La Reina Blanca (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2013). 10 episodios. Recreación de uno de los momentos más dramáticos y turbulentos en la historia de Inglaterra del siglo XV a través de la perspectiva de tres mujeres diferentes, pero igualmente implacables – Elizabeth Woodville, Margaret Beaufort y Anne Neville – en su búsqueda de poder.
Detalles de la película
- Titulo Original: The White Queen
- Año: 2013
- Duración: 60
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Opinión de la crítica
Película
6.6
62 valoraciones en total
Me declaro fanático de las películas de época, así es que cuando me entere de que saldría esta serie la apunte automáticamente en mi agenda. Mientras esperaba su estreno leí el libro homónimo en el que se basa la serie. Que puedo decirles el ritmo de la puesta en escena es mucho más ágil y atrayente, históricamente me pareció correcta, tanto en los hechos que narra como en la ambientación del periodo (el vestuario y los escenarios son bellísimos). Claro que hubo ciertas licencias pero que se pasan por alto ya que sirven al desarrollo de la historia, como el detalle de que hicieran a Jane Shore amante del hermano de nuestra reina blanca. Algo que si se hizo extrañar fue el estereotipo del malévolo Ricardo III al que Shakespeare nos había acostumbrado. El Ricardo de esta serie no pasa de rey confundido entre el bien y mal, muy tibio para mi gusto, hubiera sido más dramático dotarlo de una dosis de ponzoñoso veneno como si hicieron con su hermano Jorge.
Pues nada, a la espera de otra producción histórica que llene mis expectativas, porque Reign no pinta nada bien.
Nos cuenta la historia de Isabel, esposa del autoproclamado rey Eduardo, en la llamada guerra de las rosas (Inglaterra, siglo XV).
Siguiendo la línea de otras buenas producciones como Los Tudor, los principales valores son una estupenda puesta en escena y un buen trabajo por parte de los actores, representando todas las intrigas palaciegas y luchas de poder propias de la Historia de la Humanidad.
En el caso de La reina blanca, el peso recae sobre la hasta ahora desconocida Rebecca Ferguson, que sin duda gracias a su buen trabajo se abrirá un hueco en la industria. De hecho, ya hemos podido verla en la quinta entrega de Misión imposible, nada menos.
Su personaje, protagonista absoluta, da mucho juego a la actriz, pues tiene momentos dramáticos, románticos y de sufrimiento que le permiten mostrar una buena gama de registros interpretativos.
Los vestuarios y decorados son dignos, aunque respecto a estos últimos los he visto mejores en otras series y películas de época. Eso no quita que no se escatime en caballos, atuendos, castillos y las típicas ostentosas fiestas de la corte.
Al principio de la historia, hay un fuerte componente romántico, pero rápidamente pierde fuerza, cuando, como suele suceder, se descubre que las cosas no son tan bonitas como parecían. Lo que prevalece son las conspiraciones, los chismes de palacio, los matrimonios concertados y las sutiles peleas por estar en el poder, en un contexto de guerra civil en el que la balanza podía cambiar continuamente su endeble equilibrio y donde la envidia campaba a sus anchas.
La banda sonora no es nada del otro mundo. Se escucha y no permanece en la memoria.
Echo en falta alguna batalla más, pues la serie está centrada en el diálogo, lo cual no es que sea malo del todo. Para estar ambientada en una guerra civil, muy poca guerra podemos ver. Al igual que en la española Isabel, siempre están hablando de la guerra, pero realmente tiene muy pocos momentos de acción.
De todas formas, siempre gusta ver una buena serie dramática ambientada en la Edad Media. Pensándolo bien, en el fondo este tipo de series son iguales que los culebrones sudamericanos (en donde lo único que hacen es hablar), con la importante diferencia de que La reina blanca (y similares) están bien hechas.
Por último, y aunque esto no tenga nada que ver con la serie y mi protesta no vaya a tener la más mínima repercusión, tengo que darle un tirón de orejas al equipo de doblaje de la serie. No hay nada que achacar a la vocalización, pero ya podrían tener un poquito más de cuidado y no cometer ese fallo gramatical garrafal tan común de utilizar el verbo haber en plural cuando se refiere a existencia de cosas.
Quiero decir concretamente que las frases no hubieron cargos o han habido testigos están completamente mal dichas y tienen que estar en singular. El doblaje al español de series y películas suele ser intachable, así que deberían tener ojo con estos fallos.
Serie basada en el primer libro de la saga de la incombustible Philippa Gregory The Cousins War , donde The White Queen ocupa su estantería de oro, abriendo la saga con los primeros personajes padres de los siguientes, herederos todos al trono inglés.
La magia de Philippa Gregory y su narración en primera persona está magníficamente plasmada en esta serie, donde si bien no hay una narradora dando la vara cada hora de episodio, sí que está la reina blanca revindicando su lugar en el gran cuadro real. Porque esta serie es como un gran cuadro de Picasso.
Todos luchan por un puesto en el poder, estando ya establecido por Edward IV, el rey interpretado por Max Irons, y gracias al cual supe que otro actor poderoso hijo de actor había nacido para interpretar personajes de corte histórica con tanta cosecha propia como él. Lo mágico de La Reina Blanca es que no copia al libro, sino que cada personaje encabezado por Elizabeth Woodville, es libre de escoger lo que mejor considere, y más tarde asumir las vergüenzas o la gloria de su elección.
Encuentro a Rebecca Ferguson un tanto sobreactuada, pero después de pasar horas y horas bajo los focos seguro que es lo esperable. El resto del reparto es de primero, Con James Frain como aquel hacedor de reyes.
Las otras dos parejas secundarias hacen que resalten aún más la pareja principal de Ferguson e Irons.
George e Isabel, son un claro ememplo de ellos. Matrimonio avocado sin amor a una existencia llena de infedlidades y lleno de impiedad, estos son algunos de los puntos modernos que se pueden dirimir e incluso tratar en esta serie, tan actual como medieval.
El resto del reparto hacen un gran trabajo, pero el de más calidad interpretativa es el de madre de Henry VIII, sin muchas palabras pero gran trabajo.
La banda sonora es envidiable, cercana, soñadora y especial. Los escenarios, fondo y vestuario son inmejorables, y también hábil el estilo narrativo, sin desprenderse de la continua sensación de sensualidad establecia entre Edward y Elizabeth la reina blanca. Serie maravillosa y llena de intrigas mucho más por ver, tiene pocos puntos negativos.