perfectamente y los animales están tan tranquilos. Me parece muy fuerte. Quizás sería muy interesante ver algún making of para entender cómo rayos han logrado captar tales secuencias. Y tampoco es cuestión de enumerar los momentos memorables, porque prácticamente no hay un solo fotograma que tenga desperdicio.
Algunos animales parecen actuar, tal es la naturalidad de su comportamiento, aunque me extraña que no haya habido un mínimo de preparación o de uso de animales amaestrados, especialmente los lobos.
Al principio parece que va a haber más narración que en otros de sus documentales, pero realmente con estas imágenes sobran las palabras y así es en casi toda su duración.
Por supuesto, no puede faltar la moraleja habitual de que el hombre lo está destruyendo todo. Ya lo sabemos pero siempre está bien que nos lo recuerden.
Pues lo dicho, le doy un 10 porque es la única forma que tengo de aplaudir el gran trabajo que han tenido que darse estos galos.
Bonito documental sobre los qué habitamos nuestro maravilloso Planeta.En él los directores nos llevan desde el final de la Glaciación hasta nuestros días.Y nos enseñan cómo nuestro Planeta ha cambiado,unas veces por el proceso Natural y otras por la actividad humana.Escenas tomadas muy cerca de los animales y en las cuales a uno le parece estar inmerso en ellas.Algunas pueden parecer trágicas,pero hemos de tener en cuenta qué éstos hechos se producen a diario y son intrínsecas de nuestro Mundo.Me ha gustado mucho el final,en el cual se dice la verdad sobre nuestra manera de actuar en él.Pero qué todavía estamos a tiempo de revertir la situación en la qué estamos dejando a nuestro Planeta.¡Ojalá lo consigamos!.Os ánimo a acercaros a vuestro cine favorito y ver el documental.Es un canto a la vida.
Que a las salas españolas llegue un documental de estas características, lo tendríamos que tomar como un auténtico regalo por parte de unos distribuidores, que intentan abrir brecha en un país donde este tipo de productos parecen estar condenados a los horarios de sobremesa de las cadenas minoritarias.
En esta ocasión los realizadores franceses Jacques Perrin y Jacques Cluzaud nos invitan a un viaje mucho más cercano. Un viaje al corazón de los bosques europeos, utilizando como hilo conductor la relación del ser humano con los animales (y viceversa) a lo largo de los últimos siglos. En el film podemos contemplar, con una belleza fotográfica extrema, la vida de la que se ha venido a considerar como Edad de Oro de los bosques. Una época en la que estos entornos naturales apenas cambiaban, sirviendo como refugio a un sinfín de especies que comparten con nosotros el planeta desde mucho antes de nuestra llegada.
La cámara muestra su día a día desde el nacimiento a la muerte, hasta los primeros contactos con la nueva especie que estaba destinada a controlar la Tierra. Perrin y Cluzaud acercan los planos y la mirada hasta límites nunca vistos, introduciéndonos en madrigueras y, hasta incluso, en persecuciones y cacerías filmadas con un tesón y una técnica envidiables.
El espectador debe entrar en ella dejando el estrés cotidiano, dejándose llevar por las imágenes y la música. La partitura extraordinaria de Bruno Coulais nos adentra en este universo natural de una manera bucólica, utilizando su firma habitual en forma de canticos infantiles realmente bellos.
Si bien el film no logra la contundencia lograda con Océanos, probablemente la obra maestra de estos dos creadores irrepetibles, sí que consigue hacernos ver el acerbo cultural y la profundidad que alcanzan este tipo de propuestas en el país vecino.
Durante el desarrollo del metraje nos dará la sensación de asistir a una inconexa serie de imágenes animales, rota en algunas ocasiones por la bellísima voz de Elena Anaya en la versión española, pero todo fluye en su conclusión, mostrando un mensaje entre nostálgico y triste y, lo que es más importante, esperanzador.
Hace años comprendí, gracias a Perrin y Cluzaud y otros autores que consagran su vida a la naturaleza, que el entorno que nos hemos creado en las grandes ciudades tiene el único propósito de alejarnos más y más de nuestras verdaderas raíces. Viendo películas como esta, logras por un momento olvidar tu existencia particular, ver las cosas en perspectiva, espantando de tu alrededor cualquier signo tóxico provocado por aquellos que solo ven la vida en clave material. Por lo tanto no es de extrañar, que necesite en más de una ocasión alejarme de esta baja moralidad aportada por muchos, dejándome imbuir por las sensaciones que tan solo la naturaleza me puede otorgar.
Y un apunte personal, tengo que agradecer a ambos que, en el momento del estreno de Océanos en el 2010, lograsen remover en mí, una mejoría de esas que reparan las heridas del alma. Es por ello que, en su regreso, los haya recibido con los brazos abiertos de par en par.