La leyenda de Sarila
Sinopsis de la película
Una tribu de esquimales de la tundra ártica se ve amenazada por la desaparición de la caza. Croolik, el anciano chamán de la tribu, es incapaz de resolver el problema. Día tras día, los cazadores regresan con las manos vacías. La anciana mujer del chamán recuerda La leyenda de Sarila , una tierra sagrada donde hay caza en abundancia, pero a la que sólo pueden acceder los elegidos por los dioses. El chamán se siente amenazado por Markussi, un chico del clan que ha empezado a desarrollar poderes mágicos. Con la intención de acabar con su vida, lo elige a él y a sus dos amigos para la peligrosa aventura. Para salvar a sus amigos y llegar a Sarila, Markussi deberá aprender a usar sus poderes y a aceptar la responsabilidad que supone tenerlos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Legend of Sarila / La Légende de Sarila (Frozen Land)
- Año: 2013
- Duración: 80
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Opinión de la crítica
4.4
98 valoraciones en total
The Legend of Sarila es una película maldita. Anunciada hace no menos de cuatro años, parecía el típico proyecto que nunca sale adelante y que termina cayendo en el olvido. Por suerte para su pequeña productora, el National Film Board of Canada metió mano y pudieron acabar el trabajo para llegar a tiempo al ciclo festivalero de 2013. Y tras su paso por Annecy, donde se estrenó fuera de concurso, llega ahora a Gijón dentro del agradecido bloque Animaficx. Las cosas como son: la película de Nancy Savard es muy floja, y en términos puramente cinematográficos es una nulidad considerable. Sin embargo es ese tipo de trabajo que no deja sensación de malestar pese a su indudable escasa calidad. O quizá es que me ha pillado en un buen día porque, con todo, me ha parecido simpática, con todos sus fallos y prácticamente ningún acierto.
Mi problema, aunque la palabra quizá no sea esa porque no tengo realmente ningún problema con The Legend of Sarila , es que he visto demasiado cine de animación. Sí, es un poco de autobombo, pero en cada plano, en cada secuencia, podía intuir hacia dónde se iba a dirigir la siguiente, o encontrar referencias (lo prometo) sin ningún esfuerzo. Es un frankenstein en un sentido completo: desde los planos generales de los escenarios que serían emparentables con casi cualquier cinta de aventuras épicas (David Lean, perdóname) hasta personajes, mitología, o códigos salidos de series como Avatar: La leyenda de Aang , el Disney de lápiz y papel (El Rey León, Atlantis, Hermano Oso) o de trabajos por ordenador. En este punto no creo que el film busque ser rompedor, y afortunadamente es consciente de sus limitaciones presupuestarias y salva la papeleta (es un decir) de las carencias técnicas recurriendo a un diseño de personajes tosco, muy en la línea de los trazos del cómic europeo e incluso videojuegos como Brave: The Search for Spirit Dancer y Tak and the Power of Juju .
En la animación la técnica no siempre es importante, y por tanto no voy a quejarme de lo evidente: que es, pese a todo, un film de bajo presupuesto en relación a las obras de estudio comerciales. El verdadero corazón de una película como The Legend of Sarila debería ser la historia humana detrás de todo esto, ese viaje iniático que permite a los personajes integrarse en su mundo, encontrar su lugar, haciendo frente a peligros que les hacen madurar y crecer. No hay mucho (o nada) de eso por aquí. Ni el retrato que hace de ese pueblo hambriento, ni la supuesta urgencia en la que se encuentra, ni el triángulo amoroso, ni la épica ni la aventura, se transmiten con eficiencia. Ciertos recursos de guión son además, como poco, cuestionables, y es que pareciera que con la inclusión de un elemento sobrenatural, partiendo de la figura del chamán y la naturaleza como poder capaz de abrir puertas o cerrarlas, todo valiera. Que el villano sea tan caricaruresco no ayuda, tampoco, a que todo lo que vemos en pantalla funcione más allá de la risa cómplice, no tanto con como de . Dicho lo anterior, recalco que en su ingenuidad (¡esas canciones!), The Legend of Sarla me ha provocado cierta ternura. No es algo que pueda decir a su favor porque es una sensación artificial derivada de sentir lástima y no tanto basada en sus valores. Pero ojalá todas las películas que no gustan pudieran ser así.
Si tenéis niños y pensáis que quizá The Legend of Sarila podría gustarles… no seré yo quien lo niegue. Pero permitidme recomendar una alternativa: en el mismo escenario, con una moraleja similar, y una labor técnica también justita pero perfecta para lo que quiere contar y cómo hacerlo: El niño que quería ser un oso (2002) de Jannik Hastrup. No llega a la hora y media y es una verdadera delicia.