La búsqueda
Sinopsis de la película
Benjamin Franklin Gates (Nicolas Cage) ha dedicado su vida a buscar el legendario tesoro de los Caballeros Templarios, del que se decía que estaba escondido en algún lugar de Estados Unidos. Durante siete generaciones, la familia Gates, siguiendo las pistas que dejaron los Padres Fundadores de Estados Unidos, recorrieron el país en busca del tesoro. Cuando, por fin, Ben descubre la pista definitiva: un mapa oculto en el reverso de la Declaración de Independencia, la noticia llega a oídos de su rival Ian Howe (Sean Bean). Para impedir que el documento caiga en manos de alguien tan peligroso, Gates cuenta con la ayuda de su compañero de aventuras Riley (Justin Bartha), un genio de la tecnología, y de Abigail Chase (Diane Kruger), la atractiva conservadora de los Archivos Nacionales.
Detalles de la película
- Titulo Original: National Treasure
- Año: 2004
- Duración: 121
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Opinión de la crítica
5.9
41 valoraciones en total
Tarde pero la he visto. Llegaba a las pantallas la segunda parte y antes de verla debía ponerme en antecedentes viendo esta primera entrega del aventurero Nicolas Cage. La búsqueda… para búsqueda la del actor protagonista tras ese papel que no acaba de encontrar. Ha probado con numerosos registros interpretativos pero a mí hace ya mucho que no me convence.
En la presente peli interpreta a Benjamín Franklin Gates, un intrépido buscador de tesoros que intenta resolver el mayor enigma histórico planteado hace siglos por unos caballeros templarios. Acompañado de un fiel escudero interpretado por Justin Bartha, de su padre (Jon Voight) y de una funcionaria de la biblioteca nacional (Diane Kruger), irá resolviendo una a una todas las pistas hasta llegar a encontrar el tesoro nacional. Para ello se verá inmerso en robos, persecuciones y secuestros con uno malos malísimos, encabezados por Sean Bean, pisándole los talones y, para mayor complicación, con Harvey Keitel al frente de un grupo del F.B.I. echándole el aliento en la nuca.
Como película de aventuras te mantiene entretenido que, en los tiempos que corren, ya es bastante, pero no será ningún referente en el cine de aventuras pese a que, como decía al principio, esté aquí ya la segunda parte. Tiene una primera parte de misterio que te pone en situación, y el resto es como una gincana gigante por EE.UU. con claves y jeroglíficos que resolver en cada punto. Es dinámica y, aunque dura dos horas se ve fácil. Las interpretaciones no son el punto fuerte si salvamos a alguien es a Sean Bean y Harvey Keitel.
Las comparaciones, esas que dicen que son odiosas, aquí son inevitables. El personaje de B.F. Gates, salvando las distancias, guarda demasiadas similitudes con aquél Harrison Ford que, látigo en mano, nos hacía soñar cuando el bigote que hoy nos afeitamos tan solo era una pelusilla debajo de la nariz. Por otro lado tampoco la historia tiene originalidad en su base para los que ya nos leímos El Código da Vinci, y nos negamos a leer tantos y tantos libros que se han ido apuntando al carro.
Sumando lo bueno y restándole lo malo nos queda una peli pasable. Una pregunta para terminar ¿qué tratamiento capilar está siguiendo el señor Cage? Lo veo con más pelo.
Tras la estupenda Piratas del Caribe nos llega del lejano Oeste americano una gran película para todos los públicos a cargo de un buen actor del cine palomitero: Nicolas Cage.
Éste actor se deja acompañar por uno reparto de secundarios de lujo, entre los que destaca Sean Bean, Harvey Keitel, Jon Voight o Chris Plummer.
Una gran película que entretendrá a todos por igual y con la que pasaréis un buen rato.
Super aconsejable.
Entretenida cinta de aventuras adaptada a los tiempos modernos (un fallo en mi opinión), que nos cuenta la búsqueda de un tesoro por parte de dos bandos enfrentados: el primero, el de los protagonistas, un (algo risible) líder Nicolas Cage, la bella Diane Kruger y el graciosillo Justin Bartha. ¿Más tópicos? En el bando enemigo, lo mejor de la película, un Sean Bean eterno secundario pero mejor actor. Si a esto sumamos un final libre de riesgo y que hemos visto en repetidas ocasiones tenemos el típico blockbuster para toda la familia.
