La humanidad en peligro
Sinopsis de la película
El ejército americano realiza unas pruebas atómicas en un desierto del suroeste de los Estados Unidos. Como resultado de las radiaciones, las hormigas sufren una mutación que las hace crecer hasta alcanzar gigantescas dimensiones. Mientras el gobierno niega la existencia de la amenaza, los insectos mutantes se dirigen hacia las ciudades más cercanas. Un grupo de científicos y militares intentará impedir el desastre.
Detalles de la película
- Titulo Original: Them!
- Año: 1954
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
6.8
34 valoraciones en total
Un clásico del cine de ciencia-ficción de los 50, y uno de los mayores exponentes del cine de monstruos tan de moda por aquel entonces, La Humanidad en Peligro narra el ataque de hormigas gigantes mutadas por la explosión de una puebla nuclear.
La historia a cargo de George Worthing Yates, responsable de otros muchos relatos de ciencia-ficción y adaptaciones cinematográficas, resulta original y entretenida, con un ritmo constante, sin caídas y un metraje más que ajustado, distinguiéndose dos partes claramente diferenciadas. Por una lado, la primera mitad, en la que predomina la intriga y la investigación policial sobre las causas de los incidentes con los que da comienzo, y por otra parte, la esencia del cine catastrofista y de acción del tramo final de la cinta, en los que no falta ni el clásico discurso apocalíptico a los medios de comunicación ni la intervención del ejército.
En el apartado visual, y a pesar de sus evidentes fallos técnicos (errores de raccord, sombras de micrófonos, reflejos de cámaras) tan típicos de la serie B, cuenta con unos efectos especiales de aceptable calidad para su época, pero que a día de hoy resultan demasiado evidentes, si bien no constituyen un inconveniente fundamental para su visionado, que ya es bastante.
Them!, como se titula en su versión original, es una película mítica del género, que gustará a quienes sepan abstraerse de las obviedades y sepan contemplarla con la perspectiva que merece.
Buena cinta de ciencia-ficción de los 50. Narrada hábilmente por Gordon Douglas con un ritmo muy acertado. La película empieza con mucha fuerza e intriga (aunque todo espectador que se acerque a la película ya sabe quienes son las causantes de los acontecimientos cuya explicación desconoce la policía al principio del film) y dicha fuerza no decae en ningún momento. La trama está bien compuesta y es muy inteligente. El científico abuelete es impagable. Quizá para el espectador de hoy en día las hormigas cantan un poco, pero es un defecto perfectamente asumible y que, en ningún caso, resta credibilidad a la película, debido al acertado modo de filmar de Douglas. Buena reflexión acerca del hombre y los peligros de sus ansias de poder.
Estamos ante la película con mayor presupuesto inicial de la Warner Bross en 1954. Sin embargo el tío Jack (Warner) llegó con las tijeras podaderas de la rebaja y de esa forma el color se quedó tan solo en el rojo del titulo inicial y el 3D presupuestado se volvió tan plano como el encefalograma del directivo. Así, hoy hablamos de un film serie B, con las excelencias de la serie B, es decir, bueno, bonito y barato.
Hacía mucho tiempo que no me encontraba con un film con tanta unanimidad positiva en cuanto a las críticas especializadas. Quede entendido que esta unanimidad no condiciona mi crítica y que no es la primera vez que he visto negro donde todos ven blanco, lo que demuestra irrefutablemente mis carencias. Pero así lo he dicho y las he visto de todos los colores. No es este el caso. Me sumo a las críticas favorables a un magnífico trabajo de Gordon Douglas, director de quien tengo algunas revisiones más en cartera y que pone en aquellos años 50 de la postwar, el dedo en la llaga de la preocupación social por las imprevisibles consecuencias que tendría para la humanidad la trasgresión científica de unas ciertas leyes naturales .
Probablemente en la medida que esta preocupación sigue vigente en nuestros días, la película, aunque superada en espectacularidad de efectos, no ha envejecido, ni bien ni mal. Tiene plena vigencia. Las mutaciones genéticas y, sobre todo, los efectos de la radioactividad siguen siendo noticias de portada. Las secuelas de Hiroshima y Nagasaki siguen impactando por mucho que el ministro Fraga se bañase en Palomares para demostrarnos que las bombas caídas y pasadas por agua eran inocuas. Menos mal que los chanquetes no mutaron como las hormigas que si no, vaya usted a saber si hasta la política española actual se hubiese resentido.
En el plano fílmico, la película viene a ser una mezcla de cine policiaco con dosis de suspense, no demasiado abundantes al saberse desde los carteles anunciadores que las hormiguitas tienen arte y parte en esto, y de cine de ciencia ficción. Pero no una ciencia ficción de las de risa sino de las preocupantes. Todo bien aderezado con unas interpretaciones medidas y bien orquestadas de actores poco o casi nada conocidos. Entre los poco conocidos pero excelentes, James Whitmore y Edmund Gwenn. Si se es un cinéfilo de pro tal vez nos suene James Arness. Y, por descontado no hay que olvidarse de las grandiosas actrices, es decir las hormigas que si bien dejan traslucir algún viejo truco que otro, resultan perdonables, que no estaban los tiempos para efectos de ordenador y otras zarandajas, por lo que había que conformarse con maquetas y algún que otro gigante/cabezudo salvado de cremás falleras o similar.
Como podrán ver, y les recomiendo encarecidamente que la vean, la cosa tiene el encanto de los imperfectos pero artesanales botijos más que los perfectos y hechos en serie en cadenas de producción informatizadas.
O algo así.
La humanidad en peligro es otra de esas películas ansiosas por acabar con el ser humano, en una época obsesionada por el fin de la especie por el miedo existente a la radicación atómica que recalo en todas las artes. Bien sea por una invasión alienígena o por mutaciones por radiación en forma de hormigas gigantes, los años 50 no fueron los mejores para vivir en el planeta Tierra.
En este caso la película de Gordon Douglas se llevó un buen número de malas críticas en su estreno, pero que se invirtieron a lo largo de los años convirtiéndose en una película de culto de serie B. Los efectos aun así están logrados y las actuaciones tampoco desentonan aunque en ocasiones son algo frías.
Todo un clásico del cine catastrofista y de monstruos gigantes que poblaron aquellos años, de lo mejor en su género a pesar de su frágil narración en muchos momentos pero que cumple muy bien con su cometido.
El encanto que tiene la serie B por aquello que siempre se dice de tener las mejores intenciones es algo fácil de descubrir en este título traducido como La humanidad en peligro (lo clavan, el original es el pronombre inglés Them! ) Su mayor atractivo es saber que el presupuesto era tan limitado que las ideas y la acción tienen que primar obligadamente por encima de cualquier alarde visual, las exhibiciones de los efectos son para otros títulos y aún así, con lo que se ve, es más que suficiente. Sus escasos 90 minutos consiguen entretener una barbaridad. Curiosear en según qué cintas está bien cuando pese a los numerosos defectos esa manera de hacer lo salva todo, hay mucho cine de serie B que nadie recomendaría a nadie, mejor perder el tiempo de otra manera, pero en este título catastrofista el nivel es más que aceptable, todo es justito pero a la vez es agradable (y eso que hablamos de hormigas gigantes), no es una obra maestra pero tampoco una bazofia, es simpática y consigue no aburrir, algo que en pleno S.XXI pocos pueden decir.