La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 1
Sinopsis de la película
El amor que Edward y Bella sienten el uno por el otro se sella con la celebración de una gran ceremonia organizada por Alice. Durante la luna de miel, los recién casados tienen relaciones sexuales y Bella queda embarazada. El rápido crecimiento del feto, mitad humano mitad vampiro, afecta gravemente a su salud, llevándola al borde de la muerte… Primera parte de la adaptación de Amanecer que supone la cuarta entrega de la saga cinematográfica Crepúsculo, basada en las novelas de Stephenie Meyer.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part 1
- Año: 2011
- Duración: 117
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Opinión de la crítica
Película
4.5
50 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alex Meraz
- Alex Rice
- Ali Faulkner
- Angelo Renai
- Anna Kendrick
- Ashley Greene
- Billy Burke
- Booboo Stewart
- Bronson Pelletier
- Carolina Virguez
- Casey LaBow
- Charlie Bewley
- Chaske Spencer
- Christian Camargo
- Christian Serratos
- Christian Sloan
- Christopher Heyerdahl
- Daniel Cudmore
- Elizabeth Reaser
- Gabriel Carter
- Gil Birmingham
- Ian Harmon
- Jackson Rathbone
- James Pizzinato
- Jamie Campbell Bower
- Julia Jones
- Justin Chon
- Kellan Lutz
- Kimani Ray Smith
- Kiowa Gordon
- Kristen Stewart
- Mackenzie Foy
- Maggie Grace
- Mía Maestro
- Michael Sheen
- Michael Welch
- MyAnna Buring
- Nikki Reed
- Paul Becker
- Peter Facinelli
- Robert Pattinson
- Sarah Clarke
- Sebastião Lemos
- Sienna Joseph
- Stephanie Moseley
- Tanaya Beatty
- Taylor Lautner
- Tinsel Korey
- Tora Hylands
- Ty Olsson
- Tyson Houseman
Diosss y yo que creía que no se podía caer más bajo!
No me he leído los libros, lo intenté con el primero y el segundo pero fue en vano y para leer basura, me leo el reverso de las cajas de cereales en el desayuno o el programa electoral del P… xD
No obstante, sabía de qué iba el asunto y tuve oportunidad de leerme un resumencillo de lo que iba a ocurrir al final. Y decidí que sería divertido ver la cara de los twitards cuando Bella diera a luz… vamos, no hay mal que por bien no venga y si se llevan un trauma, al menos no se reproducirán.
Sigo en el spoiler.
La peli es mala, pero mala, mala eh, no merece la pena ni verla gratis, acompañado de amigos y emborrachándose… no hace ni gracia!
Las actuaciones… bueeeeeeno, tampoco destacan, la mitad de la peli son ensoñaciones e imágenes de Bella paseando por la casita o lavándose los dientes… así que no puedo entrar en este tema porque prácticamente brilla por su ausencia.
La banda sonora, y no creí que fuera a decir esto en la vida, resulta molesta por momentos, no me cuadra!
La película carece de ritmo y se vuelve soporífera. La fotografía no me llamó especialmente la atención y mirad que se podría haber hecho algo mucho mejor.
Además, están todos los mensajes que envía la autora para las adolescentes de hoy en día.
– Ya sabéis chicas, cuando os caséis, si vuestro marido os hace moratones y os dice lo siento, no quería hacerlo vosotras tenéis que decir no pasa nada, soy muy feliz y ocultaros los moratones para que nadie os los vea.
– No importa la edad que tengáis, no importa que vuestra vida esté en riesgo, no importa que vayáis a hacer daño a mucha gente, si os quedáis embarazadas abortar siempre será un pecado y no debéis hacerlo porque es un bebe!!
– Si os pone una niña recién nacida, aunque le saquéis 17 ó 18 años (ignoro cuántos tiene Jacob) está claro que debéis estar juntos, no importa que el resto de la gente lo llamemos PEDERASTÍA, eso es amor!
– Al matrimonio se tiene que llegar virgen eeh, aunque paséis 100 años sin casaros, nada, esperáis, joer! siempre os podréis casar a los 80 como la Duquesa de Alba.
– Esto no sale en la peli pero sí en el libro: Brasil tiene una costa Oeste, aunque la gente os diga que no, Stephenie dice que sí.
Y bueno, seguramente se podrán sacar más enseñanzas pero me da pereza mental analizar la peli.
