La última legión
Sinopsis de la película
Caída del Imperio Romano de Occidente (476 d. C.). El día de la coronación del emperador Rómulo Augusto, Roma cae en poder de Odoacro, rey de los hérulos (Peter Mullan). Ambrosino (Ben Kingsley), el mentor de Rómulo, había predicho un gran peligro para la ciudad. El padre del emperador, preocupado por la seguridad de su hijo, pone al niño bajo la protección del comandante Aurelio (Colin Firth). Tras la captura de Rómulo por los bárbaros y su traslado a la isla de Capri, Aurelio intenta rescatarlo con la ayuda de sus hombres más leales y de un misterioso guerrero. Cuando, por fin, consiguen liberarlo, el grupo emprende la búsqueda de la única legión que queda: la novena, que se encuentra en Britania.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Last Legion
- Año: 2007
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
4.4
60 valoraciones en total
Una auténtica pena que un material tan bueno como el de Valerio Manfredi y su novela La última legión haya contado con una adaptación tan pobre. A pesar de tener un reparto más que decente la historia ha sufrido muchos recortes. Otro aspecto negativo es que se nota que no hay mucho presupuesto, los decorados de cartón piedra llegan a exasperar.
Pero no todo es malo, las actuaciones son convincentes, y la historia discurre de forma entretenida y amena. En definitiva, un peplum asequible y modesto que distrae pero no impacta. Una lástima porque La última legión merecia una producción algo más ambiciosa.
Realmente es dificil criticar esta cosa como se merece porque, gracias a todos sus fallos y disparates, la verdad es que se hace realmente entretenida, aunque solo sea por echarse unas risas a su costa.
Que el viejo filósofo tenga una barba azul que varía de espesor y tonalidad de un plano a otro, es muy cachondo. Que el niñato repelente se aguante la risa en la infinidad de escenas en las que, muy evidentemente, había olvidado el diálogo, es para carcajearse. Que la corona del Cesar lleve la cruz cristiana, cuando no dejan de mencionar dioses paganos, es todo un puntazo. Que la especie de muralla china de Britania tenga trozos de cartón piedra, mezclados con otros de porexpam, es para mearse. Que los britanos malos parezcan los teloneros de Megadeth, es de puro descojone. Que la chati oriental, preciosísima ella, salga de bucear en el rio con la melena seca, es un puro delirio… Y asi, con chistes involuntarios, hasta el infinito y más allá… asi que mejor parar o no acabaría nunca.
La falsedad de los decorados, lo evidente de las cromas, lo ridículo del vestuario, y la pena que provocan las interpretaciones de pesebre viviente, me hicieron recordar la demencial Bloodrayne del maestro Uwe Boll: de hecho, la presencia del acabadísimo Kingsley me hizo dudar muy seriamente de si no se trataba de una segunda parte de aquel esperpento infumable.
En fin: que si fuese una parodia de las pelis de la leyenda artúrica, pues sería brillantísima. Pero como ésa no era ni mucho menos su intención, no pasa de ser una castaña mal hecha y peor acabada, con toneladas de caspa y majaderías a saco, que es mejor no sufrir que tener que olvidar.
Tan recomendable como abrir una tienda de estufas en Uganda.
Yo ya tenía crítica de esta película antes pero en estos últimos días ha sucedido un magno evento por cuya causa no me queda más remedio que deshacer lo escrito y comunicar al mundo las nuevas impresiones que el visionado de este filme nauseabundo ha depositado en mi JASP (joven, aunque sobradamente puteada) sesera.
Y es que lo he visto tres veces, señores y señoras. Y dos de ellas en ¡dos días seguidos!. Increíble ¿eh?. Quién haya llevado a cabo una hazaña como ésta, levante la mano. Si aún no se la ha arrancado con los dientes de pura desesperación, claro. La he visto en el tren, conste, que no soy masoquista. Lo que pasa que el repertorio de deuvedés del Intercity es bastante minimal.
Con la primera vez que la disfruté ya se me desalinearon todos los chakras, pero es que con la segunda y la tercera, he alcanzado un estado de iluminación espiritual sólo comparable a aquellos capaces de aguantar una sesión doble de Solaris (la de Tarkovsky) y 2001, odisea del espacio sin un solo bostezo. Multiplicad por tres el visionado de las terroríficas luchas (terroríficas por cutres y malas, claro), las intervenciones del niño más odiable del mundo, los diálogos de besugos, la violación anal, con premeditación y alevosía, de la leyenda artúrica, los decorados que parecen del teatro de colegio- pero no de E.G.B. como menciona Erizio, sino de preescolar – y las miles de patadas históricas que se propinan durante la película: obtendréis la intensidad y calidad exactas del suplicio.
