Las aventuras del Capitán Harlock (Pirata Espacial) (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (1978-1979). 42 episodios. En el año 2977 la humanidad ha perdido el interés por descubrir nuevos mundos. Sólo el Capitán Harlock y sus compañeros a bordo de la Arcadia se atrevieron a aventurarse en el espacio más alla de lo conocido. Por esto fueron tildados de piratas por el gobierno terrestre. Ahora, las Amazonas han atacado la Tierra y pretenden conquistar todo el universo. Sólo Harlock y sus camaradas podrán detenerlas.
Detalles de la película
- Titulo Original: Uchû Kaizoku Kyaputen Hârokku (Space Pirate Captain Harlock) (The Adventures of Captain Harlock) (TV Series)aka
- Año: 1978
- Duración: 24
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Opinión de la crítica
Película
6.8
29 valoraciones en total
No es la expresión más galante, pero quiero que se me entienda: Harlock gusta, Harlock excita la imaginación. Leiji Matsumoto creó un personaje icónico y con él un universo propio, y nunca mejor dicho. Le tenía muchas ganas a esta serie precisamente por eso, por lo que representa para el manganime, pero vaya decepción más grande.
Cierto que, repito, Harlock pone. Tiene una imagen muy atractiva. Un tipo alto, atlético, peinado al mejor estilo de los héroes románticos, cabello y ojos castaños, o habría que decir ojo, porque lleva un parche como todo pirata que se precie en su ojo derecho y una cicatriz le cruza la mejilla y la nariz producto de no sabemos qué aventura que en esta serie de televisión de cuarenta y dos capítulos no se nos cuenta. Harlock lleva capa, una espada láser al cinto y la calavera pirata en algunas de sus prendas. Además, como es el capitán, como es Harlock, tiene lo que parece un trono en el puesto de mando que es donde se sienta, lo que reproduce una estampa que se acerca a lo bellamente gótico. Es algo que impacta, es una presencia que no se olvida, magnética por su estilo, por lo que transmite su apostura, su ojo fijo y brillante, sus brazos cruzados.
Esto es meramente físico. Y quizás es lo que hizo que «Las aventuras del Capitán Harlock» permaneciera en el tiempo. Me cuesta encontrarle otra explicación al triunfo de una historia tan pobre, tan mal contada y reiterativa. Ya de entrada, que esta gente sea pirata te mosquea un poco. Bueno, digamos que son piratas idealizados…, piratas espaciales del año tres mil que tienen un matiz distinto: la Tierra está gobernada por personas incompetentes, abúlicas y superficiales y la piratería de Harlock es una forma de protesta ante el devenir terrestre. De acuerdo. Pero luego está todo lo demás: melodrama plagado de clichés, pésimo diseño de personajes y escenarios (no entiendo por qué la tripulación de la Arcadia está compuesta por enanos y gente deforme… ni por qué las Amazonas son todas iguales), el ritmo lento, la incongruencia de la trama, donde un personaje puede ser cruel en un capítulo, tener remordimientos en el siguiente y volver a ser mezquino al otro…, la mal resuelta acción (a Tadashi siempre, siempre, siempre lo hieren en el hombro, ¡madre mía!), la exagerada eficacia de la Arcadia y la inutilidad de las millones de naves enemigas, lo que da pie a todo tipo de comentarios sexistas que por supuesto no haré… En fin, que el anime es bastante plomo.
Lo que le puede dar más enjundia a esta historia es algo completamente ajeno al argumento y se trata de la sexualidad de Harlock. Que nadie se escandalice. ¿De verdad no os parece significativo que esté tan obsesionado con su amigo muerto? Hay una escena perdida del capítulo treinta y seis que aparece en el resumen del siguiente en el que Harlock se besa con una mujer, pero es que esto no sale en el episodio, así que no sé si es que lo han censurado o es pura invención. Esta podría ser la única prueba más o menos palpable de que Harlock es heterosexual, pero es que, si la obviamos, en serio que perfectamente podríamos estar ante todo un respetable y potente icono gay.
De hecho, si interpretas esta historia en esa clave romántica, será más divertido. Aunque una vez conozcas a ese amigo que tanto recuerda, el tal Tochiro, te echarás a llorar. Y su historia con Emeraldas… ¡Por favor!
Tiene potencial, algunas ideas de interés, pero su planteamiento navega entre lo inmaduro y lo chapucero. A ti te respeto, Harlock, pero estás en el anime equivocado.
Las aventuras del Capitán Harlock viene con el marchamo de ser un clásico del anime de enorme influencia, entre La guerra de las galaxias IV (1977) y Star Trek (1979) por su temática y el bandido romántico del XIX por su héroe, por ejemplo tal y como se concibe en La canción del pirata de José de Espronceda (1835), pero por desgracia ha envejecido bastante mal. Es curioso como Urusei Yatsura (1981-1986), que parodia a esta serie, aunque comenzó sólo tres años después o dos desde que acabó el anime, se nos aparece mucho más moderna, fresca y dinámica, mejor construida y con un dibujo notablemente superior. En cualquier caso, Capitán Harlock tiene alguna idea aprovechable, el propio look del protagonista es muy icónico, pero sucumbe por su alto grado de infantilismo, falta de lógica, exageración (una sola nave derrota a un ejército de miles de ellas…), redundancia (muchas amazonas son iguales) y pésima ejecución de sus secuencias, especialmente las de acción. Además, no sólo es que van improvisando a lo largo de sus 42 episodios si no que van apareciendo disparates de diverso tipo, del estilo de estando en el espacio asegurar que el viento les da por la cola de la nave o algo así. Pero quizá en este apartado lo peor son sus relaciones románticas, que llegan a abominables. Tochiro Oyama y Emeraldas pueden considerarse una de las peores parejas en pantalla de la historia, yo es que no daba crédito. Pero ya que estamos con este tema amoroso, a mí me parece que el Capitán Harlock es gay, no sólo por su extrema frialdad ante el sexo femenino sino por su estrecho vínculo con su amigo Tochiro, a lo que hay que añadir dos o tres cosillas más que bien pudieran aludir a su homosexualidad.
