La mentira de Lance Armstrong
Sinopsis de la película
El realizador Alex Gibney consiguió el permiso para realizar un documental con motivo del regreso a la competición de Lance Armstrong en 2009, para ganar el que sería su octavo Tour de Francia. Allí se encontró compitiendo contra su propio compañero de equipo, Alberto Contador, la sombra del dopaje que negaba, y las declaraciones de antiguos compañeros que lo acusaban. Cuatro años después se destapaba todo. El documental arranca en 2013, después de que a Armstrong le retiraran sus 7 títulos de campeón del Tour de Francia, y ofrece una fascinante mirada íntima al mayor engaño de la historia del deporte.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Armstrong Lie
- Año: 2013
- Duración: 122
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Opinión de la crítica
7.2
37 valoraciones en total
Lance, es el mejor tramposo de entre todos los tramposos. Pero lo que hace el de al lado, no justifica tus malos actos.
Tenía fama, dinero y gracias a sus triunfos, ayudaba a enfermos de cáncer a través de su asociación. Con la verdad por delante, esa fama se convirtió en odio y el dinero en reclamaciones judiciales. Mucho peor fue aquella gente a la que hizo feliz y acabó decepcionando.
¿Era mejor la mentira bonita, o la fea verdad? Por supuesto, era mejor la mentira bonita. Pero las mentiras acaban saliendo a la luz, y acaban siendo eso mismo, verdades feas.
Este gran documental, enseña el lado más oscuro de este malogrado ciclista y muchos de sus cómplices. Imprescindible para las personas aficionadas al ciclismo o a Lance Armstrong.
Interesante documental en torno a la polémica figura del ciclista Lance Armstrong, desposeído por dopaje de los 7 Tours de Francia que ganó.
El caso Armstrong tuvo unas peculiaridades únicas, porque sus triunfos en la carrera por etapas más prestigiosa del mundo, vinieron después de superar un cáncer. Admirado en todo el mundo como un ejemplo de superación, pudo construir un poderoso imperio económico, con una capacidad de influencia nunca vista antes en el mundo del ciclismo.
Su mediática fundación daba apoyo a las víctimas del cáncer. Por ello, resultaba incómodo cuestionar sus triunfos en la carretera, a pesar de que existieron serias sospechas de dopaje desde 1999, el año que ganó su primer Tour.
El autor del documental, quien en principio concibió su trabajo como una especie de homenaje, acabó modificando radicalmente su planteamiento y confesaba: Todos preferíamos la hermosa mentira a la horrible verdad.
El documental es dinámico y directo. Hace una disección completa de la trayectoria de Armstrong y ofrece algunos elementos especialmente interesantes para la reflexión:
1-El poder del dinero.
Cuando se establece un imperio económico, muchas personas sacan tajada. Y por ello, hay toda una red empresarial dispuesta a proteger la fuente de sus ingresos, evitando el más mínimo desprestigio de su líder.
2-Gran comunicador.
Armstrong era un gran actor en las entrevistas. Su determinación, su seguridad en las respuestas, esa mirada desafiante…costaba creer que estuviese mintiendo.
3-La ley del silencio.
En el mundo del ciclismo había una ley no escrita. Nadie podía denunciar las prácticas de dopaje si no querías convertirte en un apestado, como le sucedió a Filippo Simeoni. El dopaje era una práctica extendida que podías aceptar o rechazar, pero nunca hablar de ello.
4-El papel del médico.
El dopaje es obra de médicos especialistas en el rendimiento del deportista. Su éxito depende de adelantarse al sistema antidopaje, a ser posible con informantes infiltrados en sus laboratorios, para que sus trampas nunca sean detectadas. Se puede así alcanzar un 10% de aumento de rendimiento. Entre grandes deportistas es la diferencia entre ganar y perder.
5-Amistades traicionadas.
La ley del silencio fue cayendo como un castillo de naipes. Algunos hablaron por ética, otros porque su lealtad fue traicionada, otros por envidia, otros porque ya era inútil ocultar el fraude. Los testimonios de Frankie Andreu y su mujer Betsy, o de George Hincapie son de gran interés. No hay que olvidar que el dopaje no se reduce al líder del equipo.