El fallo que le veo a la película, deudora de la saga Indiana Jones (a años luz de distancia…), La Momia , y demás cintas del género de aventuras, es que todo se descubre de forma relativamente fácil. Además, el que una pista lleve escondida cientos de años detras de un ladrillo mal colocado de la fachada de un edificio es altamente inverosímil, por no decir estúpido. En cuanto a cosas positivas, como ya he comentado, la inclusión del magnífico Sean Bean como enemigo de turno, y ciertas escenas de acción y tensión bien conseguidas.
No mucho más que comentar de una película que si se la compara con su segunda parte gana bastantes puntos, pero a la que hay que ver como lo que es, el enésimo intento de crear un aventurero/arqueólogo/cazador de tesoros que simpatice con la audiencia y que sirva para poner en pie una nueva franquicia. ¡Ay, como se echan de menos los tiempos del Dr. Jones!
– España: el palacio de la Moncloa. El hecho de haber sido ocupado por tan insignes mentes durante buena parte de siglo XX (y lo que nos queda de XXI), sin haberse derrumbado todavía de pura vergüenza, lo convierte en una joya arquitectónica única.
– Francia: la torre Eiffel. El monumento cinematográfico por excelencia, capaz de ser observado desde cualquier ángulo de París y/o reflejos en charcos, ventanas particulares, ventanillas de coches y similares.
– Inglaterra: el (What´s the Story) Morning Glory? de Oasis. De los pocos discos que oigo de tirón, sin importar el nº de veces que ya lo haya escuchado previamente. En comparación, los monos árticos esos aburren a las ovejas.
– Portugal: Tiago Monteiro, ex-corredor de fórmula 1 y Rookie del año 2005. Hacer podio en el GP de EEUU con un lastimero Jordan-Ford tiene muuucho mérito. Pa quitarse el sombrero ante él.
– Italia: el miembro embalsamado de Rocco Siffredi. A Nacho no le incluyo como patrimonio nacional español por prepotente, capullo y feo.
– Alemania: Diane Kruger.
– EEUU: en dura pugna entre el Capitolio y el monte Rushmore, me quedo con Nic Cage (aunque por motivos distintos a los de Diane Kruger). Cójase a este ¿intérprete?, sazónelo con una pizca de sabiduría histórica y un chorro de crecepelo, añádale una chica florero que cobre poco, un secundario cómico (pero no demasiado, no sea que la gente se ría y pierda el hilo argumental), unos cuantos actores de menguante prestigio y una hoja, en singular, manchada de vino que se hace llamar guión. Obtendrá millones de dólares en ganancias, con posibilidad de realizar futuras secuelas para seguir aumentando su fortuna. Ante semejante gallina de los huevos de oro, ¿quién necesita un puñado de piedras?
1ª PARTE: Una carrera de fuerte impacto risil
En la carrera de Nicolas Cage hay seis características claramente diferenciables:
1) Las sobreactuaciones a pelo mientras esquiva balas
2) Los peluquines de rata adheridos a su cabeza que logran que no te fijes en nada más
3) Los bigotes postizos con música sentimentaloide de fondo
4) Los disfraces de oso mientras se lía a ostias con la gente
5) Las llamas que emanan de su cuerpo de vez en cuando
6) Los trajes de ¿aventurero? mientras busca tesoros
Y qué queréis que os diga, pero a mi me acojona verle descifrando enigmas como si tuviese tres carreras universitarias.
2ª PARTE: Una de aventuras sin aventuras, por favor.
Los ingredientes principales son:
a) Prota inteligentísimo que descifre todos los enigmas habidos y por haber, que se ligue a la rubia de turno y que sea más perspicaz que nadie.
b) Malos malosos que siempre están donde deben estar, y que nunca descansan en su persecución del prota. Al final, terminan mal, como no.
c) Acertijos, enigmas y soplaguindeces por doquier, pero eso sí, que queden en plan megachachi sabemosmuchodecultura y el espectador no pueda descifrar.
d) ¿Aventura? Nah, eso es un pretexto sólo, aunque sean persecuciones por la ciudad y cosas por el estilo, bastará. Luego les metes en una cueva o lugar repleto de ruinas 15 min., y ya da el pego.
c) Interpretaciones bajo mínimos: Unos cuantos tipos que lleven años sin dar palo al agua por aquí, actores en declive por allá, mamarrachos encumbrados por acá. Y tema solucionado.