La morada del miedo
Sinopsis de la película
Basada en un suceso real. El 14 de noviembre de 1974 en Long Island, Nueva York, la policía recibió una escalofriante llamada telefónica que les condujo a una espantosa escena de un crimen en una residencia en Amityville. Una familia había sido asesinada en sus propias camas. En los siguientes días, Ronald Defeo confesó que él mismo había disparado a sus padres mientras dormían, culpando a unas voces que le decían que debía matarlos. Un año después, George y Kathy Lutz y sus tres hijos se mudan a la misma casa, creyendo que se trata del hogar de sus sueños. Pero poco después de haberse mudado, extrañas situaciones empiezan a suceder, mientras George comienza a ser atormentado por las voces que existen en la casa…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Amityville Horror aka
- Año: 2005
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
5.2
27 valoraciones en total
No quería escribir nada sobre La morada del miedo sin haber revisado The Amityville Horror de 1979. La original no da mucho miedo, opta más por la psicología y los fluidos. Como muchas películas antiguas de terror provoca más la risa que el susto.
El remake o la nueva adaptación del libro basado en hechos reales tampoco produce mucho terror, se encamina hacia el susto fácil y efectista, el terror edulcorado y resultón con efectos digitales.
Y eso que la historia real da miedo, al menos si te la cuentan en un programa de radio de madrugada con voces y musiquita gótica de fondo. Un asesinato múltiple con culpable pero con un móvil no esclarecido para muchos. ¿Locura, mentira o realidad? Una historia que es leyenda, sobre todo en EEUU donde despierta mucho interés, millones de libros vendidos y número uno en el box office en su semana de estreno. Desde luego más de uno se pensaría pasar una noche en esa casa y ver qué ocurre a las 03:15 de la madrugada.
La morada del miedo no me parece tan detestable como otras producciones similares, se deja ver aunque tenga momentos lamentables y sea todo tan tópico y predecible. Si a alguien le interesa la historia que se documente por otras vías y tome las dos películas como simples anécdotas.
La morada del miedo debe ser una de las cintas de terror más auto explícitas de los últimos años. En parte ésto puede justificarse dada la obra original de los 70, pero de una forma u otra el espectador asiste para ver algo que medianamente sea tomado con sobriedad. No hay tal sobriedad en esta peli.
En los diez minutos iniciales, uno se entera de todo: los fantasmitas aparecen sin suspenso previo y ya la historia está decantada, no hay vuelta de tuerca alguna y la linealidad de la trama es apabullante. Que las escenas de terror puro y duro florezcan tan pronto hace que el espectador estalle prontamente…y se acostumbre prontamente. Toda la historia se maneja desde el tópico, desde el eje argumental hasta los recursos narrativos, con una excesiva utilización de los sueños premonitorios con estética videoclipera.
Y sigo, que hay más material: existen dos sub historias en la peli completamente gratuitas, la de la niñera y la del cura. La niñera solo tiene razón de ser en tanto que una sexy teenager se pasea por la casa bastardeando a los pibes, mientras que la sub trama del cura busca plagiar de modo caricaturezco a El Exorcista, con una interpretación ultra patética del cura de turno.
¿Más? Un uso pésimo de la cámara subjetiva: la secuencia en la que el prota es tomado por esas manos fantasmales en la bañadera y rescatado por su mujer, que no logra ver el factor sobrenatural porque al parecer sólo él podía verlo. Sin embargo la cámara toma su espalda, cámara objetiva, y ésta aparece bañada en sangre.
Más, más, que estoy masoca hoy: el ritmo es super atropellado de imagen en imagen, de secuencia en secuencia. Una ansiedad innecesaria para una peli que pudo narrarse a otro pulso dramático.
¿Necesitaba ser expuesto todo de forma tan alevosamente grotesca? En fin…
Aun hoy Amityville es acosada por los continuos brotes de curiosos turistas. Y no es para menos. La leyenda que cae sobre tal propiedad consta de dos partes, la primera, en la que la familia deFeo al completo fue brutalmente asesinada durante una noche del 1974 por Ronald, hijo mayor de éstos. El chico durante el posterior juicio aseguró haber sido poseído por un ente sobrenatural quien tomó control sobre su persona atribuyéndole sólo a éste los terribles actos homicidas. Meses más tardes, entra en juego la segunda parte de la leyenda. La familia Lutz compró la propiedad a muy bajo precio en la que tan sólo fueron capaces de aguantar 28 días. Estos, aseguraron sufrir en ella distintos episodios poltergeists. Incluso al cabeza de familia, le fue cambiando el carácter hasta tal punto de asegurar que la misma presencia dominante que controló al joven homicida tiempo atrás, se estaba apoderando poco a poco de él.
