La posesión de Emma Evans
Sinopsis de la película
Harta de un ambiente familiar que considera excesivamente asfixiante y autoritario, Emma Evans, una adolescente problemática e insatisfecha, decide liberarse de esa atmófera opresiva. Para conseguirlo, da rienda suelta a sus deseos más ocultos, sin sospechar que desencadenará oscuras y poderosas fuerzas que no podrá controlar y que traerán el horror y la tragedia al hogar de los Evans.
Detalles de la película
- Titulo Original: La posesión de Emma Evans (Exorcismus)
- Año: 2010
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
Película
4
68 valoraciones en total
En El exorcista Friedkin sabía como jugar sus cartas, y la primera parte del film todas aquellas acciones que empezaban a mostrar la posesión de Regan eran mostradas fuera de plano o, directamente, ni se mostraban. Conociendo lo complicado que puede llegar a ser mostrar ese tipo de situaciones antes de la transformación definitiva del personaje, el norteamericano prescindía de rodarlas y el espectador sólo las conocía mediante diálogos. Con La posesión de Emma Evans , el espectador se las come todas, de la primera a la última, y es que su director en una intentona por ofrecer algo de dinamismo a su cinta, lo único que hace es rociar el relato con momentos totalmente ridículos o del todo sobrantes, logrando que el respetable desconecte mucho antes de que Carballo encauce la parte del film que, se supone, debiera tener interés.
Ese interés, por otro lado, se reduce a un giro tan nimio y ridículo como todo lo mostrado anteriormente, y a un tramo final donde peor no se podía manejar un guión que intenta tocar todos los palos de la baraja acercándose de modo burdo a las formas más dramáticas a las que podría llegar la cinta, y para colmo termina convirtiéndose en algo totalmente cómico, en la que cada momento diseñado para rizar el rizo y dar un poco de enjudia al relato, se cae por lo esperpénticos que pueden llegar a ser los mismos.
Hay que reconocerle, sin embargo, que donde la mayoría de trabajos del panorama español tienen un gran problema, La posesión de Emma Evans lo sortea sin demasiada dificultad. En primer lugar, la dicción de sus actores deja de ser un handicap al estar rodada en inglés, y en segundo lugar, pocos intérpretes llegan a desentonar (aunque también cabe indicar que debe ser realmente difícil cuando un rol está tan poco trabajado y tan desdibujado).
Por desgracia, entre sus diálogos de vergüenza ajena, una atmósfera que no se alcanza ni por asomo, y un clímax final sencillamente penoso, todo lo demás queda reducido a puro cliché, siendo pasto de un espectador que, si encuentra algo positivo en otro de esos ejercicios patrios por acercarse al cine de género, será de pura casualidad, y poco más.
Merece la pena hacer un western después de Sin Perdón?? Hacer una de alcohólicos después de Días sin Huella?? Hacer una serie policíaca después de The Wire?? Se puede intentar, por supuesto, sabiendo que superar el listón es imposible pero por lo menos aportando algo nuevo al género. En este caso, la sombra de El Exorcista es demasiado alargada ya que, al tratarse de un subgénero, el margen de mejora es demasiado reducido. Después de la obra maestra de William Fredkin, un aluvión de historias sobre exorcismos y posesiones inundaron las carteleras durante años. En los últimos años vuelve a estar de moda el tema y de nuevo tenemos Emily Rose, Connecticut y continuaciones de El Exorcista como protagonistas en los cines de medio mundo. No hay ninguna que debata sobre el origen del mal, su lucha contra el bien o las teorías religiosas sobre su existencia. A cambio tenemos sangre, vísceras y sustos que harían sonrojar al torpe villano de la saga Scream.
El film que nos ocupa nace con muy buenas intenciones. Mostrar la misma historia de siempre con un punto de vista diferente y con unas consecuencias diferentes. No lo consigue pero se agradece el intento. El principal problema es que a Filmax ya se le ve el plumero. Ha encontrado el filón del género de terror y no parece tener la más mínima intención de variar el rumbo. Ya podemos hablar, sin equivocarnos, de films made in Filmax. Con características que la diferencian del resto de productoras españolas. La ya citada apuesta por el terror, la sangre por doquier, realización lo más americanizada posible y productos que puedan ser fácilmente exportables al resto de cinematografías (De ahí el idioma de la cinta, el inglés).