Como espectadora, considero a esta película totalmente IRRECOMENDABLE. Avisar también a los compañeros roleros o empalmados que pululen por la web, que ¡por favor! no la vean tampoco. Se os van a quitar las ganas de ver películas épicas para el resto de vuestros días.
P.D.: Duele en el alma ver a Ben Kingsley, otrora actor oscarizado y bien considerado haciendo acartonada serie B con una actriz de Bollywood, un secundario de La momia y la copia cutre de Orlando Bloom. Desde luego, no es país para viejos.
Esta memez sin límites intenta hacer pasar por real la leyenda de la espada Excalibur. Sí, hasta aquí todo muy bonito y muy interesante, hasta que te das cuenta de que incluso 300 , Mentiras arriesgadas , Hero y Misión Imposible 2 son visiblemente más creíbles que todo este tinglado, refrito de innumerables películas que año a año se estrenan, y en la que hay espadas, arcos y una infinidad de planos aéreos.
Como el presupuesto no les daba más que para unos efectos especiales calidad Amstrad y unos decoradas de teatrillo de EGB, pues pillaron a una pandilla de actoruchos con parálisis facial permanente, y entre los que encontramos al otrora gran actor Ben Kingsley, hoy en día de truño en truño. También resulta que nuestra pandilla de facinerosos compuesta por la versión cutre del Aragorn, un guaperillas que no hace ni el huevo, un negro enorme (porque en estas pelis, el negro siempre es enorme), un viejales mezcla de Gandalf y Tamariz y que mete unas hostias con el palo que ya querría el Kilik del Soul Calibur, una guerrera (que váyase usted a saber qué pinta en esos tiempos, ¡igualdad de género al poder a pesar de lo inverosímil y ridículo que resulte!), mezcla entre la de El jorobado de Notre Dame y el príncipe de Persia, y que encima es la que más zurra a todos, y un chavalín odioso, rubito y con cara de inocente, son capaces de apalizar a cualquier ejército de bárbaros sin despeinarse sus looks que ni recién salidos del Antonios ni mancharse sus inmaculados ropajes ni sus pulcras carillas, sin necesidad siquiera de una mínima estrategia.
De la fotografía no merece la pena hablar, de la banda sonora, lo único que se puede resaltar es que es el producto de una mezcla entre la de Liberad a Willy y la orquesta de las fiestas de mi pueblo. El guión, si existe, es un corta-pega pasado por drogaína de Braveheart , Troya , Excalibur , ESDLA , Gladiator , El rey Arturo (truño duro), y algunas más que ahora no recuerdo y prefiero no asociar a este productor de vergüenza ajena. La dirección es del todo impersonal, desvergonzado refrito también de las películas anteriormente mencionadas, y con algún plano que parece directamente robado de las originales, como si de un film turco se tratase.
Vamos, un truño tamaño puño no recomendable ni para los que les gusten las pelis de fantasía (porque esto, en teoría, es una visión de cómo habría sido en realidad), ni las épicas con batallas multitudinarias, porque las que hay aquí ya las habrá visto en otras, y con mejores actores, mejores efectos especiales, mejores… todo. Con momentos humorísticos tan simpáticos como una patada en los huevos, este trailer largo es recomendable como analgésico, porque el sufrimiento de tus retinas eclipsará cualquier otro dolor. Con receta especial para el compañero que ha gastado su valioso tiempo en fusilarme todas las críticas, y a otros tantos swl pelotón que ni dan su opinión (ver Full Metal Yakuza ). Resumen en el spoiler.
La peli nos traslada al año 476, en los albores de la Edad Media. Un periodo histórico muy interesante y con poco protagonismo en el cine.
No esperéis lecciones de historia. Tampoco es fundamental pues la inmensa mayoría de obras en este género se pasan el hecho histórico por donde yo me sé, y aún así casi todas están entretenidas.
Pero a lo que iba…¿Qué problema tiene el cine con los godos y en general con todos los pueblos llamados bárbaros?. Supongo que hasta que demuestren que también existían termas gays en Germania nos los ofrecerán siempre tan rudos.
La última legión es mala de cojones, un refrito de Braveheart, Gladiator y El señor de los anillos. Muchos de los actores dan pena y el único con nombre (Ben Kingsley) interpreta al cantante de Camela. Las escenas de acción destilan olor a cartón piedra. Toda la parte en el castillo de Capri es para echarse a temblar, y ojo que es la de más larga duración. Ya en la parte final creo haber visto actores en plano riéndose de la vergüenza ajena que transmitía el discurso a lo William Wallace previo a la batalla. El malvado de la careta es un pringao, y la batalla final es un anticlímax.
No encuentro nada positivo y lo que no entiendo después de todo esto, es que se me ha hecho cortísima. La he visto sin ninguna pausa, así que le pongo un 5. ¿Qué me pasa doctor?