6-El gran error.
El regreso al Tour de Francia en 2009 fue un grave error. Quizá Lance Armstrong, con su imperio intacto, se creía capaz de todo. La narración del Tour de 2009 es espléndida, como una película de suspense.
Opino que el dopaje en el deporte profesional es condición indispensable para el triunfo. Cuando detrás del rendimiento de un deportista hay cantidades obscenas de dinero en juego, no es aceptable tener un mal día, más bien no es posible.
El atleta de élite cuenta con los mejores técnicos que diseñan los mejores planes de entrenamiento, los más adecuados regímenes alimenticios y de vida… y, por supuesto, los más eficaces programas de dopaje. Tras todo ello, lo que marca la diferencia entre el ganador y los demás es el talento, las condiciones naturales del individuo, la suerte o una mezcla de todo ello.
Por tanto, no cabe duda de que Armstrong fue un grandísimo ciclista, no es posible ganar siete tours sin ser un impresionante deportista. El dopaje te aporta ese 10% de rendimiento extra que marca la diferencia en los momentos clave, pero el otro 90% lo ha de poner el atleta, a base de años de entrenamiento y privaciones.
Pero lo cierto es que se dopaba… La cuestión es, si todos lo hacen, ¿tiene importancia? Para mí sí. Para mí significa que ya está bien de proclamar los valores del deporte como modélicos, que ya está bien de poner a los deportistas de élite como ejemplos a seguir por el común de los mortales. Ya está bien, en definitiva, de inclinarnos ante el deporte como si de la nueva verdad revelada se tratara. Es un negocio putrefacto más, donde el que más tiene más se lleva.
Y todo ello viene muy a cuento de la situación en España a éste respecto. El deporte es ley aquí. Se utiliza para arrastrar masas y a los deportistas de primer nivel se les otorga la categoría de dioses. Al menos en EEUU no tienen miedo de derribar a un mito (fue la propia USADA la que puso contra las cuerdas al campeón). Incluso el propio Armstrong confesó, cuando no tenía otra salida, cierto es. Casi igual que Contador, negando hasta el fin lo de su positivo, o como cuando se llegó a insinuar en Francia que Nadal iba dopado (el pelele de Zapatero escribió un artículo en el Marca en defensa del tenista). Y ya de Induráin ni hablamos: ¿ganaría el navarro sus cinco tours limpio, en pleno boom de la EPO? Lo dejo ahí.
Que nos gusta el deporte (cualquier deporte) y decidimos seguir a sus estrellas y creernos el negocio, pues adelante, somos libres de hacerlo. Sería interesante, eso sí, que fuéramos conscientes de que nos están tomando el pelo.
Acabo de terminar de ver los dos documentales más conocidos sobre el escándalo que envolvió el dopaje de Lance Armstrong: Stop at Nothing: The Lance Armstrong Story’ y ‘The Armstrong Lie’. Aquí va mi valoración de los dos documentales y mi elección.
Para mi gusto ‘Stop at nothing’ se centra demasiado en mostrar el monstruo que fue Lance Armstrong, su espíritu competitivo desmesurado, sus pocos escrúpulos, sus mentiras compulsivas, sus ansias por pasar a la historia como el mejor…, intenta además lavar la imagen de Frankie Andreu y Betsy Andreu, que como bien dicen en el documental vivieron un infierno durante 10 años. Realmente terminas el documental odiando a Armstrong y pensando en qué momento se le fue de las manos. Pero ahí está el problema, creo que no sabe profundizar en el problema, en la corrupción de los altos estamento de ciclismo y de la administración de EEUU, algo que si hace y de forma mucho más coherente ‘The Armstrong Lie’. ‘Stop at nothing’ busca más el entrenamiento palomitero, que cada 5 minutos digas ‘madre mía que hdp!’, ‘pero como puede mentir así’, y un largo etcétera de exabruptos.
