La mujer que hablaba con los muertos
Sinopsis de la película
Cuando Elena Castaño era una niña, tenía un don: era capaz de comunicarse con los espíritus de los muertos… pero esa capacidad desapareció al crecer. Ahora, Elena y su hermana Úrsula viven de las rentas del pasado, organizando falsas sesiones de espiritismo en las que embaucan a los incautos. Elena, harta de esa vida, ha decidido que esta noche celebrará su última sesión. Todo está dispuesto, solo que hay un invitado de más… un invitado al que nadie esperaba.
Detalles de la película
- Titulo Original: La mujer que hablaba con los muertos
- Año: 2014
- Duración:
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Opinión de la crítica
Película
3.3
23 valoraciones en total
Lo dicho una basura sin sentido, roza lo ridículo, película de muy super bajo presupuesto,y lo de los actores es tremendo, malos y malas actrices, termine de verla y aún no sé porqué. Me atrevería a decir que pertenece al género….. A ver…. Síii….. Es basura.
La película es una chuminada, vamos, una mezcla de terror y comedia patrios que roza el mal gusto por momentos. Lo que no quita para que los empeños de director, guionista y reparto no merezcan al menos un visionado. Clara burlilla a Iker y sus milenios, por ahí me ha ganado. Pero sobre todo, a destacar, y mucho, la TREMENDA Alba Messa, la versión cañón de Manuela Velasco, y la única que entendió, o eso parece, las intenciones de la peli.
Lo dicho, interesante y divertida. Y ya es bastante…
Una Alba Messa especializada ya en este tipo de producciones pseudoindependeintes de bajo presupuesto, y una Ruxandra Oancea a ratos aceptable y otros lamentable, componen la pareja protagonista de una película mala que no sabe a qué público dirigirse. Los chispazos cómicos de algunas partes son eso, chispazos, y la película se toma demasiado en serio como para valorarla mejor. Se hace aburrida, tediosa y larga, pero sobre todo falla a la hora de no posicionarse en el género.
No merece la pena.
Me da a mi que esta La mujer que hablaba con los muertos es una rara avis dentro del panorama cinematográfico español. Lejos de subvenciones públicas y de ese género que, por mucho que se empeñen, no es reconocible como tal, el de comedia española que otrora se denominaba españolada, y con connotaciones socio políticas alejadas de toda intención lúdica, esta La mujer que hablaba con los muertos más bien tira por los derroteros del terror español que tantos títulos (de calidad variable) dio allá por las décadas de los 60 y 70 antes de desaparecer casi de la noche a la mañana.
Pero no es la única tradición que atesora en sus entrañas la niña de César del Álamo, ya que casi se podría calificar la película como cine de guerrila por la capacidad que tienen sus responsables de exprimir hasta el último céntimo de euro conseguido, como viene siendo normal de una época a esta parte (y con según que géneros) a base de crowdfunding. Vamos, lo que viene a ser estirar el sueldo hasta que llegue fin de mes (bonita tradición española que, esta sí me temo, pasará de padres a hijos) pero en versión celuloide.
El cóctel, puede parecer amargo al principio. Una película española, de terror, hecha con poco dinero y por un equipo prácticamente desconocido. No es dese luego algo que pueda llevar en masa a los espectadores a las salas de cine, al menos los que se fijan en los FX y la hemoglobina para tachar a una película de obra maestra o truño, según se tercie. Pero la verdad, esos espectadores que engullen metros de celuloide como si fueran palomitas, sin saborearlo y sólo para matar el gusanillo, harían mejor en no opinar de buena cocina si sólo comen de microondas.
En esta película no hay demasiada profusión de FX ni de sangre, pero si a su debido tiempo y tampoco para estragar al respetable. Cumplen su función, la misma para lo que en realidad se suponen que están, no para ser la historia si no para ayudar a contarla, al igual que el sonido, los actores o las localizaciones.
Y es precisamente en este justeza de medios, en donde La mujer que hablaba con los muertos se reivindica como buque insignia de ese cine de pequeña factura (pero no a la fuerza de pequeño recuerdo) que cree en si mismo, que no quiere aparentar más de lo que es y que lo único que busca es contar una buena historia con la que entretener. Pero aún dentro de sus límites, sabe donde cargar las tintas. César del Álamo, consciente como lo suelen ser pocos autores que cuanto antes enganches al público, mejor, ya empieza a contar la historia misma desde los mismos títulos de crédito. Y después continúa con una historia bien hilada que en seguida te mete en situación y de la que quieres saber más, aún cuando se las ingenia para dejando las espadas en lo más alto y relajar la tensión con un vistazo al pasado para enseguida volver a sacudir al espectador con nuevas descarga de emoción.
No es una película de sustos tradicional, si no que más bien el miedo lo consigue a través de la destilación lenta de la historia de un puñado de personajes que se reúnen en una casa para una sesión de espiritismo y que poco a poco van descubriendo una trama, solida, bien argumentada y escrita. Creíble gracias a la elección de un grupo de actores poco conocidos pero con mucha química y muy creíbles en sus acciones.
Sin embargo, la película no es perfecta, ni mucho menos. Pocas, muy pocas lo son y está no entra dentro de esa categoría. A pesar que parte de un guión muy trabajado y con unos giros de humor negro que triunfan el primer tercio de la cinta y que sirven como vehículo introductorio a la parte central, hay ciertos partes que, a mi juicio, hubieran quedado mejor de otro modo, más eso no hace que la película se pierda irremisiblemente, si no que pasan por alto por que cuando aparecen, uno ya está tan enganchado a la historia que sólo quiere saber como termina.
Una historia que además muy natural. De hecho, parece que César haya plantado la cámara y dejado a la historia nacer, crecer y morir delante de nuestros propios ojos, por la naturalidad de los actores, las reacciones de sus personajes y los diálogos. No sé si este César será uno de esos director de actores, pero desde luego, si no lo es, lo disimula muy bien.
En pocas palabras más una película muy recomendable para los amantes del género, sobre todo los del thriller y que, espero, que junto con otras sea la punta de lanza del renacer del fantaterror español.
Ganas no le faltan, desde luego.