El problema es que no basta con poner interpretes ingleses para que haya buenas actuaciones. Estos deben ser decentes profesionales y saber que si una niña levita 2 metros sobre el suelo es importante, y no parecer que estás pensando que llueve y tienes la ropa tendida. Ninguno de los actores parece implicado en la historia con especial mención para Richard Felix (el padre de la criatura), que no va a ganar el Razzie porque no es más famoso que el detergente Lagarto. Los personajes son meros estereotipos y enervan hasta tal punto que deseas que alguno de ellos sea la siguiente víctima del demonio-niña. El guión intenta, con bruscos giros, animar la historia con sobresaltos y muertes sorpresa, pero nada resulta con una trama tan manoseada. Particularmente, tengo debilidad por los planos fijos y he contado los que hay aquí: 2. En toda la película hay 2 planos fijos y 100 minutos de mareantes encuadres con movimiento, reencuadres sobre la marcha y abrir-cerrar campo (zoom). Sí lo que pretendía Carballo era de dotar de agilidad a la dirección lo que consigue es que te preguntes si no se podían haber gastado un poco menos en sangre y comprar un trípode.
Sigo en spoiler sin ser spoiler
Una pena… El tal Carballo se pira a Inglaterra para contarnos una historia más que vista interpretada como una auténtica bazofia y rodada con constantes moderneces que se hace cansina, insulsa y torpemente aburridísima, lo cual, en una muestra de cine dogma todavía tendría su pase pedante, pero en una peli de terror…
Llega un momento en el que lo que pasa en la pantalla te la suda tantísimo que ni el giro argumental final, cutre y tontísimo, logra desprender a uno del sopor y las ganas de que lleguen los créditos, mención aparte…
Lo mejor: Que se acaba.
Lo peor: Todo. La prota es tan pánfila, tan boba, tan niñata que ni poseida tiene puntito. El resto de actores, de mercadillo. Los efectos especiales , de especial, nada de nada.
Vamos, que es un coñazo de padre y muy señor nuestro.
Una cinta que sorprende bastante al saber que es de dirección española, ya que no lo parece y al ver a la pequeña de resident evil tan crecidita.
Tanto las actuaciones, la historia que acaba contando tan original, los personajes bien elegidos y las situaciones están muy bien buscadas.
Aporta realismo a una historia que se ha contado muchísimas veces.
Pienso que está duramente juzgada por no tener ni efectos especiales ni actores mas allá de los que presenta. Pero para gustos lo colores.
Lo mejor: La sorpresa que me he llevado. No esperaba una cinta buena en ningún aspecto, comencé a verla por la temática, pero me ha acabado convenciendo.
Lo peor: Lo poco valorada que ha sido aun estando bien.
Mejor escena: En la cocina y la interrupción.
Tomarse este filme en serio es como salir a la calle en pelotas con una temperatura de veinticinco grados bajo cero: poco aconsejable. Efectivamente, La posesión de Emma Evans no posee nada que no se haya visto ya. Se trata de un simple ejercicio a mayor gloria de no sé muy bien quién, en el que el guión se retuerce hasta límites insospechados y en el que la dirección se convierte en un ejercicio de funambulismo mal llevado y peor consumado. Las interpretaciones rozan el ridículo y las situaciones se suceden una detrás de otra de manera vergonzante para el espectador.
Quiero decir: esta película no merece ser tomada en serio, y no es que lo diga yo, sino que es ella misma la que nos lo está pidiendo a gritos. Cada línea de diálogo, cada uno de los fotogramas que componen este filme, son una prueba irrefutable de esta tesis que defiendo. Nadie habría de tomarse esta recreación en serio, es simplemente eso, un divertimento en el que sus autores han gastado un par de tardes y se han echado una risas viendo los resultados. No le exijáis nada y simplemente reíos un poquillo. Veréis como salís de la sala hasta satisfechos.
¿Y de qué va esta cosa? Pues leyendo el título probablemente ya saquéis unas conclusiones bastantes cercanas a la realidad: La Posesión de Emma Evans (Exorcismus en inglés, oh yeah). Pues eso, un exorcismo de estos de toda la vida, ¿no? ¿Nos enmarcamos, pues, dentro del género de terror, bajo la especificación del subgénero de exorcismos? Bueno, esa quizás sería la idea si esta película fuera seria. Pero no lo es. Así que, cambiad la palabra terror por parodia, y la palabra película por telefilme. Bien, ya estamos mucho mejor ubicados.
La historia se centra, como suele ser habitual en estos casos, en una chica joven que es poseída por el diablo. Porque esa es otra, aquí no se trata de un demonio de segunda o tercera fila, sino que es el mismísimo diablo el que toma posesión del cuerpo de la adolescente. Pues muy bien, pero con toda esta retahíla de sinsentidos, ¿de verdad que los responsables de la cinta quieren que nos la tomemos en serio? Seguro que no.
El caso es que si pretendían acercarse a la célebre obra de Friedkin El Exorcista no han estado muy finos. El guión, insisto, es de pura parodia. Al margen de la torpeza narrativa que supone el hecho de que todo (y cuando digo todo, es que es todo) esté contado a través de flashbacks innecesarios y repetitivos, nos encontramos con unos giros de guión tan absurdos y peregrinos que provocan una constante sensación de dispersión en el espectador.