Por el contrario ‘The Armstrong Lie’ me parece un documental más robusto, más documentado y menos tendencioso, aunque también deja espacio para el sensacionalismo. Además, muestra de forma mucho más ordenada los hechos y los implicados, mostrando que el dopaje era, si algún día dejó de serlo, un mal endémico del ciclismo. Como bien se dice en el documental, no ganaba el mejor, sino quien tenía al mejor médico, y Armstrong lo tenía.
Así pues, de recomendar uno de los dos documentales me quedo sin duda con ‘The Armstrong Lie’ tiene más empaque y la historia está mejor contada, si por el contrario tenéis un mal día y os apetece poner a parir a alguien, decantaos por ‘Stop at nothing’.
Cada mitad de año, entre mayo y septiembre sintonizo las tres grandes vueltas ciclísticas: Giro de Italia, Tour de Francia y la Vuelta a España para ver todo tipo de ciclistas: escaladores, embaladores o sprinters, contrarrelojistas, clasicómanos y mixtos. Vemos todos los ciclistas que luchan para obtener su lugar y sabemos que las tres son jodidas y se requiere consistencia, perseverancia, preparación y mucha suerte (aunque no lo crean).
Últimamente me he familiarizado con el ciclismo que es un deporte desgastante ya que debe requerir mucho esfuerzo y aguante para ganar etapas ya sea protour, grandes vueltas y postours.
El protagonista que ha dado mucho de que hablar es el estadounidense Lance Amstrong que ganó fraudulentamente los siete tours de Francia consecutivos (entre 1999 y 2005) y poco le dedico a las demás grandes vueltas. Ha intentado dominar otros deportes como la natación pero lo suyo era el ciclismo.
Ha padecido muchas dificultades como la aparición del cáncer de los testículos que se sometió de una a las cirugías y a la quimioterapia para curarse puntualmente. Y así cosechó éxitos en el tour de France.
Sin embargo, ha tenido complejo de persecución ya que no iba a los centros de control antidopaje y ha hecho lo imposible para ocultarlo gracias a la ley de silencio que pactaron asus gregarios del equipo que lideraba (Motorola y US Postal Discovery Channel Team) y el médico tratante Michel Ferrari, excepto a los periodistas y algunos colegas del ciclismo que tuvieron encontronazos. Y así los periodistas no descansaron hasta buscar la verdad que salía a flote: que Lance Amstrong se había dopado con EPO, transfusiones de sangre, estereoides (cortisona y testosterona) con la disculpa de optimizar su rendimiento, cosa que lo desmentía una y otra vez. Posteriormente, el caso fue llevado en los estrados judiciales y a la agencia de antidopaje gringa USADA, por lo que finalmente fue acusado por organizar el siniestro sistema del doping en el que él, sus gregarios y su equipo estuvieron involucrados: A finales del 2012 la USADA y la UCI le comunicaron la anulación de los siete títulos que ganó tramposamente del tour, debe devolver los premios ganados incluyendo medallas olímpicas que participó en la década de los noventa y la abstención de participar en carreras ciclísticas de por vida.
A Amstrong le tocó asumir con resignación la decisión y asumir las consecuencias que le generó por deshonesto, así como lo confirmo en la entrevista hecho por Oprah Winfrey en el que hace su acto de contrición. No obstante, debe seguir pagando con creces sus malas decisiones y recuperar su credibilidad ya que aún sigue en el suelo y tanto él como su equipo donde estuvo vinculado cuando ganó el tour seguirán sacando los trapitos al sol aunque sus verdades lo dice a medias y los medios también.
Por lo tanto, la mentira de Lance Amstrong es un buen documental en la que refleja como un ídolo de barro del ciclismo hizo lo posible por mantener la cima ganando el tour de Francia haciendo trampa y que se le olvidó que el doping es el mal camino que le conlleva al fin de su carrera profesional incluso su vida que le puede generar una factura de cobro (léase enfermedades incurables y muerte). Cría fama y échate a dormir.