La última ola
Sinopsis de la película
David Burton es un abogado australiano que vive tranquilamente con su hija y su esposa, hasta que unos sueños premonitorios le revelan parte del conocimiento prohibido de los aborígenes. Un asesinato que debe investigar le pondrá en contacto con Chris, integrante de una tribu y conocedor de sus rituales.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Last Wave aka
- Año: 1977
- Duración: 106
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te mostramos un listado de opciones de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.4
40 valoraciones en total
De atmósfera enrarecida, conseguida en parte por unos efectos de sonidos envolventes y una fotografía oscura. Película totémica, que no oculta su intención de ostracismo voluntario y donde Weir, más que ejercer la sutilidad, juega al fuera de juego. De ello que algunos puedan sacar lecturas medias o narrativa deslavazada.
Conglomerado entre la denuncia social y la fantasía esotérica, entre lo real y lo ficticio. Sin que tengamos modo de cerciorarnos sobre qué es lo onírico y que lo tangible. A ello iremos si tenemos que hablar de la postura que Weir adopta tras la cámara, dando la mayor fuerza de la cinta en las escenas de los sueños.
Más que transgresora diremos que la película es atemporal. Su continua vigencia en la que le otorga la calidad de las que otras adolecen, aunque diremos que gran parte es debido a la decisión de tirar balones fuera en la creación del guión como ya dije más arriba.
Película de escenas potentes y actuaciones contenidas, de cámara grácil cuando se requiere y nada contemplativa con el espectador que busque el A,B,C del cine convencional.
Estimable ejercicio de hipnotismo por parte de Peter Weir.
Una película embriagadora, con una BSO a la Vangelis de esas que tanto me hacen gozar, con una tensión y un ambiente turbador bastante logrado, con la lluvia como permanente y fascinante telón de fondo, cuyo guión va desplegando las alas poco a poco de manera prometedora, pero que acaba dando bandazos argumentales importantes y donde la confusión acaba por ser la reina. Con todo, el viaje se disfruta, aunque uno no llegue al destino deseado, se baje de la estación y se pregunte, a dónde coño he ido a parar? Pero que bonitas eran esas praderas y que alta era la hierba. Tiene alguna secuencia memorable, de hecho juraría que la vi de renacuajo por que había secuencias que me han hecho ese clic característico.
Hay críticas verdaderamente fervorosas en nuestra web amiga. No en vano hay que admitir que tiene un algo.
Bueno, yo he pasado un buen rato.
David Burton (Richard Chamberlain) es un abogado que acepta a regañadientes defender a un grupo de aborígenes implicados en el asesinato de uno de sus compañeros. Poco a poco empezará a tener visiones premonitorias y pesadillas que le irán acercando a una realidad cada vez más inquietante, tormentas, granizo e inundaciones inexplicables llevan a Richard a la conclusión de que se ha adentrado en el tiempo de los sueños aborígen por lo cual, inevitablemente, nada será lo mismo. A merced de la desesperación, David será testigo en sus propios ojos de una devastación final.
Film bello y extraño tanto por la grandeza de su desarrollo como su estremecedor desenlace. Peter Weir se metió en el fantástico puro con apuntes de denuncia (la escena del juicio y la situación de los aborígenes inadaptados en un ambiente urbano, sucio y apestado de alcohol y peleas son prueba más que sólida) resaltando así el choque de civilizaciones colisionadas entre sí, la nativa y la colonial. Las dos enmarcadas en una Australia del último cuarto del siglo XX.
Una magistral labor en el montaje (el granizo en el soleado y árido desierto, las manos sumergidas en la bañera que nos invita a compararla en la posterior secuencia de la calle inundada en que David es partícipe en sueños o el boletín metereológico mientras emana agua de la radio del coche) denota la habilidad llevada a cabo en una película que no es tan compleja como parece, por lo que muchos la han acusado de barata, sin pies ni cabeza. Es verdad que, en cierto modo, hay que digerirla, a ratos, o lentamente. Pero más de un visionado es recomendable para comprender lo que en este tipo de cine se nos transmite.
Antes de dar el salto a Hollywood, el director de Picnic en Hanging Rock y las posteriores The Plumber y Gallipoli , también rodadas en Oceanía ya sembrava maestría con creces. Y La Última Ola merece estar en el triunvirato de los mejores filmes fantásticos de la Historia. Imprescindible.
La primera parte de la película es realmente buena, por ejemplo cuando comienzan a caer granizos como puños en medio de la pradera australiana, ardiente y calurosa, pero luego ya se hace una historia aburrida, vulgar y oscura en torno a creencias de los nativos australianos y sueños que se hacen realidad.
De apocalíptica tiene más bien poco, en todo caso de lo que puede ser catalogada esta película es de alertadora o premonitoria de un sunami. Pero este tipo de fenómeno es natural y ocurre en nuestro planeta desde mucho antes que en ella surgiera el ser humano.
Fej Delvahe
Lo principal de la película es su fantástica estética. Música, imágenes, efectos de luz…
Respecto al significado:
Chamberlain tiene desde niño el don de la profecía, porque un Espíritu ancestral
del Este, del sol naciente (creador y regenerador), habla por él.
El espíritu se manifiesta previamente a algún cataclismo natural.
Un aborígen le muestra una piedra milenaria con la que deberá realizar
un sacrificio para que se materialice la profecía de una gran inundación que vendrá.
Mata al anciano de la tribu.
La máscara que encuentra en las ruinas es su rostro, el rostro
del Espíritu que habla a través de él. Lo pierde. Intuimos que la máscara
aparecerá en un futuro para que la encuentre otra persona a la que utilice el espíritu como vehículo con el que manifestarse.
Es sencillamente magistral.
¿Por qué una gran ola (la última) que lo arrase todo? Quizá manifieste ese deseo de renovar una sociedad moderna (que ha ocultado y suplantado a los templos aborígenes naturales) y que no sabe integrar a las culturas primitivas.