Así que eso os digo, si os gustan los libros, la peli os gustará porque no se deja nada! (normal porque el libro se puede resumir en una palabra, así que las casi 2 horas resultan excesivas! y eso para contar sólo la mitad!) aunque sí que os aconsejo que leáis otros libros, haceros un favor!
Si pensáis que la historia puede ser interesante, os mola lo gore del parto del libro y queréis ver escenas de acción, no perdáis el tiempo porque no hay nada de eso en esta película.
Ah y otra cosa, Renesmee, en serio??? a quién se le ocurre? sólo por eso le bajo un punto más a la nota final y se queda en un 1!
Lo que resulta innegable es que, sea cual sea el director, llámese Bill Condon o cualquiera de los otros tres anteriores, la estulticia, la mala leche y las ganas de cabrear al personal que tienen los creadores de la saga Crepúsculo no tiene limite. Una cosa es aguantar las patochadas más o menos cursis de la primera parte y otra es el bombardeo constante que desde su excusa ( o mejor dicho páramo) cinematográfica someten a la audiencia más joven con valores rancios, execrables, casi casi de denuncia.
Repasemos, en la primera parte nos introducen la idea de que la aspiración de toda buena niña es conocer al príncipe azul que la rescate y cuando eso suceda prescindir de cosas tan banales como la educaciín y fruslerías similares. Con estas llegamos a la segunda donde claro, hay que decidirse entre dos tipos apasionantes cuyos perfiles encajan entre el pazguato romántico y el chulito de auots choque hormonado. Uno representando el amor puro y el otro el sexo. Total que mejor quedarnos con el paradito que lo otro es muy muy malo. Y con estas pasamos a la tercera donde ya hay ganas d e echar un polvete y tal, pero no, primero hay que casarse, porque salir con vampiros es una cosa pero el sexo prematrimonial es condenarte directamente al infierno. Y con esto llegamos a Amanecer, donde rizando el rizo de lo imposible asistimos al hecho de que haya embarazo despues de un par de polvos mostrados con besitos en la frente, caricias en el hombro y fundido en negro, y la excusa fuera la del adolescente primerizo que alega aquello de no pensaba que esto pudiera suceder. Claro, y los preservativos no se usan que los carga el diablo. Pero vamos, nada comparable al alegato pro vida, o mejor anti aborto, en el que aunque la madre pueda morir da lo mismo, hay que tirar adelante porque el niño, aunque sea un monstruo deforme mata embarazadas, es un vida que no se puede sacrificar. Claro está que al nacer no es ni deforme, ni monstruoso sino que la recompensa al sacrificio es que sea otra princesita majísima ella.
Y esto solo en lo argumental porque en lo c inematográfico lo de siempre, un canto a la nada en lo argumental. Las refriegas estúpidas de siempre entre hombres lobo peluchines y vampiros purpurinosos. Estética de novelucha romántica de aeropuerto y unas interpretaciones a la altura de la trama o sea nefastas, donde dos presuntos actores se dedican a poner cara de irse a operar de cancer de colon mientras se casan o se pasean mirando al vacío en un Río de Janeiro ajustadísimo a la realidad o sea, con gente bailando samba a todas horas en la calle.
Sí, como en el título de una crítica de la última de Harry Potter: me he levantado suicida hoy. Pero es que creo que esta película está siendo usada como cabeza de turco por todos aquellos que, de un modo u otro, necesitan echar pestes de alguna película y de algún grupo social: en este caso de quinceañeras a cuál más pava, escandalosas e histéricas.
Era una cuarta entrega, ¿qué diablos esperaba la gente? ¿Tal vez que Kristen Stewart se convirtiera de repente en una joven Katharine Hepburn? ¿O a lo mejor que Robert Pattinson mutara adquiriendo por arte de magia los dotes interpretativos de Dustin Hoffman?
Puede ser que la gente imaginara que repentinamente una saga romántica de vampiros adolescentes se transformas en Entrevista con el vampiro… o cómo última posibilidad, ¿es posible que todos los que acudieron al cine a ver el estreno esperasen que, de pronto, un terrible virus arrasara el pueblecito rural de Forks convirtiendo a los guapos adolescentes de instituto en un conjunto de vampiros monstruosos sedientos de sangre, del tipo Abierto hasta el amanecer?