Pero volviendo a la serie ésta a veces llega a ser tan delirante como las historias que le cuenta el padre de Ryuuno a su hija. Y ya que he vuelto a mencionar a Urusei Yatsura , atención al doblaje, del que te das cuenta desde el primer momento: el capitán Harlock es Gafitas, Yuki es Lum, el doctor y el presidente del mundo es Cherry, Meide, la reina Raflexia y la amazona Nuve es Shinobu, la cocinera y la amazona Lora es Ran, el ayudante de Kirida es Ataru y el oficial Yakarán es Gorila. De hecho, esperaba algún acercamiento amoroso entre Harlock y Yuki para quitarles el sonido y colocárselo a Gafitas y Lum pero como no hay absolutamente nada de nada me he quedado con las ganas. Dicho esto, vamos con lo más importante de Capitán Harlock : la serie no sólo es mala sino que se vuelve desagradable al poner como los villanos a una raza de señoritas espaciales, las amazonas, que en cada episodio matan a un montón, que se supone que son muy hermosas pero además son perversas y aunque no lo digan, tontísimas. El caso es que percibo un alto grado de misoginia en la trama central hasta el punto de cogerle manía a Harlock y a toda su tripulación, que no nos olvidemos son unos piratas, ladrones y criminales. De hecho lo único que hacía soportable ver la serie es que como el dibujo es regular las amazonas no son realmente guapas aunque algunas tienen su puntito, como la capitana del capítulo 32, con botas blancas, el look también ayuda. Pero si llegan a ser atractivas es que me hubiera negado rotundamente con ira a ver esta serie. Nada más pensar que personajes con la belleza de Madoka Ayukawa, Lum, Shampoo o Manami Kasuga fuesen tan malas y al final fueran asesinadas en cada capítulo me llenaba de rabia y tristeza.
Capitán Harlock es uno de los grandes clásicos de la animación japonesa, y uno de los primeros que llegaron en la oleada de los ochenta.
Primero empezaré por criticar algunas reviews que se ven por allí en torno al manga. Hay cosas que jamás entenderé de la gente, entre otras cosas que se diga que Dragon Ball es la serie que descubrió el manga. Pues para cuando Dragon Ball no estaba ni en la cabeza de su creador, por muchos países veíamos y disfrutabamos Harlock, Ulises XXXI, Mazinger Z, Heidi o Marco y un largo etcétera. Todas de gran éxito entre la chiquillada de entonces.
Dejando ya de lado, a estos cultistas del vacío. Capitán Harlock narra las aventuras de un pirata del espacio en su lucha particular con la corrupción humana, y contra una raza de féminas extraterrestres que quieren invadir la tierra, más por necesidad que por maldad.
La serie avanza entre la nostálgia y la melancolía más absoluta, buscando entre tanta maldad y corrupción, un rayo de esperánza, que al final sólo se encuentra en nuestros corazones. Personajes malditos, atormentados, resignados muchas veces, y alcoholizados (con Harlock y su eterna copa de vino), que deambulan sin más esperanza que la libertad.
Un Clásicazo, para ver y disfrutar.
Aunque parezca una simple serie de dibujos animados para niños, Capitán Harlock (Capitán Raymar en Latinoamérica) ni es simple ni es para niños. La fuerza narrativa de la propuesta, original y desconcertante, la profundidad de su complejo argumento, la verdad de los personajes, bien perfilados y con unos diálogos inteligentes y maduros, en los que a veces los silencios y las miradas dicen mucho más que las palabras, nos sumergen en un mundo espacial decadente, enigmático y lírico. Y esto se logra gracias a la plasticidad de las imágenes, pero también al total acierto de la trama, llena de sutilezas psicológicas desconcertantes y sobre todo de una atmósfera melancólica, en la que la música cumple un papel fundamental. Destaca la complejidad de los personajes principales, por ejemplo, la fuerza de carácter del inconmovible Harlock, su poder de decisión, la majestuosidad e inteligencia de la Reina Lafresia, mujer bella y malvada como una bruja (de hecho a veces se la representa frente a una bola de cristal), misteriosa, segura, fría, implacable, no le tiembla la mano para torturar y, no obstante, no se halla exenta de crisis de personalidad, sentimientos y un particular sentido del honor. Sorprende que esta joya del anime japonés haya pasado desapercibida para la crítica. En Argentina se emitió por ATC, en los años 80, si mal no creo recordar, y pasó sin pena ni gloria. El público no supo apreciar el desgarrón emocional que esta serie suponía, la madurez de un argumento que no encuentra ningún reparo en abordar temas tan espinosos o incómodos como la muerte alegre, el suicidio colectivo o individual, la tortura, la relatividad del bien y del mal. Creo que pese a algunos defectos en la ejecución del dibujo, es una propuesta original, hipnótica, llena de una belleza exasperante y conmovedora. Una verdadera joya del anime.