Sobre los suceso que acontecieron en Amityville se han realizado libros y varias películas. Los films más representativos podrían ser The Amityville Horror (1974), y la producida en 2005 bajo el mismo título, aunque traducida a La morada del miedo en nuestro país. Y es una auténtica lástima, ya que ninguna de las dos están a la altura que requiere el suceso. Uno de los casos más conocidos de casas encantadas queda para la posteridad representado en cine de manera muy pobre. Incluso los antiguos programas norteamericanos del tipo Misterios sin resolver te narraban hechos con reconstrucciones con mucho más acierto.
El film que hoy aquí nos ocupa no es ni por asomo una gran película. Es más, diría que se hace pelín aburrida. El pasable que le coloco es únicamente por el interés, el morbo y la curiosidad que despierta en mi todo este tinglado. Que si no fuese por eso iría de cabeza al paredón.
Ya no hablo del tedio que produce el aburrimiento, que no es el caso. Hablo del tedio de contemplar, vez tras otra, como reciclan ideas para realizar un corta-pega de lo más chapucero y vendérnoslo como una historia de terror de la que se pueda sacar algo en claro, algo de interés.
De todos modos, con Michael Bay tras todo el meollo y un tal Andrew Douglas que nadie sabe como ha terminado ahí tras las cámaras, no cabía esperar demasiado, a lo sumo que la tal Melissa George (que parece tener de actriz lo que yo de butanero) te alegrase la vista y que Reynolds… esto… Reynoooldddsss… mmmmmh… mejor que no apareciese demasiado en pantalla, eh.
Por lo demás, todo queda en un batiburrillo de escenas sin tensión alguna, donde el misterio se diluye en un montón de estúpidos y pueriles tópicos y el desarrollo se rompe en pro de un esquema tan desgastado como cansino (familia feliz llega a casa, se dan ciertos acontecimientos, alguien investiga por su cuenta, fin del rollo patatero).
Lo de los críos es ya un caso a parte, porque al tal Jesse James me lo ventilaría yo en el minuto cinco: Sin necesidad de hachas, demencia o cualquier otra soplaguindez con la que impregnen el guión. Eso sí, menuda forma la del Reynolds de fingir demencia… que lo de poner cara de chungote ya está muy visto, ¡atontao! Lo que si sería demencial es que el tipejo en cuestión cobrase algo por tomarles el pelo a sus compañeros de reparto como aquí hizo.
El único horror tangible en esta cosa, es ver como los críticos no supieron ponerse de acuerdo en lapidar una calandraca de tamañas dimensiones, y es que llegar a leer que esta cosa es elegante o tiene atmósfera, es lo terrorífico de verdad. Pero terrorífico, terrorífico. Para cagarse por la pata abajo, vamos.
El terror es uno de los géneros más sobreexplotados en la industria del cine. Cada año nos encontramos con un aluvión de películas con el objetivo de hacernos pasar miedo. Por desgracia, también es uno de los géneros más estropeados por el paso de los años. Lejos quedan aquellos años de El exorcista , Alien o Pesadilla en Elm Street , verdaderos referentes en el cine. Ahora, lo verdaderamente extraño es encontrarse con una película de miedo original y con un argumento novedoso.
La morada del miedo no es precisamente novedosa, ni por ambientación, argumento o sustos. Se basa directamente en el estereotipo de película de terror básica, con una casa abandonada, una maldición, y una inocente familia que se aloja en el hogar sin saber nada de su pasado.
Entonces… ¿que la diferencia de la mayoría de películas de miedo actuales? Que mantiene un buen ritmo de inicio a fin. Los sustos, aunque previsibles, son originales, y tiene un ligero hilo argumental que mantiene el interés del espectador.
Por esa razón, es una buena apuesta para pasar un mal rato frente a la pantalla. Nadie pensará que ha visto un peliculón, y seguramente con el paso del tiempo no conservará ninguna imagen en su memoria, pero logra entretener al espectador, y eso es un gran logro hoy por hoy.