La bestia con cinco dedos
Sinopsis de la película
En una pequeña villa italiana un rico millonario muere tras sufrir un extraño accidente, dejando toda su fortuna a su enfermera. Ello provoca lógicamente el descontento de la familia y de su secretario, quienes no tardarán en intentar impugnar el testamento ayudados por el propio abogado del difunto. Esa misma noche, empiezan a sucederse hechos extraños: el piano no cesa de sonar aunque nadie lo toca, la cripta del difunto se ilumina por la noche y el abogado aparece muerto víctima de lo que parece ser un estrangulamiento. A la mañana siguiente, los habitantes de la mansión deciden investigar en la cripta, descubriendo que al difunto le falta una mano…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Beast with Five Fingers
- Año: 1946
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
6.3
65 valoraciones en total
Descubrí esta semidesconocida película en mi juventud, cuando me dedicaba a devorar todo el cine que se me pusiera a tiro, e inmediatamente quedé fascinado por ella. Tarde años en tener la oportunidad de revisarla,y quizás vista hoy con ojos más críticos no la calificaría de obra maestra, pero opto por ser fiel a mis recuerdos y sensaciones. A fin de cuentas, el cine es para sentirlo, más que para analizarlo.
Se trata de un cuento de horror gótico, con tintes de humor negro, ambientado en Europa y que transcurre en su mayor parte en un siniestro caserón. El film del artesano Florey es una gran oportunidad para que estupendos actores de los que llamamos de reparto o característicos luzcan más de lo que suele ser habitual. Entre todos ellos destaca el inimitable Peter Lorre en uno de sus mejores papeles. El y sus ojos son el alma de esta producción,y sus escenas con esa mano con vida propia que da título a la película son de las que permanecen en la retina durante mucho tiempo.
Todo en Beast with five fingers , su fotografia, su dirección de arte, su banda sonora, etc tiene el aroma a ese tipo de cine hoy ya imposible de hacer.
No me extrañaría nada que Roger Corman hubiera visto La bestia con cinco dedos antes de rodar su estupenda serie de adaptaciones de Edgar Allan Poe
¿Los fantasmas no existen?
La bestia con cinco dedos es una película notable y recomendable para los aficionados al cine de terror, a pesar de sus evidentes debilidades. Sospecho, sin haber leído el relato original de William Fryer Harvey escrito en 1933 y editado en España por la imprescindible editorial Valdemar, que la película se aparta bastante del relato en que se basa. De hecho, el punto de partida de la historia es diferente en la película con respecto al relato, siendo éste bastante más terrorífico e impactante.
Comenzaré por los aciertos de la cinta. Su ambientación en una claustrofóbica mansión, ideal para estos relatos de corte gótico, el guion de base, escrito por el prestigioso Curt Siodmak, y el siempre inquietante Peter Lorre (Hilary Cummins) dan lustre a una película que sin ellos bajaría bastante puntos en su conjunto final.
Como curiosidad, debo citar que Luis Buñuel diseñó una de las escenas que tienen lugar en la biblioteca de la mansión. Es, desde luego, una de las secuencias que permanecen en la memoria del espectador por sus tintes terroríficos. Y digo curiosidad porque la Warner rechazó la propuesta de Buñuel, pero luego utilizó la idea del maestro aragonés. Buñuel montó en cólera, pero vio claro que no podría luchar contra un estudio tan gigantesco como la Warner Brothers.
En cuanto a las debilidades de la película, citaría al resto del reparto, salvo el actor Victor Francen que interpreta al enfermo músico Francis Ingram, dueño de la mansión, que tiene paralizada la parte derecha de su cuerpo. Por eso, la inquietante pieza musical que se escucha en la mansión durante gran parte del filme, La Chaconne en D menor de Bach, pensada para ser interpretada por un músico que solo pueda utilizar la mano izquierda.
También afecta negativamente al conjunto global de la película un final paródico que flirtea con el desastre. No, no es el recurso habitual de muchos relatos de terror y de muchas películas de este género: el sueño en el que todo no ha sido más que una invención del protagonista.
En definitiva, una pequeña joya escondida a reivindicar.
Los temas de las herencias siempre traen muchos resquemores entre los amigos y familiares del finado, de tal manera que, gentes de bien, se convierten en auténticos malvados sospechosos de las más infames felonías.
La película tiene su encanto, algo añejo, pero encanto, al fin y al cabo. Pero la historia no está demasiado elaborada y, hacia la parte final, hasta aburre.
Peter Lorre no mide sus aspavientos, bastante acusados para un simple ratón de biblioteca, que suele ser gente gris y discreta.
Lo mejor son los efectos especiales. Recuerdan a los trabajos manuales que hacen los niños en el cole para regalar a sus papás. Cutres pero entrañables.
Cinta de terror clásica, de gran intensidad y desasosiego, donde varios personajes sacan a relucir secretos y deseos interiores mientras el testamento del anciano de la mansión, que los incluye o excluye de alguna manera, será el motivo de sus acciones.
La historia se ambienta en un oscuro caserón, muy propio en estas producciones. Se juega con lo sobrenatural y lo real mientras van apareciendo muertos y un inquisitivo detective hace preguntas. ¿Hay un asesino?, ¿podría ser la mano del muerto?…
Gran interpretación de Peter Lorre, que pone los pelos de punta con su extraña mirada, su nerviosismo, sus brotes de cólera… Las escenas de la mano se graban en la retina, amén de unos estupendos efectos especiales por los que no ha pasado el tiempo, sorprendente si pensamos que la película data de 1946.
También tiene brillos de humor negro, y un final que bien podría ser una burla hacia todas esas películas de terror que terminan con un susto final efectista incoherente con la historia.
Joya totalmente olvidada del cine de género (y del cine en general). La evidente falta de recursos tecnológicos del año en que se rueda (1946), a pesar de la mano viviente, llevó a un alarde de imaginación en varias de las escenas clave del filme que hoy fácilmente se despacharían con mucha pirotecnia digital.
Fenomenalmente hecha, nada ñoña, como sí lo eran varias de sus coétanas, rodada con mucho rigor y sobre todo con valentía, La bestia con cinco dedos parece haber resistido perfectamente los embates del tiempo.
Una delicia para los amantes del buen cine y, como dice el comentario anterior, un manual de instrucciones clave para quien quiera dedicarse a rodar terror psicológico o simple y puro terror.
De esas películas de género que ya no se hacen y que te dejan atornillado a la silla.
Peter Lorre ante uno de los papeles de su vida. Y, noticia en el género de los cuarenta, perfectamente replicado por un reparto excelente.