Yo no esperaba más. Habiendo leído los libros y habiéndolos disfrutado en cierto modo (porqué no se puede decir que sean obras de la literatura universal precisamente…) he encontrado lo que buscaba (a ratos más y a ratos menos) al visualizar la película.
Es cierto que tiene un ritmo muy lento en algunas escenas, como por ejemplo la de la ceremonia, aunque no era nada que no hubiese sucedido en Eclipse (menudo tostón, por cierto). Aunque hay otras tan rápidas que no dan tiempo a ser asimiladas: véase la escena en la que la manada de lobos tiene una discusión caótica (nada que ver con el libro).
Gran parte del guión se centra, evidentemente, en las frases románticas y cursis, pero es que así es la película: la preparación de la boda, la ceremonia, una luna de miel, el hombre-lobo Jacob que sigue por ahí enamorado y dando la vara…
Las interpretaciones siguen en su línea. Pattinson continúa con sus dos modalidades: la primera, modo depresivo y tan expresivo como sería mi abuelo si aun viviera (yayo te quiero) y la segunda, esa sonrisa forzada e irónica que se desvanece enseguida.
El hombre-lobo resulta igual de plano que en las entregas anteriores. Sigue con esos bíceps, hinchado como un croissant y aunque se haya dejado bajo la nariz una pelusilla que pretende ser barba, parece el mismo niño enfadado.
La única que he visto un poquito diferente es a Kristen Stewart, que en algunos momentos me ha parecido expresiva y todo. La larga escena de la luna de miel en la isla exigía a una Bella feliz, entusiasmada y juguetona, y la joven Stewart ha salido del paso bastante bien.
La infancia sin tuenti no es infancia… pero al menos TENGO un vampiro que me muerde to’ y anuncia cosméticos en el Metadona y tú que me criticas… NO. ¿Quién se casa a los dieciocho años virgen? Al parecer, servidora y la prótesis de cadera de La Duquesa de Alba… Y es que yo veo a mi vampiro en altar con su traje de franela y su sonrisa de hincar to’ er diente y me digo: llevo tres películas y media (y una parodia) para echar un polvo en la luna de miel. ¡Ni que fuera una saga patrocinada por el Opus Dei! Y eso que no sé andar en tacones pero, ay mi maridillo, que lleva virgen 100 años y esperando meter… el anillo.
Mi vida se ha convertido, aparte de un folletín con folleteo, en una parodia de la polémica Ley del Aborto porque a mí nadie me avisó que los vampiros pudieran preñarte y que la vida de casada fuera tan aburrida. Y luego está mi ex y su chupa de cuero y su moto y lo buenorro que está… pero a mí me gustan pálidos y depilados y encima mi ex que no fue ex se tiene que pelear con Los Vivancos del Bosque Negro de Mordor por mí… aunque más que lobos parecen jabalíes hormonados. Que si eres macho alfa, que si hay guerra civil, que si te imprimas con mi colección de muñecas Bratz, que si el Jacob llora-que-llora y le quiere echar el diente a mi Ed. ¡Un coñazo, vamos! ¡Tenía que haber hecho un trío y dejarme de tan tontería!
Todo el mundo quiere que aborte… que si es feto, que si es bebé, que si es feto-feto, que si es aberración… ¡Ni que fuera el hijo de Paquirrín! Aunque yo creo que mi niña es el propio Paquirrín crecidito porque vaya ceporra que está hecha. Y me pongo de gorda y fea… Ah… Dicen que el primer año de matrimonio es el más duro. ¡Ni que lo digas! Yo me casé para
f-o-ll-a-r con mi maromo y no para protagonizar un anuncio de cosméticos y lentillas con cuatro aullidos y un paritorio en la periferia y quedarme muerta del disgusto. ¿O era del aburrimiento?
Independientemente de gustarte más o menos el cine, los vampiros, y de tener o no criterio alguno, esta especie de mutación donde convierten a los vampiros en seres analfabetos y rematadamente estúpidos, es lo mejor que se puede decir sobre este conjunto de despropósitos que únicamente suscitan risas involuntarias.
Personajes más pálidos por dentro que por fuera, diálogos inapetentes y deslavazados y una historia insignificante. Sin sexo, sin sangre, sin cerebro y sin guión, es difícil mantenerse incluso en la superficie.
Ante estas circunstancias al ser humano solo le queda echar mano de algo tan necesario como es el sentido del humor. Y posteriormente gracias a dios… al olvido.